Abro la ventana y el cielo de Mostar es como la mano de Chicote, después de rozar una de sus cocinas de pesadilla. Llora una lluvia tan deprimente como el día, y mientras espero que esté listo el café que me han prometido en el hotel, salgo a fumar a los escalones de la entrada, acompañado de los boquetes de lo que una vez fue un edificio. Me tomo dos, recojo en un minuto, pago la habitación, me despido agradecido, y me voy caminando bajo la llovizna, atravesando el cementerio callejero de Marsala Tita, hasta la estación de autobuses.
20 marcos bosnios (BAM), unos 10 Є, me cuesta el billete del bus de las 9 a Sarajevo. Mato la espera con un expreso excelente de 50 céntimos en la terraza del bar de la estación del este, viendo pasajeros ir y venir, y dando una vuelta a la estación. Me fijo en un rótulo de RESTORAN, y me acuerdo de otros que había visto estos dias: BUTIK, DRAGSTOR, SERVIS ... Tal cual, con un par; nada de boutique, drugstore, restaurant, o service.
El viaje es gris marengo, uniformemente tristón, aunque es por el tiempo, puesto que la ruta discurre por el panorámico curso del Neretva entre montañas. En 9000 segundos, con una parada en Jablanica, recorremos los 125 kms hasta la estación de Sarajevo, a los pies del retorcido rascacielos azul de 176 metros del periódico Avaz, clavado en la entrada oeste de la ciudad.
De la estación al hotel VIP, el taxímetro corre hasta los 12 BAM (6 Є), entre un infernal tráfico de vehículos, autobuses y tranvías. Circulan por la avenida de la margen del río de Sarajevo, el Miljacka, y pocos se desvían hacia las calles que ascienden a los barrios de las colinas, entre las que se encajona el núcleo urbano.
En el hotel, en la calle Jaroslava Cernija, otro callejón sin salida que sale de la Ulica (calle) Mula Mustafe Baseskije, continuación de la avenida Marsala Tita (Mariscal Tito), que parece que me persigue, repito la misma rutina que en Mostar. Doy las gracias por otra amable bienvenida y una espléndida habitación doble, dejo el equipaje, cojo un mapa, y me lanzo a la calle sin pérdida de tiempo.
La ciudad vieja la tengo a 5 minutos a pie, así que desde la calle principal, me meto por un lateral del Museo judío y me uno al ambiente efervescente y rebosante de energía de la calle Ferhadija, arteria del casco antiguo. La atmósfera es animada, jovial y amable, y hasta parecen mezclarse en milagrosa armonía turistas y sarajevitas, excluyendo cualquier síntoma de agobio.
El recorrido sin rumbo me lleva a las colinas de ambos lados de la ciudad, donde
aparecen parques y mansiones que no esperaba encontrar, como las bonitas villas modernistas de la colina norte, en la calle Petrakijina, o en la calle Kosevo, al lado del gran parque Veliki, o barrios relajados como Bistrik en la colina sur, al otro lado del río, sobre la fábrica de cerveza, la Sarajevska Pivara.
Las vistas de la ciudad y de las laderas opuestas, son un espectáculo, y los paseos, más tranquilos, lejos de las rutas turísticas principales de la ciudad vieja (Stari Grad), donde se encuentra el bazar (Bascarsija), y la catedral.
Por la old city, el circuito por la calle Ferhadija lleva sucesivamente a la catedral Juan Pablo II, a la plaza de la iglesia ortodoxa de la natividad, bajo la que los sarajevitas se echan unas partidas de ajedrez, y a los alrededores del Teatro Nacional. Por esa zona, frente a un club de jazz con pancartas antieuropa, entro a comer en la Casa United, un contemporáneo restaurante de la zona, en la calle Branilaca Sarajeva, donde por 10 BAM (5 €) sin la bebida, se toma un buen menú; buffet libre de ensalada, una sabrosa sopa bosnia, y uno de los tres platos principales a elegir.
Al salir, en un parquecito de enfrente veo una imagen que me gusta y hago unas fotos, pero una madre con un niño contenida en el cuadro, se acerca muy enfadada y me pide que las borre. Le comento que las fotos no eran personales, pero como ciertamente están dentro de la escena, prefiero decirle que vale y eliminar un par de fotos donde aparecen. Le vuelvo a comentar que solo era una bonita imagen general, y más calmada, nos despedimos. Queda una imagen que es un bodegón de cemento con indicios de vida.
En el bulevar del río, camino a contracorriente hacia la salida este de la ciudad, y en un recodo bajo un parque, veo perderse el curso hacia la montaña. En esa misma curva, unos cuantos restaurantes cuelgan en fila india al borde del agua, y en la margen, la carretera asciende a la colina. Enfrente en la orilla opuesta, el parque en un promontorio. Mirando hacia la ciudad, el Miljacka se pierde en línea recta muy lejos.
