![]() ![]() Colombia por libre en 18 días ✏️ Blogs de Colombia
Desierto, Eje Cafetero, Caribe y las 3 capitales en el verano 2019Autor: Dovima Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (12 Votos) Índice del Diario: Colombia por libre en 18 días
01: Colombia: introducción y preparativos
02: Alojamiento en Colombia
03: Itinerario de viaje y conclusiones
04: Dia de viaje y llegada a Villavieja
05: Desierto de la Tatacoa
06: Parque de Tierradentro y ruta a San Agustín
07: Estrecho río Magdalena, Parque de San Agustín y ruta hasta Cali
08: Avistamiento de Ballenas en Buenaventura
09: Cali: Free Tour y Cristo Rey
10: Eje Cafetero: Armenia, Circasia, Filandia y Salento
11: Valle del Cócora y Salento
12: De Pereira a Medellín en coche
13: La Piedra El Peñol y Guatapé
14: Free Tour en Medellín y vuelo a Santa Marta
15: Parque Tayrona en velero
16: En bus de Santa Marta a Cartagena y Free Tour
17: Tour de todo el día en Barú con plancton nocturno
18: Cartagena: castillo de San Felipe
19: Vuelo a Bogotá: Museo del Oro y Monserrate
20: Bogotá: Centro histórico y vuelta a casa
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Etapas 16 a 18, total 20
En bus a Cartagena y Free Tour Cartagena (día 13: miércoles, 28 de agosto de 2019)
Hoy nos vamos a Cartagena, donde prácticamente acabaremos nuestro viaje, pasando las 3 próximas noches. Para ir a Cartagena hay que coger un bus que puede tardar entre 4-6 horas. Hay diferentes opciones, algunos de puerta a puerta, autobuses directos con parada en Barranquilla y otros con múltiples paradas... Nos levantamos pronto, pasamos del desayuno, viendo lo pobre que era, y paramos un taxi amarillo que nos llevara a la estación de autobuses. Nos dijo que el precio era fijo, de 7.000 COP y nos pareció correcto. Tardamos poco en llegar, eran como las 7 de la mañana. Nada más bajar del bus nos abordó un hombre con uniforme de la empresa de buses Cootragua, y nos ofreció billete hasta Cartagena por 30.000 COP. Nos dijo que era directo, que no hacía paradas y que salía a las 7.30h. Nos pareció perfecto, era lo que buscábamos y a muy buen precio. Pero no podía ser tan bonito, la pifiamos de lleno. Nos sobraba un rato así que fuimos a buscar algo para desayunar. Yo sigo probando cosas y esta vez me decanté por un palito de queso, que estaba delicioso. Creo que aún no que comido nada que no me guste. Le pusieron una etiqueta a nuestro equipaje y nos dieron la otra etiqueta para que lo recogiéramos de la bodega. El autobús era de los grandes, muy cómodo y nuevo, pero iba casi vacío. Esto ya nos pareció raro. Intentamos dormir, así que la primera parte del viaje nos la perdimos, aunque tenía sensación que el bus iba haciendo paradas, cuando en teoría era directo. Al cabo de un rato se oye jarana y todo el mundo empieza a bajar. Resulta que, a mitad de camino, o al principio, no lo tengo muy claro, nos hacen cambiar de autobús. Subimos a otro que está bastante lleno, así que al final lo llenamos entero, y muy destartalado. Que desastre de viaje. Seguimos parando constantemente y no hay forma de avanzar. La gente indignada con el cambio de autobús, que por lo que decían, parece ser que es una práctica habitual. Según comentaban, la primera empresa te vende el billete muy barato, y subcontrata a la segunda, que en realidad es la que te da el pésimo servicio, así que el beneficio le queda neto a la primera. Y la segunda realiza el trayecto como puede, en pésimas condiciones. La verdad es que toda esta zona se ve muy pobre y con muchísimo barraquismo, contrastando con los grandes edificios que hay a pie de playa. Seguimos el viaje y no para de bajar y subir gente por la carretera, hasta que llegamos a una terminal de autobuses, creo que fue por Barranquilla, y allí de nuevo cambio de autobús. La mayoría de la gente se quedó. Creo que sólo estábamos nosotros y una chica que iba con su hijo pequeño. El conductor pasó a pedirnos los billetes y suerte que lo conservamos, porque el billete era un albarán hecho a mano, donde ponía el itinerario y el precio, casi de forma