India y Dubai por libre durante 21 días, verano 2017 ✏️ Blogs de Asia

Cuevas de Ajanta (día 15: martes, 29 de agosto de 2017)

Si visitas las Cuevas de Ajanta y de Ellora, hay que tener en cuenta que en Ajanta cierran los lunes y en Ellora los martes. Se pueden ir a ver las dos en el mismo día, pero hoy es martes así que Ellora está cerrado y sólo podremos ver unas.

Las cuevas budistas de Ajanta son Patrimonio de la UNESCO. Están a 105 km. al NE de Aurangabad y fueron construidas entre el año 200 aC y el 650 dC. Las 30 cuevas excavadas en la roca están adornadas con esculturas y frescos, retratando la vida religiosa a través de 8 siglos.

Cómo se puede ir a Ajanta desde Aurangabad:
- En coche privado. Hacer las 2 cuevas puede costar unas 2000 rupias. A nosotros hacer Ajanta nos costó 1.700 + 500 hacer Ellora al día siguiente.
- Encontramos información que había un bus turístico del gobierno que valía 595 rupias, que marchaba a las 7.30h y volvía a las 17.20. Nosotros somos 3 así que, si el precio era éste, nos salía más a cuenta un taxi para nosotros solos.
- También leímos que había buses de la CBS Central Bus Stand que pasaban cada 20′, tardaban más de 2 horas por trayecto y aparentemente eran muy económicos. Había que estar allí pronto porque si no cogías sitio para sentarte te tocaría ir de pie todo el camino. Como llegamos tarde y encontramos el taxi que nos pareció correcto, no llegamos a averiguar esta opción.


Ajanta

Horario: de 9 a 17.30 h, excepto los lunes.

Precio: 500 rupias / 30 indios. Además, hay que pagar 10 rupias por barba de impuestos para entrar en el complejo. También tienes que añadir el precio del autobús para llevarte a la entrada de las cuevas, a unos 4 km., que vale 16 rupias por persona y trayecto.

Me parece que el parking también valía dinero, pero le hicimos pagar al taxista.

El conductor te dejará en un parking donde te esperará hasta que salgas. Aquí deberás cruzar un mercado donde venden souvenirs. Son bastante pesaditos, pero aunque leímos que eran bastante agresivos, la cosa no fue más allá que insistieran. En otros lugares había sido peor.

A pocos metros encontrarás la parada del autobús que hay que coger sí o sí. La visita te puede llevar toda la mañana. Aquí decían que había muchos mosquitos, pero no recuerdo que nos fastidiaran.

Estas cuevas son anteriores a las de Ellora y pertenecen exclusivamente al arte budista. Son patrimonio de la UNESCO.

Esta es una estructura montañosa curiosa. Es un acantilado que tiene forma de media luna y todas las cuevas están en la cara interior de la montaña, de manera contigua, una al lado de la otra. Hay 30 cuevas que se esculpieron durante 800 años. También hay pinturas y esculturas que describen la vida de Buda. Están ubicadas junto al río Wahgora.

Varias generaciones de monjes budistas utilizaron estos espacios para rezar y como espacio para el funcionamiento de los monasterios durante casi 9 siglos. Estas cuevas se construyeron en dos fases: las primeras comenzaron alrededor del 200 aC y las últimas alrededor del 600 dC.

Parece ser que las cuevas fueron abandonadas poco a poco después del 480 dC. Durante los siglos siguientes la selva creció y las cuevas quedaron ocultas. En 1819 fueron redescubiertas accidentalmente por un oficial inglés, mientras se dedicaba a cazar tigres. Tras este descubrimiento, las cuevas se hicieron famosas por su entorno exótico, su impresionante arquitectura y su larga historia olvidada.

El ambiente natural que rodea las cuevas es otra de las riquezas que ofrece. Un entorno de una vegetación frondosa, con el río y una cascada, hacen del lugar un paisaje espectacular. Vas andando por una especie de terraza que conecta con todas las cuevas.

Aquí es importante llevar agua porque en todo el espacio de cuevas no se puede comprar ni comida ni bebida. Sólo podrás en el mercado, donde coges el autobús. En este sitio no hay tanta gente como en otras ciudades. Se agradece un lugar más tranquilo que el resto de lo que hemos visitado.

También hay monos, así que cuidado con las pertenencias. Las cuevas más importantes son:

Cueva 1: las pinturas están muy bien conservadas y son dibujos de la vida principesca de Buda. También hay una figura de Buda con cuatro ciervos con la misma cabeza.