Doy la vuelta, y por el mismo paseo cojo la acera del esquinero edificio austro-húngaro-morisco de la Biblioteca Nacional, y vuelvo a entrar en la ciudad vieja al llegar a la altura del puente latino, doblando por la esquina del atentado de Sarajevo. En ese magnicidio a balazos, del archiduque Francisco de Austria y su esposa, se encendió la mecha de la I Guerra Mundial, y al pisar, es inevitable que la cabeza no recree una película de los hechos que modificaron la historia de Europa.
Más adelante, pasada la calle de las joyerías, decido cargar pilas en una cafetería con terraza que me llama la atención por un goloso expositor de pasteles. Entro y por 2€, consumo un café expreso manchado y un trozo de pastel, que resulta delicioso. Muy rico el café-pastelería Demirovic en el corazón del bazar.
La cafeina me recarga, y me lanza hacia la esquina donde acaba la ciudad vieja y empieza la nueva. En el chaflán donde Mula Mustafe Baseskije se transforma en Marsala Tita, y se junta con la peatonal del casco viejo, Ferhadija, se mantiene encendido el fuego de la "llama eterna", memorial que recuerda a los partisanos que expulsaron de Sarajevo a los nazis en 1945.
Al calor de la llama, una inscripción: "con valor y conjuntamente derramada, la sangre de los luchadores de Bosnia-Herzegovina, Croacia, Montenegro Serbia y Brigadas del glorioso ejército nacional de Yugoslavia; con la unión de esfuerzos y sacrificios, de los patriotas de Sarajevo, serbios, musulmanes y croatas, el 6 de abril de 1945, Sarajevo, la capital de la República Popular de Bosnia y Herzegovina, fue liberada. Gloria eterna y gratitud a los héroes caidos en la liberación de Sarajevo y la Patria. En el primer aniversario de su liberación, un agradecido Sarajevo". Casi medio siglo después, todo se enmarañaría lamentablemente en los Balcanes.
La avenida es una vía igual de viva que cualquier avenida de cualquier ciudad; tráfico, cajeros, tiendas, cafeterías, librerías, McDonalds, hoteles, ... hasta que se corta en una plaza con un centro comercial, y asentado enfrente, el gran parque del centro, Veliki park, que agarra de la mano a su hermano pequeño, el Mali Park. En el gran espacio verde, parejas, senderos, memoriales y un sinfín de antiguas lápidas del histórico cementerio musulman, sobre el que se urbaniza el parque.
De regreso ya es de noche, pero la ciudad vieja sigue animada, y en la mezquita de Gazi Husrev-Begova, las rodillas tocan el suelo, y luego le toca el turno a las frentes. Las terrazas están llenas, las tiendas abiertas, las mezquitas iluminadas, y los sarajevitas gastan los últimos ratos del día.
Es hora de cerrar, pero el Conzum de la esquina aun está abierto. Compro un par de cervezas, y en la habitación, anoto palabras sueltas para luego pegarlas. Mañana más bus, más carretera, y en Split, un poco más de Croacia.
SARAJEVO
CARNET DE IDENTIDAD
A 500 metros sobre el mar, y rodeada de montañas, la capital de Bosnia y Herzegovina, se divide en cuatro municipios, Stari Grad (Ciudad Vieja), Centar (Centro), Novi Grad (Nueva ciudad), y Novo Sarajevo (Nuevo Sarajevo). La ciudad sin el área metropolitana, según el censo de 2013, el único realizado desde 1991, es de 275 mil habitantes, de los cuales un 80% son bosnios, casi un 4% serbios, aproximadamente un 5% croatas, y el 11% restante, de otras nacionalidades.
HISTORIA
La cronología de Sarajevo, discurre en paralelo a la del resto del país. Asentamientos neolíticos, tribus ilirias en la edad de los metales, ocupación romana, invasión de los godos, ciudadela eslava, cinco siglos de imperio otomano, cuatro décadas de imperio austro-húngaro, Reino de Serbios, Croatas y Eslovenos, ocupación nazi, Yugoslavia, y la actual Bosnia y Herzegovina. Se agitan justas medidas de esos ingredientes en una ciudad, y voilá: Sarajevo.
HECHOS HISTÓRICOS
-1914. Atentado de Sarajevo, e inicio de la I Guerra Mundial
-1984. Juegos Olímpicos de invierno
-1992-96. Sitio de Sarajevo. Guerra de los Balcanes.
EL ASEDIO DE SARAJEVO
Con la disolución de la URSS en 1991, los nacionalismos arrasaban en el este de Europa, alcanzando su máxima expresión en la antigua Yugoslavia. De las 6 repúblicas, Eslovenia, la más occcidentalizada y rica, se libró del conflicto en 10 dias; en Croacia, fue larga y devastadora; pero la gran diversidad étnica existente en Bosnia, derivó en un conflicto tan cruel, que costará mucho superar.
En Abril de 1992, el tiroteo en el centro de la ciudad, entre soldados de las fuerzas especiales bosnias, y serbios opuestos a la declaración de independencia de Bosnia, marcó el comienzo del sitio de Sarajevo, el asedio más largo habido jamás en la historia de las guerras modernas, que duró la friolera de casi 4 años, 21 meses más que el de Leningrado. Datos de las desoladoras consecuencias, solo son frías cifras, pero la población se redujo en más de un tercio, y el 85% de las bajas fueron civiles.
