Amaneció un día espectacular, de esos que ni planeándolo adrede. El crucero no salía hasta las 11 pero antes teníamos que pasar a por los billetes y estar listos para el embarque a las 10:30. Como teníamos tiempo, antes de volver hacia el centro de Valdez recorrimos la Dayville Road hasta el final para ver la Solomon Gulch Hatchery, un criadero de salmón famoso por ser uno de los mejores sitios para ver osos dándose un buen atracón de pescado. El salmón empieza a llegar en julio así que era demasiado pronto para ver osos, pero en internet se ven fotos de osos literalmente junto a la carretera poniéndose ciegos de salmón. Si vais a partir de julio, es uno de los mejores sitios para verlos (y encima gratis).

Solomon Gulch Hatchery
Fuimos a Valdez, directos al Bayside RV Park para ya dejar la caravana allí aparcada todo el día, con idea de ir luego a la oficina de Anadyr Adventures a reservar el kayak del día siguiente, y de allí directos al embarque en el Lulu Belle. Este camping tiene la particularidad de que todos los días a las 5 de la tarde alimentan a las águilas calvas que hay por la zona. Son los únicos con permiso para hacerlo y debe ser todo un espectáculo (aunque debatible), pero nosotros no lo veríamos porque el crucero llegaría bastante más tarde. Nos asignaron una plaza para pasar la noche, y aparcamos y nos conectamos a la toma de corriente, pero cuando fuimos a abrir el compartimento exterior donde estaba guardada la manguera para conectarnos a la toma de agua, la llave se partió y se quedó dentro de la cerradura. Horror! La misma llave abría todos los compartimentos exteriores, así que teníamos dos compartimentos abiertos que no podíamos cerrar sin la llave, y los demás cerrados sin poder abrirlos. Fui a preguntar al dueño del camping si conocía a algún cerrajero en el pueblo que pudiera echarnos una mano, pero me dijo que no había ninguno y que lo mejor era llamar a GAH a ver qué me decían. Pues sí que empezábamos bien el viaje… Llamé al teléfono de asistencia de GAH y expliqué la situación, y me dijeron que me enviarían una llave nueva en un vuelo desde Anchorage esa misma tarde, y que podría recogerla al volver del crucero. No podían haberse portado mejor. Entre tanto, nos sugirieron que buscásemos otra caravana como la nuestra en el camping y les pidiéramos prestada la llave si queríamos abrir/cerrar algún compartimento. Lo bueno de alquilar con GAH es que se ven muchas de sus caravanas durante el viaje, y por supuesto en el camping había un par como la nuestra, así que pedimos una llave prestada que nos hizo el apaño. Ahora ya sabéis el gran secreto… vuestras llaves abrirán todas las demás caravanas!

Con el rollo de la llave se había hecho muy tarde para ir a la oficina de Anadyr así que fuimos directamente a por nuestros billetes del Lulu Belle, que estaba muy cerquita del camping (tampoco es que Valdez sea grande…). Desde allí llamamos a la oficina de Anadyr para preguntar si tenían algún hueco para el tour al glaciar Valdez al día siguiente y nos dijeron que sí, que nos pasáramos al volver del crucero. Solucionado!
La actividad más típica de Valdez, al margen de la pesca, es hacer un crucero de un día por el Prince William Sound que te lleve a ver alguno de los glaciares de marea (normalmente el Columbia, pero también hay barcos al Meares) y que te permite disfrutar de toda la fauna marina de la zona. Hay varias empresas y opciones distintas, en barcos más o menos grandes, pero las principales son el Lulu Belle, un barquito pequeño con una excursión al glaciar Columbia por $140 de duración indeterminada (mínimo 7 horas, pero pueden ser 9 si la cosa está interesante), y el Stan Stephens, una empresa con varios barcos y una excursión al Meares de 8.5h ($165) y otra al Columbia de 6h ($132). La ventaja del Lulu Belle es que al ser un barco más pequeño se puede acercar más a los glaciares, y es un grupo más pequeño. La desventaja, por lo que habíamos leído en algunas reviews, es que el capitán es un señor muy peculiar que no se calla en todo el viaje, y se encarga de compartir sus puntos de vista algo, digamos, conservadores. Aparte, el no tener hora fija de vuelta a Valdez puede ser un problema para quien tenga planes para después. A nosotros nos parecía que las ventajas eran más que los posibles inconvenientes así que reservamos con ellos un par de días antes de empezar el viaje.

Puerto de Valdez
A las 10:30 estábamos embarcando puntuales y después de una breve charla de bienvenida nos pusimos en marcha. Antes incluso de salir del puerto de Valdez ya vimos varios grupos grandes de nutrias marinas, que son de lo más adorable. Me declaro muy fan!!



Sea otters
Como nos decía el capitán Fred, la presencia de tantas nutrias en el puerto después de la masacre que hubo con el vertido del Exxon Valdez en 1989 es una buena señal de la recuperación de la zona. Las nutrias no tienen capa de grasa como las ballenas o las focas, y dependen de su muy peluda piel para aguantar el frío. Con un millón de pelos por pulgada cuadrada, es el animal con más densidad de pelo y por ello fueron cazadas hasta casi la extinción. El vertido del Exxon Valdez acabó con unas 3000 nutrias (además de focas, orcas, ballenas, águilas, pájaros y salmones) y actualmente están consideradas en peligro de extinción.

