Mi viaje por sudáfrica. Agosto 2014 ✏️ Blogs de Sudáfrica

Para preparar todas las reservas contacté en febrero con la agencia Evaneos, que me remitió a Rhythm African Tours, agencia local sudafricana, con Virginia, y empezó un intenso y productivo intercambio de correos para poder organizar el viaje lo más perfecto y a mi gusto posible.

Una vez que cuadré el itinerario, cosa complicada porque había dos puntos con fecha inamovible que había que encajar con el resto del viaje, uno la salida del Rovos Train de Pretoria a Ciudad del Cabo, sólo unos días al mes, y otro el partido de rugby Sudáfrica-Argentina, el 16 de agosto en Pretoria, saqué los billetes. Busqué el trayecto más corto en horas, con 1 escala, y resultó ser con Swissair, vía Zurich, el precio no era el más barato pero la diferencia no era mucha, salió por 970 pp. Reservé también los asientos para evitar sorpresas de última hora. El vuelo era por la noche llegando a Johanesburgo a primera hora de la mañana, lo cual era perfecto para nosotros.

Con los billetes y el itinerario empezamos a reservar los hoteles, yo tenía ya elegidos la mayoría, bien porque me los habían recomendado algunos amigos que habían estado el año anterior, o porque me habían gustado a través de internet. Virginia me orientó con información complementaria para poder decidir mejor, fue muy útil, en seguida captó el tipo de viaje que quería, los lugares preferidos y los tiempos. También reservé el coche, el conductor para un tramo del viaje, algunos traslados puntuales al aeropuerto o al estadio de rugby, un pequeño crucero en el Cañón del Blyde que haríamos de camino y que preferí llevarlo confirmado para no perder la ocasión por falta de plazas, alguna que otra actividad, dos vuelos internos, el tren, las entradas para el partido de rugby y las reservas en dos restaurantes muy afamados (sólo de mesa, a pagar allí después de elegir a la carta).

Con todo esto envié un anticipo del 40%, y un mes antes del viaje el resto. En total pagamos unos 4500 euros pp en habitación doble. En las etapas del viaje os contaré más detalladamente todo lo que cubría este importe y el tipo de alojamientos, para que os hagáis una idea más exacta.

Una vez cerrado este tema quedaban algunos preparativos. Por supuesto, confirmar que el pasaporte y las tarjetas de crédito estaban en vigor para las fechas del viaje, que NO necesitábamos visado, y una cita en el Centro de Vacunación Internacional (al menos así se llama el de Madrid), para actualizar las vacunas y recibir información específica sobre Sudáfrica. Aconsejo hacerlo con tiempo porque están a tope y es necesario, para algunas vacunas, un periodo de espera antes de viajar. Nos recetan malarone para la malaria, sólo para los días del Kruger. Además, el Vivotif para las tifoideas, muy aconsejable cuando uno viaja por su cuenta (cada 3 años). También nos recomendaron el Goibi para los mosquitos, aunque vamos en invierno y no habrá muchos.

A mí me gusta empaparme un poco con lecturas sobre el país, o literatura local, así que compré algunas novelas de autores sudafricanos, además una guía para moverme sobre el terreno y un buen mapa de carreteras.

Por último, un repaso al equipaje para compras necesarias, el clima en Sudáfrica iba a ser muy variado, pero nunca de mucho calor, había que llevar el típico vestuario de capas, forro polar medio y chubasquero, pues teníamos muchas probabilidades de lluvias, especialmente en la región de El Cabo. Un botiquín completito y por supuesto las cámaras y tarjetas a punto. Sin olvidar el adaptador de enchufe, en Sudáfrica hay de varios tipos, por eso llevo el juego universal que tengo y, además, uno especial que me habían dado unos amigos. También se puede comprar allí.

El día anterior imprimí la tarjeta de embarque, los “bouchers” de hoteles y coches que me mandó la agencia en PDF y el itinerario.

