BRASIL EN 18 DÍAS ✏️ Blogs de BrasilNuestro viaje por Brasil fue de 18 días, recorrimos Salvador de Bahía, Morro de Sao Paulo, Río de Janeiro, Ilha Grande, Arraial do Cabo y las Cataratas de Iguazú. Recomiendo totalmente este viaje, el país es increíble y para mi, que he tenido la suerte de conocer varios países, está en la lista de mis destinos favoritos.Autor: MISZAPATOSALAVION Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (4 Votos) Índice del Diario: BRASIL EN 18 DÍAS
01: DÍA 1: MADRID- SALVADOR DE BAHÍA
02: DÍA 2- LLEGADA A MORRO DE SAO PAULO
03: DÍA 3- MORRO DE SAO PAULO
04: DÍA 4- SALVADOR DE BAHÍA (PELOURINHO)
05: DÍA 5- RIO DE JANEIRO (COPACABANA - IPANEMA)
06: DÍA 6- RIO DE JANEIRO (CRISTO REDENTOR- LAPA)
07: DÍA 7- RÍO DE JANEIRO (JARDÍN BOTÁNICO- PAN DE AZÚCAR)
08: DÍA 8- LLEGADA A ILHA GRANDE
09: DÍA 9- ILHA GRANDE- PLAYA LOPES MENDES
10: DÍA 10- ILHA GRANDE- TOUR MEDIA VUELTA A LA ISLA
11: DÍA 11- LLEGADA A ARRAIAL DO CABO
12: DÍA 12- ARRAIAL DO CABO- PONTAL DO ATALAIA
13: DÍA 13- ARRAIAL DO CABO- PRAIA DO FORNO
14: DÍA 14- CATARATAS DEL IGUAZÚ- LADO ARGENTINO
15: DÍA 15- CATARATAS DEL IGUAZÚ- LADO BRASILERO
16: DÍA 16- 17- 18- SALVADOR DE BAHÍA- BARRA- VUELTA A MADRID
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Etapas 4 a 6, total 16
Hoy tocaba como les conté en la etapa anterior, despedirnos de Morro de Sao Paulo para volver a Salvador de Bahía y por fin conoceríamos esta gran ciudad, que era una asignatura pendiente.
El barco llegó sobre el mediodía al puerto, así que al salir lo primero que buscamos fue un sitio para comer y después iríamos al hotel para dejar las mochilas y empezar nuestro recorrido. Al cruzar la calle frente al mercado, habían varios bares y decidimos comer ahí, los platos son bastante completos, pedimos pollo asado que venía con 5 acompañamientos (papas fritas, ensalada, espaguetis, frijoles y farofa), al principio nos sorprendió, pero a lo largo de los días, eran similares los platos en todos los sitios donde comíamos, además era muy barato comer en esta zona, todo esto para dos personas nos costó unos 5 euros. Frente al sitio donde comimos pasaban muchos autobuses y cogimos uno que nos dejara cerca del hostal. Entramos solo a dejar las mochilas, para no perder más tiempo y salimos a recorrer, la chica del hostal nos explico como llegar al Pelourinho que estaba a unas pocas calles. Empezamos a caminar, mirando hacia todos lados, esta parte de la ciudad fue la que nos dio un poco mas la sensación de inseguridad, pero era de día y tampoco teníamos mucho de valor encima, así que seguimos y por suerte no vimos nada raro. Al llegar al centro histórico, ya se empiezan a ver las calles de adoquines y las casitas de colores, ahí nos empezó a encantar el barrio, tiene mucha historia y una cultura muy rica, había música en las calles, la gente muy alegre cantando y bailando, murales en las paredes, iglesias muy bonitas y muchas tiendas de souvenires. Recorrimos todas sus calles, que son similares y llegas a perderte, sin saber si ya habías pasado por ahí o no. A mi particularmente me encantan las casitas de colores, entonces buscamos el mejor ángulo para fotografiarlas con la iglesia de fondo. Seguimos bajando hacía la plaza, donde había un mercado con puestitos de bebida y comida, el calor ahí era insoportable, nos compramos unas caipirinhas fresquitas por 5 reales, las más baratas que habíamos visto y cruzamos en frente a sentarnos en unos escalones donde se encontraba la escultura de una bahiana. Luego de coger fuerzas fuimos hasta la plaza donde se encuentra el Elevador Lacerda, hay unas letras de colores muy chulas que ponen Salvador y unas vistas muy bonitas al puerto y al Mercado Modelo, vimos el atardecer desde ahí y volvimos hacia el centro, en esta zona hay demasiada gente pidiendo e intentando venderte pulseras y nos dio un poco de mal rollo. Cenamos en un bar unas papas locas con salchichas y nos volvimos al hotel porque no queríamos andar muy tarde en la calle y teníamos que levantarnos de madrugada para ir al aeropuerto que nuestro vuelo a Río de Janeiro salía a las 6 de la mañana. Imagenes relacionadas Etapas 4 a 6, total 16
Nuestro vuelo a Río de Janeiro lo habíamos comprado a través de la compañía Gol, costó 66 euros y tenía unas dos horas de duración. Hasta el momento no habíamos probado Uber, que nos habían comentado que funcionaba muy bien, como teníamos que estar muy temprano en el aeropuerto, fuimos en Uber y fue perfecto, lo llamamos desde el hostal y estaba ahí puntualmente para dejarnos en el aeropuerto.
