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Comenzamos la primera parte de nuestra ruta de hoy llegando en tren a las inmediaciones de la iglesia de Notre Dame de la Chapelle, nuestro punto de partida a primera hora de la mañana, ya sabes, al que madruga Dios le ayuda; aunque siempre habrá quien diga que por mucho madrugar no amanece más temprano, jeje. Hoy visitamos el barrio de Sablon y el de Marolles, para acabar en Hallepoort, lugar donde cogeremos el metro para seguir el recorrido por el distrito europeo.
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Situada en el distrito de Marolles, la iglesia de Notre Dame de la Chapelle destaca por su arquitectura románica aunque tiene muchos matices góticos flamencos. En realidad sus orígenes comienzan en el siglo XIII.
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Tuvo que ser restaurada en varias ocasiones, y a finales del siglo XVIII se le colocó un campanario barroco bastante extraño y la especie de púlpito que hay en la nave central a mano derecha también se las trae; a mi me pareció horrible.
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Al salir de la iglesia nos fuimos a ver los restos de la muralla primitiva con torre incluída, está a unos pasos de la iglesia y no tiene pérdida. Seguimos por la Rue de Rollebeek, que queda a la derecha del trozo de muralla. Esta preciosa calle adoquinada y con una leve pendiente te lleva derechito a la Place du Grand Sablon, una gran plaza adoquinada con forma de triángulo.
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Llegando al final de esta calle, a mano izquierda, tienes una de las tiendas Dandoy que hay en la ciudad, aquí puedes comprar las mejores galletas Speculoos del mundo. Estas galletas son muy conocidas en Bélgica, se caracterizan por su sabor a jengibre y canela. Ya en la Plaza del Gran Sablon otra tienda, Pierre Marcolini, donde tienes los bombones más exquisitos y pijos de toda Bruselas. Por esta zona tienes muchos locales donde comprar bombones y chocolates. Te será difícil elegir en cual entrar.
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Al fondo de la plaza está la Iglesia de Notre Dame de Sablon. Los orígenes de la iglesia se remontan al siglo XIV, destruída la anterior iglesia, gracias a los aristócratas y burgueses que pueblan este distrito la nueva iglesia resurgió de sus cenizas y se reconstruyó en el siglo XV. De estilo gótico, fue usada como escenario en los "Pilares de la Tierra", del escritor Ken Follet.
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Junto a la iglesia hay unos pequeños jardines, el Petit Sablon, rodeados de estatuas que representan todos los oficios antigüos de la ciudad. Es un buen lugar para sentarse y descansar plácidamente mientras te comes unas speculoos o unos deliciosos bombones.
Con un sabor dulce en la boca y reconfortados por los jardines salimos por un par de calles hasta llegar al ascensor gratuíto que te sube al Palacio de Justicia, ya estamos en Marolles. El Palacio de Justicia es un gigantesco edificio que siempre está con reformas y lleno de andamios. Fue construído entre los años 1860 y 1880 por el arquitecto Joseph Poelaert. También fue el edificio más grande del mundo que se construyó en el siglo XIX. Está situado sobre una pequeña colina y las dimensiones del Palacio son espectaculares; tiene más de 100 metros de altura y ocupa una superficie total de más de 24.000 metros cuadrados. Se puede visitar el interior aunque sigue funcionando como Tribunal de Justicia. Desde su terraza hay unas buenas vistas de la ciudad, no te las pierdas.
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Bajamos de nuevo en el ascensor y nos perdemos por las calles del barrio más popular y castizo de la ciudad, el distrito de Marolles, en el que reside una comunidad importante de marroquíes, gente jóven y muchos jubilados. Verás muchas de sus calles pintadas con multitud de graffitis, muchos rincones peculiares y algunas callecitas interesantes a pesar de que algunas se encuentran muy sucias.
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Callejeando, en unos minutos nos ponemos en la Place Jeu de Balle o Vossenplein, en el corazón de Marolles. Esta plaza es conocida por el mercadillo que se celebra todos los días aunque es en los fines de semana cuando más ambiente hay. Aquí puedes comprar antigüedades, cuadros, ropa, teléfonos, calzado..., todo es cuestión de curiosear entre sus puestos y pasar un buen rato.
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Son algo más de las doce de la mañana y va siendo hora de buscar donde comer - en Bruselas se almuerza sobre la 1 de la tarde. Entramos en el Restobieres, un restaurante acogedor especializado en comida regional belga. Tenemos suerte y hay mesas libres, lo cierto es que suele estar lleno sobretodo si vas el fin de semana. Este local es muy recomendable para comer por esta zona, lo encontrarás muy cerca de donde se celebra el rastro de Marolles, concretamente en la Rue de Renards. Para comer que mejor que un Waterzooi; un plato regional del país que está muy sabroso.