INFORMACIÓN
Clima
La suma del continental y del mediterráneo, proporciona a Sarajevo un clima continental suave, con veranos calurosos e inviernos fríos. Sin embargo, la influencia del Adriático, hace que los otoños sean a menudo más calurosos que los propios veranos. Aunque el mes más seco sea Agosto, los termómetros alcanzan unos suaves promedios máximos de unos 19º en Julio, y aunque el mes más nublado sea siempre Diciembre, las temperaturas mínimas se dan en Enero, con un promedio de -1º.
Horarios
Los horarios de los bancos son normalmente de 8 a 18-20 horas; las tiendas de alimentación y centros comerciales, de 8 a 22-23 horas; y los mercados abren de 7 de la mañana a 4 o 5 de la tarde.
Transportes
-Aeropuerto.
A 6 kms al sur de la estación de tren, en la localidad de Butmir. No vuelan lineas aereas españolas. Entre otras operan la Turkish, Lufthansa, Norwegian, Pegasus, o German wings.
Web http://www.sarajevo-airport.ba/?lang=eng
-Autobuses
1.Estación central. En Novo Sarajevo, muy cerca de la estación de trenes. Trayectos domésticos e internacionales.
2.Estación de Lukavica. Al lado del aeropuerto. Esta estación pertenece a la zona serbia (República Srpska). Los destinos son a Serbia y a Montenegro.
Web http://www.centrotrans.com/
-Trenes
La estación central (Željeznička stanica) está frente a la de autobuses, en Novo Sarajevo, al lado del campus universitario.
Hay dos rutas domésticas, de Sarajevo a Mostar de apabullante belleza, pero que a Noviembre de 2016 no presta servicio por obras, "hasta nuevo aviso", y de Sarajevo a Novi Grad en el norte, trayecto de unas 6,5 horas.
Las rutas internacionales, van una a Zagreb, con un tren diario que tarda 9,5 horas, y la otra a Ploce (4 horas) en Croacia, enlazando a Belgrado y Budapest, pero que, ... como es vía Mostar, está suspendida como he dicho antes. A Belgrado y Budapest se puede ir via Zagreb.
COMIDA
Algunos platos tradicionales bosnios,
-Sarajevski sahan (Bandeja/Plato de Sarajevo). una especia de plato combinado al horno, de "dolmas", hojas de col o parra, pimientos, calabacines, rellenos de carne y arroz, acompañados de tomates, cebolla, ...
-Bosanski Ionac (olla bosnia). Sopa densa de ternera y verduras con especias.
-Banija. Okra con cordero
-Pita. (no el pan). Es una especie de pasta fina (filo) rellena. En función del relleno tienen diferentes nombres, Burek, de carne; Zeljanica, de espinacas; Krompirusa, de patata; Sirnica, de queso; Tikvenica, de calabaza.
-Cevapcici o Cevapi. El plato nacional bosnio, son salchichas servidas con pan de pita, cebolla y yogurt.
-Pljeskavice. Similar al Cevapcici pero en hamburguesa.
Las tabernas o cantinas que sirven estas especialidades tradicionales se llaman Ascinicas,
Buregdzinicas (los Burek), o Cevapdzinicas (los Cevapcici). Normalmente en ellas no se sirve alcohol.
Turismo
La Oficina de turismo está en la calle Saraci (Ferhadija), la que atraviesa toda la ciudad vieja.
Web http://www.sarajevo-tourism.com/
CATÁLOGO DE VISITAS
La fuente Sebilj
Casco viejo. Obra de un arquitecto checo, es de 1891. El agua de Sarajevo es fresca y potable. En una frontera de la ciudad vieja, el lugar es muy concurrido y está lleno de palomas. Es un "punto de encuentro local", y el dicho dice, al igual que la fuente de Canaletas de las Ramblas de Barcelona, que si se bebe de ella, se volverá a la ciudad.
City Hall - Biblioteca Nacional. Vijecnica
En una punta del casco viejo, esquina con el río. Un edificio de 1894 del Imperio Austro-húngaro, con muchas similitudes moriscas con el Gimnasyum de Mostar. Hasta la II Guerra Mundial era el ayuntamiento de la ciudad. A partir de entonces, se convirtió en la Biblioteca Nacional.
Puente Latino
Justo señalando a la mitad del casco viejo, es conocido por presenciar el asesinato del Archiduque Francisco de Austria, que motivó la I Guerra Mundial. Construido en el siglo XVI, su denominación deriva de la cercanía del Latinluk, un pequeño barrio de minoría católica que hubo hasta 1878 en Sarajevo.
El Bazar. Bascarsija
El corazón del casco viejo. Del siglo XVI, el otomano "Bascarsija" deriva de las palabras turcas "Bas" (cabeza, o principal) y "carsija" (mercado). Siguiendo el modelo de los zocos árabes (suqs o souqs), es un entramado de secciones, -cada una agrupando un producto, artesanía o gremio (joyeros, cuero, especias, telas, etcétera)-, unidas por intrincadas y estrechas calles. Hoy en día, este corazón comercial y social de la vida otomana, solo ocupa la mitad de lo que ocupaba en la antiguedad.
