Semana en Ainsa y parque Nacional de Ordesa ✏️ Blogs de España

Este año teníamos previsto viajar a Estados Unidos en julio y debido al Covid, como mucha gente , tuvimos que cambiar de planes.
Cuando se habló de que habría nueva normalidad en Julio pensamos en buscar un destino cercano y tranquilo.
Hace 15 años habíamos estado en Bielsa unos días y me enamoré del parque nacional de Ordesa, por lo que nos decidimos a repetir.
Me acordaba de que las distancias quedaban muy separadas con lo que cogimos alojamiento en Aínsa. El pueblo queda lejos pero en el centro de todo, con el añadido de que es un pueblo precioso y con ambiente.
Alquilamos un apartamento a través de Booking de dos habitaciones: el rincón de Usana, está a unos pocos quilómetros de Ainsa en Usana pequeña aldea de piedra encantadora. Usana - Banastón.
Los apartamentos tienen decoración rústica pero con todo detalle de cosas necesarias y detalles como cafetera Nespresso o jabones Rituals. Quizás un exceso de objetos decorativos por todas partes y todo fué muy bién salvo un incidente al irnos que contaré al final del diario.
Mi madre se apunto a venir así que éramos ella, mi hijo de 8 años, mi marido y yo.
Salimos de casa a las 8 de la mañana y llegamos a las 12:30 a Aínsa habiendo parado a desayunar por el camino.
Como era sábado y suponía que habría mucha gente teníamos reserva para comer en el restaurante Ordesa 88.
Aparcamos en el parking que está en la parte nueva del pueblo.
Arriba en el castillo hay un parking de pago que ahorra la cuesta andando.
Antes de comer subimos al casco antiguo nos dimos una vuelta, fotografiamos los rincones del barrio y nos tomamos una caña en una terraza de la Plaza Mayor. La plaza está magníficamente restaurada, las construcciones aunqué arregladas, son las mismas de la edad media.







Había mucha gente. La verdad es que el día acompañaba con un tiempo espléndido.
Aínsa está considerado uno de los pueblos más bonitos de España y cuando paseas por sus calles entiendes el motivo, el casco antiguo medieval está perfecto, muy cuidado.
Comimos en el Restaurante Ordesa 88 los tres adultos (yo, mi marido y mi madre ) menú de 18,50 y mi hijo el menú infantil.
Menú elaborado que se sale un poco de lo tradicional que ofrecen otros restaurantes del pueblo.
Después de comer paseamos hasta los dos puentes que cruzan Aínsa , desde ambos las vistas son favulosas. En Aínsa el río Ara desemboca en el Cinca y hay un puente que cruza cada uno de los dos ríos. A partir de allí empieza ya el pantano de Mediano que tiene la presa más abajo, pero ves el agua tono turquesa que cogen las aguas del pantano.
A las 16:30 podíamos ir ya al apartamento , después de instalarnos fuimos al supermercado a comprar para desayunos y cenas de los próximos días.
A las 8 nos volvimos a la Plaza Mayor, había muchísimo ambiente.


Este mes hacían el Festival del Castillo de Aínsa y habíamos cogido entradas para el concierto de esa noche.
Cenamos unas tapas en un bar de la plaza. Acabamor rodeados de gatos porque mi madre les daba comida, diciendo que estaban muy flacos los pobres
A las 10 nos fuimos al concierto, era de Iazabo "campeador" y la coral del Sobrave.
Era un poco raro estar tan separados y con la mascarilla puesta. No había estado en ningún espectáculo post-covid todavía.
El concierto una maravilla , grandes músicos, entorno...




Lástima que mi hijo empezo a decir que tenía sueño a medio concierto y no lo pudimos acabar.
Un gran inicio de vacaciones, muy necesarias en un año muy estresante.

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Descansamos de maravilla, nos levantamos a las 8 de la mañana para así aprovechar el día.
Después de desayunar nos pusimos en marcha pasadas las 9.
La idea de hoy era caminar un poco para saber en que punto de forma (o falta de ella estábamos después del confinamiento de los pasados meses), con lo que habíamos planeado dos pequeñas caminatas para ir cogiendo tono.
Llegamos al pueblo de Tella poco antes de las 10, a esa hora había aún poca gente, hasta pudimos elegir el aparcamiento en la sombra.
La ruta de las ermitas de Tella empieza al lado de la iglesia de San Martin de Tella, el inicio y sentido de la ruta están bien señalizados.
La ruta es fácil, con poco desnivel. Pasas un trozo de bosque en suave subida hasta llegar a la primera Ermita de San Juan y Pablo, es la más bonita por estar bajo una peña rocosa en un entorno precioso llamado el puntón de las Brujas. Además es la Ermita más antigua del Sobrave.


Después de la visita seguimos por una senda en subida donde te queda a la derecha la de la Virgen de la Peña , una Ermita muy sencilla pero detrás se ven vistas espectaculares, nos sobrevolaban varios buitres. Aprovechamos para comernos un plátano contemplando los buitres sobrevolar sobre nuestras cabezas.
Finamente visitamos la Ermita de Fajanillas.


