LYON, ALSACIA Y LORENA ✏️ Blogs de Francia

Desayunamos en el hotel y nos vamos hacia la estación de trenes. Hoy tenemos un TER a las 9.02 que tarda algo menos de una hora en llegar a Nancy. Encontramos una buena oferta por 5 euros ida y otros 5 el regreso.

Llegar desde la estación al centro no es difícil. Simplemente tienes que seguir la Rue Stanislas.

Se piensa que etimológicamente Nancy proviene del celta "NANT" que puede significar, pantano, valle, río, torrente, depende del contexto. Todavía se oye la raíz celta NANT en diferentes lugares y ciudades, como Nantes, Nanteuil, Nantua, Nans-sous-Sainte Anne, Nans y Les Nans. Los pueblos galos que habitaban los valles de montaña se llamaban ellos mismos Nantuates, por la definición de (Nant = Valle).

El final "cy" proviene del celta y significa bosque.

Se cree que la ciudad se fundó en el siglo IV. El primer testimonio escrito de Nancy conocido data del 29 de abril de 1073 en un documento perteneciente a Pibon, obispo de Toul, donde se menciona: Oldelrici advocati de Nanceio.

El ducado de la alta Lorena (Lorena actual) era un territorio que pertenecía al Sacro Imperio Romano Germánico, que comprendía lo que había sido el antiguo reino Lotaringio, y fue cedido por su emperador Enrique III a Gerardo I de Alsacia, conde de Metz en 1048. La residencia de los duques se fijó en el poblado de Saint Dié hasta que en 1153 el duque Mateo I de Lorena traslada la capital a Nancy, que había pertenecido hasta ese momento a Drogo, hijo de Herman, Senescal de Lorena.

Nancy fue capital del ducado de Lorena desde 1153 hasta la desaparición del ducado en 1766 y su posterior anexión al Reino de Francia.

Carlos el Temerario, duque de Borgoña, sitió y conquistó Nancy en 1475 aunque aseguró la conservación de sus privilegios e inmunidades, así como las de sus fortificaciones. Al cabo de un tiempo, el duque abandonó Nancy para dirigirse a Suiza, donde sufrió las derrotas de Grandson y Morat (1476). Aprovechando el vacío de poder, René II de Lorena reconquistó Nancy, por lo que Carlos el Temerario regresó en 1477 a tratar de salvar la ciudad. Se libró una sangrienta batalla en la que las tropas borgoñesas fueron derrotadas. El Temerario perdió la vida en la Batalla de Nancy y acabó siendo devorado por los lobos.

En 1632, Carlos IV de Lorena dio asilo a Gastón de Orleans a pesar de las protestas del rey de Francia Luis XIII. Como consecuencia de ello, los ejércitos franceses sitiaron el ducado, y por consiguiente Nancy, en el año de 1632, produciéndose así la primera invasión francesa. La ciudad se rindió en 1633 al cardenal Richelieu.

Por un tratado posterior, Lorena fue cedida al duque Carlos pero siguió ocupada por los franceses hasta la Paz de los Pirineos en 1660, en que se le entregó de facto otra vez Lorena a Carlos IV. El 1 de septiembre de 1670, el ejército francés entró nuevamente en Nancy saqueando el palacio ducal y apoderándose de los archivos y del Tribunal de Cuentas.

El ducado de la Lorena y su capital Nancy recuperaron su soberanía e independencia en 1698 a través del tratado de Ryswick.

El hijo del duque Leopoldo I, François, se casa en 1736 con María Teresa I de Austria e intercambia con el rey de Francia Luis XV el ducado de Lorena por la Toscana, lo que provoca un gran descontento popular en el ducado y algunos levantamientos contra la imposición de la dominación francesa. Por este motivo, Luis XV lleva a cabo un proceso de transición y afrancesamiento del ducado y nombra a su suegro, el exrey de Polonia exiliado Estanislao I Leszczynski, duque de Lorena. A la muerte de Stanislas en 1766, el ducado de Lorena y su capital Nancy se convierten en provincia de Francia.

Sabes que has llegado a la Plaza Stanislas cuando ves las magníficas rejas doradas. He de decir qie en nuestra visita no lucía con todo su esplendor porque estaban montando un jardín efímero.

Se considera que esta plaza, típica del urbanismo del siglo XVIII, es una de las más bellas de Francia. Es obra del arquitecto Emmanuel Heré por orden del rey Stanislas (por eso lleva su nombre) y se hizo entre 1752 y 1760 como nexo de unión entre la antigua ciudad medieval de Nancy y la nueva ciudad construida por Carlos III en el siglo XVII. En sus orígenes se llamó Plaza real Luis XV, en honor al yerno del rey.