Camino de Hallepoort nos encontramos con un enorme bloque de viviendas sociales muy característico y personal. Este grupo de viviendas fueron construídas a finales del siglo XIX y principios del XX. Para despedirnos de Marolles damos un último paseo por la Rue Haute (Hoogstraat), aquí te encontrarás muchas tiendas de antigüedades que conviven con otras de diseño más vanguardista.
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Siguiendo hacia el sur por la Hoogstraat me encuentro con el Hallepoort o Port de Hal. Este edificio con forma de pequeño castillo fue construido en 1381 y es la única "Puerta defensiva" que se conserva de la ciudad. En el pasado cumplió su función militar, sirvió también como almacén de grano y a mediados del siglo XIX se convirtió en un museo que con los años se fue ampliando hasta el día de hoy. En el museo no entramos, allí mismo cogemos el metro, en la estación Hallepoort que está cerca del torreón.
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La estación de Hallepoort es una de las que componen la línea 2. Aquí tomo el metro dirección Simonis y hago transbordo cinco paradas más adelante, en Arts -Loi (Kuns - Wet). En esta estación podemos coger cualquiera de las dos líneas, la 1A o 1B, pero siempre dirección Stockel - Stokkel o Herrmann - Debroux. Nos bajamos en la estación Merode, donde comienzo una ruta por la zona en la que se encuentran las instituciones europeas y el parque del cinquentenario.
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Esta zona, es la otra cara de la ciudad, muy diferente a Marolles o al centro de Bruselas. Ves muchos funcionarios por la calle y un ambiente más frío predomina por esta parte del este de la ciudad. Mi primera parada es en la Maison Cauchie. Esta casa es uno de los referentes del art noveau de la ciudad y se encuentra muy cerca del Parque. Se construyó en 1905 por el arquitecto Paul Cauchie, era su propia casa y actualmente funciona como museo que solo se puede visitar el primer fin de semana de cada mes. Aquí tienes un detalle de la fachada de la casa.
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Vista la casa, no el museo, me voy directo al Parque del Centenario. Lo primero que hago es entrar en el Autoworld, un museo de coches antigüos preciosos, merece la pena gastar los 6 € que cuesta la entrada si te apasionan los coches; sobretodo los modelos antigüos (también hay una pequeña colección de motos). Es una gozada, más de 300 coches; belgas, franceses, ingleses, italianos y americanos. Este es uno de mis museos preferidos de Bruselas junto con el MIM. Entre las distintas colecciones estaba mi querido "tiburón", el Citroen DS. Otros mucho más antigüos..., la colección abarca coches desde finales del siglo XIX hasta la década de los 70 del siglo XX. Lo cierto es que el nombre del museo hace honor al contenido; todo un mundo de coches.
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En el mismo Parque puedes visitar 2 museos más: el Museo Militar, que tiene una importante colección de aviones y además es gratuíto, y el Museo de Historia que posee una importante colección de objetos de arte de diferentes civilizaciones de todo el mundo (griega, romana, egipcia...).
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En este enorme parque también puedes ver una curiosa torre, la Beyaert, aunque el edificio más emblemático es el Palacio del Cincuentenario, construido en 1880 para celebrar los 50 años de la independencia de Bélgica. En las alas semicirculares de este Palacio es donde se encuentran los museos y uniendo los edificos el Arco del Triunfo, inspirado en el de París, arriba tiene una escultura de bronce llamada 'Brabante levantando la bandera nacional', una derrocha de orgullo patrio. Al fondo del parque hay un curioso relieve de marmól llamado "las pasiones humanas". Otros monumentos que te encuentras por el parque es el del general Thys, una Mezquita, que en sus orígenes fue un capricho oriental construido en 1880, o el monumento a Robert Schuman; uno de los padres y fundadores de la comunidad económica europea.
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Tras una larga caminata por el parque iniciamos el recorrido en la Square Ambiorix, una plaza elíptica con jardines y fuentes (desde luego, por jardines que no quede en esta ciudad...). Esta plaza está rodeada de muchas casas de estilo Art Noveau. Pero yo quería ver una en especial: la Maison Saint Cyr (ver detalle de la casa en la foto inferior), otro espectacular ejemplo de este estilo con una fachada de sólo 4 metros de ancho. A través de Palmerstonlaan, una corta avenida con algún que otro edificio art nouveau como Villa Germaine, la Square Ambiorix comunica con la Square Marie-Louise, un pequeño jardín con un gran lago.