ilegible, y que en el anterior cambio de bus se querían quedar y nos plantamos en que no se lo quedaban. La otra chica insistía que también iba a Cartagena, pero según el conductor allí no lo ponía, así que estuvieron un buen rato de estira y afloja y al final no sé cómo acabó, pero toda una mafia. Lo que no entiendo entonces el margen que le queda a la tercera empresa, que nos hizo la mitad del trayecto, de nuevo en un autobús moderno, parando constantemente, pero que no conseguimos ni llenar del todo, hasta casi el final del trayecto. Supongo que la 3a empresa con los que vinimos desde Sta. Marta, que éramos 4, no debió ganar nada y el beneficio lo tendría con el resto del trayecto, que era la mitad, e imagino que sí que debió funcionar de forma legal. Nuestra hija, que también había hecho este trayecto, lo hizo con la compañía Berlina, y sí fue directo, sólo paró en Barranquilla a coger gente, y el resto del trayecto lo hizo del tirón. Su viaje sí que duró 4 horas. De haberlo sabido, hubiéramos ido a piñón fijo. Pues nos tiramos toda la mañana en el bus. Por el camino subían vendedores ambulantes de comida y bebida, así que compramos alguna empanada. Llegamos a la terminal de autobuses de Cartagena, que estaba a las afueras, hacia las 14h. La verdad es que teníamos dedicada la mañana al viaje, así que llegar tan tarde tampoco nos distorsionó. Miramos para coger un taxi por la app o in situ, y como el precio que me salía era el mismo, lo cogimos allí directamente. Allí mismo estaban publicadas las tarifas por zonas y como no encontraba Getsemaní, pregunté en información. El precio era el de zona centro, que valía 17.800 COP. Llegamos cerca de las 15h. A las 16h íbamos a hacer el Free Tour y el punto de encuentro estaba al otro lado del Parque del Centenario, que teníamos justo en frente. Como habíamos estado picando en el autobús no teníamos hambre así que, durante el tour, en uno de los múltiples puestos callejeros nos compramos un zumo de mandarina, delicioso, que nos hizo aguantar hasta la cena. Cartagena de Indias Cartagena es considerada una de las ciudades más bellas de toda América, un lugar realmente fascinante que encanta por su maravillosa arquitectura, sus memorables paisajes y su exquisita gastronomía. También una de las más turísticas. Free Tour en Cartagena Se hace todos los días a las 10 y a las 16h. Duración: 2,5 horas. Punto de encuentro: Camellón de los Mártires Nosotros reservamos el Tour a través de Civitatis. Recorre las coloridas calles coloniales de Cartagena de Indias. Se da un paseo en torno a la muralla, emblemáticas plazas, historias de conquista y un viaje a los tiempos de la Inquisición. La verdad es que este tour sí nos gustó. Todos los detalles históricos estaban muy bien explicados, de forma fácilmente comprensible. Empezamos el itinerario por la antigua puerta de la ciudad para encontrarnos de frente con la Torre del Reloj del siglo XIX. Es uno de los grandes iconos de la ciudad. Se trata del punto de conexión entre la ciudad amurallada y el animado barrio de Getsemaní. Una impresionante construcción adosada a la muralla y rematada por una torre de vivo color amarillo y su inseparable reloj. Podríamos decir que estamos ante la entrada principal del casco viejo. En esta zona nos dijeron que había varias casas de cambio así que aprovechamos para preguntar y seguían en la misma línea que hasta ahora, sin pizarras indicativas del cambio y en todas a 3.400, o sea fatal. Nada más traspasar la puerta de la torre nos encontramos con la preciosa plaza de los Coches, una de las más bonitas de Cartagena. Aquí veremos la estatua de Pedro de Heredia, el fundador de Cartagena de Indias. Caminamos en torno a la antigua muralla, declarada Patrimonio Mundial de la Unesco, y llegaremos a la Plaza de San Pedro Claver. Allí está la iglesia del mismo nombre y conoceremos la historia de este santo. Seguimos hasta el Palacio de la Inquisición, casona colonial que llegó a albergar cámaras de tortura, y hasta la Catedral Santa Catalina de Alejandría, una de las iglesias más