Japón, en agosto y con un grupo de 14 personas ¡Se puede! ✏️ Blogs de Japon

Amanecía un nuevo día en Sendai y el grupo ya estaba preparado sobre las 8 para ir a la estación. Hoy teníamos un día muy interesante, visita a Hiraizumi y por la tarde/noche disfrutar del Sansa Odori en Morioka.

Una vez desayunados los sandwiches y bollos varios del combini, nos dispusimos a coger el Shinkansen rumbo a Hiraizumi, previo transbordo en Ichinoseki para coger un tren local. En el transbordo en Ichinoseki vimos que a partir de ese verano había un tren temático Pokemon que salía de esa estáción para hacer una especie de ruta panorámica. Parece ser que uno de los creadores de Pokemon es de Ichinoseki. Nosotros, frikis empedernidos como somos, no pudimos dejar pasar la ocasión de hacer fotos de la estación, decorada para tal evento.

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Hiraizumi es uno de los sitios de Japón declarados Patrimonio de la Humanidad. Durante los siglos XI y XII sus gobernantes, que regían la Provincia de Mutsu, llegaron a rivalizar con Kyoto incluso en cuanto a importancia y belleza de los templos y jardines que poblaban la ciudad. Como supondréis eso no gustó demasiado a Kyoto que se enfrentó a Hiraizumi, resultado ganadora. Se destruyeron muchos de los más de 500 templos y subtemplos que había y hoy día tan sólo quedan unos pocos edificios. Pero la atmósfera que se respira en Hiraizumi es de que en su día fue un lugar ciértamente hermoso y que su importancia fue muy grande.
Los dos lugares más importantes de Hiraizumi son el Motsuji y el Chuzen-ji.

Del Motsuji sólo queda su jardín y algún pequeño edificio reconstruido. El jardín del Motsuji es uno de los más bellos de Japón. Su nombre es Jardín de la tierra pura,data de epoca Heian y su autor quiso reflejar el paraíso en la tierra. El jardín se encuentra a un cómodo paseo de 10 minutos desde la estación, aunque también se puede ir en bus. Como no hacía mucho calor, fuímos andando.

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La visita del Motsuji nos llevó cerca de una 1hora. Después de verlo, cogimos un autobús hasta el que era el mayor complejo de templos de Hiraizumi en su día: El Motsuji. En autobús se tarda únicamente 10 minutos. También se puede ir andando y en ese caso se tardan unos 30 min. En su día el complejo del Motsuji estaba constituido por más de 80 edificios. Hoy en día creo que sobreviven en pie unos 20.
Para llegar al complejo del templo hay que subir una empinada cuesta de unos 700m en mitad de espectacular bosque de coníferas. Menos mal que no hacía mucho calor, porque la cuesta se las traía

Una vez accedes al complejo del templo, el itinerario que recorre todo el lugar está muy bien indicado. Es un lugar precioso. Quizás los edificios no son de los más bonitos de Japón, pero el hecho de saber que muchos de ellos llevan más de 600 años en pie, las tallas en madera de algunos de ellos y el verlo practicamente sólos, pues apenas hay turistas hacen que el lugar gane mucho. Aproximadamente estuvimos por el complejo unas 2horas.
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Una vez vimos el Motsuji, nos dispusimos a coger el autobús (10 minutos) para volver a la estación de Hiraizumi. Nuestro siguiente destino era Morioka, para lo cual había que volver a Ichinoseki, donde saludamos otra vez a Pikachu, y coger otra vez el shinkansen hasta Morioka. En total un corto viaje de unos 45 minutos.