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Desde aquí bajamos la avenida Livingston hasta llegar a Wetstraat, que conduce a las instituciones de la UE. El edificio Berlaymont, antiguo cuartel general de la Unión Europea, es un edificio en forma de estrella recientemente modernizado, y justo enfrente está el Justo Lipsio, donde se reúne el Consejo de Ministros.
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Y de aquí me voy a otro parque, el siguiente es el Parc Leopold, que incluye, cómo no, otro lago con patos y mucho césped. Dentro de ese recinto se encuentra el Museo de Ciencias Naturales. Me encantan los bichos y allá nos fuimos. La entrada es gratuíta y dentro del recinto se ve mucha piedra, algunos esqueletos de dinosaurio y fósiles. Del Museo de Ciencias Naturales nos dirigimos al edificio del Parlamento Europeo, ¡Vaya pedazo de bicho!, no es muy bonito, acero y cristal, como todos en la actualidad, pero es enorme. En su día fue el mayor de Europa. Las placas del Parlamento Europeo estaban en todos los idiomas oficiales de los países de la UE (pero no estaban ni el catalán, ni el euskera, ni el gallego).
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Por cierto, si te pasas por este distrito el fin de semana sus calles están desiertas; se nota que no trabajan esos días los políticos que rigen la economía de Europa. Para muestra esta calle desangelada del distrito.
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Para terminar la excursión del día nos fuimos a coger de nuevo el metro a la estación Schuman, dos paradas más adelante nos bajamos en la estacion Montgomery para subir a un tranvía especial. Desde Montgomery parte el Tranvía 44 que conecta la ciudad con Tervuren, una pequeña ciudad al este de Bruselas. La ruta del 44 termina en el Parque de Tervuren y es la ruta en tranvía más hermosa que puedes hacer en Bruselas porque cruza el precioso Parque de Foret de Soignes, donde está el Museo del Tranvía hasta llegar a su última parada, donde está el Museo de África Central y el Parque de Tervuren. Esta línea de tranvía fue construída en 1897 y el viaje desde Montgomery a Tervuren dura poco más de quince minutos.
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Pero te preguntarás que hace un Museo de África a escasos minutos de Bruselas, la explicación es sencilla - el Congo Belga -, la colonia africana que durante años gobernó el país Belga. De regreso a Bruselas cogimos de nuevo el Tranvía 44 hasta Montgomery, y desde aquí el metro hasta el centro de la capital belga y capital virtual de Europa, Bruselas, una ciudad que a pesar de no ser muy conocida ni estar en el top ten de ciudades turísticas europeas bien merece una visita de al menos dos o tres días.
COMO IR A BRUSELAS
En autobús: Hay tres compañías que viajan a Bélgica; son
Alsa,
Starbus y
Eurolines. Aunque gracias a las compañías low cost quizá no te salga rentable la opción del bus, salvo que no te guste volar.
En avión:
Brussels Airlines,
Iberia,
Vueling,
Clickair y
Ryanair vuelan desde España a Bruselas. Todos los vuelos aterrizan en el Aeropuerto Nacional de Zaventem, excepto los de bajo coste y Ryanair, que aterrizan en el Aeropuerto de Charleroi.
COMO LLEGAR A BRUSELAS DESDE LOS AEROPUERTOS
AEROPUERTO ZAVENTEM
Situado a 14 Km del noreste de la ciudad. Está formado por una gran terminal con varias plantas. Los autobuses se cogen en la planta 0 y los trenes en la planta sótano – 1.
En tren – Los city express salen desde la planta baja (-1) a la que se puede acceder por ascensor. Está situada dos plantas bajo la terminal de llegadas. Salen 4 trenes por hora, cada 15 minutos desde las 05:00 hasta las 12:00 y conectan el aeropuerto con las 3 estaciones principales de la ciudad: Noordstation / Gare du Nord, Centraal Station / Gare Centrale, Zuidstation / Gare du Midi. El precio del billete es de 2´80 € (primera clase 4´30 €). Si compras el billete en el mismo aeropuerto te saldrá más económico que si lo compras en el tren ya que te cobran un suplemento. El trayecto dura 25 minutos y es la opción más recomendable para desplazarte al centro de la ciudad. Es conveniente comprar el billete sencillo, ya que el billete de ida y vuelta sólo tiene validez para 1 día. El billete especial de fin de semana (weekend ticket) es válido desde las 19:00 del viernes hasta la medianoche del domingo. El precio del weekend ticket es de 3´60 € ida y vuelta.
