Este es mi diario del viaje realizado entre el 29 de septiembre y el 12 de octubre de 2.014 con destino a la Costa Oeste de EEUU. Viaje que comienza en San Francisco y acaba en Las Vegas, visitando 5 parques nacionales y 2 pertenecientes a los navajos, aparte de otros lugares en el camino. Autor:Drako84zFecha creación:⭐ Puntos: 4.8 (13 Votos)
Día 1: Salida de Zaragoza a Madrid y vuelo a San Francisco con escala en Londres. Llegada temprana a San Francisco.
Día 2: San Francisco.
Día 3: San Francisco, Sausalito y viaje a Bass Lake.
Día 4: Yosemite.
Día 5: Yosemite, Tioga Road, Mono Lake y llegada a Bishop.
Día 6: Death Valley NP.
Día 7: Zion NP.
Día 8: Bryce Canyon NP, Kanab y llegada a Page.
Día 9: Horseshoe Bend, Upper Antelope Canyon, Monument Valley y noche en Kayenta.
Día 10: Grand Canyon NP.
Día 11: Ruta 66 (Seligman y Hackberry) y Las Vegas.
Día 12: Las Vegas.
Día 13: Las Vegas y vuelo de vuelta.
Día 14: Llegada a Madrid y Zaragoza.
Este viaje por la Costa Oeste, desde San Francisco a Las Vegas recorriendo principalmente los Parques Nacionales no era nuestra primera opción. En realidad era la Ruta 66 desde Chicago a Santa Mónica, pero como no sabíamos si tendríamos días suficientes buscamos algo seguro, es decir, que no pasara de las 2 semanas justas (14 días) e, indagando por la red, encontramos muchísimos diarios de viaje con muchas variaciones de la ruta que al final elegimos.
Lo primero fue decidir a donde volar. La primera idea era Los Ángeles, pero mayoritariamente encontramos mejores opiniones sobre San Francisco y Las Vegas que sobre Los Ángeles, así que decidimos que estas dos ciudades serían el punto de partida y de finalización del viaje. Así que cogimos los vuelos y seguidamente el alquiler del coche, un Toyota Corolla con Alamo y un seguro de viaje, con FIACT.
La ruta la fui apañando poco a poco, decidiendo hasta donde ir cada día y que no supusiera una paliza en coche, consiguiendo al final solo un par de días con trayectos de unas 4 horas de continuo, siendo el resto inferiores. En un principio el día 5 en lugar de acabar en Bishop nos llevaba a Sequoia NP, pero a falta de una semana para marchar pensé que podíamos ver estos árboles gigantes en Mariposa Groove y nos suponía un buen ahorro de horas de coche para ir a Death Valley, además de permitirnos salir de Yosemite por la escénica Tioga Road y pasar por Mono Lake. Por suerte, pudimos cancelar la reserva en el hotel y encontrar otra en Bishop.
He de decir también que me agobié bastante hasta que, de repente, un día cogí el planning y me cuadró todo a la perfección, prácticamente sin pensarlo.
Con bastante antelación, por supuesto, adquirimos las entradas a Alcatraz y Antelope Canyon, habiéndonos informado de que cuanto antes las cogiéramos mejor, para no quedarnos sin nada.
Tampoco me obsesioné por tenerlo todo planificado completamente al dedillo, solo sabíamos donde dormíamos y cuál era la cita importante de cada día. Por tanto, los lugares donde cenar (porque comer casi siempre tiramos de bocadillo que nos preparábamos por la mañana antes de lanzarnos a la excursión), las paradas intermedias e incluso lo que visitar en cada lugar lo decidíamos sobre la marcha o, como mucho, la noche anterior en el hotel con la guía de Trotamundos en la mano y tirando de diarios de viaje en Internet.