A Morioka llegamos sobre las 3 y había bastante hambre, así que había que buscar algún sitio chulo (y grande) para comer. Y si estás en Morioka hay que comer Jyajyamen sí o sí. El jyajyamen es el plato típico de Morioka. Consiste en fideos tipo udon frios que se comen con una pasta de miso, trozos de pepino y un poco de salsa de soja. Una vez terminas de comerlo, se echa agua caliente a los restos de miso y soja, un huevo crudo y se bebe el caldo. Está muy rico. Nosotros comimos en un restaurante que sólo sirve jyajyamen al lado de la estación, pero hay muchos por toda la ciudad. Otro de los platos típicos de Morioka es el Wanko-soba. Son pequeños cuencos de fideos soba con caldo dashi y diversos acompañamientos. Cuando pides una ración de wanko soba te ponen 20 pequeños cuencos de soba, y tú vas comiendo, conforme te los vas terminando, te van poniendo más y al final acaba convirtiéndose todo en una especie de competición con el cocinero Eso sí, terminas a reventar

Una vez acabamos de comer y tomamos un café de lata fuímos hacie el centro de la ciudad, ya que a partir de las 18.30 empezaba el Sansa Odori, el festival de verano de Morioka.

El Sanda Odori se celebra todas las tardes del 1 al 4 de agosto y consiste que las diferentes cofradías o grupos desfilan vestidos con el traje típico y tocando los tambores, cantando y algunos bailando. Es un espectáculo muy bonito. Los grupos son muy varipintos y están constituídos por mucha gente, hay facultades de la universidad, empresas, médicos y enfermeros de hospitales, amas de casa, niños de guardería...Toda la ciudad parece que participa!!!

El desfile se realiza en Chuo-dori, la calle principal, y hay que coger sitio con antelación, porque hay mucha gente que no quiere perderse el festival. Así que después de comer, nos fuimos para allá, una hora antes de que empezara a coger sitio.

Cuando llegamos a chuo-dori estaba todo abarrotando de gente para ver el desfile Pensamos que nos quedaríamos sin verlo Pero una vez los japoneses demostraron ser unos perfectos anfititiones y cuando nos vieron que estábamos atrás y no íbamos a poder verlo bien, nos hicieron hueco para que lo pudieramos ver mejor Tanto llamábamos la atención un grupo de 14 occidentales que se acercaron dos personas que trabajaban para el Ayuntamiento de Morioka a preguntar que de donde veníamos y por qué conociamos el festival y es qué, éramos casi lo únicos occidentales!! Excepto por una pareja de brasileños

A las 18.30 puntuales, empezaron el desfile. Los primeros en hacerlo son los más peques

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Y luego el resto de participantes. Así hasta más de 4000
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Tienen hasta una mascota
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Y carrozas
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Cuando llevábamos cerca de 2horas, y teniendo en cuenta que había que volver a Sendai y que hacía un poco de frío (el norte japonés es maravilloso en verano ) vovimos para la estación, compramos cena en un conbini y nos la comimos esperando al shinkansen de vuelta a Sendai.

Llegamos sobre las 11 y nos fuímos directamente a dormir. Al día siguiente teníamos otro día intenso

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Amanecía un nuevo día en Japón y hoy teníamos otro día bastante completo, con una de las visitas que más impacto a todo el grupo: Yama-dera.

Tras levantarnos y desayunar la rica comida del konbini, fuimos a la estación para coger a sobre la 8 el tren local rapid con destino Yamagata, hasta la parada de Yama-dera, a unos 50 minutos de Sendai. El trayecto es muy bonito pues el tren va dejando atrás la gran urbe de Sendai y adentrándose en densos bosques y en profundos cañones y valles de montaña hasta llegar a Yama-dera.

Yama-dera son un complejo de templos situados en una ladera de la montaña que datan de época Heian. Muchos de los edificios aparecen literalmente colgados en las montañas. Subir además supone un reto ya que hay unos 1100 escalones desde el edificio principal del templo, en la base, hasta el Godaido, el más alto de todos.

A escasos 5 minutos de la estación se encuentra el edificio principal del templo

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Después, a mano izquierda se encuentra las taquillas donde pagar los 300 yenes que cuesta poder subir por todo el complejo de templos.