En autobús – Funciona desde las 05:00 hasta las 23:00 (de junio a septiembre hasta las 24:00). Se cogen en la planta que está debajo de la terminal de llegadas.
Autobús 272 – Línea regular que tiene parada en el aeropuerto cada 50 minutos. Última parada en la Noordstation / Gare du Nord. Tarda en llegar sobre 45 minutos porque hace muchas paradas intermedias. Son de color blanco y azul y están operados por la compañía belga de transportes “De Lijn”.
Autobuses 12 y 21 – El 12 circula de lunes a viernes hasta las 20:00. Última parada en la estación de tren Luxembourg, recomiendo parar en Schuman y desde aquí moverse en metro hasta el centro de la ciudad. El 21 opera de lunes a viernes a partir de las 20:00 y los fines de semana. Recomiendo parar en la parada Trone/Troon, zona próxima al centro y donde también hay estación de metro. Ambos autobuses los gestiona la empresa MIVB/STIB y se identifican por su color amarillo y azul. El tiempo de recorrido suele abarcar los 40 minutos y su precio es de 3 €, si se compra el billete en el autobús cuesta 4 €. Estos autobuses hacen sus paradas por el este de la ciudad (zona OTAN y distrito europeo).
En taxi – Cuesta en torno a los 35 € y tarda en llegar al centro sobre unos 20 minutos. Los taxis oficiales se distinguen por una banda amarilla y azul. Hay taxis que operan de forma ilegal y suelen cobrar una tarifa más alta si te cazan como un turista despistado.
AEROPUERTO CHARLEROI
El Aeropuerto de Charleroi está situado a 60 km al sur de Bruselas y a unos 7 km al norte de la ciudad de Charleroi. Si vuelas con Ryanair u otras compañías de bajo coste este es tu aeropuerto.
En autobús – La opción más recomendable. Media hora después de la llegada de los vuelos de Ryanair salen autobuses lanzaderas que van desde el aeropuerto hasta la estación sur de tren en Bruselas (bruxelles midi/brussel-zuid). El precio de ida es de 13 € y el de i/v es de 22 €. El trayecto dura aproximadamente 1 hora. Los billetes los tienes que comprar en la terminal del aeropuerto porque en el autobús no te los venden, la oficina donde venden los billetes está en la zona derecha de la terminal. Puedes comprar los billetes de bus on-line en la siguiente web: viajes lelan. Desde Bruselas los billetes los puedes comprar en el mismo autobús, salen de la rue de france, situada al lado izquierdo de la estación sur de trenes.
En tren – Hay dos autobuses (línea A / Bus 68) que unen permanentemente el aeropuerto de Charleroi con la estación de Charleroi Sud. Desde allí puedes coger el tren hacia Bruselas.
En taxi – El viaje desde el aeropuerto hasta el centro de la ciudad de Charleroi cuesta 15 € y hasta Bruselas sobre los 90 €.
En coche – Si tu opción es alquilar un coche tardarás unos 45 minutos en llegar a Bruselas, para ello tendrás que coger la A-54.
TRANSPORTES EN LA CIUDAD
Metro - Hay 3 líneas; 1A , 1B, y la línea 2 que hace un recorrido circular. Por las líneas llamadas pre-metro circulan tranvías y trenes de superficie. Aquí tienes un plano del metro de Bruselas.
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Tranvías y Autobuses - Hay un total de 20 líneas de tranvía que recorren el centro de la ciudad y los distritos colindantes. Además hay 50 líneas de bus que te llevan por toda la región de Bruselas. En las paradas, las líneas de tranvía se identifican con una T y la de autobuses con una B. Más información en PLANITRAM.BE (no está en español).
Taxis - Para tomar un taxi hay que dirigirse a las paradas, no es habitual que un taxista de Bruselas pare en medio de la calle aunque levantes el brazo. El taxi oficial de la ciudad tiene en la parte superior un panel iluminado de color azul y amarillo (sputnik).
COMER Y BEBER EN BRUSELAS
LOS MEJILLONES BELGAS NO SON TAN BELGAS
Los mejillones con patatas fritas es uno de los platos típicos de la ciudad y de gran parte del país. La mayoría de los mejillones son importados de Holanda, de la región de Zelanda. Cuestan casi el doble que los mejillones gallegos y son la mitad de pequeños. Se consumen cerca de 70 millones de kilos al año. El mejillón holandés es más pequeño e insípido, por eso lo acompañan con un montón de salsas, para que sepan a algo. En Zelanda producen un mejillón de fondo; pequeño, negro y sin raíz, extraído con un rastro, igual que las almejas o los berberechos.