antiguas de Sudamérica. También nos acercaremos hasta la emblemática Plaza de la Aduana, que durante décadas fue el centro administrativo de la ciudad. Y acabamos la visita como a las 18.15h, ya casi de noche. Nos ha gustado mucho este Free Tour, y los aspectos históricos explicados eran muy interesantes. También nos han dado un mapa. De vuelta al hotel, buscamos un sitio donde cenar, pero teníamos hambre así que nos quedamos en un puesto de pollo frito. También buscamos el cajero de Davivienda para poder sacar dinero. Luego nos dimos una vuelta por el barrio de Getsemaní, que es donde está nuestro hotel. Este barrio está muy cerca de las murallas y nos ofrece una versión más auténtica de Cartagena. Es casi como entrar en otra ciudad dentro de la ciudad. Aquí las casitas bajas de vivos colores se mezclan con murales de una calidad increíble y pequeñas tiendas de arte. Un auténtico museo al aire libre que da gusto recorrer... En la Plaza de la Trinidad hay mucho ambiente por la noche, con música, baile y puestos callejeros de comida. Desde esta plaza salen algunas de las callejuelas más hermosas, como La Sierpe, San Juan o la calle del Espíritu Santo. También hay muchas terracitas y restaurantes por la zona. Y por la noche, el barrio de Getsemaní es una de las mejores zonas para salir a tomar una copa. Tras la vueltecita, ya plegamos por hoy. Adaptándonos al bochorno de Cartagena, ciudad que a pesar de lo poco que hemos visto, nos ha fascinado. Otros gastos del día: Taxi hasta la terminal de bus en Sta. Marta: 7.000 COP Bus a Cartagena: 30.000 COP Enrollado de queso y Coca Cola: 7.000 COP Arepa rellena: 2.500 COP Taxi de terminal de buses en Cartagena hasta Getsemaní: 18.700 COP Estuche en Cartagena: 6.000 COP Jugo mandarina: 2.000 COP Cena: pollo frito con cerveza y zumo 38.000 COP Etapas 16 a 18, total 20
Tour de todo el día en Barú con plancton nocturno (día 14: jueves, 29 de agosto de 2019)
Mientras planeábamos el viaje, decidimos dedicar un par de días a algunas de las islas del Caribe. Los comentarios que leíamos de Barú nos la hacían ver más como una zona de mucho ambiente y masificación, y no era eso lo que queríamos, así que nos decantamos por Isla Grande, una de las Islas del Rosario, que parece que era más tranquila y tenía actividades para hacer: snorkel, plancton nocturno, paseo por manglares, ver el barco hundido de Pablo Escobar... Pero como nuestra hija también fue durante su estancia a Colombia a Isla Grande, de hecho, lo teníamos como lo top del viaje, resultó que no les gustó nada. Les resultó tan desagradable la estancia que fueron para 2 noches, y sólo estuvieron 1, a pesar de que no les devolvieron el dinero pagado. Estos son algunos de los inconvenientes que le encontraron: en la isla hace muchísimo bochorno, tanto que no consigues tener ropa seca, incluso la poca que llevaban en la mochila para un par de días, la tenían húmeda; además, hay escasez de recursos, así que tenían un cubo de agua para ducharse en todo el día (también hay resorts carísimos, donde supongo que no te faltará agua); estaba infestada de mosquitos, en un día les acribillaron a pesar del Relec; la isla parece que está bastante dejada, así que había restos de basura por todas partes; la zona de los manglares bastante inaccesible, todo lo tenías que hacer con ayuda de alguien, o sea pagando, porque no había indicaciones y los oriundos no parecían dispuestos a ayudar. Así que les hicimos caso y cambiamos el itinerario. Ellos volvieron a Cartagena e hicieron la excursión a Playa Barú y les encantó. Además, era entre semana y no encontraron mucha gente, por lo que nos lo recomendaron mucho más que Isla Grande. Y así lo hicimos. Otra opción sería las Islas de San Bernardo, un poco más lejos, de las que las más conocidas son Múcura y Tintipán. Nuestro Tour a Barú y nadando con el plancton La península de Barú está a una hora aprox de Cartagena, a donde puedes llegar en lancha o por carretera. Parece que el paseo en lancha es movidito así que nos decantamos por ir por carretera. Igual que me pasó cuando