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PRECIOSOS PUEBLOS PINTORESCOS Y MEDIEVALES DE CATALUÑAAutor: Silviacasanovaslorenzo Fecha creación: ⭐ Puntos: 4 (3 Votos) Índice del Diario: PUEBLOS PINTORESCOS DE CATALUÑA
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Etapas 7 a 8, total 8
GERONA:
QUE VER: El Call o barrio judío: Dentro de la encrucijada de callejones medievales destaca la Judería, El Call judío de Girona, donde vivió hasta finales del siglo XV una reducida comunidad. Se trata de uno de los núcleos medievales mejor conservados de Europa. Destaca en el mismo el Centro Bonastruc Ça Porta, la antigua posible sinagoga convertida hoy en centro de estudios. Al lado norte del centro se encuentra el Montjuïc, o monte de los Judíos. La Catedral de Girona: O Santa Maria, construida entre los siglos XI-XVIII ofrece cuatro estilos arquitectónicos: románico, gótico, renacentista y barroco. Tiene la nave gótica más amplia del mundo, siendo la segunda más ancha, sólo por detrás de la catedral de San Pedro del Vaticano. La Iglesia de Sant Felix: El casco antiguo cuenta con representativas construcciones religiosas, como la Basílica de Sant Felix. Los Baños Árabes: El recorrido por el barrio viejo puede concluir en el Passeig Arqueològic, con las torres Júlia y Cornèlia; y los Baños Árabes, al final del paseo, caracterizados por su linterna cupulada superior. Las Casas del rio Oñar: Muy características de Gerona son las casas colgadas sobre el río Oñar. Estas pintorescas casas construidas a lo largo de los siglos al lado del río ofrecen una imagen espléndida de una pequeña ciudad mediterránea. Todas las fachadas fluviales están pintadas siguiendo la paleta cromática conferida por el pintor gerundense Narcís Comadira. La Rambla de la Libertad: Antigua espina dorsal del la Gerona medieval barroca y ochocentista, es el espacio público más concurrido y emblemático de Gerona. Sin embargo, la existencia de la rambla es muy reciente ya que su configuración data del 1885 época en la que el arquitecto municipal Martí Sureda unificó la plaza de las coles con la calle del abrevadero y los soportales de los esparteros que hizo derribar. Todo el espacio se convirtió, entonces, en un paseo arbolado, de tilos, y se pusieron unos bancos. Se llamó la Rambla de la Libertad haciendo honor al árbol de la Libertad que se plantó en 1869, durante el sexenio democrático. Aunque el espacio fue muy modificado por Sureda, conserva una parte porticada medieval y algunos de los palacios de la misma época. No obstante, la construcción de inmuebles ochocentistas transformó, en parte, el carácter medieval del espacio. Actualmente la Rambla es el punto de entrada al Barrio Antiguo para los turistas que llegan a la ciudad y un lugar de paseo para todos. La Plaza de la Independencia: Hace referencia a la Guerra de la Independencia Española, es una de las plazas más conocidas y frecuentadas de Gerona. Situada en el Barrio de Mercadal, en el centro de la ciudad, la plaza se asienta donde estuvo el convento de San Agustín, por lo que también se conoce como Plaza de San Agustín. El interés de esta plaza radica en su aire ochocentista pese a que, la misma, está rodeada por edificios neoclásicos austeros e idénticos, con unos porches escultóricos dedicados a los defensores de la ciudad de Gerona durante los asedios de 1808 y 1809. De todas formas, la plaza, de proporciones simétricas corresponde más bien a las intervenciones actuales que a su pasado arquitectónico. El arquitecto municipal Martí Sureda fue el primero que ideó una plaza cerrada y porticada con vueltas neoclásicas, con unos edificios que tuvieran las mismas proporciones estéticas. La urbanización de la zona sólo siguió, en parte, sus esquemas y la construcción de las primeras salas de cine de esta ciudad, malogró la idea de Martí Sureda. Hasta los años 80 del siglo XX no se pudo completar lo que había imaginado ese arquitecto. Los Puentes sobre el río Oñar: Uno de los principales problemas, a lo largo de la historia, de la ciudad, lo constituyó la necesidad de unir las dos partes de la ciudad que se hallaban separadas por el río Oñar: la orilla derecha (Barrio