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Junto con Galicia e Italia, Holanda, sin ser una potencia pesquera, es uno de los grandes productores de mejillón en Europa, la mayor del norte europeo. Los mejillones holandeses copan el 95% del mercado belga, destinatario de la mitad del total de las exportaciones holandesas de este bivalvo. Aunque desde hace unos años el mejillón gallego se ha introducido por primera vez, y con éxito, en los restaurantes de Bruselas. La ventaja del mejillón gallego es que su producción no es estacional, como ocurre con los holandeses, también es más grande y tiene más sabor. Un kilo de mejillones es la ración normal que los restaurantes suelen servir en una cacerola con una tapa que sirve para depositar las conchas.
LOS PATATAS FRITAS
Las patatas fritas nacieron a orillas del río Mosa, en los alrededores de Lieja. Cuenta la leyenda que los pescadores tenían el hábito de freír los pescados que capturaban en sartenes rebosantes de aceite. Esta costumbre era muy popular durante las fiestas de la Epifanía, en pleno invierno. Fue entonces cuando a alguno de ellos se le ocurrió acompañar al pescado con patatas cortadas a modo de barritas alargadas y ponerlas a freír en la sartén con el aceite, al igual que se hacía con el pescado. Según los expertos belgas, el secreto de lo que consideran su invento reside en la calidad de las patatas y su corte, pero también en su modo de freírlas; las fríen dos veces, la primera a fuego lento y la segunda al máximo de calor para que salgan crujientes.
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Se sirven en casa y en los restaurantes. Y puedes acompañarlas con un sinfín de salsas que van desde la clásica mayonesa a la salsa de kétchup, alioli, samurái, tártara, andaluza… Se venden en cucuruchos de cartón blanco pero también en cajas pequeñas rectangulares con un pequeño tenedor de plástico (yo prefiero esta opción porque no te pringas las manos).
A la vuelta de cualquier esquina acecha el olorcito a patatas fritas y compartir un cucurucho de este producto básico de la gastronomía es todo un ritual en Bruselas. Si quieres compartir este ritual comiendo las patatas más sabrosas de Bruselas aquí tienes una selección de las mejores friteries, frituurs o frietkots que quedan más a mano de los circuitos turísticos de la ciudad.
Frit Flagey : la patata frita perfecta, en la plaza Flagey (junto a los estanques de Ixelles). Tienes que probarlas porque están para morirse.
Friterie Tabora : situada en el centro, en Taborastraat (al lado del edificio de la bolsa y de la iglesia de San Nicolás). Patatas frescas y nunca congeladas. En esta misma zona (en una de las esquinas de la bolsa) evita Fritland (no la recomiendo).
Frietkot de la Chapelle : en la Place de la Chapelle o Kapellemarkt, junto a la iglesia, de camino al mercadillo de Marolles. Buenas patatas y ricas salsas.
Chez Antoine : en la Place Jourdan o Jourdanplein, a un paso del parque de Leopoldo, en el distrito europeo. Utiliza buena materia prima y el local es muy limpio.
LOS BOMBONES Y PRALINÉS
Bélgica es uno de los mayores productores de chocolate en el mundo, más de 200.000 toneladas al año, y Bruselas, te ofrece multitud de tiendas donde comprar los mejores bombones. Son muy codiciados los “Pralinés”, bombones rellenos con avellanas, frutos secos, licores, café, moka, cremas y todo tipo de pastas aromatizadas (naranja, limón, vainilla…). En algunas bombonerías te los sirven incluso con guantes blancos.
Los pralinés fueron inventados por Jean Neuhaus, que llegó desde Suiza a Bélgica en 1857. Se instaló con su cuñado en Bruselas y abrió una farmacia. Haciendo experimentos para darle un sabor más dulce a un jarabe para la tos fue como comenzó la historia de la invención accidental del praliné. En 1912, el nieto de Neuhaus, montó una pequeña fábrica bautizando a los bombones de chocolate como pralinés.
Lo cierto es que fuimos nosotros, los españoles, los que introdujimos el cacao en Europa, pero fueron los belgas los que dominaron el arte del chocolate con sus exquisitos bombones. Entre las muchas marcas que hay, cito algunas, relación precio/calidad, de menor a mayor tenemos las siguientes; Leónidas, Neuhaus, Wittamer, Godiva, y Pierre Marcolini.
