JAPÓN 2017 ✏️ Blogs de Japon

Hemos descansado bien en el hotel LINKS. La habitación es pequeña pero las camas son cómodas. Del Jet Lag, de momento ni rastro.
Después de desayunar, con el metro de la línea MIDOSUJI desde nuestra estación en DOBUTSENMAE, vamos hasta la estación de TENNOJI para cambiar a la línea TANIMACHI hasta la estación de TANIMACHIONCHOME, desde donde en diez minutos de paseo llegamos al castillo de Osaka, espectacular por lo grande y bien conservado que está, y que es uno de los mas famosos y conocidos de Japón






Previo pago de la entrada correspondiente hacemos la visita del castillo y como siempre hay zonas en las que está prohibido hacer fotos, que le vamos a hacer.
En el castillo hay una exposición permanente de vestidos y objetos antiguos de la cultura japonesa y su evolución a lo largo de los años.
En los alrededores del castillo, que está lleno a rebosar sobre todo de turistas locales, están haciendo multitud de actos culturales y festivos los cuales son aplaudidos a rabiar por los japoneses y por nosotros también. Su vistosidad y colorido hacen que nos entretengamos en varios de ellos un buen rato.




Finalizada la visita al castillo nos vamos en la misma línea de metro hasta la estación de HIGASHI-UMEDA donde visitaremos un edificio singular, el UMEDA SKY BUILDING, proyectado por Hiroshi Hara, uno de los mejores arquitectos japoneses actuales. Este edificio consta de dos torres unidas por su parte superior, donde hay un mirador y para llegar al mismo hay que hacerlo por unas escaleras mecánicas que estan suspendidas en el vacío.
Subir por estas escaleras puede ser un problema para los que sufran de vértigo pero si no es así vale la pena hacerlo. Son espectaculares.






Después de las dos visitas se nos ha hecho la hora de comer y regresamos a la estación de UMEDA donde hay multitud de bares y restaurantes y como no conocemos ninguno nos metemos en uno que nos ha llamado la atención. Hemos acertado, unos edamames, dos cuencos de ramen XXL que estaban muy buenos y dos cervezas nos han costado 2400 yen.
Es cierto que con el estómago lleno y la mente despejada se ven las cosas diferentes. La paliza de aviones y el estress de la escala en Shangai nos habían dejado un poco "tocados" pero ahora mismo nos encontramos perfectamente y somos plenamente conscientes de que uno de los precios a pagar que tenemos los viajeros es precisamente ese, el cansancio acumulado por los vuelos más o menos largos y estress acumulado en las escalas en los aeropuertos.
Regresamos al hotel para recoger las maletas y marchar a Kyoto, a unos 45 minutos en tren de Osaka.
Desde nuestra estación de DOBUTSENMAE cogemos la línea MIDOSUJI del metro hasta la estación de YODOYABASHI, desde donde sale nuestro tren de la KEIHAN MAIN LINE hasta la estación de TOFUKUJI, en Kyoto, donde está nuestro próximo alojamiento, el TOFUKUJI RINN REVERSIDE, un guesthouse del que os hablaremos seguidamente.






