Fiordos abordo del Zenith, 28/7/2018 ✏️ Blogs de Baltico y Fiordos

A las 9 de la mañana atracamos en Bergen, dicen que aquí es donde se inspiraron los de Disney para hacer la película de "Frozen", y es posible ,por que como en la peli, aquí están los Trolls, o al menos su bosque.
El plan era salir en cuanto pudiéramos en dirección al "Floibanen", el funicular, y así lo hicimos. Os recomiendo, si vais por libre, que llevéis los tickets comprados de antemano, nosotros así lo hicimos y al llegar vimos una larga cola que era para los que no lo tenían comprado. Habían dos colas, la de la izquierda para comprar los tickets, y una mucho más pequeña a la derecha que era para los que ya lo tenían comprados, así que ya sabéis. Pues una vez dentro empezamos la subida, creo recordar que no tardo mucho, unos 10 minutos o algo así.


Una vez arriba las vistas eran espectaculares, uno empieza a hacer fotos para aquí y para allá sin parar.


Después de hacer las correspondientes fotos fuimos en busca del bosque de los Trolls, se encuentra en el camino de la izquierda a medida que vamos subiendo y dejando atrás las tiendas de souvenirs. Hay figuritas de madera con forma de Trolls repartidas por todo el recorrido, como sabréis,los Trolls son seres de la mitología nórdica con los que los mayores asustan a sus niños en caso de que estos se porten mal, a veces, en alguna montaña, nos encontramos montones de piedrecillas apiladas, dicen que son Trolls a los que el sol dejó petrificados, o al menos eso nos explicó un guía.


Una vez visitado el monte Floyen, bueno el pequeño recorrido por el bosque de los Trolls que teníamos previsto, ya que este bosque da para mucho más, y dado que el tiempo tampoco acompañaba mucho, un poco de lluvia a cada rato, nos dispusimos a bajar a la ciudad.

Una vez abajo nos dirijimos a Domkirke pero solo la pudimos ver desde fuera ya que estaba en obras y no estaba abierta al público. Nos dirigimos hacia el puerto para visitar el famoso mercado del pescado, que, aparte de pescado, habían puestos de frutas y souvenirs. En el mercado trabajan cantidad de españoles y sudamericanos, con lo que es muy fácil entenderse. Nos dieron a probar salmón, ahumado, marinado y de alguna otra manera que no recuerdo. También probamos ballena, que me pareció muy buena, y varios tipos de caviar, de todo un poco nos trajimos para casa.
Pero lo que a mí me apetecía probar era el famoso cangrejo real, una chica nos ofreció un par de patas, una más grande que la otra, la pequeña unos 32€ la grande 45€, pues la grande que para una vez que estoy en Bergen... la pata más un rollito de salmón de la peque, más dos refrescos y un agua, total 52€, pero vale la pena.


Mientras comíamos caía un chaparrón de cuidado, el más fuerte de toda nuestra visita a Noruega, pero al salir ya había dejado de llover. Ahora nos íbamos a visitar el barrio de Bryggen, barrio de la antigua liga Hanseática, nos dejamos perder en sus callejuelas, observamos que las fachadas de las casas estaban algo inclinadas, en algún lugar ,creo recordar, que leí que era debido a una fuerte explosión durante la ocupación en la segunda guerra mundial, alguien saboteó un polvorín que los nazis tenían aquí.


Una vez visitado Bryggen, nos dirigimos a nuestro barco, el Zenith zarpaba a las 17:00h con lo que el todos a bordo era a las 16:30h. a la vuelta pasamos junto a la torre Rosenkrantz y la nave de hakon, que en el siglo XIII eran residencia real y el centro político de la ciudad.

Esa noche tuvimos el espectáculo "Por el humor de Dios" del Gran Arturo el Grande, la verdad es que, personalmente me agrado mucho, es un gran mago y humorista.

Y mañana...Flam.

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Pues bien, el Zenith tenía prevista su llegada a Flaam a las 7 de la mañana, la noche anterior deje preparada la ropa que me iba a poner y la cámara para no despertar a la familia por la mañana, ya que tenia previsto madrugar pues había leído que la entrada en el fiordo era espectacular. Eran las 5 y media de la mañana cuando salía a la cubierta 12, era de día claro, y me sorprendió la cantidad de gente que había allí a esa hora. Quedé sorprendido con el paisaje, no daba abasto, de un lado a otro haciendo fotos, de pronto aparecía una cascada, de pronto me iba a la popa a fotografiar la estela del barco en ese mar tan calmado y todo envuelto por ese efecto espejo que por lo que decían solo se puede ver a esa hora tan temprana.





Al poco ya se adivinaba el pequeño pueblo de Flaam al final de fiordo, se podía ver su estación y los pocos edificios y el hotel que forman este pueblecito. la maniobra de atraque duró un poco, ya que el barco tuvo que dar la vuelta sobre si mismo antes de atracar. Y a la hora prevista, 7 de la mañana, ya estabamos atracados y empezaban a salir los primeros pasajeros. Nosotros habíamos reservado a través de VisitFlam el tren para las 9:45h por lo que no teníamos prisa en salir. Desayunamos con calma y salimos hacia la estación. De camino nos encontramos con tiendas de souvenirs, de alquiler de bicicletas, mucho más baratas que las mismas que ofrecían en el barco.