Cueva 4: es de las más grandes y se aguanta por 28 columnas.

Cueva 9: tiene una gran estupa budista.

Cuevas 16 y 17: aquí están las pinturas mejor conservadas de Ajanta, con escenas de la vida del príncipe, antes de la iluminación.

De las cuevas 20 a la 25 están sin terminar y no son muy interesantes, pero dar un vistazo igualmente.

Cueva 26: una gran escultura de Buda tumbado nos muestra los últimos instantes de su vida. Las figuras inferiores son gente llorando, mientras que las figuras superiores representan gente de otros mundos que vienen por el duelo mortuorio. Además, encontramos una gran columnata con una estupa con el relieve de Buda.

Nosotros tardamos un par de horas en hacer la visita. Recuerdo que hacía bastante bochorno. Una vez hayas terminado las cuevas, en el camino de vuelta encontrarás un indicador que te lleva a un mirador que hay justo en frente y desde donde puedes hacer las fotos panorámicas que todos hemos visto. Si no tienes problemas de movilidad, vale la pena ir. Son un montón de escaleras, pero nosotros subimos con bastante rapidez. No debimos tardar 10′. Eso sí, llegué empapada.

Desde aquí también puedes ver la cascada que hay al lado. Merece mucho la pena las vistas desde aquí. También hay quien vendía comida aquí arriba, unos pepinos pelados que me los hubiera comido. Menos mal que no lo hice, porque más abajo también tenían y aluciné con el color del agua que le echaban encima para refrescarlos.

Luego, de vuelta, dimos un paseo por el mercado. Y lo alargamos porque nos cayó un chaparrón monumental, aunque no duró mucho tiempo. Dentro de las tiendas y entre medio de los toldos estuvimos guarecidos.

Aquí aprovechamos para comprar diversos minerales. Los coleccionamos y salieron bien de precio. El resto de cosas no eran muy económicas.

La excursión en sí es larga. Un par de horas de ida, unas cuatro horas la visita completa y un par de horas de vuelta. Compramos algo para picar y nos lo comimos en el coche de vuelta. Desde las 8 de la mañana… llegábamos al hotel a las 16 h pasadas.

Esto fue todo por hoy. Nuestra hija había hecho la excursión un poco mareada. No se encontraba muy bien y tenía dolor de estómago, así que no quiso ni cenar. Nosotros fuimos a cenar a un lugar que nos recomendaron en el hotel y que no nos gustó. Eran antes de las 19 h y no había nada por la zona que estuviera abierto para comer.

Este restaurante era muy turístico. Las mesas con manteles, camareros bien vestidos, pero le pedí unos noodles con verduras, que no picaran, me dijo que no, que en absoluto. Y cuando llegaron, sí picaban un montón. Se lo dije, me lo cambiaron, me pidieron mil disculpas… pero en fin. Había cerveza, a la módica cantidad de 300 rupias. Cenamos unos noodles y un pollo, la cerveza y agua nos costó 810 rupias, más de lo que pagamos habitualmente por los 3. Al final comimos bien.

Y con esto terminamos el día.

Para mañana tenemos Ellora, donde se puede ir con tuc tuc, pero lo negociaremos mañana mismo.

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Cuevas Ellora y tren a Mumbai (día 16: miércoles, 30 de agosto de 2017)

Para hoy por la mañana hemos de visitar las cuevas de Ellora, sin entretenernos mucho porque a las 14.35h cogíamos el tren hasta Mumbai, donde pasaríamos las últimas horas en la India, antes de ir hacia Dubái, último destino del viaje donde estaremos 3 días.

Las cuevas de Ellora están más cerca que las de Ajanta, a unos 30 km. Así que se puede ir en taxi y también en tuc tuc. Nuestra hija no ha pasado buena noche. La barriga le da guerra. Aunque no está muy mal, el cuerpo aguanta, pero no come… Y por eso y con el calor que hace, está débil. Ella se queda a dormir y decidimos hacer la visita sólo nosotros. Ya que estamos, no lo desaprovecharemos…

También se podía ir en autobús, pero nosotros teníamos el día apretado, así que debíamos asegurar. Buscamos un tuc tuc en la calle. El precio de referencia que teníamos era de unas 250 rupias y a nosotros nos costó el doble, 500 rupias. Vale la pena ir con tuc tuc, porque si hay tráfico, que lo había, se meten por todas partes. Diría que tardamos unos tres cuartos de hora.

