![]() Etapas 4 a 6, total 7
Antes de ir a Patan, donde pasaría la noche, quise dar una última vuelta por Katmandú. Realmente, las 8-9 de la mañana es un gran momento para pasear. El sol de invierno da una calidez agradable y una luz muy bonita, no hay turistas y las mujeres de las montañas han bajado para vender sus frutas y hortalizas, instalándose por todas las calles. Ves la vida cotidiana (mercados, gente que va a las cisternas a recoger agua, las ofrendas en los templos) en ese marco arquitectónico incomparable y no puedes más que observar y disfrutar. Recomiendo encarecidamente que la gente que vaya a Katmandú no se limite solo a los cuatro sitios patrimonio de la Unesco que tiene (Plaza Durbar, Pasupatinah y las dos estupas budistas). Las zonas tanto al norte de Durbar (hasta Thamel) como al sur de la plaza, son espectaculares, con un gran ambiente, edificios bellísimos e imágenes impactantes y muy bonitas, con mucha vida y con mil detalles de los que disfrutar.
A las 10:00 pillé un taxi para ir a Patan. La verdad es que había dudado acerca de si pasar la noche allí. Por un lado, pensaba que tener el hotel en esta ciudad me permitiría visitarla tranquilamente al día siguiente a primera hora; por el contra, me obligaba a cambiar de alojamiento para ir a un lugar a apenas 30 minutos de donde estaba. No sé si fue un acierto o no, pero lo hice. Además de Patan, por donde di una vuelta de un par de horas al llegar (lo más destacable, además de lógicamente Durbar, que quizás esté mejor conservada que las de Katmandú y Bhaktapur, son los patios interconectados y el Templo dorado), quería ir a visitar algunos pueblos al sur de la capital. Le comenté al chaval de recepción del hotel que quería ir a Kokhana, Kirtipur y Bungamati, y me dijo que en esos pueblos no encontraría una arquitectura diferente de los visto en Katmandú y Patan. Pero me dijo que si quería ver el “Nepal real”, el rural, él me podía acompañar a hacer una excursión a un pueblo donde no había templos ni arquitectura medieval, y las casas eran diferentes. “Genial”, pensé. Efectivamente, fuimos a una montaña (no recuerdo el nombre, pero estaba en la carretera de Kirtipur a Dakshinkali y fue muy interesante porque no solo vi paisajes bonitos, con los cultivos de mostaza, yademás vi la arquitectura rural, con casas hechas de ladrillo y adobe, pintadas de naranja y con las mazorcas de maíz secándose. La noche la pasé un B&B llamado My life story Guesthouse, una antigua casa rehabilitada, situada en un patio budista. Muy bonita y un entorno muy auténtico, y a sólo 5 minutos de Durbar. Etapas 4 a 6, total 7
Al cuarto día me leventé temprano para pasear por Patan, visitando de nuevo Durbar, el Templo dorado, viendo la Kumadi (diosa viviente) y, por supuesto y quizás lo más interesante: pasear por sus calles con miles de templos, mercados, patios, estatuas…y donde se desarrolla un tipo de vida casi medieval. Después fui a Bhaktapur, donde pasaría esa noche (la de fin de año) y la siguiente. Las sorpresas, al llegar, continuaban. Pensaba que no vería nada nuevo, pero me equivoqué: Bhaktapur es quizás la más bonita de las tres antiguas ciudades-estado y, aunque su Durbar es la más dañada por el terremoto, a nivel arquitectónico es la más interesante, ya que no solo aquí sí que casi todas las casas del centro son bellísimas, sino que además es peatonal, el suelo también es de ladrillo rojo y es un lugar muy elegante a la par que auténtico. Con todo, no la visité solo al llegar, quería hacer un trekking para aprovechar la luz del sol. Mi idea ir a Panauti para hacer la excursión andando hasta Namobuddha, pero se me había hecho tarde y tuve que ir hasta un templo en una colina llamado Pilot Baba, que estaba cerca de la ciudad. La verdad, fue lo que más me decepcionó del viaje, mal aconsejado por el señor del B&B donde me alojaba. Pensaba que sería un lugar bucólico y era un monte donde lleno de porquería. Al menos vi como los nepalíes disfrutban de un pic nic y una tarde de fiesta con discoteca móvil incluida. Algo surrealista todo. Por cierto, el alojamiento se llama Pradhan House, y es muy auténtico. Vale solo 20 euros, estás en una casa particular (eso sí, la habitación era algo fría y el lavabo algo guarrete) y la familia que lo lleva es encantadora. Además, está bien situado, a 10 minutos de Durbar y a uno de una las tres plazas principales de la ciudad (no recuerdo el nombre, la que tienen el Peackok), en un lugar muy genuino.
Etapas 4 a 6, total 7
Al quinto día, me desperté a las 4:30 de la mañana. Mi idea era ver la primera salida del sol del año en Nagarkot. Así pues, madrugué y pillé un taxi y me fui para allí. A decir verdad, no valió mucho la pena. Las imágenes no mataban, el bullicio de la gente hacía perder el poco encanto que tenía el lugar (conocido como “The tower”) y el Himalaya tampoco se veía muy nítido porque estaba nublado. Pero bueno, me sirvió como punto de partida para un trekking, que también tenía pensado hacer ese día. En lugar de hacer el de Shanku hasta Changu Narayan, hice otro, paralelo, desde Telkot, al que llegué en taxi. Supongo que viene a ser lo mismo, no lo sé. Es interesante. Vas viendo las terrazas de cultivos y vas pasando por pueblos, donde la gente te va saludando. Incluso un chico, en una casa, me empezó a preguntar cosas y me invitó a tomar té. El chaval era paralítico y me comentó que su objetivo era ser DJ en Katmandú. En su casa, un lugar super humilde hecho de troncos y adobe, mientras tomábamos el té, me habló de sus sueños. Fue muy bonito. Continué hasta Changu (el templo está bien, es patrimonio de la humanidad….pero habiendo visto tantos ya, este no dejaba de ser uno más) y de allí 8 kilómetros hasta Bhaktapur. Descansar un poco y dar una vuelta por la ciudad, de nuevo disfrutando de la gente y la arquitectura.
El último día pillaba el vuelo a las 13:00, con lo que me dio tiempo aun de dar un último paseo por la ciudad. Y es que no me cansaba. No me dejaba de sorprender. Un lugar tan fotogénico, tan bonito, tan mágico…alucinaba todo el rato, y eso que ya llevaba 5 días. De allí al aeropuerto, que fue algo caótico, y 8 horas hasta Estambul. Id con tiempo porque sólo hay una puerta para entrar al aeropuerto y te miran el pasaporte y los billetes para entrar en él, con lo que se hacen colas interminables. Noche y de allí a Barcelona. Etapas 4 a 6, total 7
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