![]() ![]() Alaska por tierra, mar y aire ✏️ Blogs de America Norte
Algo más de tres semanas recorriendo Alaska por libre en caravana y crucero de vuelta a Vancouver en junio de 2018.Autor: Chufina Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.9 (33 Votos) Índice del Diario: Alaska por tierra, mar y aire
01: Preparativos
02: Prólogo y epílogo: Vancouver
03: 4 de junio. Arrancamos!
04: 5 de junio. Camino de Valdez
05: 6 de junio. Crucero por el Prince William Sound
06: 7 de junio. Rumbo a McCarthy
07: 8 de junio. McCarthy / Kennecott y vuelo escénico
08: 9 de junio. Glacier hike y vuelta a la civilización
09: 10 de junio. Denali Highway
10: 11 de junio. Llegamos a Denali National Park
11: 12 de junio. Denali NP: Bus a Wonder Lake
12: 13 de junio. Denali NP: Disco hike
13: 14 de junio. Rafting y Parks Hwy
14: 15 de junio. Bueyes almizcleros y el diluvio universal
15: 16 de junio. Crucero por Kenai Fjords National Park
16: 17 de junio. Harding Icefield y Sterling Hwy camino de Homer
17: 18 de junio. Osos… o no. Plan B: Kachemak Bay State Park
18: 19 de junio. Osos a porrón en Lake Clark National Park
19: 20 de junio. Turnagain Arm, Crow Creek Mine, y… zarpamos!
20: 21 de junio. Navegando por Hubbard Glacier
21: 22 de junio. Navegando por Glacier Bay
22: 23 de junio. Skagway
23: 24 de junio. Juneau
24: 25 de junio. Ketchikan
25: 26 de junio. Navegando por el Inside Passage
26: Conclusiones y gastos
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Etapas 22 a 24, total 26
![]() WP&Y
Aunque el barco llegó a Skagway a las 6:30, no tuvimos que madrugar mucho porque hasta las 9 no nos recogían en el puerto. Habíamos contratado la excursión de ese día con Chilkoot Charters para ir hasta Carcross, en Canadá, atravesando el White Pass en tren. De todas las excursiones que se ofrecen en Skagway, esta es seguramente la más popular (y la más espectacular). El White Pass and Yukon Route Railway (WP&Y) es un recorrido escénico en tren adentrándose en el Yukon canadiense, desde Skagway hasta Whitehorse, a través de unos paisajes de montaña espectaculares. La historia de este ferrocarril es fascinante. La construcción de esta proeza de la ingeniería, similar a la que habíamos visto en McCarthy, empezó en 1898 como respuesta a la fiebre de oro del Klondike que se había desatado un par de años antes en Canadá. Skagway, gracias a su puerto, se convirtió en punto de partida para los buscadores de oro, que tenían dos opciones para recorrer la primera parte de las 600 millas que los separaban de las minas: una era el Chilkoot Trail, más corta pero más dura, y otra la ruta atravesando el White Pass, más larga pero algo más sencilla. Todo esto andando y en pleno invierno, ya que la noticia del descubrimiento de oro en el Klondike se publicó en un periódico de Seattle en julio de 1897 y cuando los primeros buscadores (llamados stampeders) llegaron a Skagway el verano ya estaba más que terminado. Las fotos de aquella gente atravesando los pasos de montaña con nieve hasta las orejas son espectaculares (podéis ver algunas en la web del WP&Y). Como estaba claro que iba a morir mucha gente, las autoridades canadienses impusieron como norma que los stampeders tenían que llevar consigo al menos una tonelada de provisiones y otros artículos de primera necesidad (comida, utensilios de cocina, ropa, herramientas…), suficiente para sobrevivir durante un año. Una tonelada a cuestas!! La primera solución a esto fue usar animales de carga en el White Pass (unos 3000 caballos murieron despeñados), aunque también hubo quien pagó a indios Tlingit para que hiciera de porteadores en el Chilkoot Trail. Pero estaba claro que el sistema era mejorable, así que en mayo de 1898 empezó la construcción del ferrocarril que atravesaría el White Pass, y sería el primer tren en operar en Alaska. Para reducir costes, se decidió hacerlo de vía estrecha, y aun así se necesitaron 450 toneladas de explosivos para alcanzar el White Summit Pass. En julio de 1899 el tren llegó a Bennett, ya en la Columbia Británica, y en el verano de 1900 llegó a Carcross. Irónicamente, a esas alturas la fiebre del oro ya estaba bastante apagada, pero el tren se utilizó en las operaciones de minería comercial que empezaron a establecerse en la zona, no