Viejo) y la orilla izquierda (barrio de Mercadal). Debido a ello, los puentes jugaron un papel primordial en el desarrollo de la ciudad. Actualmente no queda ninguno de los puentes medievales que cruzaban el río y la mayoría de las construcciones son contemporáneas. Entre ellos destacan cuatro: el puente de piedra, el puente de hierro, el puente de Gómez y el viaducto del ferrocarril. El puente de piedra (o de Isabel II) data de 1849 y sustituyó al puente medieval que unía los dos barrios de la ciudad. El puente de hierro (o puente de las pescaderías viejas, o puente de Eiffel, en honor a Gustave Eiffel (cuya empresa construyó el puente), data de 1876, y significó un gran avance en cuanto a la unión y cohesión de la ciudad. El puente de Gómez (que lleva el nombre de la persona a la que se le expropió la casa para construir el puente) data de 1916 y rompe el estilo ochocentista de los puentes anteriores, con una estructura de cemento moderna y austera. Por último, el cuarto puente es el viaducto del ferrocarril, construido en 1876 que representó la llegada de la modernidad y el progreso para una Gerona que permanecía amurallada. GASTRONOMIA: Rape, merluza, doradas, lubinas, suquet de pescado... son platos típicos de la zona. En ocasiones, marisco y pescado, se mezclan con ingredientes de la tierra, como los caracoles: es el caso de la langosta con caracoles, que constituye un plato típico y creativo, como también lo es el conejo con caracoles, la sopa de oca con cama-sec, el pato con mongetes, el conejo con nabos, la perdiz con caracoles, los peus de porc con hierbas aromáticas, el niu de tripas de bacalao y tordos, etc, que son muestras de la cocina más imaginativa. Los arroces variados, la olla de pescadores, la patarrellada de mero, la escudella, la variedad de setas de sus montes, las habas a la catalana, los foies de oca, la utilización de diferentes salsas, etc, hacen posible satisfacer al más exigente gourmet. Excelentes embutidos como las butifarras (de arroz, de huevos...), el bull, el paltruc, quesos como el Garrotxa, el Selva y el Tupí, panes como la corona y los costrons, salazones como las inigualables anchoas de L´Escala, son exponentes de una riqueza gastronómica excepcional. Los dulces típicos, en los que con frecuencia está presente la almendra, la crema catalana, las cocas, y una excelente fruta, entre la que destacan las manzanas, permiten elegir los postres y acompañarlos con una copa de ratafía (licor de nueces) típica de la provincia. Vinos y restaurantesEn la provincia de Girona se encuentra la Denominación de Origen, Empordá -Costa Brava, en la que actualmente destacan los caldos rosados, o los vinos jóvenes. Sin embargo, muchos son los que auguran que su futuro está en los excelentes tintos de crianza, de los que ya hay muestras. El restaurante El Bulli, en Roses, calificado con tres soles por la guía CAMPSA, es un lugar idóneo para degustar la cocina de la región. El Céller de Can Roca, en Girona capital, Els Tinars, en Llangostera, o el restaurante Torre del Remei en Bolvir, son otras opciones a la hora de comer en esta provincia. FIGUERAS Figueras es una de las ciudades más importantes de la provincia de Gerona (Cataluña, España). Es además la capital de la comarca catalana del Alto Ampurdán. QUE VISITAR: TEATRO-MUSEO DALÍ: Salvador Dalí decidió, a principios de los años 60, construir su museo en el interior de las ruinas del viejo Teatro Principal de Figueres. Actualmente, un amigo y colaborador suyo, Antonio Pitxot i Soler, es su Director. Orígenes y creación El edificio del teatro, obra del arquitecto Roca i Bros, fue construido entre 1849 y 1850 pero fue destruido por un incendio en 1939, al final de la guerra civil española. Desde aquel, momento el edificio había quedado reducido a su estructura periférica. El techo de la platea se había hundido; de los palcos sólo quedaban los pasillos de acceso, y del escenario, el arco de la boca de escena y los almacenes laterales. El vestíbulo y el salón de descanso fueron las únicas partes que se mantuvieron en gran medida intactas. El fuego dejó una ruina de aspecto fantasmal. En 1961 el alcalde de la ciudad propuso a Salvador