Los edificios que rodean la plaza son muy uniformes. En dos de los ángulos hay fuentes, una dedicada a Neptuno y otra a Anfítrite.


Destacando mucho, en el centro está la estatua del rey. Hasta la Revolución francesa hubo una de Luis XV. En 1831 se colocó la que vemos ahora.

En uno de los lados está el Ayuntamiento, de 1775, con preciosos balcones y las armas del rey en el tímpano central. También tiene el blasón de la ciudad.

En otro de los lados está el Museo de Bellas artes. En nuestra visita había unos días que dejaban entrar gratis al jardín. Hay pintura, escultura y artes gráficas europeas desde el siglo XIV hasta hoy. En una de las salas está la colección de la familia Daum. Son 150 piezas de vidrio y cristal. Albergó, en tiempos de Stanislas, el Colegio de Medicina. En ese lado también estå el pabellón Jacquet.

Enfrente está el Teatro de la Ópera. Cierra la plaza el Hôtel de la Reina.

En el lugar donde estaban los jardines ducales, Heré construyó la Plaza d'Alliance. En el centro de la plaza se reubicó una fuente barroca concebida por el escultor Cyfflé y que originalmente estaba prevista para el centro de la Plaza de la Carrière. Simboliza la alianza sellada entre el Imperio austro-húngaro y Francia (la emperatriz María Teresa con Luis XV) e inspira el nombre actual de la plaza.

Al lado de la Plaza Stanislas hay un arco del Triunfo que se construyó para glorificar también a Luis XV. Esta puerta monumental fue construida en medio de murallas que separaban la Ciudad Antigua de la Ciudad Nueva. Evoca a los arcos del triunfo que los emperadores romanos erigían para glorificarse a sí mismos, particularmente el de Séptimo Severo en Roma.


La fachada sur de la calle Héré está atravesada por una abertura central que forma el voladizo y está rematada por un ático decorado con tres grandes bajorrelieves, con estatuas que prolongan las verticales de las columnas. El tema de estos ornamentos es la guerra y la paz (en referencia a la victoria de Fontenoy y del tratado de Aix-la-Chapelle).

Tiene un medallón dorado con el perfil de Luis XV.

De la Plaza Stanislas sale una especie de paseo alargado que se considera plaza. Es la Plaza de la Carrière. En realidad ese espacio ya existía desde el siglo XVI, cuando se quitaron las fortificaciones medievales. El origen de su nombre, “Carrera”, proviene de su utilización para justas, torneos y otros juegos ecuestres.


En el siglo XVII los franceses abrieron una comunicación con la vecina Ciudad Nueva, perforando una puerta denominada Puerta Real en honor de Luis XIV.

En tiempos del rey Stanislas se volvió a intervenir. La plaza está cerrada al norte por el Palais de l’Intendance (hoy Palacio del Gobernador) enclavada en un hemiciclo de columnas, y al sur por un arco de triunfo. Mide 293x56 metros y hay tilos a los lados. Une la Plaza Stanislas con la de Charle de Gaulle.

El Palacio de Gobierno era la antigua residencia de los gobernadores de Lorena. Se construyó entre 1751 y 1753 y fue proyectado por Heré.

En el rincón sur, a imitación del Hôtel de Beauvau Craon construido por Boffrand, Emmanuel Héré edificó el Hôtel de la Bourse. A partir de estos dos palacios, a ambos lados de la plaza se hallan dos largas líneas de fachadas sobriamente ornamentadas con algunos relieves en piedra de estilo rocalla (Luis XV). Esta doble alineación está conectada por dos pabellones idénticos en la columnata del Hemiciclo.

La plaza de Saint-Epvre es la más importante de la Ciudad Antigua. Se construyó en los siglos XII y XII y fue modificada en el siglo XV, convirtiéndose en la plaza más activa de Nancy con su mercado y su mercado de abastos, que perduraron hasta el siglo XIX.

En el centro se erige una fuente coronada por la estatua de René II, esculpida por Mathias Schiff en el siglo XIX.

En el siglo XIX se construyó actual Basílica de Saint-Epvre —tercera iglesia con el mismo nombre—, 1865-1871, en el estilo neogótico, sobre planos de Prosper Morey. Los emperadores Napoleón III para Francia y Francisco José para Austria estuvieron entre los numerosos benefactores de la iglesia. Antes que ésta hubo una en el siglo XI y otra gótica del siglo XIV, que fue demolida en 1863.