Mezquita Ghazi Husrev Bey
Casco viejo. Considerada la mezquita "central" de Bosnia y la máxima exponente de la arquitectura otomana, se encuentra en medio del bazar. Construida en el siglo XVI, en la actualidad es punto de reunión de la comunidad islámica del país. El complejo más que mezquita, cuenta con Madrasa (escuela islámica), Hamman (baños públicos), Bezistan (bazar cubierto abovedado), ...
Torre del Reloj - Sahat Kula
Casco viejo. Del siglo XVI, la función de las torres del reloj durante el imperio otomano era marcar las llamadas a los cinco rezos del día. El reloj es astronómico, y contaba con un astrónomo para medir las posiciones de la luna y los astros.
Catedral ortodoxa de la Natividad
Clavada en el centro del casco viejo, es neo barroca del siglo XIX, y fue construida a iniciativa de los habitantes de Sarajevo. Cuenta con una cúpula central rodeada de otras cuatro, y es una de las más grandes iglesias ortodoxas balcánicas. A sus pies hay una bonita plaza donde los sarajevitas juegan en un ajedrez pintado en el suelo.
Túnel de la salvación
Este símbolo al lado del aeropuerto, es un vestigio del asedio de Sarajevo. Construido
durante el sitio para tener una salida al exterior, el tunel tiene 700 metros y una altura de metro y medio. En 1994 se instalaron railes para transportar en carros mineros, comida, medicinas, ayuda humanitaria, heridos, ... Ahora hay un museo, que abre cada día de 9 a 18 horas. La entrada cuesta 10 BAM, unos 5 €.
La Catedral
En la calle Ferhadija del casco viejo. Templo neo gótico, se construyó durante el Imperio Austro-Húngaro, por el aumento de la población católica en la época. Dos torres de 40 metros flanquean su entrada, y frente a ella, una estatua del Papa Juan Pablo II aguanta el ajetreo constante de esa parte del casco viejo.
La sinagoga askenazi
Construida en 1902, es la única activa en Sarajevo, ya que la antigua sinagoga sefardí al otro lado del río y el casco viejo, es en la actualidad el museo judío. Esta fue construida por judios askenazis, que procedían de centroeuropa.
La llama eterna
En Marsala Tita esquina Ferhadija, saliendo del casco viejo hacia la parte moderna. Recuerda a los partisanos que combatieron en la II Guerra Mundial.
Museo de la cerveza. Sarajevska pivara.
En Bistrik, esta fábrica de cerveza de 1864, pasó por manos otomanas y Austro-húngaras, y ni siquiera cesó su actividad durante el sitio de Sarajevo. Es considerada la industria más antigua de Bosnia. En 1907 se convirtió en la cervecería más grande de todo el imperio Austro-húngaro. Patrimonio de la ciudad, abre de lunes a sábado de 10 a 18, y domingos de 12 a 16. La entrada con una cerveza cuesta 5 BAM, unos 2'5 €.
Casa del rencor. Restaurante Inat Kuça
Un antepasado de las “Casas del rencor”, es este restaurante tradicional de estilo otomano situado frente a la Biblioteca Nacional en la otra margen del río. La historia cuenta que ubicada durante el Imperio Austro-Húngaro en los terrenos donde se quería construir el Ayuntamiento (Biblioteca Nacional), las autoridades amenazaron al dueño por su negativa a venderla, no quedando claro si fue el hombre o las mismas autoridades, quienes decidieron trasladar la casa piedra a piedra a la otra orilla del Miljacka.
La fortaleza amarilla o Yellow Bastion. Zuta Tabija
En la colina Jekovac al noreste de la ciudad vieja, es perfecta para tomar el aire y sacar fotos de Sarajevo a vista de pájaro. Este bastión con cañones del siglo XVIII, formaba parte de las murallas de la ciudad, y fue defensa contra la tropas austro-húngaras en 1878. Los locales la llaman Top, porque sus cañones se disparan a la puesta de sol durante el Ramadán, para marcar el fin del ayuno del día.
Las colinas
Rodeándola, las colinas le dan buena parte de su personalidad a la ciudad, pero también han sido trágicamente utilizadas, para destruirla. Los paseos por las colinas son un mundo aparte y además de disfrutar de las ineludibles vistas, se hallan rincones y realidades diferentes a los de “la ciudad del rio”; fortalezas como la amarilla y la blanca, los cementerios de Alifakovac, en la orilla sur del Miljacka, de Kosevo, sobre el parque de la ciudad, o el de Kovaci, bajo las fortalezas, ...