buscaba excursión a Guatapé, que las opiniones de las diferentes agencias eran muy malas, aquí me pasó lo mismo, que todos los comentarios eran malísimos. Buscando, buscando encontré una oferta a través de AirBnb, que no conocía que tenía experiencias además de alojamientos. El precio era como en las agencias que encontraba por internet, pero los comentarios eran muy buenos, así que me decanté por esta opción. Duración: 11,5 horas Precio: 99.000 COP Qué incluye: traslados, almuerzo y excursión al plancton. Me suena que ponía que había 10 plazas cada día. El día que necesitábamos estaba lleno, así que le escribí para ver si nos podíamos añadir o no. Me pasó el teléfono para que habláramos por WhatsApp y nos dio la opción de añadirnos y pagar en el sitio, en vez de a través de Airbnb. Unos días antes me contactó por WhatsApp para confirmar. Se sale a las 10 h de la mañana y se pasa el día en Playa Blanca de Isla Barú, se almuerza un sabroso plato típico costeño (mojarra frita, arroz, ensalada) y se hace la actividad nocturna. El regreso es a las 21:30 h. Por lo que había visto, me pareció que el precio estaba bien, y encima fuimos en grupo reducido, así que recomendable 100%. La única cosa es que a través de ellos viven otra gente que te ofrecen servicios cuyos precios no me parecieron tan buenos, y supongo que ellos se llevarían su comisión. Pero con no comprarles nada, si no te interesa, es suficiente. Habíamos quedado a las 9.45h de la mañana en el monumento del Parque del Centenario. Nos recogieron en coche. Marcela nos escribió por la mañana y nos dijo que estaba indispuesta y que iría su marido y la niña a recogernos, y nos pasó la foto. Zoe, una niña muy avispada de 10 añitos me reconoció enseguida por mi foto de perfil. Éramos nosotros dos y un americano muy simpático, Erich, esforzándose con su castellano. El trayecto hasta playa Blanca es de 1 hora aprox. Yo pensaba que seríamos un grupo de 12-15 y éramos sólo 3. Quizás ella fue con el otro grupo? En fin, la cuestión es que íbamos los 5 en el coche muy cómodos. Hicimos una parada por el camino para comprar hielo y snacks y bebida, porque allí se supone que todo es más caro. Nosotros aprovechamos y compramos aquí porque no habíamos tenido tiempo de recargar el día antes. Pero si vas preparado para un día de playa, te ahorras de comprar nada. Con el hielo la bebida estuvo fría todo el día, así que sería suficiente. Lo pagamos entre todos, nosotros pusimos 3.000 COP. Willy llevaba una nevera grande. Llegamos que no eran las 11h. El último tramo de carretera estaba sin asfaltar, como pasa a veces cuando vas a la playa. El resto del trayecto fue muy bueno. Cuando llegamos tenemos una zona con sombra y mesas para nosotros. Ellos se encargan de cuidarnos las cosas. Si quieres puedes reservar zona de hamacas, pero consideramos que no hacía falta. Creo que nos dijeron 30.000 COP, que incluye las tumbonas y el toldo. También te ofrecerán masajes y pulseras. Tienen sus “amigos” que no necesariamente son más baratos que el resto. En un paseo que dimos hasta Playa Tranquila, que está al final, te abordarán por el camino ofreciéndote de todo, y uno vendía pulseras mucho mejor de precio que el que estaba con nosotros, así que, sin ningún reparo, le compramos a él. Y encima eran más bonitas. También nos ofrecieron snorkel, pero no nos interesó, por las fotos que nos enseñaron. El precio era 25.000 COP. Su masajista hacía los masajes por 80.000 COP, una barbaridad, ya se lo dijimos, que por este precio lo tenemos en auténticos SPA higiénicos, no en medio de la playa. También te ofrecen ostras que ya nos avisaron que ni las tocáramos ni nada. Nos limitamos a baño y paseo. Me sorprendió de esta playa que cubre bastante. Pensaba que sería de estas playas que te vas lejos y te llega el agua a la cintura, pero no, enseguida te cubre por completo. El precio de la comida, por lo que estuvimos viendo, se iba a los 20-25.000 COP la mayoría de los platos: hamburguesa con patatas, pescado, carne… En cuanto al licor, pues lo tienes por unos 10.000 COP la