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Se trata de una localidad del Alto Garona, próxima a los Pirineos y de apenas 244 habitantes. Sin embargo, recibe muchos visitantes ya que tiene muchísimos atractivos.

La región fue el hogar ancestral de los cónvenos, un pueblo vascoaquitano (distinto de los galos) que fue conquistado por los romanos en el 72 a. C. Ellos le dieron el nombre de Lugdunum Convenarum (colina del dios Lug de los Cónvenos). Fundada por Pompeyo al mismo tiempo que Pompaelo (Pamplona) y Gerunda (Girona), fue poblada por población hispano celta: arevacos, várdulos y celtíberos que se unieron a los aquitanos locales. Allí sería exiliado Herodes Antipas en 39.

Este nombre se va abandonando en el siglo I por el de Convenae (de Cónvenos, pero también de con-venit, en latín pueblos reunidos que es como se llamaban a las gentes establecidas en la meseta de Lannemezan, al pie de las montañas).

De ahí pasaría a Commenae en los textos eclesiásticos y a las formas modernas en francés y occitano: Cominges y Comenge.

Durante la Edad Media esta parte de Francia es atravesada por el Chemin du Piedmont, la ruta jacobea que bordeaba el extremo norte de los Pirineos. Esto motiva la creación de numerosas iglesias a lo largo del camino una de las cuales (la basílica de Saint-Just de Valcabrère) será llevada a cabo por Bertrán de Cominges, nieto del conde de Toulouse y obispo de Cominges que vendrá a vivir a la villa en 1063 ayudando a su desarrollo y mejorando las condiciones de vida de sus habitantes.

Cuando en 1218 Bertrán fue canonizado Lugdunum Convenae tomó su nombre pasando a denominarse Saint-Bertrand de Cominges (en español San Bertrán de Cominges).

Existe una villa baja y una villa alta.

En la villa baja encontramos los vestigios de un templo, de un foro, de un teatro, de termas, de un mercado y de una plaza porticada que testimonian la importancia de esta ciudad, que estuvo poblada por entre 5.000 y 10.000 personas durante la primera mitad del siglo II d.C. Esta población evidencia la importancia de la ciudad. Después se edificaría otra villa y con ella la basílica de Saint-Just de Valcabrère. Se usaron piedras de aquellas primeras construcciones para hacer la ciudad y la basílica.

La villa alta, emplazada en un promontorio de más de 500 metros de altura y amurallada, es medieval. Está rodeada por una muralla, con tres puertas de acceso. No se puede entrar con el coche. Arriba, extramuros, hay algunos aparcamientos gratuitos. También puede dejarse en la villa baja y subir a pie.

La catedral de Nuestra Señora es el monumento más importante. Se trata de una imponente construcción que conserva partes románicas de la iglesia fundada por san Bertrán en el siglo XII mezcladas con otras de estilo gótico (las financiadas por el papa Clemente V en el XIV) y renacentista (las construidas en el XVI por orden del obispo Jean de Mauléon).


La catedral está situada en la acrópolis de un oppidum celta que dio origen a la ciudad romana de Lugdunum Convenarum cuyas ruinas se conservan en la llanura. Fue devastada por la invasión de los vándalos en 409. La actividad municipal continuó en el siglo V. Después de la victoria de Clodoveo sobre los visigodos, la ciudad quedó bajo el control de los francos. La ciudad desapareció en 585 después de un conflicto entre Gundebaldo, que se decía hijo natural de Clotario I, y el rey Gontrán I. Los obispos de la ciudad siguieron siendo citados episódicamente, pero habrá que esperar hasta Bertrand de l'Isle (1050-1123), un miembro de una familia noble y canónigo de Toulouse, nombrado obispo de Comminges en 1083, para ver recuperarse la ciudad. Instauró la vida en comunidad y reedificó la catedral. Al morir, el pueblo le consideró santo y empezó a llegar a la ciudad una multitud de peregrinos que querían venerarle. Eso hizo que la catedral tuviera que ampliarse.

La construcción de la catedral se remonta al año 1100 aproximadamente. Hay restos de la vieja catedral construida por Bernard de l'Isle, como la base de los muros de las cuatra primeras crujías y la fachada de la nave. El claustro se reconstruyó en los siglos XII-XIII en una forma más rica. Se conserva una galería románica al oeste. En la primera mitad del siglo XIII, los canónigos añadieron dos tramos al claustro, las galerías sur y este, que englobaron la sala capitular. La galería norte del claustro fue construida en el siglo XIV. Esta es la única galería que está abovedada.

Bertrand de Goth fue obispo de Comminges entre 1295 y 1299, antes de convertirse en arzobispo de Burdeos, entre 1300 y 1305, para ser luego elegido papa en 1305 con el nombre de Clemente V. En 1304 emprendió una ampliación de la catedral. El proyecto inicial preveía conservar la nave románica y reconstruir el ábside y el coro con cinco capillas radiales y cuatro capillas laterales. La clave de la bóveda del ábside tiene el blasón del obispo Scot Linières (1317-1325) junto con el de Clemente V. La bóveda del cuarto tramo de la nave fue rápidamente rehecha ya que muestra el escudo de armas del canónigo operarius Adhémar de Saint-Pastou, que murió en 1327. La clave de la bóveda del primer tramo tiene el blasón del obispo Hugo de Castillon (1336-1352) que terminó la construcción de la catedral.

Bertrand de Cosnac (1352-1374) hizo construir la capilla de Santa Margarita, en el lado sur del cuarto tramo. Quería depositar las reliquias de san Bertrand en esa capilla para permitir un acceso más fácil a los peregrinos. La construcción de esas capillas desestabilizó la cuarta crujía, causando daños al edificio y obligando a añadir poderosos arbotantes en los contrafuertes.