Modernismo
La urbanización llevada a cabo durante la época Austro-Húngara, trajo consigo lógicamente, la construcción a partir de 1898 de muchas bonitas villas y edificios modernistas, del estilo Secesión, de la escuela de Viena. En todas las arterias del casco viejo: paseo del río Obala Kulina, y las calles paralelas, Zelenih Beretki, Ferhadija, y Mula Mustafa Baseskije/Marsala Tita; o en la calle Petrakijina, en la colina norte sobre la ciudad vieja; o en la calle Kosevo en el lateral del Parque Veliki, -de la ciudad-, hay un montón de estas encantadoras edificaciones.
Morica Han
En la primera mitad del siglo XVI, el crecimiento del mercado, originó la construcción de este Caravanserai para dar servicio a los viajeros. Los Caravanserai en Oriente, eran posadas donde se atendía a las caravanas de comerciantes, militares, turistas, peregrinos, etcétera, que contaban con patios, almacenes, y habitaciones, y en la planta baja, caballerizas. Este, situado en el Bazar, tenía 300 camas en 44 habitaciones.
Parque Veliki
El gran parque del centro de la ciudad, a camino entre la ciudad vieja y la parte moderna, está atravesado por multitud de senderos, y son muy notorias la enorme cantidad de antiguas lápidas que lo pueblan, que dan testimonio del origen del lugar, un cementerio otomano que, con la llegada de los austrohúngaros, dejó de prestar servicio de enterramientos por cuestiones sanitarias.
Bazar cubierto. Brusa Bezistán
Obviamente en la zona del Bazar, fue construido en 1551, y se caracteriza por sus ocho cúpulas, seis grandes en dos filas de tres, y en medio de ellas, dos más pequeñas.
Cascadas de Skakavac
Un lugar local para escapar de la ciudad. Skakavac se encuentra a 12 kms al norte de Sarajevo, en el pueblo de Nahorevo. El caudal de la cascada no es grande pero sí la belleza de la caída de 98 metros, y el entorno.
Vrelo Bosne. Alameda de Ilidza
A 12 kms al suroeste de la ciudad, un poquito más allá del aeropuerto, y el túnel de la salvación, está esta gran zona verde en las fuentes del río Bosne, gran atracción
turística. Islas pequeñas conectadas por puentes sobre arroyos, cisnes, palacetes, cascadas, calesas, terrazas de cafeterías, y la Alameda de Ilidza, un increible túnel verde de 3’5 kms con plataneros y castaños centenarios.
Pirámides bosnias
Estas formaciones más que visitables, son una curiosidad por el debate existente entre la comunidad arqueológica, que dictaminó que son colinas naturales, y su descubridor, un empresario bosnio llamado Osmanagic, que afirma que son las pirámides construidas por el hombre más antiguas sobre la faz de la tierra. El empresario, apoyado por el gobierno bosnio, ha montado un pollo de la hostia con su pirámide, con campañas mediáticas en las que la ha metido en el mismo saco que a Egipto, la Atlántida, o los mayas. El hombre ha solicitado la declaracion de Patrimonio de la humanidad por la Unesco, y le ha pedido 100 millones de dólares al gobierno bosnio para seguir con sus excavaciones.
Desde su "descubrimiento" en el 2005, han pasado por el lugar unos 400 mil visitantes, y los lugareños de los alrededores, sacan partido del tema con todo tipo de souvenirs, y los restaurantes sirviendo la comida en platos con forma de pirámide. La colina está en Visoko, a unos 30 kms al norte de Sarajevo,
Avenida de los francotiradores
Durante el asedio, en la ciudad había por todas partes carteles en las farolas con el aviso de “¡¡Peligro francotiradores!! (¡¡Pazi snajper!!), y en el Bulevar Mese Selimovica, -la avenida de los francotiradores-, pegado al río Miljacka, y muy cerca de la línea fronteriza de la República Srpska, también los había. El bulevar es en realidad la carretera de entrada a Sarajevo, que toma nombre nada más pasar la salida al aeropuerto. Ocultos en altos edificios, los francotiradores serbios con sus fusiles Dragunov o Mauser con mira telescópica, convirtieron toda el área en un coto de caza.
Está diluviando, y ahogadas por el chaparrón, se entrecortan las plegarias del primer rezo del día a las 6 de la mañana. A las 8’30, una sarajevita me recoje con su coche para transferirme a la estación de autobuses, y en un cuarto de hora de grato intercambio, me deposita a la entrada de los andenes, deseándome suerte y un próspero regreso a Sarajevo. Misteriosamente, la lluvia cesa, y asoman ruborizados unos cuantos rayos de sol.
Saco sin problemas billete a Split para el bus de las 10 horas (295 kms x 21 euros), y me voy a tomar un cortado a unos bares cercanos, en los que como en el resto de los vistos en Bosnia, se da el binomio café-cigarrillo en su interior.
Soy el único extranjero en el autobús cochambroso, en el que pocos son los respaldos que aguantan rectos, estudiado plan de la compañía para que el pasaje se sienta astronauta por un día, y pueda apreciar los controles roñosos del oxígeno de la nave y los parches del techo de la cápsula con cinta de embalar. El radiador de la calefacción bajo la ventana me cocina la pantorrilla, y el motor del vehículo carraspea como Tom Waits.