Para el viaje nos llevamos una maleta facturada, una maleta pequeña de equipaje de mano y una mochila también de equipaje de mano. No iban llenas a reventar, en previsión de lo que compráramos allí y de que tampoco haría falta una gran cantidad de ropa. Para San Francisco y Las Vegas escogimos vaqueros y alguna camiseta de vestir y para las visitas a los parques, ropa más deportiva, por si hacíamos alguna ruta, además de un forro polar y un chubasquero-cortavientos.
Pues salimos de Zaragoza a Madrid T4 en autobús tal que un 28 de septiembre por la noche, donde cogíamos el avión muy de mañana. El vuelo era de American Airlines, aunque el primer vuelo era gestionado por Iberia de Madrid a Londres Heathrow y el segundo de allí a San Francisco por British Airways. Entre uno y otro solo teníamos 1 hora de escala, la cual nos vino justa para pasar por los dos controles necesarios en el aeropuerto de Londres, pero bueno, llegamos. Suerte que no había que cambiar de terminal…
Yo iba bastante nervioso desde hacía días con este tema porque no sabía si nos daría tiempo, había leído de todo, pero al final salió bien, que es lo que importa.
La mala suerte es que nos tocó separados en el segundo viaje, 10 horas cada uno en una fila, aunque pasamos bastante rato levantados en la zona intermedia, que es donde estaban las azafatas, y que además tenían allí las bebidas y los tentempiés a disposición de todo el que pasara por allí (vamos, que nos pusimos las botas).
Y llegamos al aeropuerto de San Francisco, donde tuvimos que reclamar nuestra extraviada maleta facturada (que nos dijeron que ya sabían que se había quedado en Londres y venía en el vuelo siguiente) y rápidamente cogimos el trenecito a la zona de las compañías de alquiler de coches y tras una cola de unos 20 minutos en Alamo llegó nuestro turno y solicitamos el coche. Aquí venía mi segundo momento de pre-estrés, debido a que solo íbamos con tarjeta de débito, y en muchos lugares comentaban que solo te alquilaban el coche con la de crédito. Pues sin problema, pidió los billetes de vuelta y dijo que con ese justificante era suficiente, así que nos dio el GPS (un deleznable Garmin) y bajamos al garaje a por el coche. Nos asustamos con la cantidad de gente que había esperando, pero preguntamos a la encargada y nos dijo “¿Corolla? Allí lo tenéis”. Vamos, que lo de coger el coche más típico de alquiler por allí, una suerte, porque de estos había unos cuantos disponibles en el momento.
Y aquí comienza la aventura. Después de pedir a un empleado una breve explicación del funcionamiento del automático, nos lanzamos a la calle. Los primeros pasos, bien, hasta que me despisté e intenté a la salida de un semáforo cambiar de primera a segunda pisando el embrague… y evidentemente lo que pisé es el freno, creando un pequeño atasco en una intersección. Segundo problema, el Garmin (¿Ya lo he calificado como deleznable?) al que habíamos puesto la dirección de nuestro hotel en Fisherman Warf nos lió y nos metió en una zona donde había una empresa y a punto estuve de pasar por una entrada de estas con pinchos en el suelo donde se puede entrar, pero… ¿salir?. En fin, que menos mal que me di cuenta, frené, hice la pirula y volví a salir a la calle principal.
Después de esto y de atentar contra la seguridad vial en múltiples ocasiones (me salté dos semáforos en rojo, hice 2 o 3 pirulas más, un giro indebido, un aparcamiento en zona prohibida y una mini excursión por la acera) conseguí dejar el coche en el parking del hotel sano y salvo… y sin multas. En esos momentos estaba a punto de arrepentirme de haber decidido alquilar coche en vez de buscarnos un viaje organizado…
En definitiva, eran las 14:30 de la tarde, estábamos por fin en San Francisco, ya instalados en el hotel (Radisson Fisherman Warf)y bastante descansados dentro de lo que cabe, pues habíamos dormido bastante en el bus de Zaragoza a Madrid, casi completo el vuelo a Londres y un buen rato en el de San Francisco.