A las 8 y poco ya estamos de camino para llegar a las 9, que es cuando abren. De hecho, llegamos antes y estaba abierto. El precio también son 500 rupias. Recuerda que los lunes cierran.

Hicimos foto de la matrícula del tuc tuc por si después no lo encontrábamos, pero a la salida estaba allí como un clavo a buscarnos, aunque no quedamos en ninguna hora.

Las cuevas de Ellora también son patrimonio de la UNESCO, talladas en la ladera de una colina basáltica. Es el mejor ejemplo de cueva-templo, con 34 capillas excavadas en la roca que representaban no sólo la religión budista como las de Ajanta, sino también hindú y jainista. Fueron excavadas entre los siglos VI y X dC. Aunque el emplazamiento de estas cuevas es menos impresionante que los templos de Ajanta, la riqueza artística de las esculturas de Ellora es mucho más destacable.

La construcción comenzó hacia el año 550, que fue el tiempo aproximado en que se abandonaron las cuevas de Ajanta. Por esta época el budismo era una religión que empezaba a perder fuerza en la India, mientras que el hinduismo ganaba presencia. Por eso aquí no sólo encontramos a Buda, sino también a Shiva, la diosa hindú.

Hacia el siglo X, los gobernantes locales comenzaron a romper con esta tradición y se inclinaron por el culto jainista, por lo que el último período de construcción de esas cuevas son de religión jainista.

Así como Ajanta destaca por sus pinturas, Ellora destaca por sus esculturas y tallas de piedra. De las 34 cuevas, las 12 primeras son de culto budista y son mayoritariamente monasterios y celdas donde se reunían comunidades de monjes. Las siguientes 17 son hindúes y las últimas 5 son jainistas.

Nosotros empezamos por la cueva hindú núm. 16. Es la primera que se encuentra y la más espectacular. Había poca gente porque era muy pronto. La cueva 16 es el templo Kailash, que es una réplica del monte celestial de Shiva. Es el mejor ejemplo de arquitectura esculpida en roca. Esta cueva es una gran mole de piedra que comenzaron a construir por la parte más alta (33 m), vaciando de roca la montaña y se cortó de arriba a abajo. Se extrajeron 200.000 toneladas de piedra. El templo representa la morada de Shiva, donde solía pasar milenios en meditación. Grandes elefantes de piedra flanquean las galerías que tienen una superficie de 81 m de largo x 43 de ancho. Es la cueva más espectacular. Tiene diferentes niveles y estancias.

Después seguimos hacia la derecha, hasta el final, y vimos las cuevas budistas, que seguramente todas eran monasterios, salvo la 10.

Cueva 10 tiene una gran estupa con Buda tallado en piedra. El techo de la cueva reproduce una estructura de madera con los arcos esculpidos en la roca.

Cueva 5 es la más grande con 24 pilares, aunque menos elaborada. Puede que fuera un centro de estudio de jóvenes monjes.

La 11 y la 12 son muy sobrias y con diferentes niveles.

Llegado al final, hay que deshacer el camino y volver por donde hemos venido. Entonces seguiremos y veremos el resto de las cuevas hinduistas.

Después habrá que pasar un puente y la vegetación de los alrededores se hará más densa y llegaremos a las cuevas jainistas, que son templos de estructura más simple que las otras. Son 5 templos de los que seguramente el principal es el 32 donde hay en el interior una escultura del fundador del jainismo. Estas están más apartadas y fueron las últimas en ser excavadas.

Estuvimos unas cuatro horas para hacer la visita más un par de horas de desplazamiento.

A las 14:35 h teníamos el tren hacia Mumbai. Inicialmente habíamos reservado un nocturno, pero en época de monzón, como íbamos nosotros, había que prever que llegar por la mañana y volar a mediodía era muy arriesgado, así que avanzamos unas horas el viaje en tren para llegar al atardecer a Mumbai y tener tiempo de reacción, si fuera necesario.

Y muy bien vista esta jugada. Llegamos a la estación una hora antes, aunque la teníamos a 5’ andando, y veo en las pantallas todo de trenes que ponía “cancelled”, aunque ninguno de ellos era el nuestro. Vamos al mostrador y nos confirmaron lo que temíamos. La estación de Mumbai se había inundado por las lluvias del monzón y ahora mismo no llegaban trenes.

La opción que me daban era reservar el nocturno que no quise coger en su momento. Con Cleartrip, la web donde habíamos reservado el tren, permitía cancelarlo hasta un rato antes. Le pido al hombre si me puede dar el wifi para cancelar el tren… y claro, no hay wifi. Cosa curiosa en la India, todo el mundo enchufado el teléfono, pero no hay wifi abierto en ninguna parte, ni te lo quieren dar.