sólo de oro sino también de cobre (como había pasado en Kennecott), plata y plomo. Pero al contrario de lo que había pasado en Kennecott, el tren de White Pass se siguió usando durante mucho tiempo una vez pasada la época dorada minera: Whitehorse se usó como base estratégica en la construcción de la Alaska Highway durante la Segunda Guerra Mundial, y el WP&Y era la única forma de que llagaran los suministros ya que hasta 1978 no se construyó una carretera que uniera Skagway con Whitehorse. Cuando el precio del metal se hundió en 1982, las minas cerraron y el WP&Y dejó de funcionar, pero en 1988 a algún lumbreras se le ocurrió reconvertirlo en atracción turística. Y hasta hoy. Incluso hoy en día da servicio a los valientes que se atreven a recorrer las 33 millas del Chilkoot Trail desde Skagway (desde Dyea, mejor dicho) hasta Bennett, recogiéndolos en esta última y llevándolos de vuelta a Skagway. ![]() WP&Y: rutas
Para hacer esta excursion hay varias opciones y varios recorridos, que podéis ver en el mapa de arriba. El más corto (y el más barato) te lleva hasta la cima del White Pass; se llama Summit Excursion y son $129 por persona, dura unas dos horas y media, y simplemente llega a la cima y vuelve. La siguiente opción es la Bennett Scenic Journey, en la que haces el recorrido completo de tren entre Skagway y Carcross, pasando por el lago Bennett (accesible sólo en tren o haciendo el Chilkoot Trail), con la ida (o la vuelta, según el día) en bus, en unas 8 horas, por $234 por persona. Hay una tercera opción con una locomotora de vapor pero este año estaba de mantenimiento y no funcionaba. Esas son las opciones que te da la empresa de trenes, la WPYR, en su web. Luego están las pequeñas agencias de excursiones locales, que te ofrecen el mismo recorrido largo, y alguna opción más, por el mismo precio y con varias ventajas: el bus en el que haces la ida o la vuelta es más pequeño, un mini bus, con un grupo muy reducido, y tiene mucha más libertad para parar a hacer fotos durante el camino, y además tienes un vagón del tren asignado solo para tu grupo, con lo que va casi vacío y se va muy a gusto pudiendo cambiar de ventanilla cuando quieras, según las vistas. Nosotros nos decidimos por Chilkoot Charters (aunque hay otras que también tienen buenas opiniones) y quedamos muy contentos. Como bonus, nos llevaron a ver Emerald Lake, que es una preciosidad, y que creo que en los recorridos con WP&Y no se visita. ![]() WP&Y
A las 9:00 estábamos puntuales en el puerto y allí estaba el señor de Chilkoot Charters esperándonos con un cartelito. Ese día había 2 o 3 cruceros y tenía que recoger a varias personas, pero enseguida estábamos todos en el mini bus con nuestra conductora/guía, una chica jovencita muy simpática y que se curró mucho la excursión. La primera parte del recorrido la haríamos con ella, en el mini bus, cruzando la frontera con Canadá (hay que llevar el pasaporte!!), adentrándonos en el Yukon, y llegando hasta Carcross, un pequeño pueblo cuyo nombre en realidad viene de Caribou Crossing. El día había amanecido nublado y gris pero según nos íbamos adentrando en Canadá fue mejorando considerablemente. Por el camino pudimos parar varias veces a hacer fotos; todos los paisajes de lagos y montañas son espectaculares pero las mejores paradas fueron los carteles de “Alaska” y “Yukon” por fotogénicos, el “desierto” de Carcross, considerado el más pequeño del mundo con su flamante milla cuadrada de extensión (que en realidad no es un desierto sino unas dunas de limo o sedimiento glaciar, pero con muy poquitas precipitaciones anuales gracias a las montañas que lo rodean), y por supuesto Emerald Lake (un lago glaciar con un azul verdoso precioso cortesía de los depósitos de arcilla y carbonato cálcico del fondo). A las 12:00 llegamos a Carcross y una vez allí teníamos 45 minutos para dar un paseo, hacer fotos, ir al baño… lo que se nos ocurriera. Para mí la mejor idea era tomarme un helado (muy recomendado por la guía) en la tienda que había justo frente a la estación de tren, y es uno de los mejores helados que me he tomado en mi vida. Butter pecan… todavía salivo al recordarlo… Es una tienda rosa, inconfundible, llamada Matthew Watson General Store. ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Camino de Carcross