Sin embargo, la nave aguanta como una vieja gloria renacida, y rodando entre los pictóricos colores otoñales de las montañas, para pueblo tras otro en Konjic, Jablanica, Mostar, Capljina, frontera, y Neum, donde toca liberación de fluidos y repostaje. El paisaje costero es bonito, y mientras unos hacen fila india delante de la toilette y otros compran souvenirs bosnios, yo paso el rato perdido inmortalizando el momento.
Desde Neum, el cohete se detiene en Ploce, ya en territorio croata, y desde ahí, recorremos un trayecto de 52 kms de costa dálmata hasta Makarska, y posteriormente, tras darse un respiro, los 62 kms de resto de asfalto hasta el destino en Split, donde el viejo autobus campeón, llega renqueante a las 17 horas de la tarde.
La estación central de buses de Split se encuentra en La Riva, sinónimo de nuestro Paseo Marítimo. Tras preguntar, resulta que la estación está a 5 minutos del Palacio del Diocleciano que, aunque en este caso se corresponde con el emperador romano Gaius Aurelius Valerius Diocletianus Augustus, podría confundirse con el Diocleciano, el de la Eustaquia, los que tenían la casa en la cuesta del pilón.
En una oficina del puerto, contrato transporte i/v a las Krka waterfalls para el día siguiente, con el pensamiento de ahorrar tiempo y puede que dinero. En La Riva, hay varios sitios donde poder contratar el tour con entrada, comida, y guía, o solo tansporte, o con la entrada con comida y guía pero sin transporte, o con guía pero sin comida ... La excursión es de 7 horas; el trayecto dura 90 minutos, y se disponen de 4 horas en Krka.
Desde el Palacio del Diocles, meollo del centro histórico, me planto en 10 minutos en el hotel Balatura, en la medieval y plácida calle Radunica, toda de piedra ella, rodeada de callejones con plantas y tiestos y ropas tendidas y farolas. Me recibe un apartamento impoluto y nuevo con cama diocleciana, sofá, escritorio, baño inmaculado, y wifi a tope. Chequin, bultos, y regreso a la estrecha y empedrada calle para proveerme de cervezas café y algo de comer, en algún super. Al final de la calle, cruzo el pasadizo que hay bajo un edificio, que la comunica con la Avenida Zagrebacka, y en la confluencia, tan solo hay que mirar al otro lado de la calle, para encontrar el mercado verde en una explanada, y detrás, el
PALACIO DE DIOCLECIANO
Residencia-fortaleza imperial, aunque construida para retirarse tras su renuncia al trono, era lo suficientemente grandiosa y lujosa como para que a nadie se le ocurriera olvidarse del poder del emperador. Dotada de una estructura castrense y simple.
Diocleciano hizo cuatro cuadrantes, partiendo un rectángulo de 213 X 177 m de norte a sur por una calle principal, el Decumano, y de este a oeste, por otra calle principal, el cardo. La mitad sur lado mar era para uso personal y protocolario, y edificios religiosos públicos; y la mitad norte, para el campamento militar (castrum), servicio, almacenes, talleres, etc. En las cuatro esquinas y todos los lados de las murallas, menos el sur que daba directamente al mar, torres, y en el centro de cada uno de los lados, puertas.
A la muerte del emperador, el palacio fue residencia durante el exilio de la familia imperial, y en el siglo VII, trescientos años despúes, refugio de los habitantes de Salona, huyendo de la destrucción de la capital de la Dalmacia romana, a manos de los eslavos. No les sirvió de mucho porque el palacio fue ocupado poco después en el 639.
De todo el complejo original, no queda mucho, apenas parte de las murallas y puertas,
el peristilo, un templo dedicado a Jupiter, sótanos, y algún que otro pequeño resto.
Puertas
Las puertas exteriores de las murallas eran puntos de control, por lo que una vez hecha la inspección, en el espacio que había a tal fin tras ellas, ya se podían traspasar las puertas interiores que daban acceso al recinto. Las cuatro puertas eran la de oro en el norte, la principal, la de plata en el este, la de hierro en el oeste, y la de bronce, se supone que era la privada por donde Diocleciano salía y entraba en barco a su residencia.
Peristilo
En el peristilo, patio columnado por el que se accedía a la residencia del emperador, se puede ver de frente el pórtico de entrada al palacio; a la derecha, las escaleras que daban acceso a la zona de los templos; a la izquierda la catedral de Split, erigida en el siglo VIII, sobre el mausoleo del emperador, curiosamente, último emperador romano que persiguió a los cristianos. De hecho, la catedral lleva el nombre de San Domnio, obispo martirizado y defenestrado por Diocleciano.
Hoy en día
-Actualmente viven en el recinto unas 3000 personas.
-El casco viejo de Split es una telaraña de estrechas y retorcidas calles llenas de tiendas, restaurantes, bares, supermercados, oficinas, y rincones abandonados.
-La fachada costera del Palacio, es hoy en día La Riva, el animadísimo Paseo Marítimo de la ciudad.