Así que esa tarde la ocupamos en recorrer “nuestro” barrio, Fisherman Warf. Nos acercamos al puerto, nos sorprendimos con la enormidad de las palomas que allí había (esas en la plaza del Pilar, tiran la basílica) y con la pasividad de las gaviotas, ya que podías estar a centímetro de ellas y que ni se inmutasen, y después recorrimos toda la zona del embarcadero y Jefferson St hasta el cruce con Hyde St. Muchas fotos y mucho entretenimiento para un sorprendente primer impacto de la ciudad. A la vuelta, el cansancio ya nos pesaba y decidimos ir a lo fácil y pasar por McDonald’s y subirnos la cena al hotel, que lo teníamos al lado, previo paso por un 7eleven para coger unos donuts para el desayuno del día siguiente. Y con las mismas, a las 10 de la noche durmiendo como marmotas.
Supongo que de modelos y de percepciones, porque los GPS son de esas cosas en las que nadie nos ponemos de acuerdo.
Mi experiencia con TomTom tampoco es la mejor, pero al menos es relativamente sencillo poner una dirección o punto de interés hasta el que llegar, mientras que con el Garmin (al menos el que teníamos) nos costaba muchísimo que aceptase una dirección, no dejaba el "a cualquier número" o "centro de ciudad", y apenas encontraba puntos de interés, por famosísimos que fueran.
Cuando conseguimos poner la dirección, nos llevó bien, salvo el primer día en San Francisco que nos metió en un embrollo bastante temprano y a la salida de Sausalito que nos equivocó una doble salida (de estas que sales por dos carriles que acaban dividiéndose).
Lo bueno es que estaba completamente actualizado, o que allí no cambian tanto las carreteras como aquí.
Hola Drako, me lo he leído casi de un tirón y ya te he dejado mis cinco estrellitas. Me ha traído grandes recuerdos.
En el GC nos pasó algo parecido, no pudimos disfrutarlo a tope por culpa del mal tiempo, pero en cuanto tengamos oportunidad volveremos por allí a desquitarnos
Y dilemas parecidos al que tuviste tú 15 minutos después de salir de Tusayan los he tenido yo en diversas ocasiones... y casi siempre he dado media vuelta y he seguido el impulso. A veces me he arrepentido y a veces no, pero ante la duda, prefiero intentarlo
Murglys, es cierto lo que dices, pero también esos 15 minutos de vuelta, mas la entrada del parque, la visita al mirador y volver a salir del parque podría habernos supuesto (por decir) 1 hora, y quizá eso nos hubiera privado de "perder" el tiempo en entrar en Seligman y hacer el trayecto de la Ruta 66 que nos encantó.
Vamos, que nunca se sabe cuando aciertas más o menos.
Además, es la excusa perfecta para pensar que algún día tendremos que volver...
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Alcatraz y Muir Woods cerrados por la razón above mentioned.
Menos mal que Muir Woods lo vi a la ida hace más de un mes, y que Alcatraz no me atraía lo más mínimo (ni compartir momentos con las "hermanas" en la lavandería ).
Lo que me fastidia es que vuelvo a perderme la fleet week por los pelos. Pero tengo el aniversario del Fisherman wharf ahí mismo, como consolidación.
Qué faena, ojomagico! os afecta en más visitas planificadas? no quiero ni imaginarme planificar un viaje como este durante meses, años y que pase esto y no puedas ver los parques!
Qué faena, ojomagico! os afecta en más visitas planificadas? no quiero ni imaginarme planificar un viaje como este durante meses, años y que pase esto y no puedas ver los parques!
Tranqui. No nos afecta a ninguna visita planificada. Alcatraz no nos mola el rollo carcelario y Muir Woods ya lo vimos hace un mes cuando llegamos. Lo malo es que me quedé ya sin coche, solo me queda Frisco, y en una semana de días estoy en el curro eguein