Estuvimos un rato paseando por Carcross mientras nos comíamos los helados, y nos acercamos a la orilla del lago Bennett, que es larguísimo y justo termina en Carcross. Tenía un color precioso, y luego lo bordearíamos con el tren y lo disfrutaríamos aun más. Junto a la estación de tren también hay unas tiendas de souvenirs y un centro de visitantes, todo con inspiración Tagish, una de las Primeras Naciones de Canadá. Había varios tótem, uno de ellos con una orca tallada, y la guía nos contaba que esta gente, que no había visitado nunca la costa, sabía de la existencia de orcas y ballenas gracias al intercambio comercial que hacían con otras tribus. ![]() ![]() ![]() ![]() Carcross
A las 12:45 nos despedimos de nuestra guía y nos montamos en nuestro tren, que salía puntual a las 13:00. Tal y como nos habían avisado, teníamos un vagón entero para nosotros solos, y debíamos ser solo 8 personas, con lo que iba prácticamente vacío. La gran ventaja de esto es que no te tienes que pelear por las ventanillas buenas, y que la zona entre vagones, descubierta, está libre mucho más tiempo. Si me vais a preguntar qué lado es el mejor para las vistas, la respuesta es “fuera”. Intentar id fuera, entre los vagones, todo lo que podáis, porque es el mejor sitio con diferencia. Pero en cuanto a lados, si hacéis la ida en bus y la vuelta en tren como nosotros, lo mejor es sentarse a la derecha en ambas. ![]() ![]() ![]() WP&Y: de Carcross a Bennett
La primera parte del recorrido transcurre entre Carcross y Bennett, y va bordeando el lago Bennett (que queda a la derecha). En este trayecto nos dieron la comida, una lunchbox con un sándwich de pavo, una ensalada de pasta, algo de queso, uvas, unas galletas y agua (muy digna). Bennett, un asentamiento hoy abandonado, surgió a raíz del Klondike Gold Rush. Estaba al final de los dos caminos que os contaba antes, el White Pass y el Chilkoot, y cuando los montañeros conseguían llegar hasta allí (con su tonelada de provisiones) les tocaba construir (o comprar) una barcaza para hacer el resto del camino a Dawson y las minas de Klondike por el río Yukon. Pero cuando muchos de ellos llegaban, el agua estaba ya congelada y tenían que esperar allí hasta la primavera, de forma que Bennett se convirtió en un asentamiento bastante importante (con su hotel, su restaurante y su iglesia) hasta que la construcción del tren hizo que fuera abandonado. Hoy en día se visita como parte de las excursiones turísticas del WP&Y (como la nuestra) y también por ser el punto final del temido Chilkoot Trail. Allí tuvimos una parada de una hora, para subir a lo alto de la colina para disfrutar de las vistas del lago (impresionante), visitar los restos de la iglesia de madera, y ver cómo llegaban de cansados los senderistas que terminaban su ruta por el Chilkoot y que tenían que volver a Skagway en nuestro mismo tren. También hay una especie de mini museo con la historia del pueblo y de los stampeders, incluida una maqueta a tamaño natural de uno de ellos arrastrando la famosa tonelada de provisiones. Al bajar del tren te dan un panfletillo llamado “Bennett walking tour”, que indica dónde estaban los puntos principales, aunque ahora solo queda en pie la iglesia. En el mapa que he encontrado online no lo pone, pero las mejores vistas están justo pasado el punto 5 (la iglesia), a la derecha. ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Bennett
La siguiente parada fue más bien técnica, en Fraser, para cruzar de nuevo la frontera entre Canadá y Estados Unidos. Tardamos mucho, más de media hora, pero fue por culpa de los excursionistas. A nuestro vagón lo despacharon muy rápido: se sube un agente de aduanas americano y tienes que tener el pasaporte abierto por la página de la foto y sujetarlo junto a tu cara. Una vez pasado Fraser, el tren no vuelve a parar pero las vistas son impresionantes y merece la pena pasar todo el tiempo posible fuera. Los puntos más bonitos son el White Pass Summit (en realidad la frontera está aquí, pero era mucho más sencillo montar el puesto de aduanas 7 millas más allá, en Fraser), los túneles, los puentes (uno de ellos, de madera, no está en uso ahora pero se pasa al lado y la verdad es que impresiona), las Bridal Veil Falls… y por supuesto los paisajes con las montañas y los muchos lagos. ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() WP&Y: de Fraser a Skagway