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Con las maletas cerradas y a punto de salir para el aeropuerto recibo un correo de swissair. “Su vuelo ha sido cancelado”. Os prometo que se me paró el corazón, tras superar un breve ataque de nervios llamé a la compañía, el vuelo de Zurich a Johanesburgo se había cancelado pero no Madrid-Zurich, nos aseguraron plaza a la mañana siguiente pero debíamos cerrarlo todo en el aeropuerto.
Salimos de casa a todo correr, temiéndonos lo peor, taxi al aeropuerto y allí, en el mostrador de Swissair nos dieron a entender que nuestro vuelo, que salía de Zurirch a la 10 y pico de la noche en realidad se había pospuesto a las 8 de la mañana del día siguiente, pero que se mantenía nuestra plaza e incluso los asientos reservados. Nos quedamos mucho más tranquilos, pues ese primer día tenía una reserva de hotel a una hora del aeropuerto y la intención de pasarlo recuperándonos del vuelo y visitando el pueblo, pero nada más, es decir, el plan de viaje prácticamente no se alteraba con el retraso.
Embarcamos sin problemas ni retrasos hacia Zurich, allí, en el mostrador de incidencias nos dieron unos cupones para el hotel, dentro del mismo aeropuerto, a 5 minutos andando, la cena y el desayuno del día siguiente. Dormimos como niños después de los nervios pasados.
A las 6 de la mañana tomamos un café con bollitos y volvimos a la zona de embarque. Vuelo a Johanesburgo. Llegamos sobre las 9 de la noche, recogimos el equipaje y, nada más salir, una persona de la agencia con un cartelito con mi nombre nos estaba esperando. Nos comentó la posibilidad de alojarnos allí mismo, perdiendo la noche de hotel, o viajar una hora hasta el hotel reservado, dado que ya no tenía sentido desplazarnos sólo para dormir, que estábamos absolutamente agotados y que llegaríamos demasiado tarde para cenar, con la única finalidad de dormir y salir al día siguiente, temprano, para el kruger, decicimos quedarnos en un hotel pegado al aeropuerto. El guía nos acompañó, nos ayudó con el cheking y se despidió hasta el día siguiente a las 8. Tras una ducha cenamos en el mismo hotel una hamburguesa y nos fuimos prontito a la cama.
*** Imagen borrada de Tinypic ***

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Después de un buen desayuno en el buffé, bien dormidos y descansado, salimos con el conductor del día anterior hacia el parque Kruguer. El plan de ese día era llegar al Kruger a primera hora de la tarde, queríamo hacer el recorrido sin prisas, parando de vez en cuando y comiendo por el camino, para empezar a tomar contacto con el país, hicimos una ruta un poco más larga que la habitual para disfrutar de la zona.
A la hora de salir de JNB paramos en una gasolinera imponente, con restaurante, tiendas, y, lo que más nos gustó, un enorme mirador desde el que pudimos ver algunas cebras y búfalos que se acercaban a beber a un pequeño laguito justo enfrente del mirador. Nuestros primeros animales salvajes. Allí cambiamos de conductor y conocimos a Grieg, el que iba a ser nuestro guía en la zona de Cañón del Río Blyde, tras los días del Kruguer. Justo antes de arrancar el coche, un todo terreno impecable, nos señaló a lo lejos unas manchitas negras, con los prismáticos pudimos ver perfectamente 3 rinocerontes, no dábamos crédito.
El paisaje empezó a cambiar paulatinamente según íbamos subiendo, hasta que llegamos a Dullstrom, estábamos en una zona de montaña, airecillo fresco y limpio, el pueblo no es más que una calle de pequeños restaurantes, cafés y algunas tienda de artistas locales. Compré unas cucharitas y un cuenco de porcelana pintada y nos tomaos un capuchino al solecito en una terraza. El viaje continuó por una carretera con paisajes espectaculares de las montañas, todo muy verde, paramos de vez en cuando a sacar fotos. Otra pequeña parada en Lydenberg para ver una pequeña iglesia, la más antigua de la zona. A las 2 le comenté al guía que nos buscara un sitio agradable para comer y paramos en un pequeño restaurante, con mesitas repartidas en un jardincito. Aprovechando que estábamos en una zona truchera, pedimos unos bocadillos de trucha ahumada por ellos con salsa tártara buenísimos y probamos la cerveza sudafricana por primera vez.
Sobre las 4,30 cruzamos la puerta del parque Kruguer, empezamos a ver algunos antílopes, cebras, etc, la vegetación y el paisaje habían vuelto a cambiar completamente. Arbustos intrincados y mucho más seco. Llegamos al lodge que teníamos reservado, Motswari, en la reserva privada de Timbavati. Encantadora recepción con el tradicional zumo y toallita fría para refrescarse. Es un hotel con habitaciones de arquitectura tradicional, techo de palma, terracita, estupendo baño, cama grande y cómoda. Están dispersas alrededor del restaurante-bar y una pequeña piscina. Enfrente del bar hay un río con poco caudal al que se acercan, con mucha frecuencia, distintos tipos de animales, y en el jardincito hay algunos bebederos para la enorme variedad de pájaros de la zona.
Dedicamos una horita a ducha, reorganizar cámaras, preparar la mochila con las cosas para los game drives (gorritos, capa de agua, forro polar, etc) pues al día siguiente saldríamos muy temprano. Sobre las 6 nos fuimos al bar, pedimos un whisky y esperamos a la cena.
Sobre las sietes nos avisan de la cena. El comedor está en una “boma” círculo de estacas que imita la construcción tradicional, en el centro un enorme fuego, en absoluto decorativo pues la noche era fría y gracias a él el ambiente era cálido a pesar de estar al aire libre. Antes de cenar te ofrecen un vino en una barra de bar dentro de la boma y se charla un rato hasta que llega todo el mundo. Compartimos mesa con otros clientes de distintas nacionalidades (te preguntan antes por si prefieres una mesa sólo para tu grupo), en cada silla había una mantita. Cena rica y cuidada, con vinos locales muy buenos. Vuelta al bar para el café y el brandy junto al fuego en unos sofás estupendos. A las diez a la camita, pues había que levantarse muy muy temprano.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***

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