Entre las dos había campos repletos de flores donde se oían cantando fuerte las cigarras.
Desde la última Ermita bajamos de nuevo a Tella.
Es una ruta circular y fácil que vale la pena por la naturaleza que te rodea.
Después del paseo nos fuimos a la posada de Silvan, único bar del pueblo a tomar una cerveza en su terraza, tiene unas bonitas vistas.
Teniamos reserva para comer en Lamiana a las 2, un pequeñísimo pueblo situado entre Tella y Revilla, donde queríamos visitar los miradores por la tarde.
Era pronto para ir ya a comer, de modo que aprovechamos que está saliendo de Tella el Dolmen de tella, se encuentra cerca de la carretera y se ve en un corto paseo. Tiene un bonito entorno. Como pasas por al lado vale la pena visitarlo.


Fuimos a comer al Restaurante Hotel Lamiana. Llegamos pronto , tiene una terraza exterior con mesas redondas y grandes sombrillas. Lástima que las mesas están detras del restaurante que tapa la vista. No empezaban a tomar nota hasta las 2 así que esperamos unos 20 minutos con otra cervecilla, esto de empezar a coger forma no sé si era exactamente esto...
Por lo que respecta a la comida del restaurante es sencilla, brasa y comida casera, no tienen ni carta, la camarera te canta los platos. Pero todo muy correcto, comimos muy bien.
A eso de las 4 nos fuimos a hacer la ruta de los miradores de Revilla.
La ruta empieza entre Lamiana y Revilla, unos kilómetros antes de llegar al pueblo. Aparcas en la carretera, se veía el sitio porqué habia otros coches, hay un panel que indica la ruta y los animales que se pueden avistar: buitre leonado, quebrantahuesos, aguila real...
La ruta es fácil con poco desnivel, tienes 3 miradores en la misma y encuentras también las ruinas de una Ermita y unas inscripciones curiosas en un risco que son del siglo XVII, grafiti antiguo.
Tuvimos la suerte de ver muchos quebrantahuesos, algunos nos sobrevolaban muy cerca y las vistas son espectaculares.



Además estuvimos bastante tranquilos, coincidimos con muy poca gente en la subida, sería por la hora, porqué cando volvimos al coche nos cruzamos con gente al final de la ruta y en la carretera aparcando.
Seguidamente regresamos al apartamento y ya no salimos ese día.

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Nos levantamos de nuevo pronto, desayunamos y nos preparamos bocadillos para comer en la excursión. Hoy la intención era ponerle un punto más a la caminata a ver como iba.
A eso de las 9 y cuarto salimos del apartamento dirección Bielsa.
La ruta que nos propusimos hacer es La de cascada y Llanos de La Larri en el sector Pineta del parque nacional de Ordesa.
Una vez pasado Bielsa sigues por la carretera que lleva al Parador Nacional de Monte Perdido, antes de llegar tienes el parquing desde donde salen todas las rutas a mano izquierda, en verano tiene un coste de 3 euros que pagas al vigilante al llegar, te da un tiquet para el coche.
La zona está bien cuidada puedes dejar el coche a la sombra, tiene baños y de hecho había muchas autocaravanas y campers. Lo que ya no sé es si pueden pernoctar, porque el sitio es genial.
Empezamos la excursión dirigiéndonos primero hacia Marmoré y posteriormente la senda se separa, seguimos dirección cascadas de La Larri. Cruzamos el río y empiezamos a subir, hay escaleras que discurren al lado de la cascada con bastantes miradores de la misma.


La verdad es que yo personalmente me cansé bastante, las escaleras no son lo mío. Además supongo que si ha llovido puede ser un camino bastante resbaladizo.
Al ir por el bosque con spray de las cascadas, almenos no se pasa calor.



Cuando llegas arriba de las escaleras hay que ir hacia la derecha, ves la parte alta de la cascada desde un puente.
De allí sigues primero por bosque y después ya por zona más pedregosa donde estás al sol hasta los Llanos de La Larri.
Las vistas desde los Llanos de La Larri son espectaculares, ves el Monte Perdido, la cascada del Cinca, nieve en la parte alta, agua bajando por todas partes y rodeado de montañas imponentes.


El campo está lleno de lirios azules y flores amarillas.
Decidimos ir hasta el final de los Llanos donde hay una cascada. Esta parte es un balcón ancho cruzado por el río que viene de la cascada y donde pastan caballos y vacas, muy idílico.


Llegamos a la cascada por la parte de arriba y empezamos a retroceder desde el río. Decidimos parar a comer, pero en el sol hacía bastante calor.
Comimos bajo el único árbol que había, estaba rodeado de gente en busca de sombra.
Al final de la comida aparecieron un rebaño de caballos que iban al río a beber. Fué un momento mágico porqué se acercaron para que los acariciáramos .
Creo que básicamente están acostumbrados a que la gente les de algo de comer, vimos como una niña les dió la cáscara de un platano que la yegua en cuestión se zampó en un segundo y miraban a la mochilas.
Después volvimos por el mismo camino, esta vez en lugar de bajar por las escaleras, seguimos por la pista hasta otro cruce que baja por un bosque , es mas largo pero con menos pendiente. Esto yo y mi madre, porque mi hijo prefería bajar por las escaleras al decirle que era más corto aunqué con más pendiente , y mi marido fué con él.
En total según el movil recorrimos 11 km .
Despues de esto paramos a comprar carne en la Carnicería Modesto de Escalona porqué vimos que había bastante cola y pensamos que por alguna cosa sería, había sobretodo muchos franceses.
Una vez en el apartamento, ducha, descanso y homenaje de cena con filete con patatas y un somontano de la zona.

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