Cuando llegamos a Skagway todavía teníamos algo de tiempo antes de tener que volver al barco, ya que la parada en puerto de ese día era bastante larga (de 6:30 a 20:00). Skagway, que creció a la sombra de la fiebre del oro, es hoy en día un museo casi en su totalidad. El Klondike Gold Rush National Historical Park era el sexto National Park que visitábamos en nuestro viaje (después de Wrangell, Denali, Kenai Fjords, Lake Clark y Glacier Bay), y conmemora la fiebre del oro. Incluye toda la municipalidad de Skagway, y tienen varios edificios rehabilitados que se pueden visitar, aunque a la hora que llegamos ya estaban cerrados. Una pena, pero el tour había merecido la pena y nos conformamos con verlos desde fuera dando un paseo. El centro de visitantes que hay junto a la estación de tren ofrece paseos guiados por un Ranger (gratuitos) y mapas para hacer el recorrido uno mismo por libre, merece la pena acercarse. Uno de los edificios más famosos de Skagway, que no es parte del National Park Service sino que es un bar de verdad, es el Red Onion Saloon, que tiene un pasado un poco turbio y hoy en día ofrece tours (incluido un “quickie” de 20 minutos que te enseña ese pasado turbio del que os hablo, guiado por una madam). ![]() Klondike Gold Rush National Historical Park
![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Skagway
Había sido un día muy completo, nos había gustado mucho la excursión, pero era hora de volver al barco a dormir. Se puede ir andando desde el centro de Skagway (en realidad son dos calles, así que hablar del centro es un poco ambicioso), es un paseo de unos 5 o 10 minutos según en qué muelle esté el barco. Esa noche teníamos comida alemana en el buffet y comida alaskeña en el restaurante a la carta, incluyendo un plato del famoso cangrejo gigante de Alaska. Os podéis imaginar a cuál fuimos… Etapas 22 a 24, total 26
A las 6:30 nuestro barco llegaba a Juneau, capital del estado y accesible solo por aire o mar. La parada de ese día era más corta que la de Skagway, pues el barco zarparía a las 15:30. El hecho de que saliera de Juneau tan pronto hizo que tuviéramos que elegir muy bien qué actividad haríamos, pues no nos daba tiempo a hacer mucho (sobre todo teniendo en cuenta que no pensábamos desembarcar a las 7 de la mañana). Las actividades más típicas en Juneau son el avistamiento de ballenas, la visita al Mendenhall Glaciar y el Mount Roberts Tramway. Para quienes estén dispuestos a pagarlos, también hay vuelos escénicos en helicóptero sobre los glaciares (con parada en uno de ellos incluida), y una de las mejores experiencias de avistamiento de osos del Inside Passage en Admiralty Island (sobre todo en julio y agosto).
Mi primera opción era alquilar un coche y poder visitar así por libre el glaciar, más el trocito de carretera costera que te lleva hasta Shrine of St. Therese y la Macaulay Salmon Hatchery. Juneau Car Rentals es bastante popular con cruceristas por sus precios y porque puedes recoger el coche en el mismo puerto, pero cometí el error de no reservar con tiempo y cuando fui a pedir disponibilidad ya no tenían coches pequeños (que nos hubiera costado unos $80-90), y los grandes se iban demasiado de precio. Ese día había varios cruceros grandes en Juneau y está claro que yo no era la única con la idea brillante de alquilar un coche. Plan B: coger el bus para ir al Mendenhall, hacer algún trekking allí por libre y luego volver hacia el centro y decidir si queríamos subir al Mt Roberts Tramway en función de qué tal día hiciera. Para llegar al Mendenhall, que está a unas 12 millas del centro de Juneau, hay un bus turístico y un bus público. El bus turístico (shuttle) te lleva hasta el propio Centro de Visitantes, pero los precios se han disparado en los últimos años: $45 por persona ida y vuelta, incluyendo los $5 de la entrada al Visitor Center; de ahí que mi primera opción fuera coger un coche. La otra opción, el bus público, es mucho más barata ($4 por persona ida y vuelta) pero te deja a 1.5 millas del Visitor Center, tarda como una hora en llegar y encima siendo domingo los horarios