La subida en sí, a pesar de los más de mil escalones no se hace nada pesada, pues todo el camino está lleno de pequeñas figuras y detalles

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A media subida se encuentra la Niomon, una puerta sagrada que. según la leyenda, sólo llos que tengan el alma pura podrán atravesar. Pudimos atravesarla los 14, así que todos tenemos el alma pura

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Desde este punto, quedan unos 400 escalones más hasta la cima y empezamos a encontranos a escolares que bajaban y se quedaban mirandonos con cara de curiosidad. Alguno preguntó de dónde éramos y dijimos que de España y ahí se desató la locura. Más de 200 escolares japoneses adolescentes diciendonos hola al cruzarnos y que querían chocarnos las manos Un espectáculo, la verdad, nos reímos mucho y nos animó bastante la subida final.

Al final hay varios subtemplos y sobre todo el Godaido, una estructura de madera medio suspendida en la ladera de la montaña, donde se pueden ver unas vistas excelentes de todo el complejo.

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Una vez visto todo el complejo, iniciamos el descenso. La verdad es que aunque los 1000 escalones pueden desanimar y parecer que se hará muy pesado, es un camino muy agradable y además en la zona no suele hacer mucho calor, así que es una excursión muy recomendable. Y además es una zona libre de occidentales En total tardamos en ver todo el complejo como unas 3 horas. Una vez bajamos, curioseamos un poco por las tiendas de al lado de la estación, y volvimos a Sendai justo a la hora de comer.

Tras comer un poco de gyudon en Matsuya. Cogimos el loop bus para ir hasta el mayor atractivo turístico de Sendai, el Mausoleo Zuihoden, en la parte alta de Sendai.

El bus tarda unos 15 minutos en dejarte en la base del Zuihoden, y desde la parada son unos 15 minutos andando hasta el mauselo propiamente dicho.

El Zuihoden es el mauselo del que era Lord feudal de Sendai, Date Masamune. Su estilo es muy similar al de los templos de Nikko. Fue bombardeado durante la II Guerra Mundial, pero tras una reconstrucción minuciosa luce imponente

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Una vez vimos el Zuihoden y su complejo volvimos al centro de Sendai, dimos un último paseoo por sus galerías comerciales y cogimos el shinkansen con destino Utsunomiya, donde nos alojamos esa noche.

El hotel que elegimos fue el Hotell MyStays Utsunomiya, magnificamente situado enfrente de la salida de la estación. Habitaciones bastante amplias y cómodas por 50 euros la habitación doble sin desayuno. la verdad es que está muy bien.

Cuando llegamos a Utsunomiya ya era la hora de cenar. Muchos os preguntaréis por qué elegimos quedarnos aquí. Pues, aparte de porque está a solo 50 minutos de Nikko en tren, pero con hoteles de precios más módicos, porque es famosa por sus gyozas. Las gyozas de utsunomiya son famosas en todo Japón e incluso se puede hacer la ruta de gyoza, para probarlas en diferentes establecimientos de la ciudad, más de 40. Nosotros probamos tres tipos de diferentes y la verdad es que son las mejores que hemos probado en Japón.

Y una vez cenados, vuelta al hotel, que al día siguiente toca Nikko

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Sobre las 7 ya estábamos todo el grupo en pie para hacia Nikko.
Dejamos las maletas a buen recaudo en el hotel, y nos dirigimos a la estación de Utsunomiya para coger el tren local a Nikko, que tarda unos 50 minutos.
Una vez llegamos a la estación de Nikko, fuimos directamente al Tosho-gu, ya queríamos verlo antes de que llegaran las hordas de chinos.
Cuando llegamos eran aproximadamente las 9, y aunque había gente, no era un agobio como había leído en otros diarios y como yo mismo experimenté en 2015 cuando vine en pleno Obon

El Santuario es impresionante. La pagoda, Los monos elementales, la puerta Yomeimon (recién restaurada)...