bebida. Por la mañana estuvimos la mar de tranquilos, con muy poca gente en la playa. Luego nos dieron la comida, que es el típico plato de pescado con arroz, ensalada y patacón. Estaba muy rico. Aún nos sobraba un rato hasta la actividad del plancton así que fuimos a dar otro paseo y estuvimos un rato de charla con Erich, que hablaba un bastante buen castellano, además de que tenía ganas de practicar. Después de comer la playa estaba bastante más llena, y hay motos de agua que tienes que vigilar porque entran y salen sin ningún miramiento. Y la mayoría de las excursiones acaban a las 16h así que entonces se vuelve a quedar la cosa muy tranquila. De todas formas, hay mucho hotelito y restaurante, pero había muchos que estaban vacíos. Ni mucho menos era Castelldefels en verano. La actividad del plancton comienza a las 18:15 h. Primero nos dan una charla por parte de un biólogo marino, instructor de buceo sobre medidas de seguridad y explicación clara sobre qué es lo que vamos a ver. Allí ya nos quedó claro que no íbamos a conseguir nada de fotos azules o verdes como aparecen por internet debido a que lo que vemos en el agua es en 3 dimensiones y nuestras cámaras no fotografían en 3 dimensiones. A las 18.30 h nos llevaron en una embarcación, con más gente que había llegado sólo para esta actividad, hasta el lugar dónde nadaríamos con el plancton durante una hora. Nos distribuyen en la barca por peso, en filas de 3. El grupo del plancton éramos 12 pax. El movimiento del cuerpo sumergido en el agua cálida desencadena el efecto bioluminiscente del fitoplancton y el agua brilla con el movimiento. Parece que cuanto más caliente está el agua, más potente es la reacción del oxígeno con el plancton y más iluminación se ve. Nos dijo que lo veríamos de color verde celeste. Yo lo vi blanco… La experiencia fue una pasada. Efectivamente llevaba la GoPro, por si acaso, pero ya nos dijo que no se captaban fotos con este tipo de cámaras. Al ir moviendo las piernas y los brazos, el efecto que hace es como si encendieras una linterna dentro de tus piernas, y al irlas moviéndolas, vas iluminando el agua. Pero lo que me más me alucinó es cuando descubrí que al mover las manos en horizontal, justo arras de agua salían como chispas, como las estrellitas de las bengalas de los petardos. Era espectacular porque parecían centenares de estrellitas saliendo de mis brazos. Tampoco hay foto de esto, pero la sensación es espectacular. Para mi fue muy emocionante. Además, estás en medio de la laguna, que está totalmente oscuro. El trayecto en lancha es de unos 20’ de ida y otros 20’ de vuelta. Desde luego no es lo que uno se espera con la actividad del plancton, pero a nosotros nos llenó totalmente. Y tras un rato en remojo, disfrutando del plancton, volvimos a la playa. Allí Willy nos guardaba nuestras cosas y ya sólo había que volver al coche que nos llevaría de vuelta al parque del Centenario. Cabe decir que era totalmente de noche, las carreteras de esa zona no tienen iluminación, y menos el primer tramo que está destapado, y los diferentes grupos fuimos “acompañados” hasta la zona de aparcamiento por policías armados que había por la zona. Willy también nos dijo que pusiéramos los pestillos, cuando a la ida no nos dijo nada… Así que nos quedó claro que hay zonas donde por la noche hay que ir con mucho cuidado. Había poco tráfico y llegamos sobre la hora prevista a nuestro hotel. Nos dimos un baño para quitarnos la sal y salimos a cenar. Hoy nos quedamos por la zona de Getsemaní y pedimos pasta y pescado. Todo muy bueno, y luego nos dimos una vuelta por la zona, donde todas las noches hay ambiente callejero y a dormir. Realmente nos ha encantado la excursión de hoy. Otros precios del día: Bebidas y snacks varios: 50.000 COP 3 pulseras: 50.000 COP 3 pulseras más sencillas: 30.000 COP Cena: pasta y pescado con cerveza y zumo 125.000 COP Etapas 16 a 18, total 20
Día en Cartagena (día 15: viernes, 30 de agosto de 2019)