eran un poco escasos, y el primer bus del día nos hubiera dejado en Mendenhall bastante tarde. Plan C: reservar un taxi que nos recogiera en el propio muelle y nos llevara al glaciar, y luego ya veríamos cómo volvíamos. Escribí a Evergreen Taxis un par de meses antes para reservarlo y negociar el precio (nos dijeron que serían unos $30). Cuando termináramos, podíamos llamarles por teléfono para que nos fueran a buscar, o podíamos mirar la opción de volver en un bus público si nos cuadraba el horario. Estuvimos dudando de si intentar meter una excursión de avistamiento de ballenas después del glaciar, sobre todo porque teníamos un 2x1 con el toursaver, pero los horarios para poder aprovechar el descuento no nos cuadraban bien y como ya habíamos visto ballenas en los cruceros de Valdez y Seward, finalmente decidimos tomárnoslo con calma y visitar únicamente Mendenhall Glacier. ![]() Mendenhall Glacier
A las 8 nos recogía nuestro taxi en el muelle, nada más bajar del barco, y allí estaban muy puntuales. Tardamos unos 15 minutos en llegar al glaciar, pero nos explicó que si nos llevaba hasta el centro de visitantes tenía que cobrarnos un “extra” de $17 por persona (que incluía los $5 de la entrada), pero si nos dejaba justo en el borde del parque, más o menos a una milla del centro de visitantes, sólo tendríamos que pagar la entrada al llegar. Normativa del parque, por lo visto. Nos apetecía andar así que le pedimos que nos dejara en el borde y nos cobró $31. Hicimos esa última milla andando, es llana y sin complicación ninguna. Se puede hacer por la carretera o por alguno de los trails que hay en la zona. Nosotros hicimos parte por carretera y parte por dentro, entre los árboles. Es zona de osos (sobre todo negros) y hay que tener cuidado. Es un paseo muy agradable, aunque estaba muy nublado y amenazaba lluvia. Tuvimos la suerte de ver un puercoespín subido a un árbol y, aunque las fotos no son maravillosas, nos quitamos la espinita de no haber podido hacerle fotos al que habíamos visto días atrás en Denali. ![]() ![]() ![]() ![]() Camino del Mendenhall Glacier
Llegamos al Visitor Center y pagamos religiosamente la entrada ($5 por persona). Desde el propio Visitor Center ya se puede ver el glaciar, pero lo mejor es acercarse andando y hacer alguno de los trails. El más conocido es el que te lleva hasta la base de las Nugget Falls, una cascada muy vistosa cerca del glaciar. Hacía frío pero no llovía, así que aprovechamos y nos pusimos a andar: Photo trail, Nugget Falls trail, Steep Creek (donde se pueden ver fácilmente osos comiendo salmón en julio y agosto) y Trail of Time. El glaciar Mendenhall es uno de los más fácilmente accesibles de Alaska, y aunque no es tan espectacular como otros que habíamos visitado durante el viaje, sí que tiene su gracia. Termina en un lago glaciar por el que se puede hacer kayak (aunque no tenía icebergs, que es parte de la gracia de estas cosas). Las cascadas le dan un plus muy fotogénico. En invierno, cuando el lago se congela, debe ser espectacular. ![]() ![]() ![]() Mendenhall Glacier y Nugget Falls
Estuvimos unas tres horas paseando por los distintos caminos. No vimos osos pero sí vimos algún puercoespín más. Llovía a ratos y hacía bastante frío. Después de hablar con la Ranger del Visitor Center sobre los horarios de los buses, decidimos intentar volver en uno de los buses públicos. Tuvimos que deshacer el camino que habíamos hecho esa mañana y salir andando del parque, pero por el camino paramos a ver si el puercoespín seguía en el mismo sitio (y ahí estaba, comiendo como un koala hambriento) y también pudimos disfrutar de las vistas del glaciar desde la carretera que a la ida por algún motivo no habíamos visto. ![]() ![]() Mendenhall Glacier
Hay dos autobuses públicos que conectan el centro de Juneau con Mendenhall, el 3 y el 4. Ambos tardan más o menos lo mismo. A las 12:26 cogimos el número 4 (aquí está la parada) hacia el centro. Son $2 por persona pero solo admite efectivo, y no teníamos cambio así que pagamos $5. Da un buen rodeo y tarda casi una hora en llegar al centro, así que no es aconsejable si tenéis prisa, pero por lo demás es la mejor opción para visitar Mendenhall de forma económica. ![]() Es fácil ver águilas en Juneau