Dalí hacer un museo dedicado a su obra. El pintor quedó atrapado por el encanto espectral del teatro y lo aceptó como sede del futuro Teatro-Museo Dalí: ...me pareció muy adecuado, por tres razones: la primera, porque soy un pintor eminentemente teatral; la segunda, porque el Teatro está justo delante de la iglesia en que fui bautizado; y la tercera, porque fue precisamente en la sala del vestíbulo del Teatro donde expuse mi primera muestra de pintura. Para reunir su obra en el antiguo teatro, el artista se entregó a la tarea durante más de una década, interviniendo y diseñando los detalles más mínimos. La inauguración del Teatro-Museo Dalí ocurrió el 28 de septiembre de 1974. Uno de los elementos más visibles del museo es la estructura reticular transparente en forma de cúpula geodésica que corona el edificio, idea de Salvador Dalí realizada por el arquitecto Emilio Pérez Piñero (1935-1972).La cúpula se ha convertido no sólo en el emblema del Teatro-Museo y símbolo para la ciudad de Figueres. El Teatro-Museo Dalí Las diferentes colecciones gestionadas por la Fundación Gala-Salvador Dalí incluyen todo tipo de obras de arte: pintura, dibujo, escultura, grabado, instalación, holograma, estereoscopía, fotografía, etc. De estas, unas 1.500 están expuestas en el Teatro-Museo Dalí de Figueres. Con el nombre de Teatro-Museo Dalí se incluyen dos espacios museísticos diferenciados, que proponen un recorrido libre y personal a través de sus salas: El Teatro-Museo, propiamente dicho, formado por el viejo teatro incendiado y el grupo de salas, resultado de las progresivas ampliaciones del Teatro-Museo Estas salas forman parte físicamente de Torre Galatea, edificio adquirido en 1981 por el entonces Patronato del Museo, y de la tienda de antigüedades adjunta, adquirida en 1993 por la Fundación Gala-Salvador Dalí y remodelada y diseñada para espacios expositivos por el equipo de arquitectos dirigido por Dani Freixes y Vicente Miranda. El Teatro-Museo Dalí contiene numerosas obras que describen la trayectoria artística del pintor ampurdanés, desde sus primeras experiencias artísticas-impresionismo, futurismo, cubismo, etc... y sus creaciones dentro del surrealismo, hasta los últimos trabajos de su vida.Algunas de las obras más destacadas que se exponen son Autorretrato con l´Humanité (1923), Port Alguer (1924), El espectro del sex-appeal (1932), Retrato de Gala con dos costillas de cordero en equilibrio sobre su hombro (1933), Autorretrato blando con bacon asado (1941), Poesía de América-Los atletas cósmicos (1943), Galarina (1944-45), La cesta del pan (1945), Leda atómica (1949) y Galatea de las esferas (1952), entre muchas otras. También hay que destacar el conjunto de obras realizadas por el artista con la finalidad expresa de ser expuestas de forma permanente en el museo, obras que van desde pinturas y esculturas hasta complejas instalaciones monumentales. En este grupo destacan la sala Mae West, la sala Palacio del Viento, el Monumento a Francesc Pujols y el Cadillac lluvioso. Si bien la obra expuesta es básicamente de Dalí, también hay piezas de otros artistas que él quiso que se expusieran: Antoni Pitxot (sala 12), Evarist Vallès (sala 8), la colección privada de Salvador Dalí con obras de El Greco, Mariano Fortuny, Modest Urgell, Ernest Meissonier, Marcel Duchamp, Gerard Dou, etc. (sala 14). En diferentes salas del Teatro-Museo se pueden encontrar, entre otras, obras de Bouguereau, John de Andrea, Wolf Vostell, Meifrén y Ernst Fuchs. Desde la muerte de Salvador Dalí, en 1989, también puede visitarse la cripta con su tumba, situada en el centro del museo; un espacio que fue remodelado en 1997 para exponer una colección de joyas de oro diseñadas por el artista. El Teatro-Museo Dalí hay que percibirlo como un todo, como la gran obra de Salvador Dalí. Todo en él fue concebido y diseñado por el artista para proporcionar al visitante una verdadera experiencia surrealista, para adentrarse en el mundo único y cautivador de su creador. CASTILLO DE SAN FERNANDO: Construido durante el reinado de Fernando VI de España, en 1743, según proyecto de Juan Martín Zermeño y Pedro Martín-Paredes Zermeño. De planta pentagonal, su