Llegamos a la estación de TOFUKUJI a las 17:00, mas o menos. Allí también hay una parada de los trenes de JR que nos irá de fábula cuando activemos los Japan Rail Pass.
Para llegar a nuestro hotel solo hemos de salir de la estación, cruzar las vías y en un par de minutos llegamos.
El guesthouse que hemos reservado es del tipo apartamentos individuales y tiene dos pisos de altura. Desde fuera tiene muy buen aspecto y al entrar a la recepción se confirman las buenas sensaciones que nos ha dado. La chica de recepción, en un inglés mediocre, como el nuestro, todo hay que decirlo, nos informa de las normas básicas de funcionamiento del hotel y nos da la llave de nuestra habitación después de efectuar el pago de nuestra estancia. Acto seguido entramos en la habitación y nos quedamos sorprendidos, es enorme, con una cocina muy completa, una mesa de comedor grande y dos sillas super cómodas. La cama, grande también, es , sin embargo, algo durilla, cosa que se irá corroborando a lo largo de los cuatro días de nuestra estancia.
Cuando hicimos la reserva en el portal BOOKING, ponía que no había ascensor en el hotel por lo que pedimos una habitación en la primera planta para no tener que acarrear las maletas arriba y abajo, pero nos encontramos con la grata sorpresa de que la primera planta en Japón se corresponde con nuestra planta baja, es decir, nuestra habitación está a nivel de calle. Para nosotros perfecto. Siempre viajamos con maletas grandes y al inicio del nuestros viajes ya pesan lo suyo.
Una vez instalados en la habitación y como estamos a 4 estaciones de tren del famoso barrio de PONTOCHO nos vamos hacia a allí sin perder mas tiempo
Por suerte, los trenes, tanto los de la KEIHAN MAIN LINE como los de JR son como unos metros, pasan cada poco y tienen un montón de vagones.
En diez minutos nos plantamos en la estación de SANJO y pasado el puente del río KAMO ya estamos en el barrio, junto con de le GION, mas famoso de Kyoto, ya que allí es donde podremos encontrar las famosas GHEISAS y que están llenos de restaurantes y salones de te.






Carme, mi mujer, es muy aficionada al patchwork y ya se ha enterado de que muy cerca de PONTOCHO hay una de las mejores tiendas de tela de todo Japón, la NOMURA TAILOR SHIJO, que tiene 6 plantas de altura y está repleta de telas de todos los tipos y precios y es donde compran las mujeres japonesas para hacerse sus kimonos. Una vez allí compra unos metros de varios estampados que le han gustado aunque hubiese querido comprar mucho mas pero esto habría incrementado notablemente el peso de nuestras maletas con el consiguiente problema a la vuelta.
Entre las compras y la visita a PONTOCHO nos dan las 9 de la noche y hay que ir pensando en buscar sitio para cenar.
Normalmente nuestro instinto no nos suele fallar a la hora de encontrar sitios para comer y una de las normas básicas que siempre seguimos es la de que si hay mucha gente, como mínimo la comida del lugar será buena y de calidad e incluso el precio no será excesivo.
Ya hemos comentado en algún otro diario que nuestra mente es muy abierta y nos gusta probar las comidas de los países que visitamos.
Como siempre, acertamos. Escogemos un restaurante lleno a tope y después de una breve espera nos dan mesa.
Comer en Japón es relativamente fácil, en las cartas normalmente hay una descripción de los ingredientes de los platos, aparte de en japonés en inglés y una foto de los mismos por lo que te haces rápidamente una idea de como son y te ayuda a elegir el que mas te guste. También, en muchos restaurantes, en los mostradores exteriores tienen réplicas hechas en cera que parecen muy reales de los platos que sirven.
Comemos bien y fijándonos un poco en como utilizan los palillos los japoneses llegamos a utilizarlos, aunque mas torpemente, todo se ha de decir.






Después de comer damos una vuelta por el barrio para ver el ambiente nocturno y hemos podido fotografiar dos Gheisas, no muy bien porque pasan como una exhalación y si no tienes la cámara preparada pierdes la oportunidad.
Finalmente regresamos al hotel. Queremos descansar puesto que mañana tenemos planificado un día muy intenso en KYOTO.

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Hoy vamos a visitar uno de los iconos de Kyoto y podría decirse que el principal monumento de la ciudad, el templo de KIYOMIZU-DERA, que está en la falda este de las montañas que rodean Kyoto.
Desde la estación de TOFUKUJI salimos con el tren de la KEIHAN MAIN LINE hasta la estación de KIYOMIZU-GOJO. Al salir a la calle tomamos el autobús n.80 que nos deja al inicio de la calle MATSUBARA DORI, que es una calle peatonal llena de tiendas de recuerdos, dulces y restaurantes y que te lleva a la entrada del templo después de una caminata de subida de unos 15 minutos, mas o menos.






El KIYOMIZU-DERA es, en realidad, un complejo de templos y edificios adicionales, que van desde la entrada del mismo hasta la falda de la montaña de Higashiyama y en el que destaca, por su tamaño y popularidad el propio KIYOMIZU. Este está tapado con unas lonas y unos andamios porqué lo están restaurando.