Prince William Sound
Al poco de salir del puerto vimos nuestras primeras (y únicas) cabras salvajes del viaje. Yo no sé cómo hizo el capitán para verlas desde el barco, pero el caso es que entre él y su tripulación (una de ellas era su hija) iban constantemente pendientes con los prismáticos, buscando bichos. No tardaron mucho en encontrar también ballenas jorobadas, y nos tiramos un buen rato observándolas. Empezábamos a entender por qué no había hora fija de vuelta a Valdez…

Mountain goats




Humpback whales
Las ballenas estaban muy tranquilas y solo pudimos ver las colitas en el aire, pero no las vimos saltar. Al rato aparecieron los Dall´s porpoises, unas marsopas con colores de orca que nadaban muy rápido frente al barco. Era un grupo enorme y se tiraron un buen rato jugando con la proa, pero son tan rápidos que era muy difícil pillarlos con la cámara.


Dall´s porpoises
El capitán iba buscando puffins, pero no encontró ninguno. Lo que sí encontró fue un grupo enorme de leones marinos tomando el sol en una playa, y nos acercó mucho con el barco:


Steller sea lions
Ya solo con lo que habíamos visto hasta ese momento dábamos por amortizado el crucero, pero aún quedaba lo mejor: el imponente Columbia Glacier. Según nos íbamos acercando se empezaron a ver los icebergs flotando alrededor del barco, y se empezaba a notar el frío.


Nos acercamos al glaciar Columbia…
Es bastante frecuente ver focas y nutrias tumbadas en los icebergs tomando el sol, como si aquello fuera lo más cómodo del mundo:

Nutrias al sol
El capitán redujo mucho la marcha para atravesar la sopa de cubitos de hielo que teníamos delante, y según te vas acercando al frente del glaciar cada vista parece mejor que la anterior. No podíamos haber tenido más suerte con el tiempo, hacía un día de libro!! Vimos algún helicóptero de esos que te lo enseñan todo desde arriba, tiene que estar bien pero no quiero ni saber lo que cuesta.







Columbia Glacier
Estuvimos bastante tiempo allí, incluso paró el motor y se calló un rato para que pudiéramos disfrutar del silencio y el crujir del hielo. Vimos algún desprendimiento (calving) pero pequeñito, aunque no me hubiera gustado estar muy cerca con un kayak en ese momento. Por cierto, el Columbia se puede visitar en kayak, y debe ser una experiencia memorable, pero es una actividad un poco exigente y a nosotros se nos escapaba un poco, así que nos conformamos con verlo desde el barco. Las chicas de la tripulación hicieron fotos a todos (con nuestras cámaras propias) con un flotador salvavidas con “Lulu Belle” escrito y el glaciar de fondo; la verdad es que las chicas se lo curraban. Después de más de dos horas allí, finalmente dimos la vuelta y pusimos rumbo de vuelta a Valdez. Por cierto, la excursión no incluye comida pero el barco tiene una pequeña cocina donde preparan varias cosas a precios muy muy asequibles: café a $1.25, perrito caliente a $4, y chowder de almejas en un bol de pan a $9 (creo que fue el mejor chowder que he comido nunca, nada que envidiar a los famosos chowder de San Francisco!!).

Prince William Sound
Llegamos al puerto de Valdez a eso de las 19:30 después de un intenso día de mar. Estábamos cansados pero muy satisfechos con la experiencia. El capitán Fred es peculiar, es cierto, pero si uno no está de acuerdo con lo que dice, con no hacerle caso basta. El tamaño del barco, la poca gente que había, la buena comida, el empeño que ponen para ver todos los animales posibles y la amabilidad de las chicas hacen que este barco sea, para mí, la mejor opción de crucero en Valdez.
Cuando volvimos a tierra fuimos directos a la oficina de Anadyr para confirmar lo del día siguiente, aunque el pronóstico del tiempo era de lluvia y nubes, pero cuando llegamos nos dijeron que no les quedaba hueco para el tour al glaciar Valdez de por la mañana, solo nos podían meter en el que salía a primera hora de la tarde. Nuestro plan era hacer precisamente este tour y no otro porque era relativamente corto (5-6h) y nos daba tiempo a conducir hasta Chitina al terminar, pero sólo si salíamos en la excursión de por la mañana. Me dio mucha rabia porque por teléfono me habían dicho que no había problema, pero por lo visto alguien reservó (y pagó) las últimas plazas cuando nosotros estábamos en el barco. Qué le íbamos a hacer, nos quedaríamos sin hacer kayak… Después vimos que en realidad nos hicieron un favor, pero en ese momento me dio rabia no haber reservado con más tiempo (o no haber roto la dichosa llave esa mañana!).
Volvimos al camping y cogimos la caravana para acercarnos al aeropuerto de Valdez a recoger la llave, que ya me habían confirmado los de GAH mediante un mensaje de texto que había llegado en el último vuelo de Ravn Alaska del día. Llegamos al aeropuerto y resulta que las oficinas de Ravn Alaska habían cerrado hacía ya un buen rato, poco después de que llegara el último vuelo, así que nos dijeron que tendríamos que volver al día siguiente. Nos tocó volver al camping y volver a pedir prestada una llave a los vecinos…
El billete del Lulu Belle te da derecho a un 10% de descuento en varios restaurantes de Valdez, pero como nosotros estábamos en plan ahorrador (para gastarlo en actividades, claro!) cenamos en la caravana. Ya le íbamos cogiendo el punto a la cocina! También aprovechamos para lavar algo de ropa en el camping ($3 lavar, $3 secar). Como habíamos renunciado al kayak, al día siguiente no había que madrugar mucho y podríamos dormir un poco más…