perímetro alcanza los 5,6 km, siendo el monumento más grande de Cataluña y uno de los complejos fortificados más notables del mundo por el conjunto de sus fortificaciones exteriores. IGLESIA SANT PERE: De estilo gótico con nave única y capillas entre los contrafuertes. La cabecera y el campanario son añadidos neogóticos. EL MUSEO DEL JUGUETE DE CTALUÑA: Se inauguró en el año 1982 en las dependencias del antiguo Hotel París (antigua casa solariega del Barón de Terrades), en la Rambla de Figueras. Unas recientes obras de rehabilitación y adecuación han permitido triplicar el espacio inicial del Museo, reabierto el 12 de diciembre de 1998. El Museo exhibe más de 4.000 piezas: zootropos, mecanos, teatritos, animales y caballos de cartón, cocinas, pelotas, peonzas, aviones, coches, trenes, muñecas, títeres, aparatos de magia, juegos para invidente, disfraces, recortables, manubrios, soldados, robots, máquinas de vapor, ositos, triciclos, patinetes... Muchas de estas piezas se acompañan de fotografías antiguas de niños con sus juguetes, lo cual nos ayuda a situarlas cronológicamente y ver como se jugaba en aquella época. Algunos juguetes habían pertenecido a personajes como Anna Maria y Salvador Dalí, Federico García Lorca, Joan Miró, Josep Palau y Fabre, Joan Brossa, Quim Monzó, Frederic Amat... El Museo dispone de un Centro de Documentación e Investigación sobre los juegos y los juguetes, del auditori Brossa-Frègoli y de un espacio para actividades al aire libre: la azotea del Museo. La visita de la colección puede tener varias lecturas: la nostálgica a través de los juguetes de nuestros abuelos y abuelas y la de observación, con la cual reseguimos como los adelantos científicos y técnicos de cada momento han incidido en el diseño de los juegos y los juguetes, del mismo modo que lo han hecho y lo continúan haciendo los acontecimientos históricos y los movimientos artísticos. Al Museo del Joguet de Catalunya podrás encontrar los recuerdos más hermosos de tu infancia... MUSEO DEL EMPORDA: Presentan un amplio abanico cronológico del arte y la arqueología de nuestra comarca, desde la prehistoria hasta los nuestros días, con una especial dedicación a la pintura catalana y ampurdanesa de los siglos XIX y XX. El recorrido empieza con una muestra de los hallazgos arqueológicos del Alto Ampurdán, desde el neolítico hasta la romanización, que incluye una colección de ornamentos personales, cerámicas griegas de figuras negros y rojas y recipientes de vidrio. Continúa con la época medieval y moderna, dónde destacan los capiteles del monasterio de San Pedro de Rodas así como los depósitos de obras del Museo del Prado (Mengs, Mignard, Herrera...). A través de las obras de Pinazo, Sorolla, Nonell, Martí Alsina, Berga y Boix, Casas, Gargallo, Gimeno, Mir, Masriera, Sunyer, Marés, Dunyach y Casanovas, entre otros, se puede seguir la trayectoria del arte catalán desde mediados del siglo XIX hasta el modernismo y las primeras vanguardias, con obras de Tapias, Ponç y Cuixart. Finalmente, Comalat, Bonaterra, Llavanera, Eusebi de Puig, Núñez, Salvador Dalí, Àngels Santos Torroella, Àngel Planells, Joan Massanet, Evarist Vallès, Joan Sibecas, Joan Padern, Pujolboira, Lluís Roura y Josep Ministral, entro muchos otros, nos muestran la evolución de la pintura ampurdanesa a través del paisaje realista, el surrealismo, la abstracción conceptual y la nueva figuración. El museo también expone a lo largo del año varias exposiciones temporales. Etapas 7 a 8, total 8
Situada en plena península del Cabo de Creus, Cadaqués es una de las localidades más emblemáticas de la Costa Brava gerundense. Su rocoso litoral, recorrido por bellas playas y recoletas calas, constituye uno de sus principales atractivos, así como el increíble paisaje que depara el Parque Natural del Cap de Creus. Al fondo de la bahía de Cadaqués se encuentra su casco histórico, de aire mediterráneo y profundo sabor marinero. Fuente de inspiración de pintores y artistas de fama internacional durante décadas, este núcleo goza hoy de una intensa vida cultural, de la que dan fe sus numerosos museos y galerías de arte, entre los que destaca la Casa-Museo de Salvador Dalí.