Una verdadera lástima porqué vistas las fotos del mismo es espectacular y muy bonito.
En la parte superior del KIYOMIZU hay un templo dedicado al amor y delante del mismo hay dos piedras encastradas en el suelo, una a 6 mts. de la otra. Dicen que si se es capaz de andar de una piedra a otra sin desviarse se será muy afortunado en el amor. En caso de que haga falta la ayuda de alguien para ir de una piedra a otra, este alguien será el que ayude encontrar el amor. Si uno se desvía del camino y no llega de la primera a la segunda piedra, el amor tardará un poco mas en llegar, si es que llega.




Bajando hacia la parte inferior del templo hay tres caños de agua que salen de una fuente de la montaña y si se bebe de ellos nos aseguramos la longevidad. Pues nada, a beber para llegar a viejos.
Para beber el agua hay unos cazos de aluminio con una caña de bambú (algo muy habitual a la entrada de los templos y que sirve tanto para lavarse las manos como para calmar la sed), para beber el agua. Para esterilizar los cazos hay un sistema de rayos U/V y así evitar contagiarse de cualquier enfermedad que pueda padecer cualquier persona que los haya utilizado con anterioridad.






Finalizada la visita al complejo regresamos hacia la calle MATSUBARA DORI donde compramos varios recuerdos para la familia y los amigos.
Al final de esta calle empieza el otro barrio histórico de Kyoto, GION, menos comercial que el de PONTOCHO y mucho mas "japonés". También está lleno de bares y salones de te pero hay muy pocos letreros en inglés. Suponemos que está mas dedicado a los japoneses que a los turistas .
Al ser de día hay poco ambiente y muchos locales están cerrados.
Dada la hora buscamos un sitio para comer y después visitamos otro templo, el de Yasaka, que está frente a la calle Shijo Dori, esta si, llena de tiendas y restaurantes.
Desde allí continuamos por la calle HANAMIKOJI DORI, la calle típica japonesa con casas antiguas pero perfectamente conservadas y seguimos paseando sin rumbo por la zona admirando la arquitectura japonesa, donde conviven la tradición y la modernidad en perfecta armonía y el estilo de vida de los japoneses, donde la educación y el orden son las notas predominantes, a parte de la pulcritud y la limpieza.





No hay papeleras y no hay papeles en el suelo. Tampoco colillas de cigarrillos.
En las calles de todo Japón no está permitido fumar (o como mínimo está muy mal visto y nadie fuma por la calle). Solo en algunas zonas delimitadas como área de fumadores (SMOKING AREA) o frente a determinadas tiendas de conveniencia en las que se vende tabaco, hay ceniceros disponibles para los fumadores. Bien por los japoneses ya que es una forma de, si no acabar con el tabaquismo, si de limitarlo al mínimo.
Dando un paseo y como lo tenemos cerca, vamos al mercado de NISHIKI, que es una calle peatonal cubierta, llena, sobre todo de tiendas de alimentación, donde podemos apreciar toda clase de muestras de la cocina japonesa, una de las mas exquisitas, refinadas y sofisticadas del mundo. Las sensaciones, tanto visuales como olfativas son muy intensas y a pesar de no ser muy tarde van despertando nuestro apetito. Decidimos "picar alguna cosa" para ir calmando el hambre.