Juneau está llena de tiendas de souvenirs y aprovechamos para hacer alguna compra ahora que se acercaba el final del viaje. Las cosas nos parecieron más baratas que en Anchorage. A parte de las tiendas no tiene mucho más que ver, no es una ciudad especialmente bonita o pintoresca (como pueden ser Skagway o Ketchikan). Como el día estaba tan feo descartamos subir al Mt Roberts Tramway, un teleférico que te sube desde el muelle hasta lo alto de la montaña que bordea la ciudad y desde donde se supone que hay unas vistas estupendas si el tiempo lo permite. La entrada es bastante cara ($35) y mucha gente se queja de que no vale la pena el dineral que cuesta. Te hacen un 2x1 con el toursaver, y si hubiera hecho buen día nos lo hubiéramos planteado, pero nublado y lloviendo pensamos que no merecía la pena. También hay un camino para subir andando, y si luego haces una consumición en el bar de arriba te dejan bajar en el teleférico. ![]() Mt Roberts Tramway
Como ya habíamos dado por terminada la visita a Juneau, volvimos al barco para comer (había que amortizarlo!). Esa tarde la pasamos vagueando, viendo fotos, y disfrutando del jacuzzi. Los días se iban acortando considerablemente y ya teníamos puestas de sol en condiciones. Esa noche teníamos la segunda cena de gala, y nos pusimos ciegos de langosta. Creo que estos de Princess no ganaron mucho dinero con nosotros, con todo lo que comimos… ![]() Etapas 22 a 24, total 26
Nuestro crucero llegaba a su fin. La tercera y última parada era Ketchikan, un pequeño pueblo bastante pintoresco con una población de unas 8000 personas, famoso por su pesca de salmón y por su inmensa colección de tótems (por lo visto es la mayor del mundo). El barco llegó a puerto a las 9:30, y teníamos hasta las 17:30 para explorar Ketchikan. Hay varias opciones de tours en Ketchikan, incluyendo la visita a los tótems, el Lumberjack show y el Alaska Rainforest Sanctuary, pero la que yo quería hacer era el vuelo en hidroavión al Misty Fjords National Monument, una zona de fiordos de origen glaciar en el Tongass National Forest, a 40 millas de Ketchikan, considerada “monumento nacional”. Es una excursión bastante cara (más de $250 por persona, según con quién lo hagas, para una actividad de menos de hora y media), pero teníamos un 2x1 con el toursaver que estábamos decididos a aprovechar. La empresa que ofrece el 2x1 era Taquan Air, y les escribí para ver si podíamos reservarlo porque en teoría sólo admiten un cupón por cada salida y queríamos asegurarnos el poder usarlo, pero resulta que esta empresa trabaja con los cruceros y bloquean la mayor parte de los asientos para los cruceristas que lo compran a través del barco, así que no podíamos reservar. Nos dijeron que lo mejor era que les llamáramos por teléfono nada más llegar a Ketchikan para que nos confirmaran si tenían algún hueco libre. El lado bueno de esto es que, al no haber reservado, podíamos decidir sobre la marcha en función de qué día hiciera, porque Ketchikan es conocida por su clima lluvioso (dicen que es la ciudad más lluviosa de Alaska), y no me apetecía pagar el dineral que costaba la excursión (incluso con el 2x1) para volar entre nubes y no disfrutarlo. Si hace muy mal tiempo los vuelos no salen, sobre todo después de que haya habido varios accidentes mortales en los últimos años, pero cabía la posibilidad de que el tiempo estuviera muy al límite, lo suficientemente bien como para que se pudiera volar pero lo suficientemente mal como para no disfrutarlo. Total, que ese día nos plantamos en Ketchikan sin saber muy bien si podríamos hacer la excursión o no. Cuando les llamamos nos dijeron que todavía no tenían la lista final de pasajeros de todos los cruceros y que teníamos que esperar. Nada más bajar del barco hay un montón de puntos de información de todas las empresas de tours, incluida Taquan, y allí estuvimos hablando con la persona a cargo de las reservas y nos dijo que volviéramos en un rato para poder confirmarnos la plaza. El día estaba nublado (como no podía ser de otra manera en Ketchikan) pero no llovía, así que decidimos que si salían plazas haríamos el tour. Mientras esperábamos, nos acercamos a pedir un mapa del pueblo para hacer el “walking tour” autoguiado, y preguntamos los horarios para ir a ver