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Leónidas, el chocolate más barato de la lista anterior, existe desde el año 1970 gracias a una familia turca que emigró a Gante, ciudad donde abrió su primera tienda de dulces. Ahora tiene franquicias por todo el mundo, al igual que Marcolini, Godiva o Neuhaus. Personalmente, prefiero los bombones de la caja roja de Nestlé a los Leónidas, para mi son los peores bombones que te puedes comprar, pero ya se sabe, para gustos colores.
Por toda la ciudad hay muchas tiendas de chocolate y bombones, sin embargo, en la Plaza del Sablon, es donde se concentran muchas de estas tiendas. De los bombones más caros, Pierre Marcolini y Wittamer son los más "pijos" y los que más experimentan con distintos sabores.
Si no quieres gastarte mucho dinero en bombones puedes comprar otras marcas en distintos supermercados (Delhaize, Aldi…). Los de la marca Galler, Callebaut, Meurisse o Cote D´Or son chocolates y bombones de calidad y no cuestan tanto dinero.
Si por el contrario, lo que te sobra es dinero, además de pasarte por Marcolini o Godiva tienes que entrar en la chocolatería Mary Chocolatier, situada en la Rue Royale 73 (Koningsstraat 73), enfrente de la Plaza del Congreso. En esta tienda todos sus bombones se hacen a mano y es la proveedora oficial de la casa real belga desde el año 1942. Primero eliges los bombones que quieres, tarea difícil porque hay casi un centenar de diferentes rellenos, luego decides el tipo de caja en la que guardarlos. Por último puedes elegir el color del lazo para cerrar la caja. Solo apto para sibaritas o curiosos.
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Si no te gusta el chocolate, otra de las especialidades de Bruselas son las galletas speculoos, con un toque de canela y jengibre. Las hay de todos los precios, pero las mejores son las de la marca “Dandoy”. Un par de tiendas Dandoy las encontrarás entre la Grande Place y la Bourse, y en una de las calles de la Place Sablon.
LOS GOFRES
Otro de los dulces típicos belgas. Hay tres variedades de gofres belgas: el gofre blando, que se come frío, el gofre de Bruselas que se come caliente y el gofre de Lieja, ciudad en la que se elaboró por primera vez este dulce. Cuenta la leyenda que lo inventó en el siglo XVIII uno de los cocineros del príncipe de Lieja.
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Los waffels, nombre con el que se conocen a los gofres en el país, los puedes encontrar en muchas tiendas y puestos de la ciudad. El de Bruselas es más grueso y ligero, te los sirven acompañados con nata, chocolate, vainilla, frutas (generalmente plátano y fresas) o con bolas de helado, eso ya va a gusto del consumidor. Mi preferido es el de chocolate con plátano y fresas; está delicioso.
En las inmediaciones del Manneken Pis están los mejores locales para comer gofres (por su relación calidad/precio). Recomiendo el que se encuentra al lado del niño meón, es fácil encontrarlo porque cerca del local hay el típico armatoste por cuyo agujero superior puedes meter la cabeza y hacerte la foto con el cuerpo del niño meón.
LAS MITRAILLETTES
La mitraillette es un plato belga muy conocido en las friteries y los bares de la ciudad. Traducido al español, la metralleta, es un bocadillo o sándwich originario de la provincia de Hainaut, al sur del país.
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Una mitraillette es un buen pedazo de bocadillo con carne (distintos tipos), patatas fritas y trocitos de zanahoria, tomate, lechuga o cebolla (eso ya depende del local y su manera de prepararlas). A toda esta bomba le añaden salsas, a elegir; mayonesa, andaluza, americana, barbacoa, de pimienta…
Es una comida económica y que satisface con creces el hambre. Lo peor es lo complicado que es comer el bocadillo porque es muy difícil cerrarlo por la gran cantidad de ingredientes que tiene en su interior, además, tiene muchas calorías. Están muy ricos los de carne de pita (fricadelle) con una salsa blanca y suave.
LA CERVEZA
Las cervezas belgas son de las más interesantes y variadas de todo el mundo. La cerveza en este país es parte de una antigua tradición, de la misma forma que el vino lo es para Francia o España. Para los cerveceros, Bélgica es el paraíso y Bruselas un pequeño oasis en medio del desierto de los sedientos. Cientos y cientos de marcas de todos los colores, sabores y texturas te los encuentras en las cervecerías de Bruselas. Las hay con sabor a chocolate, plátano, miel, maracuyá, cereza, fresa…
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Comenzaron a elaborarlas en la Edad Media los monjes cistercienses de la congregación trapense. En la actualidad algo más de una docena de monasterios belgas fabrican cerveza. Dentro de este enorme universo de cervezas hay algunas variedades:
La cerveza Blanca - Es refrescante y su sabor es relevado por el cilantro. En general, las cervezas blancas están re-fermentadas en botellas.