El mausoleo de san Bertrand fue iniciado por el cardenal Pierre de Foix (1422-1450) y fue completado por su sobrino Jean de Foix-Béarn (1466-1501). Debía cubrir el lugar que había servido para el traslado y la exaltación de las reliquias de san Bertrand por el papa Clemente V, el 16 de enero de 1309. No se sabe dónde estuvieron las reliquias del santo antes de ese año 309. El mausoleo recibió el cuerpo del santo en 1476. Las pinturas se inspiraron en las del libro de milagros del obispo Bertrand redactado por Vital, notario de la abadía de Escaladieu, escrito en 1179 para obtener su canonización por el papa Alejandro III.

La catedral fue saqueada en las guerras de religión. Las reliquias de Bertrand fueron tomadas y ocultadas en un pozo por un soldado. El antiguo relicario fue destruido. No se hizo uno nuevo hasta mediados del siglo XVIII.

La torre del campanario tiene aspecto defensivo y 33 metros de alto. La entrada del campanario está coronada por un tímpano románico en el que figura la Adoración de los Reyes; sobre el dintel están tallados los doce apóstoles. En un período de tiempo sirvió como calabozo.



El claustro, excepcional, se empezó a construir en el siglo XII y de reformó varias veces. Tiene 3 galerías románicas y una gótica al norte de los siglos XV y XVI. Ésta última alberga las tumbas de siete canónigos, de ahí su nombre de galería de las tumbas.


En su interior también destaca el coro, con 66 asientos tallados en madera. Otra particularidad es la presencia de un cocodrilo en una de las paredes. La leyenda dice que Saint Bertrand habría eliminado de repente el terrible cocodrilo que devoraba a las mujeres jóvenes antes de su matrimonio . En realidad es un exvoto traído de Tierra Santa en el siglo XIV por un peregrino para agradecerle al santo por haberlo protegido durante su peligroso viaje.

Desde 1975 esta catedral alberga junto con las otras iglesias de la villa un festival anual de música sacra (el Festival Internacional de Música de Cominges).

La catedral era el centro de un recinto fortificado medieval, el "cetro", compuesto por el palacio episcopal, las casas canónicas, un cementerio, el claustro y cuatro casas de cánones. Los textos medievales también mencionan la existencia de un puente levadizo que habría conectado a los escépticos con la ciudad. Había tiendas, posadas, bodegas, forjas, tiendas de artesanos, casas privadas, viñedos, jardines, un hospital y una prisión. Destaca el tesoro, en la capilla de Santa Margarita, con importantes y valiosas piezas.

Aunque la catedral es la joya de la ciudad, destacan también la puerta Majou (siglos XII-XVII), la casa La Loy (siglo XVII) y la casa Bridault (s. XV). Algunas de las edificaciones que podemos ver tienen entramado de madera.


A la derecha mirando a la catedral se abre una puerta por la que podemos acceder a un patio con buenas vistas. Es el acceso al claustro. Allí está la taquilla para comprar las entradas. Está en un lado del edificio del Ayuntamiento, que queda a un lado de la plaza.

En algunas horas podemos acceder gratis a la iglesia; para ver el claustro debemos esperar. Tiene unas horas y se ve previa compra de la entrada correspondiente.

Al otro lado de la plaza está la oficina de Turismo. Ocupa el edificio del antiguo convento de Les Olivétains, del siglo XIX. Es también una librería cultural y sala de exposiciones.

En la ciudad, aunque pequeña, no faltan los restaurantes y tiendas. Cuenta también con un Museo arqueológico en un edificio del siglo XVIII-XIX que fue Gendarmería.

Hay una basílica paleocristiana en la parte baja de la villa. Bueno, en realidad son los restos de la misma. Algunas monedas permiten datarla en el siglo IV aunque se sugiere que pudiera ser más antigua incluso. Sea como sea, se trata de uno de los templos cristianos más antiguos en el sur de la Galia. Contenía 28 sepulcros enterrados en sus cimientos. Tallados en piedra de los Pirineos, presentan a la forma de una V artesa y la tapa a cuatro aguas. Están vinculados por su tipo con el grupo de sarcófagos de Aquitania que los arqueólogos datan en los siglos V, VI i VII. Uno de ellos fue retirado de la basílica y transportado a Saint-Bertrand de Comminges, es el único sarcófago decorado de este grupo. Su tapa está decorada con un crismón inscrito en un doble círculo y lleva una invocación que se traduce así: "Cristo, dale a tu siervo Émilianne el descanso y la vida eterna".

En los alrededores se puede ver la basílica de Saint-Just de Valcabrère y las grutas de Gargas con sus célebres pinturas del Paleolítico Superior (hace 27.000 años; muchas de las pinturas son manos rojas y negras). .

La basílica de Saint-Just de Valcabrère se encuentra a un kilómetro. Es románica del siglo XII. Excavaciones arqueológicas y hallazgos han demostrado que el sitio fue ocupado desde la antigüedad, como demuestra un sarcófago del siglo IV. La portalada está coronada por un tímpano donde se puede ver a Cristo sentado, bendiciendo y con un libro en la mano izquierda. Está rodeado por una mandorla donde aparecen San Marcos y San Juan; rodeados por otros dos evangelistas Mateo y Lucas y coronados por dos ángeles. A cada lado del portal hay estatuas esculpidas que representan a san Esteban, San Justo y San Pastor, y Santa Elena. Encima de cada estatua se encuentran sendos capiteles que narran el martirio de los cuatro santos. Ha sido rehabilitada.

Dejo este enlace con información de horarios y precios:

www.st-bertrand.com/ ...uristique/

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