-La muralla este, acoge diariamente el mercado más grande de la ciudad, el Green Market, donde también hay buenos chiringuitos para tomar o picar algo.
EL DIOCLE
Quien es ese loco romano? se preguntaban Asterix y Obelix. Pues el hombre era un dálmata que con 39 años se sentó en el trono de Roma, inaugurando con su mandato (284-305), el periodo del Bajo Imperio romano. Tras su abdicación como emperador en el 305, estuvo cuidando el huerto de su residencia de Spalato – Split, hasta el año 311, en que la palmó.
Como cosas buenas, para los romanos claro, hay que ajudicarle su buena gestión imperial, que puso los cimientos de lo que sería el Imperio romano de Oriente, o sease Bizancio, al dividir el imperio en dos partes, el oriental y el occidental, y hacerlo gobernar por una tetrarquía de cuatro emperadores, dos principales o Augustos, y dos menores o Cesares, uno de cada para cada una de las partes. Esta gestión sirvió momentaneamente para detener durante un tiempo el declive del imperio.
El occidental no duró mucho, ya que la fecha oficial de su extinción fue el 476. El Bizantino, inaugurado oficialmente por el emperador cristiano Constantino, nombrando capital del imperio de oriente en el año 395 a Nueva Roma, antes Bizancio, alias Constantinopla y Estambul, aguantó mucho más, ya que perduró hasta el año 1453, cuando la toma de Constantinopla por los turcos, enterró definitivamente el imperio.
Como cosas malas, para los cristianos claro, hay que nominarle por ser el último de la larga lista de liquidadores de cristianos, ordenando la destruccion de todo templo y texto cristiano, en el año 303, además de cepillarse a cualquiera de ellos que no renegara de su fe y se pasase al bando de los adoradores de Júpiter.
Salgo de paseo a las 6 de la mañana. Quedan un par de horas hasta el desayuno del hotel, y una caminata a esa hora es especial, por el volumen de los sonidos, el crescendo de la luz sobre la ciudad, y la naturaleza de la gente que camina por la calle o de las huellas de las que caminaron pocos minutos antes.
En esta ocasión, tomo la calle Radunica en dirección contraria al casco viejo. La calle serpentea un poco hasta llegar a una bifurcación donde unas escaleras ascienden por la colina y una brusca curva desciende hacia el mar. Al final de las escaleras, un jardincillo en la confluencia, casas escalonadas, patios, curvas, jardines, callejones sin salida, puertas, rincones, lomas.
Tuerzo al este por la calle Omiska hasta la avenida Slobode, anillo que rodea la ciudad, subo unos cientos de metros, y cruzándola al otro lado, en el centro de un gran espacio abierto, doy una vuelta por el Arena Gripe, cancha del que posiblemente haya sido uno de los mejores, si no el mejor, equipos de baloncesto europeo de todos los tiempos, la Jugoplastika de Split.
Para sorpresa general, un grupo de veinteañeros dirigido por Bozar Maljovik, con dos jugadores excepcionales, Kukoc y Radja, y la aportación de un compacto bloque de jugadores como Ivanovic, Savic, Perasovic, Sobin, Tabak o Naumoski, irrumpieron en el 89 en la escena baloncestística de Europa, consiguiendo el título de la Euroliga contra el Maccabi israelí. Luego, volverían a ganarlo los dos años siguientes contra el FC Barcelona, convirtiéndose así en el equipo maldito del Barça de la época.
Los líderes de esta máquina eran el pivot Dino Radja, y uno de los jugadores de baloncesto más técnicos de la historia del basket, el espigado y elegante alero Toni Kukoc, que poco después con 25 años, ficharía por los míticos Bulls de Jordan, Pippen, Rodman, Longley ..., haciéndose un meritorio hueco en la NBA, y consiguiendo tres anillos del campeonato, con el equipo de Chicago.
CASCADAS DE KRKA
Bajo una pancarta de i Tourist Office, nos reunimos a la 10 en la puerta de la misma agencia, donde el día anterior había reservado la excursión a Krka. En el momento de la reserva, se paga un tanto por ciento de los 25 € del total. El resto, junto con las 80 kunas, unos 10 €, de la entrada al parque, se lo damos en mano al guía que nos acompaña, el cual se encarga de sacar todas las entradas en las taquillas del parque, y repartirlas.
Somos un grupo de unas 15 personas, a las que nos distribuyen en dos furgonetas y un coche. En principio sentado en una de las furgonetas, me ofrezco a cambiarme para que una pareja no se separe antes de tiempo, y acabo cómodamente sentado en el coche, haciendo de copiloto de Djelko, un croata cincuentón con pinta de simpático granuja.
A pesar de que solo habla croata, rebuscando palabras universales, acabamos charlando de temas igualmente universales, a saber; los políticos son igual en todos lados; fútbol y baloncesto; Barcelona y Croacia; los distintos paises en los que ha trabajado; la pacífica convivencia étnica en Mostar, hasta el inicio de las partidas de ajedrez; la eficiencia germana en contraposición al pasotismo croata ... Para no hablar el mismo idioma, la verdad es que mantuvimos unos cuantos ratos de conversación, con la pareja de australianos del asiento de atrás como oyentes.