Una vez en el aeropuerto de Rio de Janeiro, buscamos desde donde salían los autobuses y cogimos el bus número 2018 que cuesta 16 reales, recorre la mayoría de zonas turísticas y nos dejaba en Copacabana, que era donde teníamos nuestro Hotel, el trafico en Río esta muy colapsado y el recorrido del bus es bastante largo, por lo que tardamos más de dos horas en llegar. Ibamos siguiendo con el mapa del movil el recorrido del bus y nos bajamos sin problemas, frente a la playa de Copacabana. Bueno con la mala suerte que perdí el movil en el bus, supongo que se me caería antes de bajarme, pero aún teníamos el de mi amiga para localizar las reservas de hoteles, check in y demás del resto del viaje, con mi emoción de llegar a Río, que era uno de los lugares con los que siempre había soñado, la verdad que ni me importó demasiado la perdida en ese momento. Fuimos en busca del Hotel Angrense donde teníamos la reserva, se encontraba a 3 calles de la playa y por el camino paramos a comer en un restaurante, comimos milanesa con los 5 acompañantes que siempre le ponen los brasileros, verán que somos muy fan de las milanesas en los viajes. Seguimos camino al hotel para dejar la mochila, ponernos el bikini y disfrutar de una tarde de playa. No puedo explicar la felicidad que sentí al pisar la playa de Copacabana, para mi era un sueño hecho realidad, siempre lo había visto en pelis y en fotos, y deseaba mucho estar ahí. El paseo marítimo es larguísimo y precioso, con las típicas baldosas blancas y negras en forma de mosaico, las vistas: al frente la playa infinita y a ambos lados unas montañas enormes, que forman un paisaje increíble. Pusimos nuestras toallas en la arena y la idea era bañarnos, pero el mar estaba bastante embravecido y solo pudimos mojarnos apenas, nos acostamos en la arena para relajarnos y dormir una siesta, pero hay miles de vendedores que pasan por ahí incesantemente ofreciendo todo tipo de cosas, esto se vuelve bastante molesto, hasta que llega un punto que los tienes que ignorar, para simplemente poder hablar entre nosotras, pero ellos no se dan por vencidos y pasan una y otra vez. Les compramos dos cervezas, estuvimos un rato más y nos fuimos camino a Ipanema a seguir conociendo. El paseo hasta Ipanema es hermoso para hacerlo caminando de punta a punta, las vistas son cada vez más bonitas a medida que te vas acercando, hay mucha gente haciendo deporte, un carril bici para el que prefiera recorrerlo en bici, y vendedores con sus carritos ofreciéndote lo que quieras. La playa de Ipanema a mi particularmente, me gusto mucho más que la de Copacabana, si bien hay mucha gente, es más tranquila, hay más espacio donde ponerte y menos vendedores molestos, también tiene muchas olas, por lo que estaba lleno de surfistas. Y algo muy importante para los que somos amantes de los atardeceres, desde aquí se ven los mejores atardeceres, así que aunque estaba el día medio nublado, nos quedamos para ver el sol ocultarse detrás del Morro Dois Irmaos, que es una de las mejores postales de Río. Volvimos al hotel, que estaba bastante bien ubicado, porque podíamos llegar caminando a la playa, estaba cerca del transporte público y habían muchos sitios para comer y supermercados en la vuelta. Cenamos en un sitio tipo buffet de comida al peso, que nosotros es la primera vez que íbamos, pero es algo bastante típico en Brasil, era más caro que los sitios a los que acostumbrábamos ir, pero la comida estaba muy buena, así que lo valía. Dimos una vuelta para ver el paseo marítimo de noche, estaba lleno de artesanos a lo largo del camino, pero la verdad que se veían muchos niños al acecho (de no más de 8 años), en busca de turistas despistados, hasta vimos uno que intento robar a una señora, así que nos volvimos pronto al hotel para evitar pasar un mal rato. Si bien por el día el paseo nos pareció bastante tranquilo, por la noche hay que andar con precaución. Imagenes relacionadas Etapas 4 a 6, total 16
Este día lo habíamos reservado para ir al Cristo Redentor, que era uno de los sitios que nos hacía mas ilusión de Río. Cuando nos levantamos el día estaba lluvioso y nos desmotivamos un poco, porque sabíamos que no era un buen día para subir al Corcovado, nos tomamos el desayuno con calma a ver si se iba despejando, el desayuno de este hotel fue de los mejores, era buffet y tenía de todo lo que quisieras, con ese desayuno de campeonas nos daba para aguantar sin comer hasta la tarde.