Entramos en la iglesia. El 26 de noviembre de 1874 fue elevada al rango de basílica menor por el papa Pío IX. Está dedicada a San Evre (o Epvre), obispo de Toul, cuyas reliquias se conservan en un relicario en el altar mayor.

La escalera monumental de la entrada fue un regalo del emperador Francisco José I de Austria, heredero de las casas de Austria y de Lorena, así como los vitrales que lo representan con su esposa, la emperatriz María Teresa bajo las figuras de san Francisco y santa Isabel. Se destruyeron por un obús en la Primera Guerra Mundial y se sustituyeron por otros con las figuras de san Epvre y santa Odilia, que simbolizan la Lorena y Alsacia unidas

Napoleón III y la emperatriz Eugenia también ofrecieron vidrieras, en este caso con san Luis, santa Eugenia y las armas del Imperio francés.

Hay tres rosetones y 74 vidrieras, que hacen un total de 2300 m² de vitrales. No pudimos explorar mucho porque había una misa para una difunta.

Un poco más arriba vemos el Palacio Ducal. Después de la guerra con el duque de Borgoña, Carlos el Temerario, el palacio de los duques de Lorena en Nancy quedó gravemente dañado. René II ordenó la reconstrucción pero fue con su hijo Antoine con quien cobra mayor auge.



Su construcción comenzó en 1502. De esta residencia de los duques de Lorena solo subsisten el edificio que bordea la Grande-rue y la Portada de carruajes. Ésta, magnífica, está inspirada en la de Blois. Me lo pareció nada más verla y es así. Combina el estilo gótico flamígero y el estilo renacentista. En una hornacina está la estatua ecuestre del Duque Antonio. En realidad es una restauración del siglo XIX ya que el original fue destruido durante la Revolución Francesa.

La decoración es típica del primer renacimiento lorenés cuyas decoraciones italianizantes son particularmente refinadas (candelabros vegetales, coquilles (motivo ornamental que imita a las conchas)...).

El palacio fue parcialmente destruido y modificado por Boffrand bajo el reinado de Leopoldo y fue transformado en caballeriza durante el gobierno de Stanislas. Ocupado en parte por la gendarmería en el siglo XIX, a finales de siglo fue transformado en museo por la Sociedad de Arqueología de Lorena. Sufrió un incendio en 1871 y fue reformado. En 1937 se convirtió oficialmente en el Museo Histórico de Lorena. Actualmente creo que está cerrado.

Al lado está la Iglesia des Cordeliers. Se trata de una iglesia votiva de la victoria contra Carlos el Temerario en la Batalla de Nancy. La iglesia y su convento franciscano se fundaron respectivamente en 1487 y 1482 por René II. Aún está consagrada y alberga esculturas y retablos religiosos así como monumentos funerarios, entre los que destaca el panteón de la tumba de René II y la estatua yaciente de su esposa, Felipa de Gueldres, tallada por el escultor Ligier Richier.

A la muerte del duque Renato II de Lorena, éste fue enterrado en la iglesia conventual de los Cordeliers, donde se conserva su sepulcro. René II se resfrió durante una caza de lobos cerca de Fains-Véel y murió el10 de diciembre de 1508. Es una de las primeras obras renacentistas en Lorena. Lamentablemente se han perdido las esculturas que lo adornaban.

La tumba de su esposa es muy impactante. La dama es como un esqueleto con hábito de monja. La piedra caliza se trabajó de tal modo que parece mármol.

También podemos observar las figuras yacentes de Enrique III de Vaudémont, Antoine de Vaudémont y Marie d'Harcourt (1398-1476) así como la tumba del cardenal Charles de Vaudémont.

Con René II, que ordenó su construcción, se convirtió entonces en el lugar de enterramiento de los duques de Lorena, anteriormente enterrados en la Colegiata de Saint-Georges, que ahora ha desaparecido.

Carlos III hizo construir una capilla redonda aneja a la iglesia, fuertemente inspirada en la capilla de los Médicis en Florencia, que reagrupa las sepulturas de los duques de Lorena. Un pasadizo llega hasta el antiguo claustro del convento, alrededor del cual las esculturas funerarias y las pinturas religiosas completan la visita y permiten acceder al Museo de Artes y Tradiciones Populares. Este pasadizo no estaba abierto en nuestra visita.

