![]() ![]() 5 DIAS EN ATENAS ✏️ Blogs de Grecia
Visita de Atenas, Micenas, Delfos y minicrucero Hydra, Poros y AeginaAutor: Myandrew Fecha creación: ⭐ Puntos: 4 (1 Votos) Índice del Diario: 5 DIAS EN ATENAS
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Este año hemos hecho una escapada condensada a Grecia
Contratamos con Logitravel un paquete que incluye todos los traslados, la visita de un día a Delfos y el minicrucero por tres islas. Cogimos el avión en Madrid el 3 de julio, a las 00.30 horas, de Aegean Airlines. Hubo que pagar 45 euros más por llevar una maleta de hasta 23 kg. El vuelo llegó a Atenas a las 4.55 de la mañana. Allí nos estaba esperando María, la corresponsal local de Grand Star Helenic, que debía ser nuestro contacto durante el viaje. Fue en la única ocasión que la vimos. Nos esperaba con un taxi para llevarnos a los tres a Atenas. Durante el trayecto nos apuntamos a una excursión a Corinto-Micenas-teatro Epidauro que salía el mismo día 3. Llegamos al hotel Zafolia**** a las 6.30 horas, por lo que no teníamos habitación aún. Dejamos la maletas en recepción y esperamos hasta las 7.30 hasta que vinieron a buscarnos los de la excursión. Mientras tanto salimos a otear el barrio donde está situado el hotel, y es una zona bastante degradada, de un barrio popular. Hay enfrente del hotel un Carrefour y una pastelería, y mu cerca un pizza hut y una cadena de hambergueserías Goodys, una especie de McDonalds. La ecursión la realizó Artytours, que sólo hacen circuitos en español. Llegaron puntuales, pero luego tardamos tres cuartos de hora en llegar a otro punto de encuentro en la estatua de Melina Mercouri, donde nos cambiaron de autobús. Nuestra guía se llama Zoe y hablaba bien español, pero era un poco chauvinista, los griegos lo inventaron todo y el resto de los pueblos del mundo se lo han copiado. Paramos 15 minutos en Corinto para ver el canal, en una cafetería al lado del puente. En el camino nos iba contando cosas históricas de la zona. Llegamos a Micenas a ver la tumba de Agamenón, luego el museo de Micenas y finalmente la puerta de los leones (como es la única sombra en todo Micenas, no hay manera de sacar una foto sin que salgan espontáneos). Aquí nos dejó media hora para hacer fotos. Rápidamente nos fuimos a una tienda de cerámica a hacer compras antes de llevanos a comer. Fue la peor comida de todo el viaje, incluyendo la del crucero. Moussaka y carne guisada con patatas fritas. Con el calor que hacía, en un porche abierto, fuera del restaurante. Sólo me gustó un poco el bizcoche de postre. Esta comida estaba incluida en el precio de la excursión <89 euros>. Después de comer nos llevó al teatro de Epidauro, no sin que pinchara una rueda el autobús. Esto no nos atrasó, porque el conductor no se dio cuenta, ya que era un autobús con dos ejes detrás. Esta visita consiste en subir hasta el teatro, darte 15 minutos para si quieres subir los escalones y bajarlos, y ya está. Como había que cambiar la rueda del autobús, hubo suerte y para hacer tiempo nos llevó al museo y nos contó algunas cosas del sanatorio que allí existía. Volvimos a Atenas a las 19.00 horas, y vuelta a hacer el recorrido por los hoteles. Llegamos al nuestro a las 19.30, nos dieron habitación (una triple), con vistas a la avenida Alexandras, lo que fue un fiasco, ya que la mala insonorización del hotel hizo que no pudiéramos dormir por el ruido del tráfico. Estábamos en el segundo piso, y los autobuses de las excursiones paran delante del hotel con el motor en marcha. En fin, mañana será mejor, nos decíamos... Etapas 1 a 3, total 5
Sin dormir apenas por el ruido, bajamos a desayunar y a reclamar en recepción que nos cambiasen de habitación. Por cierto que en recepción no hablan español, menos mal que mi hija habla inglés. Resulta que todas las habitaciones triples del hotel Zafolia están orientadas a la avenida Alexandras. ¡Qué mala suerte! Llamamos a la corresponsal de Star Helenic, la señora María que nos acompañó del aeropuerto al hotel y le expusimos la situación. Ella habló con recepción y la solución propuesta es que nos diesen una habitación doble, en otra zona del hotel, con una cama de tijera. Como estaba el autobús de la excursión esperando y no teníamos tiempo de discutir, tuvimos que acceder a ello. Mal negocio.