La variedad Pils - A la que pertenecen marcas como Júpiler, Stella, Maes, y Primus. Es una cerveza de fermentación baja, clara y dorada, de sabor algo amargo.
Las cervezas Ambarinas - Son de fermentación alta y de color ámbar. De sabor suave y con gustos que van desde las especias a la levadura. Las marcas más famosas son Palm, Temps y Ginder Ale.
Las cervezas Trapenses - Son las más famosas de Bélgica. Las marcas más conocidas son las de Chimay, Orval, Rochfort, Westmalle y Achel. El principio de las cervezas trapenses es que las cervezas están fabricadas en el seno de la abadía. En general, las cervezas trapenses tienen mucho alcohol (entre 6º y 12°), son claras o negras, re-fermentadas en botella, de sabor dulce y amargo.
CERVECERÍAS QUE RECOMIENDO
Roi d´espagne – En la Grand place. Precios muy altos, pero claro, beber una cerveza en un edificio del siglo XVII y en un entorno incomparable tiene su precio.
Mort Subite – Cerca de las Galerías Saint Hubert. Un clásico entre los lugareños.
La Fleur en Papier Doré – Rue de Alexienes. Tiene una escasa carta de cervezas pero el interior del local y sus pequeñas salas, frecuentadas por pintores surrealistas del siglo pasado, tienen un encanto muy particular.
El Cirio – Al lado de la bolsa. Decoración art decó y ambiente sosegado. Puro estilo Belle Epoque bruselense.
Delirium Tremens – El local del elefante rosa. Situado en un pequeño callejón, Impasse de la Fidelité, cerca de la calle de los carniceros (rue de bouchers). La carta de cervezas es enorme, te será difícil elegir una. El local está en un sótano del siglo XVIII decorado con barriles, el ambiente siempre es muy animado.
Le Cercueil – En una calle que sale de la Gran Place, rue des harengs, cogiendo a mano derecha del edificio de Maison du Roi. El local es muy original; tétrico, oscuro y decorado con ataúdes. Te sirven la cerveza en unas jarras con forma de cerebros.
Poechenellekelder – Al lado del Manneken Pis. Buena música, buen ambiente y decoración interior algo extraña a base de marionetas y figuras esparcidas por todo el local.
RESTAURANTES QUE RECOMIENDO
La zona que está detrás de la Grote Markt o Grande Place, de espaldas al ayuntamiento está llena de restaurantes y marisquerías orientadas sobretodo al turista (la calle bouchers es un buen ejemplo). El más conocido de esta calle es el Chez Leon, sin embargo no lo recomiendo, por su relación calidad/precio. Si buscas más restaurantes por estas calles puedes encontrar algo mejor; más calidad y mejor precio (no te dejes engatusar por los camareros que trataran de llamar tu atención). Lo cierto es que no te aconsejo comer por aquí, pero si tienes el capricho de hacerlo allá tú. En los alrededores de la Grote Markt también tienes muchos restaurantes turcos y griegos, cualquiera de ellos sirven para comer algo rápido y económico.
De todos modos, prefiero otros barrios y zonas que no están tan atestadas de turistas, donde comer es más barato y la calidad es mejor. La zona de Santa Catarina, la Bolsa e incluso el Barrio de Marolles son buenos lugares para sentarte a la mesa. Te recomiendo cinco locales que me gustaron mucho:
AMADEO – Es un antigüo restaurante de la ciudad. Su especialidad: las costillas. Puedes hartarte de ellas a precio muy económico. Pagas 15 € y tienes menú buffet de costillas, comes las que quieras. La decoración de este local es curiosa, mezcla de figuras africanas e indias en un ambiente tranquilo. En sus paredes hay estanterías llenas de libros que puedes curiosear. Está situado en Rue Sainte Catherine 26, muy cerca de la Iglesia de Santa Catarina y a 5 minutos a pie del edificio de la bolsa.
FALSTAFF – Un poco más caro que el anterior y toda una institución en la ciudad. La carta de esta brasería es muy variada y su decoración es de estilo art decó con unas bonitas vidrieras. Si quieres ir al baño tienes que pagar, creo recordar que son 0´30 €. Lo de pagar para ir al servicio es muy común en Bruselas y en muchas otras ciudades belgas (la ventaja que tiene es que los limpian por cada persona que los utiliza). El Falstaff está situado enfrente del edificio de la bolsa, en la calle Henri maustraat.
