Maravillas de Jordania y Jerusalen ✏️ Blogs de Jordania

Día 7, viernes:

A las 8 nos recoge un autobús demasiado lleno para nuestro gusto (acostumbrados al grupo de los 16) y que al poco de partir ha de regresar a los hoteles porque hay quien no lleva encima el pasaporte y esa tarde deberemos cruzar la frontera palestina para ir a Belén.

La primera visita es al Santuario del Libro en el Museo de Israel, donde se encuentran los rollos del mar Muerto. Espectacular el simbolismo de la cúpula blanca (la LUZ) que hace de tapa de la vasija que contiene los rollos, enfrentada al muro de granito negro (las TINIEBLAS), como se describe en los "rollos". Y espectacular el interior, con el rollo-facsímil. La megamaqueta del Jerusalén antiguo, cedida recientemente por el hotel Holiland, es impresionante, y bastante aclaradora de la orografía de la ciudad, que veremos ese día y sobre todo al siguiente.



Del Museo de Israel al Parlamento israelí. Visita corta y solo el exterior. Es viernes! Interesantes las verjas-puertas del holocausto...



De ahí, al pueblecito de Ein Kerem, en un frondoso valle donde visitamos la iglesia de San Juan Bautista (donde dicen que nació). El pasaje de la Biblia (Lc 1. 68-79) recogido en murales de azulejo sobre la tapia del recinto de la iglesia, resulta curioso verlo en catalán, entre un montón de idiomas oficiales de otras tantas naciones.



Y muy cerquita de San Juan Bautista, al otro lado del valle, subiendo a pie una empinada cuesta, está la iglesia de la Anunciación, más bonita si cabe que la de San Juan. También los murales-azulejos por toda la pared con el magnificat en todos los idiomas.



Y de ahí, al museo del holocausto. Ya habíamos visitado en Holanda el campo de concentración de Westerbork, gemelo al de Auschwitz, y visitado la casa de Ana Frank en Amsterdan. Los sentimientos se repetian aquí. Asi que nada más que decir sobre este triste episodio de la historia.



La visita al museo del holocausto ha sido larga y emotiva, pero paradójicamente cambiamos este chip por otro parecido; del abuso de nazis sobre judíos, al abuso de judios sobre palestinos. Nos vamos a Belén! Y Belén está en Cisjordania y muy cerquita de Jerusalén, asi que dicen los judios que para evitar que los palestinos entren en Israel a cometer atentados, se han visto obligados a levantar un muro de hormigón que nos deja a todos con la boca abierta. Todos lo habíamos visto en TV, pero visto en la realidad, de lejos o de cerca, con todos esos avisos que prohíben cruzarlo a israelies y palestinos, las garitas de vigilancia, los alambres de espino... produce verdadero repelús. Por suerte, los turistas lo cruzamos como si no existiese, acompañados por alguien de seguridad que hace que ni enseñemos el pasaporte.



Hemos cruzado el muro y al otro lado todo cambia, salvo el paisaje propio de la tierra. El muro inmaculado del lado israelí, aquí está todo lleno de pintadas y gráfitis alusivos a la causa palestina. Las calles sucias y descuidadas. Los taxis viejos y destartalados y los taxistas hábidos de clientes, aun viendo que somos un grupo cerrado. Parada breve para comer, falafel o kebak, y de compras a la megatienda de al lado, que estos pobres necesitan dinero mas que nadie!.

(He de hacer un inciso aquí respecto al conflicto palestino/israelí: como los guías tampoco cruzan esta frontera, son distintos los que tenemos en Israel y en Belén, y ambos nos explican detalladamente su versión del enfrentamiento. Ponen tal empeño y están tan convencidos de sus razones, que a nosotros nos vuelven locos. Si muchos de nosotros no llevábamos una opinión clara al respecto, oiremos tantas razones en favor y en contra que volvemos igual!)

Se presenta por fin nuestro guía oficial palestino. Todas las mujeres coinciden (con las de otros grupos incluso) en que los guías palestinos son guapísimos, con unos ojazos... A AMIR casi lo dejan ciego con los flases, tratando de robarle primeros planos. Y aunque muchas mujeres de nuestro grupo permanecían embelesadas mientras se prodigaba en cumplidas explicaciones, seguramente que no se enteraron de nada! Muy emotivas las visitas al lugar del nacimiento y el pesebre.

Salimos de noche y ya solo queda que nos devuelvan a Jerusalén, con la misma facilidad con la que entramos en Cisjordania, y nos lleven al hotel a la hora justa de la cena. Es noche cerrada y hoy no queda tiempo para más.

Hoy no ha habido contratiempos para empezar el día, asi que bien temprano estamos en lo alto del monte de los olivos, para bajarlo andando hasta el huerto de Getsemaní, o "de los olivos".

La vista desde la calle de bajada es espectacular. La típica foto turística de Jerusalen, pues muestra la cara más antigua de esta, siempre con la llamativa cúpula dorada de la mezquita de la Roca. Impresionante el cementerio judio de la ladera (todos los judios quieren ser enterrados allí!), e impresionantes los troncos de los olivos del huerto. También la iglesia de las Naciones!