En fin, dimos las vueltas de costumbre por Atenas para enseñarnos los hoteles y salimos hacia Delfos otra vez con nuestra guía del día anterior, Zoe. Nos explicó por el camino alguna cosa histórica y luego nos paramos en un bar de carretera con otros tres autobuses que iban al mismo sitio. A la llegada nos acompañó a visitar el museo, donde está el famoso auriga de bronce, y nos dio media hora para hacer fotos en las ruinas. Salimos escopetados al restaurante del camino, donde por cierto, fue realmente una buena comida típica, con salsiki, ensalada griega, queso frito, empanada de espinacas y hamburguesa rellena de queso. Esta comida también estaba incluida en la excursión. Resulta que había prisa por llegar al restaurante porque allí trasladaron de unos autobuses a otros a la gente porque algunos salían desde allí hacia Meteora. Tras comer, vuelta a Atenas, ahora sin parar en ningún sitio, a pesar de pasar a un kilómetro de Tebas, cuna del mito de Edipo como bien tuvieron informarnos. Debe ser que no queda ninguna piedra que ver. Nos dejaron en el hotel a las 20 horas tras las vueltas de rigor. Nos duchamos y nos fuimos a cenar. En el camino hacia el metro de Ambelopiki, que es la estación más cercana al hotel, vimos un sitio “normal”, del barrio, con una fila de gente para comprar gyros, una especie de kebab con las patatas fritas dentro, y nos sentamos allí, en la terraza. Barato y muy bueno. Un gyro 2 euros, y los sovlakis (brochetas de pollo o carne) a 1,40. Incluso pidiendo vino nos salió cenar por 14 euros los tres. Luego nos acordaríamos del sitio cuando nos clavasen en Monastiraki. Y nos fuimos a intentar dormir. Etapas 1 a 3, total 5
Como prometía por el aspecto, la cama de tijera cumplió su propósito: no dejar domir a su ocupante y ocasionarle un dolor de espalda para el resto del viaje. La corresponsal de Star Helenic no volvió a interesarse por nosotros y si estábamos conformes con la habitación.
Cuando estábamos desayunando nos llamaron por megafonía (yo sólo entendí mi apellido). Era el autobús del crucero, que llegaba con adelanto. La acompañante tampoco hablaba español. La compañía era Atenas One Day Cruisers. Dejamos el plato y nos subimos corriendo. Total, para parar en otros tres hoteles. Todo sea por no perder el barco. Es un buque mediano, con tres cubiertas. En español te dan la bienvenida y la venta de las excursiones por Aegina. No explican nada de la historia de las tres islas que se visitan (Hydra, Poros y Aegina). La más curiosa es Hydra. Paramos tres cuartos de hora, apenas para dar una vuelta, bajar a una cala a darnos un chapuzón, y ya estaba la sirena del barco llamando al orden. En el barco se come en dos turnos, a nosotros nos tocó el primero. Es una sola línea de buffet del ancho que cabe en la cubierta inferior, por lo que se hace una fila interminable. La comida era sólo pasable, ensalada, arroz, queso feta, pescado al horno y pollo en salsa. Ah, y porciones de pizza del Carrefour. La comida está incluida en el crucero. Tienes unos 40 minutos para comer, ya que llegas a la isla de Poros, y allí bajas media hora. Ya son las 14.30 horas, y el sol pica. Nos dan media hora para bajar del barco, comprar un helado y volver a subir. Después de subir, bajan a comer los del segundo turno. No he explicado que la cubierta superior es abierta totalmente, una superficie entoldada, con sillas de terraza y mesitas, y un bar. Allí tienen unos músicos que amenizan el viaje de cuando en cuando. También sale un tripulante a enseñarte a bailar el sirtaki y a pronuncipar ¡¡¡óooopa!!! La segunda cubierta tiene paredes de cristal y aluminio, con puertas correderas, y las sillas son de fibra trenzada y mesas normales. La tercera cubierta, la del comedor, está forrada en madera, hay un bar y dos mostradores, para vender las fotos que te hacen al subir al barco (5 euros) y las excursiones por Aegina. Nos informan del precio de las dos excursiones disponibles y nos dejan hora y media a nuestro aire. Lo aprovechamos viendo alguna iglesia ortodoxa y por el dédalo de calles próximas al puerto. Comprad pistachos, muy buenos y muy baratos (14 euros el kilo). Volvemos al puerto de Atenas y mientras dura el viaje salen dos bailarines (chicos) a bailar. Después un mago un poco malo nos entretiene. Atracamos a las 20 horas. Nos suben a otro autobús diferente y esta vez pasamos por 8 hoteles antes de volver al nuestro. Otra hora. Nos duchamos y volvemos a salir a cenar. Volvimos al sitio del barrio a probar su ensalada griega y los sovlakis.¡¡Hoy ya sabe incluso algo de español el camarero!! Hay que darle propina, que se la merece. Volvemos al hotel a ver a los chinos tomar posesión de todo el hall para pillar la wifi. Incluso tumbados en los sofás, descalzos, como corresponde en un hotel de cuatro estrellas. Para cambiar el panorama subimos a la terraza del hotel, donde hay piscina, y una buena vista del cercano monte Licabitos. Y mañana será otro día. Etapas 1 a 3, total 5
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