Salimos hacia la parada del autobus sin saber muy bien cual iba a ser nuestro recorrido de ese día, pensamos en ir al jardín botánico si el día seguía así, hasta que se empezó a despejar un poco y en un impulso cogimos el bus rumbo al Corcovado. Cuando llegamos a la última parada del bus, que está justo frente a donde salen los trenecitos para subir al Cristo, nos bajamos y se acercaron un montón de vendedores, convenciendo a toda la gente que subiera con ellos en van, ya que la cola para el tren iba a tardar varias horas, nosotros si bien habíamos pensado hacerlo en tren en principio, vimos que había bastante cola y nos fuimos con los chicos de las van sin pensarlo, además era mas barato y hacían una parada en el Mirador Dona Marta, que era otra visita obligada para nosotras. La subida es bastante rápida, paramos en el Mirador primero unos 10 minutos y nos quedamos realmente impresionadas con las vistas de toda la ciudad, el Pan de Azúcar y el mar de fondo. Todavía nos quedaba el Cristo pero solo con estas vistas ya había valido la pena la subida. Volvimos a nuestra van y seguimos subiendo hasta las oficinas donde te venden la entrada al Cristo y souvenires bastante caros del lugar. En la entrada pone una hora y un número para poder acceder al ascensor que te lleva al Cristo, esperamos una media hora y por fin subimos. Tener esta maravilla del mundo en frente impresiona mucho, a pesar de que estaba muy nublado cuando llegamos, toda la gente se quedaba inmóvil en su sitio esperando a que se despejara, después de un largo rato parece que mágicamente se quitaron las nubes y lo pudimos ver perfectamente y sacar varias fotos, aunque nuestra emoción duro solo unos 10 minutos y se volvió a cubrir completamente de nubes. Seguimos esperando con mucha paciencia en la plataforma de abajo para tener otra perspectiva, y a la hora mas o menos se volvió a ver claramente. Cada vez que se despejaba era una inmensa alegría para todos los que estábamos ahí esperando, nos quedábamos hipnotizados contemplando esa maravilla. Ya satisfechas de haberlo podido ver unas cuantas veces, bajamos nuevamente en la van hasta el punto inicial y fuimos a la parada de bus para coger un bus que nos llevara hasta el metro, y luego en metro rumbo al barrio de Lapa. Salimos del metro en busca de los famosos Arcos de Lapa, que era un antiguo acueducto, esta zona es muy bonita, con su ambiente bohemio, lleno de bares y vida nocturna. A nosotros nos pareció un poco insegura la zona, en los arcos habían muchos policías cuidando y no nos animamos a volver por la noche, si bien nos habían recomendado la zona de bares con música brasilera en vivo, es algo que nos quedo pendiente conocer. Comimos por la zona que habían muchos restaurantes a buenos precios y seguimos hacia Santa Teresa para conocer las Escaleras de Salerón. La calle que va hacía las escaleras esta llena de murales preciosos y cuando llegas al final de la calle te encuentras con las escaleras de frente, un espectáculo de colores para la vista,los escalones tienen los colores de la bandera de Brasil (amarillo, verde y azul) mientras que las paredes son de azulejos rojos nos encantó esta zona, subimos las escaleras hasta arriba los sitios más fotografiables estaban llenos de gente y hasta había que hacer colas, al llegar arriba hay un mural espectacular con una bandera de Brasil y el fondo rojo. Volvimos hacia la plaza para tomar el metro que nos llevara a Copacabana y una vez allí cenamos unas pizzas antes de llegar al hotel y nos fuimos a dormir. Imagenes relacionadas Etapas 4 a 6, total 16
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