Tenerife ✏️ Blogs de España

Al día siguiente valoramos visitar otra zona de la isla, pero acertamos quedándonos en la mejor, la nuestra. Nos dimos un baño en el muelle, comimos cerca de él, nos bañamos con las impresionantes olas en playa Jardín y nos dimos el último baño del día en la piscina del hotel, situada en el ático con vistas maravillosas, Teide y mar, agua y montaña, mis preferidas.

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Este día lo dedicamos a visitar Sta. Cruz de Tenerife, la capi. Ya nos advirtieron unos buenos amigos, de que tampoco había mucho que ver, por lo que tras dos decepciones seguidas (tropezón del mi compañero y mal servicio en el bar donde desayunamos) decidimos abandonar la capital para aproximarnos a Las Teresitas, la playa más famosa de la isla, la cual pensaba que estaba situada en plena ciudad. Pero no es así, hay que acercarse en coche o en guagua, como nosotros íbamos a todas partes en guagua, la cogimos y en 15 minutos estabamos allí. Para mi sorpresa, Las Teresitas es una playa aislada, sin hoteles a la vista, ni paseo marítimo, bastante salvaje, con un pequeño pueblo de casitas de colores en la ladera de una montaña (parecido al que esconde los atardeceres de la tercera playa de Puerto de la Cruz). La arena de esta playa es traída del Sáhara, es decir, es artificial desde el 70, antes de ésto era de arena volcánica como el resto de las playas. Aún así, qué paraíso, qué maravilla los baños aquí, qué gustazo. Y es que claro tiene un rompeolas para evitar el oleaje,por tanto el baño es tranquilo y relajante. Parece que abundan los pequeños tiburones en esta playa, llamados ''angelotes'', aunque el único peligro es que mordisquean, yo, lo supe después.

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El último día, el sábado, lo habíamos reservado para hacer la subida al Teide en teleférico y el descenso caminando. Toda una aventura. Nos fue imposible alcanzar la cumbre porque el permiso hay que solicitarlo como con dos meses de antelación. Cogimos una guagua que salía a las 9:15 de Puerto de la Cruz (la única) y volvía a las 16:00. Nos plantamos en la base del Teide (2250 mts.) a las 11:00, hicimos cola para subir al teleférico a pesar de que teníamos nuestras entradas desde tres días antes y en pocos minutos (6-8) estábamos a sólo 200 mts. de la cima, 20 minutos, ¡se veía tan cerca! Preguntamos a un guarda la ruta correcta para llegar a carretera, nos indicó ''no hay pérdida''-dijo. Ni siquiera rodeamos la zona, no estábamos seguros de poder volver al punto de encuentro con nuestra guagua antes de las 16:00, así que sin más rodeos (y nunca mejor dicho) iniciamos el descenso. 3 horas y media de diversidad de caminos y paisajes, entretenido y precioso. Sólo nos encontramos con una pareja a la que nos unimos en un momento de confusión, una bifurcación que nos hacía dudar, finalmente cada pareja tomó caminos diferentes y resultó desembocar en el mismo destino, sólo que nuestra opción fue un atajo. Por fin logramos alcanzar la carretera, pero aún nos quedaban 3 kms para llegar a la base del Teide. Hicimos auto stop pero era complicado para los vehículos parar por allí, no había arcén. Llegamos al punto de destino a las 15:30, tiempo justo para ir al baño, y llenar algo la tripa.

Un viaje fascinante, una isla llena de sorpresas y paisajes inolvidables.

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