Decidimos volver al hotel, como estaba cerca, para mirar alternativas. Fueron extremadamente amables. Nos dejaron una habitación por si la cosa se alargaba, pero en la misma recepción resolvimos todo. Cancelamos el tren, y buscamos como podíamos ir a Mumbai. Sabíamos que había avión… Y teníamos uno a las 20.10 h. El vuelo duraba 1h 15′. Teníamos tiempo más que de sobra. Nos costó 50€ por barba, más caro que el tren, pero no nos quisimos arriesgar que luego el nocturno tampoco hubiera salido y perder el vuelo internacional. Eso sí que hubiera costado dinero!!!

Como nos sobraba tiempo, fuimos a comer a la calle principal. Había todo de lugares abiertos y de nuevo nos encontramos con el tema del wifi. El vemos cerrado y pedíamos que nos lo dieran mientras comíamos … pues en un par de lugares nos fuimos porque no quisieron. Cosa curiosa … Finalmente acertamos con la comida. Comimos cordero con salsa, patatas fritas, que repetimos de buenas que estaban, arroz integral cero picante y pescado frito. No sé si fue arriesgado para la barriga pedir pescado… pero acertamos. Estaba todo buenísimo. Nos costó 650 rupias, cuando la noche anterior fueron 850 rupias 2 pax y menos comida…

Con lo que tardan en preparar las comidas, ya habíamos medio pasado la tarde. Fuimos a recoger el equipaje que nos guardaban en el hotel, y ya hicimos vía hacia el aeropuerto.

El día se estaba poniendo negro mientras esperábamos en el aeropuerto, y comenzó a llover. El aeropuerto es muy pequeño y no había mucha información. Tardamos mucho en salir… seguramente el aeropuerto de Mumbai tampoco iba fino. Llegamos muy tarde, pero bien. Al hotel llegábamos hacia las 12 de la noche.

Al llegar a Mumbai rematamos el día intenso que llevábamos…

Necesitábamos taxi para ir al hotel. Los de prepago nos parecieron muy caros. El precio que teníamos de referencia eran 350 rupias y el aeropuerto está como a una hora larga del centro. Como todos pedían lo mismo decidimos salir del aeropuerto caminando, ya lo habíamos hecho otras veces, la carretera se veía allí mismo. Y se nos ofreció un tuc tuc a la salida del aeropuerto. El precio que nos pidió nos pareció bien, así que decidimos cogerlo, aunque tardásemos más. Íbamos hasta los topes con el equipaje…

Como se supone que el hotel no lo conocería, el lugar de referencia que le dijimos era la estación Chhatrapati Shivaji, uno de los lugares que también se visitan, y desde donde podíamos ir andando si era necesario y que seguro que tenía que conocer. Nos dijo que ningún problema. Tenía pinta de ir perdido e iba preguntando por el camino.

Nos llevó donde él decía que era la estación, pero que no era. Intentamos hablar por teléfono con el hotel, pero el tel. de Booking no funcionaba. Dijo que nos dejaba allí, no sabía ni donde estábamos, y que le pagáramos. No sé si nos intentó colar el gol de la estación, o no daba para más. En cualquier caso, no pagamos un céntimo y paramos un taxi que pasaba por allí. Al final el taxi nos costó 500 rupias. Y nos llevó hasta la puerta del hotel. Una vez llegamos a la estación fue preguntando y dimos alguna vuelta que otra, pero llegamos al sitio.

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Bombay y vuelo a Dubái (día 17: jueves, 31 de agosto de 2017)

Para hoy teníamos una mañana escasa para ver Bombay porque a las 14.10 h cogíamos avión internacional que nos llevaba a Dubái haciendo escala corta en Pakistán. Pero el día antes de comenzar el viaje, gracias a una aplicación donde puse todos los vuelos que teníamos reservados para hacer los check-in con más facilidad, descubrí que mi vuelo salía “cancelled”. Y efectivamente, estaba cancelado.

El vuelo lo había comprado directamente en la web de Air Pakistán por 80€ por persona. Intenté contactar con ellos por internet, pero nos íbamos al día siguiente y necesitaba un vuelo que me llevara a Dubái. Así que tiré millas y reservé uno directo que me costó 150€ por barba, casi el doble. Recuerdo haber visto este vuelo cuando reservé el otro, y el precio no había subido, así que aún tuve suerte.