Hay toda clase de pescados crudos, marinados, salados, desecados, etc. bien expuestos y que son un espectáculo para la vista. Hay rebozados en tempura para llevar, diferentes tipos de carnes y dulces. Parece que a los japoneses también son muy aficionados a lo dulce ya que en todas partes hay tiendas de pastelitos, galletas, obleas, etc. A nadie le amarga un dulce, no?
En Osaka ya lo vimos, muchas calles comerciales son peatonales y estan cubiertas con unos tejados transparentes, suponemos que para resguardar de la lluvia, elemento al parecer muy abundante en todo el país ya que la cantidad de verde que hemos visto hasta ahora es muy importante.
Cenamos en el mercado mismo ya que también hay unos cuantos restaurantes y regresamos a GION para ver el ambiente nocturno.
Una vez allí hay mucha mas animación que de día y vemos pasar alguna GHEISA de manera fugaz entrando en algun salón de te, suponemos, puesto que los letreros están en japonés y no nos queremos entrometer. Nos limitamos a observar y hacer alguna fotografía ya que tenemos la cámara y el móvil a punto para "cazar" alguna de estas mujeres misteriosas, que, todo hay que decirlo, ninguna se ha molestado porqué la hayamos fotografiado pero tampoco se han parado para posar. También vemos parar muchos taxis frente a las casas de te, de los que bajan únicamente hombres y entran rápidamente al interior de las mismas.
Como desconocemos sus costumbres, como ya hemos comentado, e incluso no sabemos si seremos bien recibidos en alguna de estas casas de te, nos abstenemos de entrar en ninguna. Desde el exterior tampoco se ve nada del interior. De todas maneras es igual, el poder vivir este ambiente, aunque sea desde la calle nos parece ya una gozada y no queremos romper el misterio que lo rodea.
Bien entrada la noche regresamos al hotel a descansar. Vivimos intensamente de día y por la noche hemos de recuperar fuerzas.

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Hoy ya no tenemos validez del KANSAI TRHU PASS y nos toca pagar los billetes del transporte público ya que el Japan Rail Pass no nos interesa activarlo hasta mañana.
El transporte público no es especialmente caro en Japón y como hemos de combinar diferentes líneas de metro, tranvía y tren y tampoco hay ningún pase combinado válido para todos, iremos tirando de billetes sencillos.

En primer lugar iremos al bosque de bambú de Arashiyama, que está en la "otra punta" de KYOTO.
Vamos con la KEIHAN MAIN LINE hasta la estación de GION-SHIJO, para cambiar a la HANKYU KYOTO LINE, en la estación de KAWARAMACHI, que está justo al lado. Desde aquí vamos hasta la estación de OMIYA y allí, en un tranvía de la KEIFUKU ELECTRIC RAILROAD ARASHIYAMA MAIN LINE que cogemos en la estación de SHIJO-OMIYA hasta la estación de ARASHIYAMA. Por esta última línea circulan unos tranvías de superficie muy antiguos que son una auténtica delicia ya que son de madera, seguramente de principios del siglo pasado pero en un estado de conservación inmejorable. Dentro de ellos nos llegamos a imaginar como seria la vida de los japoneses hace mas de 100 años.
Después de varias paradas y del traqueteo constante del tranvía, llegamos a la estación final de la línea y punto de partida para visitar el bosque de bambú de Arashiyama.
Fuera de la estación nos encontramos con una calle comercial llena de tiendas de recuerdos y restaurantes y que llega hasta la misma entrada del bosque.
Una vez entramos en el bosque de bambú la imagen es muy bucólica. Hoy llueve un poco, una lluvia muy fina que no llega a calar y en el interior del bosque, en la parte alta de los bambús la neblina los cubre. La sensación de serenidad es abrumadora, se puede "escuchar el silencio", solo roto por el canto de algún pájaro. Las personas que estamos allí no nos atrevemos a alzar la voz para no romper la magia del lugar. La visión es espectacular. Acostumbrados a ver, aquí, cañas de bambú de poca altura, allí son árboles de más de 10 mts. de altura terminados en frondosas copas pero con el tronco pelado y totalmente recto.




Después de caminar por todo el bosque nos encontramos muy relajados y com muy buenas sensaciones.
En los alrededores del mismo hay casas aisladas y campos de arroz por todas partes. Cada rincón está perfectamente aprovechado y ves agua corriendo por todas partes. Japón es un país muy lluvioso, se nota en los aprovechamientos hidráulicos que como podemos observar se basan en la proximidad y la inmediatez, es decir, aprovechan lo que tienen a mano y no lo van a buscar kilómetros lejos ya que con ello se abaratan en buena parte los costes de las infraestructuras y se agrede menos el paisaje. Todo ello es una muestra de como hacer una buena planificación y un buen uso de los recursos disponibles y de una buena gestión de los mismos. Algo muy intrinsicamente ligado a la mntalidad japonesa.