Hoy teníamos que cambiar de alojamiento, en Getsemaní. Nos pasábamos a una Casa Colonial con piscina, porque ya lo teníamos pagado. Y fue todo un acierto. El check out era tarde, así que desayunamos tranquilamente... Y fuimos a ver el Castillo de San Felipe. Dejamos ya el equipaje recogido, en la habitación. Hoy pasaríamos el día tranquilamente, en Cartagena, aprovechando la piscina, que se agradece con este calor tan bochornoso. Castillo San Felipe Horarios: Lunes a Domingo de 8:00 a 19 h (a excepción de los días de entrada gratis en los que el horario es de 8h a 17h. Precio: 25.000 COP Junto con el resto de las fortificaciones, es patrimonio de la UNESCO. Uno de los lugares más visitados y de gran importancia histórica. Esta fortaleza está construida sobre el cerro de San Lázaro y se puede llegar sin problemas caminando desde el centro histórico y pasando por el barrio Getsemaní. El recorrido completo por el Castillo San Felipe dura una hora aprox. Nosotros diría que estuvimos menos. En realidad, es una fortaleza, más que un castillo. Allí puedes visitar los diferentes niveles, los túneles, los puestos de artillero y disfrutar de la espectacular vista que ofrece de la ciudad y de las playas. Justo detrás del castillo está el Monumento a Los Zapatos Viejos otro de los atractivos turísticos. Hacía un sol abrasador, y más teniendo en cuenta que no madrugamos. Estábamos llegando al castillo como a las 9.45h. Indispensable ir provisto de agua, aunque te la venderán por el camino. Nos gustó mucho la visita, tiene unas vistas fantásticas. Paramos en un centro comercial que nos fue de paso, a refrescarnos un rato y nos compramos un helado, que se llama bolis. Van en una fundita de plástico, como si fuera una golosina, pero era de frutas. Nos comimos uno de sandía y otro de coco. Y de vuelta nos acercamos hasta el Centro de Convenciones que nos había quedado, que es donde se habían firmado los tratados más importantes del país, pero estaba acordonado porque había alguna feria. Dimos una vuelta por Getsemaní de día... Y también vimos el Muelle de los Pegasos. Con esto dábamos la visita de Cartagena por terminada. Por la tarde saldríamos de nuevo al centro, pero ahora nos tocaba recoger el equipaje y hacer cambio de hotel. Nos fuimos andando porque estaba a 3 calles. Por el camino pillamos una empanadilla y una limonada. Eran como las 13h y no teníamos hambre, así que nos fuimos del tirón a la piscina, que está en el terrado. El suelo ardía, así que protección solar a tope y a disfrutar del agua calentita. Se estaba la mar de a gusto dentro del agua, a pesar de que nos hubiera gustado que estuviera más fresca. Hemos estado un par de horas en remojo. Estuvimos un rato de relax y nos cambiamos para ir a ver el Palacio de la Inquisición. Nos acercamos hasta el centro y estaban de campaña electoral, así que había gente por todas partes. Y cuando fuimos a comprar la entrada a los de delante les insistieron mucho con que era un museo histórico de Cartagena y que un apartado del museo estaba dedicado a la Inquisición, pero que la información que aparece por internet no está actualizada y no todo el museo se refiere a la Inquisición. Que hacía 4 años que le habían cambiado el enfoque… Así que descartamos la visita. Nos faltaba algún souvenir como cuadros y estuvimos dando una vuelta por el centro. Habíamos andado bastante durante y el día, y estábamos cansados. Decidimos ir a cenar temprano al centro comercial que teníamos cerca del hotel, donde estuvimos por la mañana. Como no habíamos comido, ahora hicimos merienda-cena. Allí comimos parrillada y arroz, con cerveza y zumo de albaricoque, cosa tan buena de zumo. Además, está justo frente al Castillo, así que hay una fantástica vista, y como ya era de noche, estaba iluminado. Preciosa imagen!! Y con esto dimos ya el día por terminado. Otros gastos del día: Castillo San Felipe: 25.000 COP Cerveza: 3.000 COP Empanada: 2.200 COP Limonada: 2.000 COP Cuadro grande: 50.000 COP Cuadro pequeño: 25.000 COP Cena en centro comercial: 55.000 COP Cerveza en centro comercial: 5.800 COP Etapas 16 a 18, total 20
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