A la vuelta les reclamé el importe del vuelo y me dijeron que tenía razón, que se canceló y no me avisaron y recibí una devolución de la mitad de lo que me había costado, aunque no sé por qué. Como dejaron de contestarme, a través de una empresa que se dedica a reclamaciones de compañías aéreas estamos reclamando. No sé si conseguiré nada, pero no me cuesta dinero, así que veremos si conseguimos que nos paguen algo más.

Así que el nuevo vuelo salía a las 19 h y llegaríamos a las 22h a Dubái. Tenemos todo el día por delante.

Primero buscamos un lugar para el desayuno. Fue difícil encontrar algo parecido a una cafetería. De hecho, no encontramos nada así que nos decantamos por un McDonald’s que estaba abierto, frente a la estación de tren Victoria Terminus, ahora llamada Chhatrapati Shivaji, imponente edificio de la colonización inglesa.

Allí mismo tomamos un taxi que nos llevara al primer destino que teníamos muchas ganas de ver: el Dhobi Ghat, el lavadero más grande del mundo. Allí viven familias enteras que trabajan alrededor de 16 horas diarias lavando ropa con sus propias manos, prácticamente todo en un proceso manual. Está lleno de grandes cubetas donde lavar la ropa, que lo hacen a base de darle golpes sobre una piedra, también tenían alguna centrifugadora muy rudimentaria. Después hay zonas para extenderla con largas cuerdas donde el sol cae a plomo. En otros espacios se plancha, con las típicas planchas antiguas grandes y pesadas de carbón. Y los niños por allí en medio jugando. Todo un espectáculo. Está claro lo mal repartido que está el mundo. Los que trabajan aquí son una de las castas más bajas de la India.

Llevábamos zumos y galletas y se los dimos a los niños. Se pusieron muy contentos. Por allí apareció un tipo con unos tickets que pretendía que pagáramos entrada, pero pasamos de él.

Cogimos otro taxi y fuimos a la Mezquita Haji Ali Dargah, que nos pareció curiosa porque está en medio del mar, por un camino con agua ambos lados unos 500m. mar adentro. Toda la estructura es blanca y es muy vistosa. Luego cuando te acercas, está un poco dejada. Hay mucho ambiente de gente joven que pasa el rato en el rompeolas. Y en el patio de la mezquita hacían comida, así que todo estaba muy lleno de gente.

Eso sí, el agua estaba asquerosa. Hasta ahora no habíamos visto tanta suciedad. Montañas y montañas de basura amontonadas al borde del mar y en todas partes. Esta es la India que esperábamos encontrar en todas partes y que, hasta ahora, no habíamos visto. Realmente Bombay nos pareció una ciudad sucia, dejada, decadente como no habíamos visto hasta ahora en ningún otro lugar. Muchos edificios estaban apuntalados, incluso edificios muy altos con rejas en todas las ventanas y balcones… También hace mucho bochorno y el tráfico es extremadamente caótico.

Después fuimos a ver el templo jainista de Shri Adishwarji Jain Temple. Era mediodía y el tráfico era caótico. Nos costó un montón llegar y mientras los otros taxis nos costaron unas 100 rupias, este nos costó 400. Hay decir que todos ponían el taxímetro.

En la zona de oración del templo no nos dejaron entrar.

Y para terminar las visitas rematamos en la Puerta de la India, que es el símbolo de la ciudad. Me impresionó porque es mucho mayor que la que hay en Delhi. Está dentro de un recinto cerrado con estrictas medidas de seguridad para acceder. Por este arco se fueron las últimas tropas de la colonia británica cuando abandonaron la India…

Ya eran las 13h y estábamos cansados. Buscamos un taxi para ir al aeropuerto, picamos cualquier cosa y dimos la visita por terminada. No nos ha gustado nada Mumbai, pero ha valido la pena la visita más que para ver la Puerta de la India y el Dhobi Ghat.

Llegamos a Dubái hacia las 22h. Tenemos un coche reservado para 3 días con Autoeurope que nos costó 62€.

Cuando salimos del aeropuerto el bochorno es brutal. Se me empañan las gafas y no hay manera de que se desempañen. El contraste de temperatura creo que es lo más bestia que hemos sufrido nunca. Ni en Singapur pasamos tanto bochorno, y eso que son como las 23 h. Bufff la que nos espera…

Con Maps.me llegamos con relativa facilidad al apartamento que teníamos reservado. Hemos terminado un fantástico viaje por la India que nos ha encantado. Mañana el contraste será brutal y seguro que tampoco nos dejará indiferentes.

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