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Tras la visita, que nos llevó unos 90 minutos, fuimos a ver el Futarasan jinja. A la salida ya habían llegado a la cuesta Omotesando las hordas de chinos. Hicimos muy bien en madrugar porque, aunque había gente, pudimos ver todo el complejo bastante a gusto.

En el Futarasan había poca gente, y estuvimos un rato haciendo fotos y comprando amuletos

Después, y en vista de que toda la zona se estaba empezando a llenar peligrosamente de gente, fuimos dando un paseo hasta el abismo de Kanmangafuchi, una zona que dista como 2km del complejo de templos de Nikko, y que es una delicia. Primero porque apenas hay gente, estábamos sólos...O por lo menos al principio y segundo por las estatuas de Jizos que hay y la leyenda de que si las cuentas a la ida y a la vuelta del recorrido, el número no es iguaal

La verdad es que en mi caso no coincidieron

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Cuando volvíamos del abismo al la zona de templos oímos unas voces (hasta ahora habíamos estado completamente solos durante más de media hora) y con sorpresa vimos que quienes iban para el abismo eran, con guía incluida nada menos que Almudena Cid y Christian Galvez Nos paramos hablar con ellos, nos hicimos unas fotos (por cierto, son majísimos) y vuelta a Nikko. Era ya casi la 1 así que decidimos volver y comer en Utsunomiya, habida cuenta de que Nikko estaba completamente tomado por turistas.

En Utsunomiya comimos en la misma estación, volvimos al hotel a por las maletas y cogimos el Shinkansen a Tokyo. Llegamos a Tokyo sobre las 16.30 y fuimos directamente al hotel. Habíamos reservado en un hotel bastante bien situado, en Ochanomizu, a 5 minutos escasos de la estación de tren de Ochanomizu (línea chuo) y a unos 10 minutos andando de Akihabara. El hotel en cuestión era el B Ochanomizu. Un hotel correcto cuyo precio (70 euros la doble, sin desayuno) no nos pareció caro para la zona que era.

Tras dejar los bártulos en el hotel, nos fuimos directamente andando a Akihabara. El sector joven del grupo, yo incluido, queríamos frikear un rato por allí Compramos unas figuritas, unos mangas, pasamos al Donki de Ahihabara...En total estuvimos unas 2horas y media frikeando por la zona hasta que decidimos ir yendo para donde habíamos reservado a cenar.

Hicimos reserva en un restaurante de una cadena llamada Zauo de la que hay varios locales en Tokyo. Se puede reservar directamente desde la web que es lo que yo hice. En principio queríamos ir al local que tiene en Shibuya, pero cuando reservé (un mes antes) ya no había sitio, así que reservé en el local que tienen en Meguro, a escasos 2minutos de la estación de tren.

¿Y por qué decidimos reservar aquí? Pues porque es un restaurante en el que te sientas, te dan una caña de pescar y pescas tu cena Luego decides como quieres que te preparen lo que pesques (frito, en sashimi, sushi, al horno...) eliges la bebida y algún complemento y cenas. Los peces disponibles para pescar son varios, y en función del que pesques pagas un precio u otro. Es quizás un poco caro, pero el rato que pasas pescando, los aplausos del personal cada vez que pescas algo y el hecho de comer pescado fesquísimo hacen de la cena una experiencia. En total bebida y algún aperitivo incluido, salimos cada uno por unos 25 euros. Caro, pero pasamos una cena la mar de divertida.

Cuando acabamos de cenar eran más de 10 así que aprovechando que era viernes, que al día siguiente no madrugábamos tanto, y que estábamos a sólo dos paradas de Shibuya nos fuimos para allá.
Fotos de rigor con Hachiko, cruce de peatones una vez en cada dirección, subida al starbucks para verlo desde allí...Vamos lo típico.

Estuvimos por allí dando una vuelta hasta casi las 12, cuando nos retiramos hacia el hotel.

Mañana nos esperaba un intenso día en Tokyo

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