MER DU NORD - Desde 10 euros por persona. Ideal para comer o tomar un aperitivo a la noche. Sirven camarones, calamares, caracoles de mar, mejillones... Lo más curioso de este local es que es una barra de una pescadería. Está cerca de la bolsa, en la calle de Santa Catarina. Es muy frecuentado por los que viven en la ciudad.
BAR SABIR – Al lado de la Plaza de Santa Catarina en la rue de flandre. Es un local pequeño y no es un restaurante de los habituales pero tiene su encanto. Tienen menú del día y una variada selección de sopas. Precio económico.
GAUFRE DE BRUXELLES – Está muy cerca de la Plaza de España, en una de las esquinas de la grasmarkt. Aparte de multitud de gofres tienes muchos platos variados y ensaladas que están muy ricas y a buen precio. El único inconveniente es que lo puedes encontrar lleno de gente. A destacar el buen ambiente que se respira en el local.
RESTOBIERES – En el barrio de Marolles, muy cerca de la Plaza Jeu de Balle (donde se celebra el mercadillo), en la rue des renards. El local es acogedor y pintoresco y está especializado en comida belga, su plato estrella es el waterzooi poulet (pollo cocinado al estilo belga), uno de los platos más típicos del país. Los menús oscilan entre los quince y los cuarenta euros. Sus paredes están decoradas con multitud de cuadros y molinillos de café entre otros objetos. Es muy frecuentado y te puede resultar difícil encontrar mesa, pero merece la pena.
LO QUE ME GUSTA DE BRUSELAS
Sentarme en la Grote Markt sin prisas y andar por sus calles aledañas.
Pasear por el Parque Laeken y el Parque del Cincuentenario.
La Catedral de San Miguel y sus preciosos vitrales.
El olor a gofre que inunda algunas calles.
Hacer el recorrido en el Tranvía 44 desde Montgomery hasta Tervuren.
Perderme por las calles de Marolles y curiosear por el mercadillo de las pulgas en la plaza Jeu de Balle.
Disfrutar con el colorido de las fachadas pintadas con cómics en los edificios.
Ver el atomium por fuera y disfrutar como un niño en el Parque de Minieurope.
Coger el tranvía 94 y recorrer las zonas más interesantes de la ciudad.
LO QUE NO ME GUSTA DE BRUSELAS
La cantidad de turistas que hay por la Grote Markt y calles de alrededores.
La estación central de trenes, da pena ver el estado en el que está.
La suciedad, que muchas veces, te encuentras en las calles del barrio de Marolles.
La cara de tonto que se te queda cuando miras por primera vez el Manneken Pis y ves lo poca cosa que es.
Los andamios del Palacio de Justicia que nunca dan quitado y siempre están restaurando.
Los precios excesivos de muchos restaurantes de la rue Bouchers.
El sabor de los famosos "mejillones belgas"; si no le acompañas una salsa no saben a nada.
El tiempo que suele hacer en la ciudad, aunque no llueve mucho y la lluvia que cae es menuda, muchas veces te encuentras el cielo gris.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Si vas a Bruselas dedícale al menos un par de días para ver las distintas caras de la ciudad. Lo ideal es pasar tres días en esta capital; es el mejor modo de tomarle el pulso a la ciudad, a sus barrios, a sus calles y a sus parques, que son muchos y excelentes. Es cierto que no tiene la magia de ciertas ciudades europeas que muchos conocen y otros están deseando conocer. Pero Bruselas es acogedora, multicultural y te ofrece los mejores bombones del mundo. Además, no es demasiado difícil encontrarte con personas que hablan español y este es un punto a favor si no dominas el francés.
Si te quieres mover en tren desde Bruselas aquí tienes un pequeño mapa con los tiempos de recorrido que hay entre la capital y las ciudades más importantes de la región flamenca. Hay muy buenas frecuencias y si no utilizas coche para moverte por Bélgica el tren es el medio de transporte alternativo más eficiente y puntual que te puedes encontrar.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Un saludo a tod@s
Últimos comentarios al diario Bruselas, la capital de Europa
lunapod 13/10/2013 00:06
📚 Diarios de lunapod 
lo tendré en cuenta para mi viaje, te dejo mis estrellas 
madison 29/11/2013 12:31
koala66 01/10/2014 22:39
📚 Diarios de koala66 
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