Cadaqués será el punto de partida ideal para conocer el resto de la comarca del Alt Empordà, repleta de localidades históricas, insólitos espacios naturales y abundantes yacimientos arqueológicos. EL CASCO HISTORICO: Al fondo de la bahía de Cadaqués se eleva el angosto entramado de callejuelas empedradas y casas blancas que configura su casco histórico. Sobre el perfil de la villa destaca la imagen de la iglesia de Santa María, templo de blanca fachada y cuidadosamente restaurado que alberga un magnífico retablo de estilo barroco. Por su parte, la arquitectura modernista ha dejado su peculiar impronta en algunas de los edificios más notables de la ciudad, como la Casa Serinyena. Durante las primeras décadas del siglo XX, la localidad se convirtió en un importante foco cultural europeo. Numerosos artistas vanguardistas, entre ellos Picasso, Chagall o Klein, encontraron en este hermoso rincón gerundense su particular fuente de inspiración. Sin embargo, fue Salvador Dalí quien dio a Cadaqués fama internacional, ya que en esta localidad pasó largas temporadas el genial pintor durante su infancia, además de establecer en ella su residencia. Su casa-museo, ubicada frente a la bahía de Port Lligat, al norte de la población, permite conocer parte de la prolija obra del maestro del Surrealismo. La gran oferta cultural con que cuenta Cadaqués pasa por sus numerosos museos y galerías de arte, como el Museo Municipal de Arte, que expone obras de artistas que mantuvieron un estrecho vínculo con Cadaqués, o el Museo Perrot-Moore, que reúne obras de arte gráfico europeo, sin olvidar el ya tradicional Festival Internacional de Música, que se celebra anualmente en la iglesia de Santa María. PORT LLIGAT: CASA-MUSEO SALVADOR DALÍ: En enero de 1998 la casa y su entorno fueron declarados Bien Cultural de Interés Nacional por el Departamento de Cultura de la Generalitat de Cataluña. Dadas las características del edificio y para garantizar la calidad de la visita, se estableció un sistema de turnos para grupos reducidos, que pueden acceder a la casa-museo cada 10 minutos. En el mismo sentido, también se recomienda hacer una reserva previa para concertar el día y la hora de la visita. La visita a Port Lligat es recomendable para todo el que quiera conocer bien el universo del pintor. La casa-museo está situada en la bahía, al norte de la localidad de Cadaqués, donde nació el padre del pintor y donde él había pasado largas temporadas durante su infancia y juventud. Además de la casa, el visitante se hallará con otro elemento de interés: el paisaje que la envuelve, un paisaje al que Dalí estuvo asociado desde niño y que recuerda en sus sueños. La particular geología del Cabo de Creus fue una fuente de inspiración fantástica para el pintor. La edificación de Port Lligat es una obra más de Salvador Dalí, en su busqueda de aislamiento y paz para pintar. Fue su única residencia estable. Gala y Salvador Dalí se establecieron en Port Lligat durante la primavera de 1930, en una sencilla barraca de pescadores. En el año 1930 Port Lligat era un incipiente poblado con una veintena de barracas, alineadas a uno y otro lado de un pequeño riachuelo, un lugar apartado y solitario. Desde el primer momento, el color verde y gris del paisaje y de los olivos, las primitivas construcciones rurales, la costa rocosa y el agua de la pequeña bahía se convirtieron en elementos habituales en las pinturas que realizó Dalí. En 1932 la casa estaba formada por dos barracas y un pequeño anexo. En 1935 los Dalí ya hicieron la primera remodelación y ampliación importante. Cuando Gala y Salvador Dalí regresaron de Estados Unidos en el verano de 1948, tras doce años de ausencia, tomaron la decisión de convertir definitivamente Port