Subimos a la ciudad vieja para recorrer la Via Dolorosa, empezando bajo el arco del Ecce Homo y tras la visita a la iglesia de la flagelación, hasta llegar a la iglesia del Santo Sepulcro. Ya habiamos pateado la primera tarde, por nuestra cuenta, toda la ciudad vieja, y ya no es nueva para nosotros, por lo que la vamos saboreando mejor. Agobiante las cola para ver el Gólgota y entrar al Santo Sepulcro; hoy es sábado y como ayer estuvo cerrado, tenemos que entrar juntos los de hoy, y los de ayer!




De ahí al Muro de las Lamentaciones, que ya conocemos también de la primera tarde, y tras salir por la puerta que ellos llaman de la "basura", pasmos frente a una curiosa abertura que hay en la muralla, tras la cual un mural representa a Jesucristo arrojando a los mercaderes del templo, para subir después al monte Sión, para visitar el Cenáculo, la tumba del Rey David y la iglesia de la dormición de la Virgen María. Ya había visto donde dicen que murió la virgen María, en un monte junto a Efeso, allá en Turquía, otra tumba de la Virgen esta misma mañana, al salir del huerto de los olivos, y ahora dicen que nunca murió, que se quedó dormida aquí y así subió a los cielos!



Y nosotros subimos al autobús, tristes pero contentos de todo lo que llevamos dentro, acumulado durante toda la semana. El grupo de los 16 volvemos a Jordania, por el mismo camino que vinimos. Nos lleva un conductor en su superautobús, sin guía ni acompañante, hasta la frontera israelí, donde a la espera de acceder al recinto, se nos adelantan a pié un grupo de alemanes que bajan de 2 atobuses que venían tras nosotros. Esto provoca una tremenda bronca entre nuestro conductor y las niñas soldado israelies, cuyo sentido en principio no entendemos... hasta que cruzamos. Vamos a llevar esos 85 alemanes delante de nosotros para comprar la visa de salida, sellar los pasaportes y pasar los correspondientes controles fronterizos, y lo que es PEOR: subir al único autobús (es sabat!) que cruza el río Jordan de la orilla israelí a la jordana. Y todo sin que nadie nos guíe, defienda o ayude. Asi que la previsión inicial, viendo la frecuencia de viajes que hace ese único autobús es de tardar como 2 horas en cruzar el río! Y así... ¡no llegamos!

Empezamos con la buena educación, pidiendo permiso para subir los 16, porque tenemos que viajar a Amman para coger un avión y... no llegamos. Pero la respuesta no es educada, ni la adecuada. ¡Nos mienten! pues nos niegan pasar delante alegando que ellos también tienen el mismo problema, el de coger un avión... sin equipaje! Ellos componen la típica excursión de un día a Jerusalen y su única obligación es volver a Amman, a descansar a su hotel.

Nosotros, tras lo vivido durante toda la semana... venimos crecidos! ...y no nos vamos a dejar avasallar. En cuanto el autobús vuelve de la orilla jordana, lo tomamos al asalto. Una persona de nuestro grupo, que habala inglés, se camela al conductor para que le venda los 16 tikets del grupo, mientras los maridos metemos las maletas en la bodega, las mujeres se colocan estratégicamente para colarse y pillar sitio, los alemanes protestan desaforados, las niñas soldado se ponen nerviosas y no controlan, nosotros no las quitamos ojo, porque aunque no van armadas, si están pidiendoo refuerzos, que cuando llegan, el autobús está a reventar, pasillo incluído. Comprenden lo de nuestro grupo (que ya estamos todos arriba) y tan solo bajan a algunos espabilados que se colaron sin ser ni de los alemanes ni de los nuestros.

El autobús se pone en marcha, en medio minuto cruza el río Jordan y... por fin estamos en Jordania, o lo que es mejor: hemos salido de Israel. Y aquí si nos espera el guía que nos trajo el otro día y nos ayuda en los trámites de entrada. Comienzan registrando concienzudamente las maletas, para verguenza de alguna compañera que como muy limpia que es, lleva una bolsa ya llena de las mudas cambiadas a diario, hasta que un oficial nos reconoce como grupo de turistas españoles y cesa el registro. En menos de 2 horas estamos en el restaurante Don Quixote en Amman; tipiquísimo y chulísimo, lleno a reventar y con un ambientazo. Con una cena de lujo nos despedimos para partir a las 00:30 (ya es domingo, dia 9 del viaje) hacia el aeropuerto internacional de la princesa Alía.

El vuelo debe salir a las 2:50, pero allí no saben nada del avión que tiene que llegar con otro grupo de turistas desde España. Son las cosas de los vuelos charter, que aunque los viajes no son baratos, gracias a estos vuelos, no son mas caros. Pero por fin llega, aunque las 2 horas que llevamos de retraso a la salida, las recuperamos de inmediato, una que nos regala Jordania (la que nos quitó al llegar) y otra el cambio oficial de hora en España.

Son las 8:30 hora española cuando estamos pasando frío en el aeropuerto de Barajas!