Día 9. 2015.11.24. Rangún ✏️ Travel Journeys of Myanmar

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Por la mañana nos despertamos en Yangon. Y aunque habíamos pasado la noche en el autobús, no estábamos muy cansados. Congimos un taxi hasta el hotel por €12.5. Nos quedamos en Agga Bed and Breakfast, €24 por noche con desayuno incluido. Dejamos nuestras mochilas y fuimos a la estación de trenes más cercana que se llamaba Lanmadaw.




Allí por €0.20 compramos billetes para el tren circular. Pero primero fue hasta la estación central para terminar el trayecto y despues empezo su círculo. El círculo completo tarda más o menos tres horas y eso merece la pena: se pueden ver muchas cosas interesantes desde la ventana (o desde la puerta) del tren y también dentro del tren.









También se puede comer un poco, pero con mucho cuidado: las piñas no las espolvorean con canela sino con pimienta. Casi me murió de la sorpresa.


A la tres horas nos bajamos en la estación principal y fuimos a ver los alrededores.



Vimos la iglesia de la Santísima Trinidad, con la valla con alambre de púas y, además, estaba cerrada a la hora de comer.


Pagoda Sule, a la que no entramos porque había que pagar y después de Bagan no nos gustó mucho.


Maha Bandoola Garden y en frente la iglesia de Juan Bautista.


Señal para no escupir sangre:




Por el camino comimos en Junior Duck Restaurant y, al final, acabamos en Botahtaung Pagoda, donde esta guardado un pelo de Buda y un montón de mierda debajo del cristal y de las cerraduras.


En ese momento pensamos que no habría sido malo volver al hotel para registrarse y descansar del calor. Y fue lo que hicimos.


Fuimos a Shwedagon Pagoda para estar allí a las 17:00 y verla a la luz del día, al amanecer y por la noche. ¡Era un lugar impresionante! Especialmente cuando ponían las velas y empiezan varias ceremonias religiosas. Fue maravilloso, a lo mejor es una Meca para los budistas.





Después fuimos al Vista Bar. El bar en sí mismo no era tan impresionante, pero desde allí se puede ver la pagoda de lejos.


Me parece que ir desde Mandalay a Rangún fue una idea muy correcta, porque era natural acabar nuestro corto viaje a Myanmar con esa pagoda. Y si la hubiéramos visto el primer día, las emociones habían sido distintas. Como dicen, lo hicimos bien.

Por la noche volvimos al hotel para encontrar en la calle al lado algo como una feria mezclado con un rastro. Anduvimos por allí, vimos muchos balones con Masha y el oso y algunos sitios donde estaban poniendo trance psychedelic :). Y luego a dormir. Al día siguiente nos esperaba el vuelo a Siem Reap.

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