Pues llegamos a la estación y como habían aconsejado en el foro, buscamos el vagón 6 o 7 pero estaban reservados, supongo que para los de las excursiones con el barco. Entonces nos quedamos en el 5 que también nos fue bien. Empieza el recorrido y, la verdad, se tiene ganado eso de "el recorrido en tren más bonito del mundo" nos sentamos a la derecha en el sentido de la marcha del tren, ya que nos recomendaron que era donde más cascadas se veían.



En el tren te van explicando, en castellano, la historia del tren y el recorrido, tanto con una locución como con vídeo en pantallas de tv. Después de pasar, creo recordar que era el tercer túnel, el tren se para, y ahí es donde quedé más sorprendido de todo el trayecto. El vagón nº5 nos dejo justo en la salida del túnel, y ahí te encuentras una cascada que baja con una fuerza y una cantidad de agua a lo bestia, espectacular. Me quedé sin palabras al ver esa maravilla de la naturaleza. Además hay una pequeña sorpresa que te deja, aún más, los bellos de punta.



El trayecto hasta Myrdal duró poco más de una hora, una vez allí, tuvimos la intención de bajar un momento pero el revisor del tren nos dijo que subiéramos en seguida que el tren partía en breve. Arriba de nuevo y el mismo recorrido de nuevo, con la misma parada en la cascada con el mismo espectáculo, esta vez preparé la cámara para grabar todo en video, pero a mitad de grabación la dichosa batería, que dura un montón de días, le dar por agotarse.

Seguimos bajando en dirección Flaam, y preguntamos al revisor si el tren pararía en la estación de Hareina, nos dice que sí, pero que vayamos hacía los vagones delanteros que es donde queda la pequeña estación. Siguiendo las indicaciones que había sacado del foro nos dirigimos a ver la antigua iglesia de madera de Flaamkirke, con su pequeño cementerio junto a ella. En la iglesia hay un libro de visitas donde podéis dejar constancia de vuestro paso por ella.




Dejamos atrás la iglesia, seguimos por el camino a Flaam, nos vamos encontrando con casitas con arboles frutales, en alguna los propietarios han montado una pequeña tienda. Nos encontramos una que vendía productos fabricados a mano con lana, además de ofrecer café y bebidas y helados, mi señora aprovecho para ir al baño y la señora de la casa la acompañó, por lo visto era el lavabo privado de ellos ya que era una casa normal.




Íbamos en paralelo al rio, vimos un tramo del río en el que había como una especie de pasarela con unas fotos de pescadores de salmón de hace medio siglo, por lo visto en este lugar se pesca, o se pescaba ese preciado manjar.

Estábamos llegando a nuestro punto de partida, el recorrido desde Hareina hasta Flaam nos llevo una hora y media, más o menos, a paso muuuy tranquilo. Me resulto curioso, al llegar junto al parquing del hotel que se encuentra cerca de la estación de tren, ver algún coche con matrícula española, debe ser un viaje un poco cansado llegar conduciendo hasta aquí.

Pues llegamos a nuestro destino, y como era la hora de comer, subimos al barco y directos al bufet, este día el restaurante no daba servicio de comidas. Después aprovechamos para descansar un poco y volvimos a bajar a ver que podíamos hacer a la tarde. Los horarios de las actividades que nos proponía la chica en la taquilla de información de la estación, catalana y muy simpática, nos parecían muy justos, no queríamos agobiarnos en este viaje, ir relajados y disfrutar de lo que pudiéramos ver al máximo. Seguro que si lo intentáis podéis hacer otra actividad a parte del tren, que yo es lo que más recomiendo, pero nosotros preferimos comprar unos recuerdos y comer algún dulce de la pastelería que hay en las casetas cerca de la estación.

Ya de vuelta, el Zenith zarpaba a las 18:30h, aprovechamos para ver la salida del fiordo y hacer otra sesión de fotos y disfrutar de la compañía con la que hemos coincidido en este crucero.
Fuimos a cenar al restaurante, como cada noche, y después el espectáculo "Rock Never Dies", que ya lo habíamos visto el año anterior pero vale la pena volver a verlo. Al salir, una última vuelta por la cubierta, para disfrutar del atardecer en el fiordo, y a descansar que mañana Geiranger nos espera.

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Bueno, vamos a seguir con otra etapa de este diario, espero que me disculpéis por la espera entre una etapa y la siguiente, pero entre semana dispongo de muy poco tiempo, por el trabajo, y solo puedo dedicarme a ellas los fines de semana.

Pues bien, sexto día de viaje y llegábamos a una de las etapas estrella de el.
El Zenith tenía prevista su llegada a Geiranger a las 12, puntual como siempre. Nos sorprende que en nuestro acercamiento al pequeño pueblo nos reciben con unos cohetes, o fue casualidad. Otra sorpresa fue ver pasar en un vuelo bajo a un caza de guerra, desde popa a proa, y verlo perderse de vista en cosa de unos segundos, sin tiempo si quiera de sacar alguna foto.