Seguimos.

Como está bien indicado, vamos hacia la estación de TOROKKO-ARASHIYAMA para coger el tren de la SAGANO SIGHT-SEEING TRAM, que es un tren antiguo que va por el margen del río KATSURA.





En este tramo, el río va encajado por un desfiladero que hay entre la estación antes mencionada y la de KAMEOKA-TOROKKO en un recorrido espectacular en medio de una vegetación frondosa y exuberante en la que conviven numerosos árboles y plantas de todo tipo con bambúes de un altura considerable. En el río se van formando de vez en cuando rápidos y apostados en los mismos hay muchas grullas (aves de las que hablaremos más adelante) esperando su oportunidad para pescar algún pez incauto.




El tren es antiguo y se nota en el traqueteo de los vagones y el ruido que hacen. El viaje nos retrotrae a tiempos de nuestra infancia, cuando los viajes en tren por cortos que fueran siempre eran toda una aventura y en los que no importaba ni el destino ni la velocidad si no simplemente el viaje en sí.
Llegamos a la estación de KAMEOKA-TOROKKO, ya en una planicie fuera del desfiladero y damos un paseo por el lugar. Todo es vegetación, campos de arroz y casas por todas partes. A los japoneses de allí se les ve tranquilos, a su aire y muestran poco interés por nosotros. A lo sumo alguno esboza una sonrisa al percatarse de que somos occidentales. Deben de estar acostumbrados a los turistas, que lo miramos todo y lo fotografiamos todo.
A la hora convenida en el billete de vuelta volvemos a la estación y cogemos el tren de regreso a la estación de origen repitiendo el viaje de ida pero a la inversa.

Nos da la hora de comer y siguiendo nuestro instinto escogemos un restaurante en el que comemos bien y abundantemente. Las raciones japonesas son generosas y nunca falta el arroz blanco y el caldo de miso. Para beber, un par de cervezas japonesas de marcas de la zona desconocidas para nosotros pero como hay de varios tipos podemos escoger las que mejor se ajustan a nuestros gustos ya que a Carme le gustan rubias y suaves y a mí tostadas y con cuerpo. Los japoneses ya hacen buenas cervezas y de muchas variedades.

Después de comer regresamos a Kyoto, a la zona de la estación central, donde hay parte del casco antiguo que conecta con PONTOCHO y GION.
Aprovechamos que llegamos a la estación central de Kyoto para activar los pases del Japan Rail Pass a partir de mañana.
La parte antigua de Kyoto es la mas japonesa, mas auténtica y tradicional, donde podemos admirar la cultura de Japón y hacernos, solo, una pequeña idea de su complejidad y grado de sofisticación. Llevamos encima la Lonely Planet "gorda" de Japón y sus autores son buenos conocedores del país y de su cultura y gracias a ella podemos entender un poco su forma de vida y su historia.

Continuamos hasta el palacio Imperial, impresionante, grandioso y perfectamente conservado. Actualmente los emperadores de Japón residen en Tokyo pero es en Kyoto donde se llevan a cabo las ceremonias de su coronación.
Desde allí, en un breve paseo de 15 minutos vamos a ver el castillo de NIJO, también perfectamente conservado y con la clásica arquitectura japonesa.






Se nos hace de noche y en un paseo un poco mas largo pero nada cansado volvemos a PONTOCHO. Está lleno de turistas como nosotros.






Por si acaso llevamos las cámaras preparadas. Nunca se sabe por donde puede aparecer una Geisha o una Maiko. Estas últimas son las aprendices de Geisha y se diferencian principalmente por su forma de vestir aunque nosotros las vemos a todas iguales por mucho que nos fijemos en ellas.
Logramos fotografiar a una y nos damos por satisfechos. Son caras de ver de verdad.





Cenamos allí mismo y regresamos al hotel. Allí, con WI-FI hacemos la conexión diaria via FaceTime con nuestra hija para charlar un rato con ella y explicarle nuestra aventura diaria. Ella ya estuvo de viaje en agosto haciendo la ruta Maya por centroamérica y utilizábamos el mismo sistema para estar en contacto.

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