No me quedó muy claro del porqué no fuimos por autopista, pero el caso es que por la carretera, aunque muy espectacular, la hora y media del trayecto de unos 90 kms hasta la entrada principal al parque por carretera en Lozovac, se hizo larga.
El parque es paisajísticamente espléndido. El recorrido circular, se hace relajadamente por una pasarela de madera en aproximadamente 2 horas, que va atravesando los arroyos de agua que discurren entre los árboles, provenientes del río Krka en la parte superior que, al encauzarse a lo bruto por una gran grieta, cae espectacularmente por gradas escalonadas, hasta formar una enorme y magnífica laguna, en lo que es la única zona permitida de baño.
Toda esta zona recibe el nombre de Skradinski buk, las cascadas de Skradin. En el trozo de pasarela que cruza sobre la balsa, es donde se tiene la panorámica más amplia de las caidas.
El río, que nace 49 kilómetros aguas arriba en el monte Dinara, en la frontera con Bosnia, desagua en el Adriático unos 20 kilómetros río abajo del parque. El Krka, tiene en total 7 cascadas, siendo las más conocidas la de Skradinski Buk, que es la última, y Roski Slap, que es la penúltima. Desde Skradinski Buk, es posible contratar excursiones en bote de 3 horas y media de duración, hasta las cascadas de Roski Slap, con parada incluida en el lago intermedio de Visovac. Para quien quiera seguir, o para quien haya ido directamente a Roski Slap, allí se pueden coger botes al Monasterio de Krka, río arriba.
Hay dos maneras de llegar al parque. Una, la más vistosa, es llegar en bus hasta la población de Skradin, y allí coger el barco que lleva hasta el amarradero a los pies de Skradinski buk. A pie desde Skradin, sería aproximadamente una hora de caminata, bordeando el río. La otra, es por carretera dirección Sibenik, y seguir las indicaciones del parque, hasta la entrada principal de Lozovac. El horario de apertura del parque es de 8 o 9, dependiendo de la época del año, y el cierre, varía todavía más dependiendo de la estación, desde las 4 de la tarde en los meses de invierno, hasta las 8 de la tarde en verano.
Durante todo el recorrido, hay cuidados servicios en el parque. Chiringuitos donde tomar algo, lavabos, tiendas de souvenirs, terrazas, mesas de picnic, y también tenderetes de gente local con productos del campo, miel, etc. Como es muy popular, la afluencia de gente es muy alta, pero en Octubre, mes en el que he estado yo, se podía pasear tranquilamente sin agobios.
La cita de regreso es a las 3 de la tarde, y después de comentar la belleza del lugar y las bondades del paseo, nadie tiene mucho más que decir. Esta vez, a diferencia de la ida, Dkelko toma la autopista de peaje, y nos ahorra a todos 40 minutos de viaje.
Contratar o ir por libre? La única consideración que puedo hacer es que en mi caso salió bien. Son 180 kms ida y vuelta, y fui cómodamente en un coche/taxi, -supongo que no es lo normal-, por 270 kunas, unos 36 euros, incluida la entrada. El viaje en bus hasta Skradin, donde se coge el barco, más la entrada, sale por unas 225 kunas, unos 31 euros. Así que quedé mas que contento, aun sabiendo que la navegación en bote de 25 minutos hasta el parque, tenía que ser muy gustosa.
Al llegar a las 4 de la tarde a Split, vuelvo a recorrer el Palacio de Diocleciano por fuera y por dentro. Mañana a primera hora, Trogir, y el resto, todo lo que pueda de Split, dejando de lado el casco viejo.
yo disfruté el viaje, así que me alegro un montón que te haya gustado. gracias Elulo. Espero que los reyes no hayan sido rácanos contigo. muchos saludos.
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Hola. Necesitaría información acerca de cruzar de Kosovo a Serbia. Hay algún problema si llevas el sello de Kosovo a la hora de cruzar la frontera con Serbia?. Gracias
Entra con el DNI y listo. Así no tienes sello kosovar. Puedes entrar con el DNI sin problema alguno.
Y podría salir a Skopje desde Ksovo?
La idea era hacer una ruta Serbia-Kosovo- Macedonia.
Hola. Necesitaría información acerca de cruzar de Kosovo a Serbia. Hay algún problema si llevas el sello de Kosovo a la hora de cruzar la frontera con Serbia?. Gracias
Entra con el DNI y listo. Así no tienes sello kosovar. Puedes entrar con el DNI sin problema alguno.
Y podría salir a Skopje desde Ksovo?
La idea era hacer una ruta Serbia-Kosovo- Macedonia.
ÇGraccias.
De Kosovo puedes ir perfectamente a Skopje. ( viajé en abril del 22 ) Un saludo
Últimos comentarios al diario CROACIA con escapadas a BOSNIA y MONTENEGRO
chungking 06/01/2017 09:55
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Ronh 20/07/2018 13:18
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