Después de una mañana lluviosa, el sol hizo acto de presencia.
Descansamos unas horas en el campamento de Skukuza y a las 15:30 de la tarde, volvimos a ponernos en marcha.
Si queríamos ver al leopardo, teníamos que seguir buscando, en el panel de avistamientos del campamento, seguía estando señalado la carretera H1-2, donde el día anterior casi pudimos verlo, volvimos a pasar por allí, pero nada de nada.
Pasamos varios caminos y carreteras, pero no vimos mucho, mas que lo que ya era habitual, como elefantes, impalas, cebras y jirafas, con lo que ya ni nos parábamos, solo queríamos ver felinos y especialmente al leopardo.



Ya sobre las 17:00 horas, pusimos rumbo al camino S114, mas o menos en el cruce de este camino con el camino S21, por la mañana, habíamos visto a un león solitario un poco lejos, tal vez ahora se habría movido y se vería mejor.
Tomamos una buena decisión.

Cuando llegamos a la zona, nos encontramos un montón de coches en el lugar.
Efectivamente, el león aún estaba allí, pero se había movido, estaba mucho mas cerca del camino, además ahora tenía compañía, estaba junto a una leona.

Que bien, estuvimos esperando a que se fueran algunos coches, para poder pillar una buena posición y hacer nuestras fotos. Parece que no, pero cuando hay un buen avistamiento, depende del lugar, se concentran 10 o 15 coches, por lo que tienes que esperar turno o dejar sitio a los otros, depende en que momento hayas llegado al lugar.
Estos 2 leones, estaban bastante inactivos, estuvimos como unos 15 minutos y estaban tumbados, a la sombra de unos matorrales, sin moverse.
Cuando decidimos movernos e irnos, va el león y se empieza a mover, por lo que aguantamos, por fin se estaban moviendo un poco.

Al menos vimos un poco de actividad, estos leones, pasan tumbados la mayoría de las horas del día.
Vimos como justo detrás de ellos pasaban unos impalas, como a 10 metros de ellos, pero no estaban por la labor de ir de cacería, se ve que no tenían hambre. Tan solo movieron la cabeza y miraron un poco como pasaban los impalas, pero de ir tras ellos, nada de nada.

Con la tontería de ver si se levantaban a por los impalas, que si se movían, que si no se movían, ya volvían a ser las 18:00 horas, nos quedaba media hora para volver a Skukuza y mas o menos estábamos a unos 20 minutos del campamento.
Lo sentíamos mucho, pero nos teníamos que ir, una lástima, otra vez, cuando teníamos uno de los mejores avistamientos, teníamos que irnos.
Sobre las 18:10 horas, ponemos rumbo al campamento.
Al cabo de 2 kilómetros de donde estaban los leones, un coche parado, nos acercamos y nos encontramos con una manada de unos 10 Wild Dogs, junto a unas 3 hienas, se estaban peleando o luchando por unos trozos de alguna presa.

Vimos perfectamente, como uno de los perros, se estaba comiendo un trozo de la cara de un joven impala, vimos perfectamente un ojo, la nariz y boca del joven animalito, aquel que habíamos visto a tantos, que ya ni nos parábamos para verlos, ahora uno de ellos, se lo estaban comiendo entre los perros y las hienas.
Queríamos quedarnos mas rato, pero mi mujer me recordó que ya eran las 18:20 horas, que llegaríamos tarde, una lástima, por que no nos queríamos marcharnos, pero no se que pasaría, si llegáramos mas tarde de las 18:30 al campamento.
Nos marchamos del lugar, en teoría no podíamos ir a mas de 40 km hora en los caminos sin asfaltar y 50 km hora en las carreteras asfaltadas, pero sobrepasamos estos máximos, si no no llegábamos a tiempo. A las 18:29 horas, entrábamos al campamento.

No sabemos que pasa, si llegas mas tarde de las 18:30 a los campamentos, pero seguro que hay gente que entra mas tarde, por que donde habíamos visto a los leones hace un rato, se habían quedado varios coches mirando a los animales, esos coches, si tenían que ir a Skukuza, que era el campamento mas cercano a ese lugar, no llegaron antes que nosotros, por lo que seguro llegarían mas tarde de las 18:30 horas, no sabemos si los guardias te dan un pequeño margen para llegar un poco mas tarde o no, no lo quisimos comprobar.
Por desgracia, era la tercera tarde seguida, que cuando mejores avistamientos teníamos (sobre las 18:00 horas) menos tiempo podíamos disfrutar de ellos, por que a las 18:30 teníamos que estar en los campamentos.
Ya que era verano y el sol se ponía sobre las 19:15 o así, los del Kruger, podrían dejar abierto al menos hasta las 19:00 horas.
Una lástima.