Estando desayunando avisan por megafonía del barco que nos estamos acercando a las famosas cascadas de las siete hermanas y el pretendiente, lo esperaba más tarde, así que cámara en mano salgo corriendo hacia la cubierta superior para tomar alguna foto. No os pongo ninguna por que de las siete solo se veían cinco, y con solo seis fotos que os puedo poner por etapa prefiero poner otras .

El Zenith se amarra a unas boyas situadas cerca del pueblo, y vemos desplegarse la famosa pasarela flotante que en unos segundos nos permiten desembarcar de forma rápida, sin necesidad de tenders, que retrasarían mucho nuestro desembarque.


Para este día teníamos la única excursión que no íbamos a hacer por libre, Panoramas desde Geiranger a Hellesylt, con Pullmantur, que nos salía solo un poco más cara que la misma con otra compañía externa. En este foro habíamos visto que mucha gente la recomendaba, y no era para menos, fue espectacular. Con una duración de unas 5 horas, y un recorrido de unos 120 km, pudimos ver paisajes impresionantes y disfrutar de buena compañía, Manolo esto va por vosotros , y un guía de lo más salao.

Nuestra excursión comenzaba a las 4 de la tarde, con lo que tuvimos tiempo de bajar a tierra y dar una vuelta por el pequeño pueblo antes de comer. Cafeterías, tiendas de souvenirs, tiendas para practicar actividades, bicis, kayaks, y un supermercado.

Pues a eso de la una volvemos al barco a comer, descansar un poco y para el salón "Pura Vida", que es el lugar de reunión para la salida de las excursiones. Nos quedamos para el final, sin prisas, pero con la suerte de que nos tocó el guía Jesús Sánchez, de origen español, pero con un acento francés que aún hacían más graciosas sus anécdotas. Aparte, nos dio una clase intensa de la vida en Noruega, muy amena.

Salimos a las 16:00h, la hora prevista desde Geiranger, nuestra primera parada fue en el mirador de Flydal, paramos unos minutos para tomar alguna foto.


Seguimos camino, montaña arriba, pasando por unos precipicios de miedo, y confiando en la práctica de estos conductores noruegos. Llegamos al Monte Dalsnibba, impresionante, con unos 10º, frío, pero que vistas!! A un lado el fiordo, al otro los glaciares y debajo un precipicio de no se cuantos cientos de metros y allí un poco más a lo lejos un par de lagos comunicados por un río, todo precioso.




Nos comenta el guía que detrás de los glaciares que podemos ver hay una extensa extensión de hielo, que se ha calculado que podría ser una reserva de agua para todo el país para unos 500 años. Os lo podéis imaginar?

Bajamos desde el monte en dirección a Stryn, pasando junto a los lagos que antes os comentaba. El lago Stryn tiene un curioso color turquesa, el guía nos comentó que es debido a un mineral que se filtra de las montañas, creo recordar que era el cobalto, pero no estoy seguro. Una vez en la ciudad de Stryn aprovechamos para comprar el famoso queso de caramelo, Brunost, la verdad que a mi me gusto y traje como cuatro paquetes. Se encuentra en los refrigerados, pero el guía nos comentó que no es necesario, que los noruegos lo tienen largas temporadas de tiempo sin necesidad de nevera.


Ahora seguía nuestro recorrido dirección al lago Hordinal, el lago más profundo de Europa con 514 metros de profundidad. Creo que paramos en un pequeño pueblecillo llamado Grodas. Las vistas del lago son espectaculares, con un efecto espejo que aún hacia más maravilloso el paisaje.


Antes de llegar a Hellesylt hicimos una última parada en Horndola Bru, un viejo puente de piedra del siglo XVIII, donde junto a él se encuentra la famosa piedra con un agujero por el cual debían pasar las chicas casaderas para demostrar que no estaban embarazadas, o que eran puras, o algo así de los vikingos de aquellas épocas...un poco bestias si que eran.

Una vez en Hellesylt, y antes de embarcar, pudimos hacer unas últimas fotos en la cascada que desemboca en el fiordo, la veréis desde el mismo puerto, es impresionante.

Esa tarde, como teníamos el 1er turno de cena y llegamos a las 21:00h, tuvimos que ir a cenar al bufet, y el espectáculo de ese día, "Destino el Mundo" lo pillamos a medias, un recorrido musical por distintas zonas de nuestro planeta, que ya vimos el año pasado en el Monarch. Así que, después de este intenso día, nos tomamos una copa y a descansar.

Esta excursión es muy recomendable, nos alegramos mucho de haberla contratado, ya que el recorrido es impresionante y es la mejor manera de aprovechar la parada del barco en dos pueblos. Supongo que habrían otras actividades aparte de esta excursión, pero Geiranger no da para mucho más, y no sé si en Hellesylt los pasajeros que embarcaron en Geiranger podían bajar, ya que la escala en este pueblo era muy breve.

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