los tótems. Hay tres sitios donde se pueden ver tótems: el Totem Heritage Center (un museo en el centro de Ketchikan), Bight State Park (un parque con 14 tótems y una réplica de una “Clan House” a 10 millas al norte de Ketchikan, entrada gratuita), y Saxman Native Village (una aldea Tlingit con muchos tótems, talleres artesanos, “Clan House” y hasta tienda de regalos, a 3 millas al sur de Ketchikan, y una entrada de $5 por persona). A los dos últimos se puede ir en tour guiado o por libre en bus público. El bus es obviamente más barato ($2) pero el horario es bastante malo, ya que sólo hay un bus cada hora (horarios aquí). A mí me hubiera encantado poder ir a alguno, pero estábamos pendientes del vuelo y no podíamos irnos muy lejos. Pasadas las 10 nos confirmaron que tenían un par de huecos en el vuelo de las 12:45, y podríamos usar el 2x1 de forma que serían $269 para los dos (mientras que los cruceristas que irían con nosotros en el avión habían pagado cerca de $300 por barba, y de hecho nos dijeron que el pago se hacía en la oficina justo antes del vuelo pero que fuéramos discretos al pagar!!). Teníamos algo más de dos horas, pero era demasiado justo para ir a ver los tótems porque sabíamos que el bus era bastante lento y no queríamos arriesgarnos a quedarnos sin vuelo, así que cogimos el mapa de Ketchikan y nos fuimos a pasear por el centro. Vimos varios tótems diseminados por la ciudad, y nos acercamos a ver el río que atraviesa el centro, que en cuestión de días estaría plagado de salmones remontando para desovar. El paseo atraviesa Creek Street, la famosa calle/pasarela sobre el agua que fue el “barrio rojo” de la ciudad durante la fiebre del oro. Hoy en día tiene tiendas de souvenirs y de artesanía, algún bar, y el museo Dolly´s House, con sus famoso cartel “Where both men and salmon came upstream to spawn” en la puerta, que hace visitas guiadas por $5. Terminamos el recorrido en el muelle, donde había otros 3 enormes barcos además del nuestro.
![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Ketichikan
Era hora de nuestro vuelo a Misty Fjords National Monument así que volvimos a la caseta de Taquan Air del muelle donde nos recogieron y nos llevaron, junto con otros cuatro cruceristas, a la oficina desde donde salen los tours. Allí pagamos (discretamente ![]() ![]() Misty Fjords National Monument
Lo del hidroavión es una experiencia curiosa, mola ver el despegue salpicando agua. El vuelo fueron unos 80 minutos en total, incluyendo una parada de 5 minutos dentro de uno de los fiordos. Por el camino vimos montones de hidroaviones, aquello parecía la M30!! Cuando cruza al otro lado y se empieza a meter entre las paredes de los fiordos es una pasada, y luego “ameriza” en uno de ellos. Es una parada muy cortita pero te dan la opción de salir y ponerte de pie en el patín. Los otros 4 cruceristas no se atrevieron pero a nosotros, como no podía ser de otra manera, nos faltó tiempo para bajar. Da un poco de cosa porque aquello se mueve mucho y a poco que te descuides te resbalas y acabas en el agua, pero merece la pena. ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Misty Fjords National Monument
Después de la mini parada volvimos a despegar y volvimos por el mismo camino, pero había salido un poco más el sol y la vuelta me gustó casi más que la ida. Acabamos muy contentos con la excursión, nos gustó mucho, pero la verdad es que sin el 2x1 no la hubiéramos hecho. Cuando volvimos nos llevaron de nuevo al centro y nos planteamos coger el bus a Saxman Village, pero hubiéramos vuelto demasiado justos de tiempo y nos arriesgábamos a perder el barco, lo cual hubiera sido bastante desastroso, así que desistimos. Hicimos alguna compra de última hora para gastar los pocos dólares que nos quedaban, y corroboramos que los souvenirs son bastante más baratos en esta zona sudeste de AK que en el norte (y Juneau era el sitio más barato por lo que vimos). Estuvimos un rato callejeando y se puso a llover (qué suerte habíamos tenido!) así que volvimos al barco a comer y ya nos quedamos a bordo. Esa noche teníamos para elegir cena italiana en el buffet y cena del chef en el restaurante. ![]() Bye bye, Alaska Etapas 22 a 24, total 26
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