NOTA PREVIA (25/09/2021).
Por razones obvias, en estos momentos esta ruta de senderismo está cerrada y se desconoce cuándo se podrá volver a transitar por ella. Una vez que el volcán de Cumbre Vieja (al que me refiero con frecuencia a lo largo de la etapa) deje de rugir y los senderos se reabran, posiblemente ya nada será igual, y parte del recorrido y el paisaje cambiarán. En cualquier caso, aquí queda el relato y mi recuerdo para toda la gente que está sufriendo en una isla a la que tengo un gran cariño.
Por razones obvias, en estos momentos esta ruta de senderismo está cerrada y se desconoce cuándo se podrá volver a transitar por ella. Una vez que el volcán de Cumbre Vieja (al que me refiero con frecuencia a lo largo de la etapa) deje de rugir y los senderos se reabran, posiblemente ya nada será igual, y parte del recorrido y el paisaje cambiarán. En cualquier caso, aquí queda el relato y mi recuerdo para toda la gente que está sufriendo en una isla a la que tengo un gran cariño.
RUTA DE LOS VOLCANES.
Esta fue una de las rutas que más disfrutamos durante la semana que pasamos hace unos cuantos años en la maravillosa isla de La Palma, culmen de contrastes entre la vegetación, el mar y los volcanes, pero cuyos paisajes son todos realmente espectaculares.
Situación según Google Maps.
Por aquellas fechas, aún no disponíamos de cámara digital, así que he tenido que rescatar las fotos impresas y escanearlas, lo cual se nota en su calidad y en que dispongo de muy pocas por el problema de lo caros que eran los carretes y más todavía su revelado. Sin embargo, me han servido para refrescar mis recuerdos e ilustrar en lo posible una etapa que no puede faltar en este diario de senderismo, aunque no he sido capaz de identificar todas las imágenes con el lugar al que corresponden dentro del relato.
Para hacer estar ruta, que recorre los volcanes del sur, nos apuntamos a una excursión con guía y autobús de ida y vuelta, ya que los puntos de inicio y destino están muy alejados y es necesario disponer de dos coches o buscar un transporte alternativo que te recoja al final o te lleve al principio y te devuelva al lugar de aparcamiento del coche alquilado, si se utiliza, o al hotel de alojamiento. Sin embargo, se puede hacer perfectamente por libre y, de hecho, en los tiempos actuales lo hubiésemos planteado de ese modo, seguramente contratando un taxi. En cualquier caso, quedamos contentos y tampoco nos arrepentimos porque fue muy cómodo. El precio no lo recuerdo y tampoco serviría de ninguna referencia dado el tiempo transcurrido.. Si a alguien le interesa esta opción, tanto en los hoteles como en internet abundan las agencias que lo realizan.
Desde Santa Cruz de la Palma, la capital de la isla, por la virada carretera LP-3 se tarda una media hora en coche en cubrir los 23 kilómetros que la separan del comienzo de la ruta, en el área recreativa del Refugio del Pilar, según el siguiente itinerario sacado de Google Maps.
Datos de la ruta:
Aunque se puede alargar hasta llegar al nivel del mar, en Las Salinas, dada su longitud total (27 kilómetros), lo más recomendable es dividirla en dos tramos, uno desde el Volcán de San Antonio hasta el Faro de Fuencaliente, y otro desde el Refugio del Pilar hasta el pueblo de Los Canarios, que es el recorrido que hicimos nosotros ese día y al que me voy a referir a continuación. Tiene una distancia de algo más de 17 kilómetros y nos llevó unas seis horas largas, contando con paradas para comer y fotos. Su grado de dificultad se califica como medio. Hay que estar en buena forma física porque es bastante larga y si bien no resulta peligrosa, en algunas zonas se va a mucha altura, por sendas estrechas y desnudas, pegadas a la ladera de los volcanes y puede dar algo de vértigo a personas propensas. Con buen tiempo y visibilidad (esto es importante por las panorámicas), merece mucho la pena
Como referencia para situarse mejor, pongo la siguiente captura de Google Maps, donde aparecen los puntos que señalo anteriormente yendo por carretera. La ruta a pie tal como la cuento se realiza de norte a sur y atraviesa el Parque Natural de Cumbre Vieja. por un camino acondicionado y señalizado que comprende sendero, pista forestal y algo de asfalto y que permite contemplar las dos vertientes insulares y, si hay suerte, otras islas, como Tenerife, la Gomerra o El Hierro.
El grupo lo formábamos 12 senderistas y el guía, muy majo por cierto, que tuvo que lidiar con alguna situación inesperada que luego comentaré.
Empezamos el camino en el Refugio del Pilar, a 1.440 m. sobre el nivel del mar, y continuamos siempre en dirección sur, entre cráteres volcánicos y coladas de lava. En esta foto (tomada cerca del Roque de los Muchachos) se aprecia a vista de pájaro todo el sur de la isla y la ruta que sigue la marcha entre Cumbre Nueva y Cumbre Vieja, hacia la punta de Fuencaliente:
Empezamos a caminar a través de un típico pinar canario, pero enseguida empezamos a ver paisajes alucinantes, sin que faltase en algunos puntos las manchas verdes de la lujuriosa vegetación que pone un increíble contrapunto al reino de roca volcánica negra que estábamos a punto de surcar.
Y es que si el Cubo de la Galga, los Tilos y los Nacientes de Marcos y Cordero representan el culmen del verdor y la vegetación exuberante, esta ruta es todo lo contrario, el paisaje desolado y descarnado de los volcanes, la tierra y la lava petrificada, el reino del rojo, el negro y el marrón. Es realmente espectacular, da la sensación de que vagas suspendido en las alturas, con la isla a tus pies, caminando entre volcanes, en un paisaje que parece irreal.