Lligat en lugar de residencia. Dalí necesitaba un espacio para trabajar, pero también para ordenar y acumular todo lo que la vida nómada de aquellos años no le permitía guardar. A partir de entonces la casa creció constantemente, con nuevas construcciones y añadiendo nuevas barracas, para adaptarse a las nuevas necesidades de Dalí, sobre todo para estructurar un espacio de trabajo preparado para el formato y la complejidad de la tarea del pintor. Se construyeron el estudio, la biblioteca, el dormitorio y, durante los años 60, se edificaron la sala oval, el patio, el comedor de verano y la piscina, que fue completada en el verano de 1971. En el estudio de la casa de Port Lligat Salvador Dalí realizó obras como las dos versiones de la Madonna de Port Lligat (1949 y 1950), El Cristo de San Juan de la Cruz (1951), La última cena (1955), El descubrimiento de América por Cristóbal Colón (1958-59), La batalla de Tetuán (1962), La Apoteosis del dólar (1965), La pesca del atún (1966-67) y El torero alucinógeno (1969-70), entre otras, muchas de las cuales son de grandes dimensiones. El resultado de las sucesivas ampliaciones y modificaciones es una estructura laberíntica que, a partir de un punto de origen, la entrada, se dispersa y se retuerce en una sucesión de pequeños espacios singulares encadenados por pasos estrechos, pequeños desniveles y recorridos sin salida. Estos espacios están decorados con recursos que los convierten en ambientes cálidos: alfombras, cal, flores secas, tapices, muebles antiguos, animales disecados, y acogen una gran dispersión de objetos de valor muy desigual pero que por su acumulación contribuyen a definir el tono mágico del conjunto. Todos estos espacios tienen aberturas, de formas y proporciones diferentes, que enmarcan el mismo paisaje omnipresente, la bahía de Port Lligat. La rehabilitación se hizo, durante dos años y medio, con la intención de mostrar a los visitantes el conjunto del espacio donde durante tantos años transcurrió la existencia de Salvador Dalí y su esposa Gala. En la casa hay tres tipos de espacios. Un primer grupo corresponde a la vida íntima de los Dalí: el recibidor, el comedor, la biblioteca, el dormitorio y las salas de estar. Estos espacios -de orden y pulcritud obsesiva- se han delimitado con una barrera ligeramente curvada, para canalizar las visitas, proteger los objetos más delicados. Un segundo grupo es el conjunto de los ámbitos de trabajo de Salvador Dalí, el taller y la llamada sala de los modelos, que acumulan objetos muy diversos y siempre relacionados con la actividad artística. Estos espacios se trataron restringiendo mucho el acceso para poder contemplar desde una cierta distancia la acumulación menos ordenada.Un tercer grupo corresponde a los espacios más pensados para la representación y actuación pública, el comedor de verano, el patio y la piscina. En la restauración, estos espacios se recrearon con todos sus detalles, ya que estaban muy deteriorados por encontrarse al aire libre y para recuperar el ambiente escenográfico que tenía en los años 60 y 70. También se hizo una intervención importante en el olivar y los espacios exteriores, reconstruyendo los muros de piedra seca, recuperando las pequeñas construcciones e instalaciones escultóricas realizadas por Dalí-en especial el Cristo de los escombros (1970) y la barca instalada alrededor del ciprés, que se ha convertido en el símbolo de la casa-museo. GASTRONOMIA: Los pescados y los arroces son los protagonistas de la cocina local, creativa y sabrosísima. El “suquet” de pescado, la olla de pescadores, la zarzuela de mariscos, las paellas, las cocas y los dulces típicos merecen ser conocidos. Etapas 7 a 8, total 8
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