Ascendimos paulatinamente en fila india por un sendero estrecho, pisando tierra volcánica y vamos dejando de lado el Pico Bejenado, la Caldera y la Cumbre Nueva, que nos mostraron una lección de historia geológica de que daba cuenta un panel informativo instalado en el Mirador Brigoyo.
Después de una hora, tras pasar la Falla ocasionada en 1949, alcanzamos el Mirador del cráter del Hoyo Negro, un cono formado por cenizas y piedras ocasionado en esa erupción que tuvo varias etapas, en algunas de las cuales se emitieron columnas de tipo vulcaniano. Realmente impresiona el enorme agujero y hay que tener cuidado de no emocionarse demasiado al hacer las fotos: ¡menuda caída...!
Otro punto importante es el volcán llamado Duraznero, cerca del cual pudimos contemplar la impronta de un lago de lava consecuencia también de la erupción de 1949, y cuyas coladas, al contrario que las del Hoyo Negro, discurrieron hacia la parte oriental de la isla. Estábamos a 1.900 metros de altitud sobre el nivel del mar con un paisaje indescriptible. Cuesta un poquito ascender por los empinados y estrechos senderos abiertos entre la gravilla negra, con pendientes acusadas a los lados, pero se consigue sin problemas si se toma con calma y se para de vez en cuando a descansar.
. Y llegamos a un punto realmente alucinante: las Deseadas, el volcán de mayor altitud de Cumbre Vieja con 1.945 metros de altitud sobre el nivel del mar. No forma parte de ninguna erupción documentada, pero supone uno de los hitos de la ruta, ya que permite tener una visión los focos y conos del sendero. En realidad, parecen dos caminos paralelos que vigilan un abismo lateral. Pasamos por sus crestas y es como caminar encima de un alambre (bueno, no tanto, pero casi) con enormes laderas que se hunden a derecha e izquierda de ti. Al avanzar por uno de los lados, ves a las personas que pasan por la otra cresta, como si fuera una procesión de hormigas, así mismo nos ven ellos a nosotros. Es una sensación inexplicable. Realmente no sé cómo definirlo y menos me atrevo hacer una descripción geológica de lo que estábamos viendo porque metería la pata sin remedio.
La sensación era como si estuviésemos a la altura de las nubes porque pasaban a nuestro alrededor, casi rozándonos. Iban, venían o se quedaban un rato; nos envolvían o nos abandonaban en cuestión de segundos, deparándonos o impidiéndonos la visión de lo que teníamos delante y a nuestro alrededor. Cerca del Llano de los Guanches, el sendero se abría paso entre tierra negra que salpicaba la lava roja, a la que se agarraban los vigorosos pinos canarios, que en su afán de supervivencia salpican de vida, con sus tintes verdes y amarillos, el sobrecogedor panorama marrón y negro.
Bajo aquellos pinos casi fosforescentes, paramos a descansar un rato y aprovechamos también para tomar los bocatas del almuerzo. Como anécdota de la jornada, señalar que a poco de reanudar la marcha tras la comida, perdimos a la mitad de los compañeros de ruta. Cuatro tomaron las de “Villadiego”, considerando que llevaban un mejor ritmo que los demás, mientras que una pareja se quedó rezagada porque la chica sufrió un percance en un tobillo, con lo cual necesitaba caminar muy despacio. Los otros seis continuamos con el guía a un paso normal, que permitía cumplir el horario previsto y también demorarse en la contemplación de tan singulares parajes mientras nos explicaba peculiaridades de una ruta que constituyó la habitual de otros tiempos para los mercaderes que cruzaban la isla de norte a sur. A unos y a otros no lo volvimos a ver hasta llegar al bar de los Canarios donde debíamos esperar a que llegase el transporte que nos devolvió a nuestros hoteles. Para ser la primera vez que hacíamos una ruta senderista guiada, su desarrollo resultó cuando menos curioso.
Seguimos hasta el Volcán Martín, protagonista en la erupción de 1646 que duró casi tres meses y que permitió ganar terreno al mar. Y con la Montaña de Fuego terminamos aquel fantástico periplo de observación de conos volcánicos imponentes.
Tras un fuerte y prolongado descenso, llegamos a Los Canarios, centro del municipio de Fuencaliente, donde se conocen muy bien los efectos de los erupciones, ya que sufrió las de los siglos XVII y XX, con los volcanes San Antonio y Teneguía, respectivamente. En este lugar se cultivan viñas y abundan las bodegas; además, es productor de malvasía. .
Teníamos la intención de hacer otro día el tramo restante hasta el Faro de Fuencaliente y con los volcanes San Antonio y Teneguía, donde se produjo la última erupción en la isla en 1971, pero fue imposible porque en la única jornada que nos quedaba disponible se puso a llover torrencialmente hasta el punto de que incluso me resultó difícil sacar una foto de recuerdo tras bajarme del coche solamente para eso. Y quedó bastante tétrica, la verdad. ¡Menuda pinta!
Muy interesante la ruta de los volcanes, bastante larga y en algunos momentos fatigosa, pero la considero una de las imprescindibles (junto a la de los Nacientes y a la de la Caldera de Taburiente) en La Palma para todo amante del senderismo.
ETAPAS RELACIONADAS:
ISLA DE LA PALMA (PROVINCIA DE TENERIFE, ISLAS CANARIAS). LA ISLA BONITA.
NACIENTES DE MARCOS Y CORDERO (ISLA DE LA PALMA, CANARIAS). EL CUBO DE LA GALGA.