El edificio de la Capilla Notre Dame de Lorette fue construido entre 1609 y 1612, con un estilo barroco italiano con una impresionante cúpula en trampantojo. El único duque de Lorena que no fue enterrado allí fue François-Étienne de Lorraine que, habiéndose convertido en Emperador del Sacro Imperio por su boda con María Teresa, fue enterrado en la necrópolis de Habsburgo en Viena (Austria).

María Antonieta, la famosa reina de Francia, llegó a visitar la capilla. Allí están enterrados sus antepasados (su padre era Francisco de Lorena).

Magnífica es la Porte de la Caffre. Se trata del elenento de fortificación más antiguo de Nancy. Fue construida en el siglo XIV y se usó como prisión durante mucho tiempo, hasta la Revolución francesa. Fue reforzada por la puerta de Notre-Dame, visible en la parte trasera. En el siglo XVII, la Puerta de la Ciudadela vino a robustecer las defensas de la ciudad. Las dos puertas estaban entonces separadas por fosos. Fue reformada en el siglo XIX, recuperando su estilo gótico. Se ve el emblema de Lorena.


La antigua Puerta de Nuestra Señora, hoy conocida como Puerta de la Ciudadela, fue encargada por Carlos III a Galéani. Debía reforzar la Puerta de la Craffe completando los bastiones que la flanqueaban. La puerta tiene un aire renacentista y está decorada con esculturas alegóricas.

Regresamos por una calle paralela en la que no hay apenas gente y ningún edificio de interés.

El centro de Nancy tiene muchos restaurantes de todos los precios. Miramos un poco pero antes de comer fuimos a ver la Catedral. La encontramos cerrada y con un horario muy breve, solo de tardes.

Se empezó a construir en 1703 y se terminó en 1742. Hasta tres arquitectos intervinieron. En la fachada hay dos campanarios de 80 metros.

Fuimos a comer en la brasería Le Vaudémont. De primero escogimos quiche lorraine (plato típico de Lorena conocido internacionalmente) con ensalada y de segundo, onglet de boeuf con patatas y ensalada (Javi) y brochetas de pollo cajún con linguini y ensalada. El postre fue un moullet au chocolat con helado de pistacho y nata. 24,90 pax. Estaba todo muy bueno y en raciones más que generosas.

Después de comer queríamos ir al Museo de la Escuela de Nancy. Ésta se ubica dentro del Art Nouveau. De hecho, en Nancy hay bastantes casas modernistas (aunque más sobrias de lo que son las de los más famosos representantes del modernismo catalán). El movimiento fue fundado en 1901 por Émile Gallé , Victor Prouvé , Louis Majorelle , Antonin Daum y Eugène Vallin.

Después de haber buscado la parada del autobús 11, no pudimos encontrarla así que fuimos andando. Está bastante más allá de la estación de tren.

El museo está en una casa modernista de la calle Sergent Blandan. La mujer que nos tomó la temperatura en la puerta parecía un poco tontita. Fue incapaz de explicarnos que ese día el museo era gratis.

Se ubica en la antigua propiedad de Eugène Corbin, el mecenas y coleccionista más importante de la Escuela de Nancy. El museo data de 1964. Tiene un jardín, un pabellón de acuario y el edificio principal contiene obras de los principales artistas en dos plantas. En el jardín, de acceso gratuito, hay algunas piezas como la puerta de roble de los talleres Gallé o un monumento funerario. En el museo hay pinturas, muebles, objetos de vidrio, esculturas, una espectacular sala de baños, etc. Hay muchas obras, tanto muebles como vidrio, de Émile Gallé.


Cuando salimos sí vimos la parada del 11. Compramos los billetes en una máquina (1,30 euros por persona) y volvimos al centro.

En 1765, el rey Stanislas permitió la realización de un vivero real bordeando las murallas de la ciudad. Estaba compuesto de 16 parcelas de cultivo. En 1835 se rehabilitó y se reacondicionó para ser un parque público. Hoy el parque de la Pépinière tiene 21 hectáreas y es lugar de encuentro de turistas y locales. No lo recorrimos entero; solo dimos un corto paseo.

Vamos luego hasta la Puerta de Sainte Catherine. Se encuentra al otro extremo de la calle rue Sainte Catherine, que empieza en la Plaza Stanislas y termina justo en la puerta. Se le puso ese nombre porque era el de la mujer de Stanislas Leszczyǹski, Cathérine Opalinska, a quien está dedicada. A la derecha están el muelle y el puerto de Sainte Catherine. Data de 1761 aunque en 1770 se trasladó piedra a piedra al lugar donde está ahora. Puede entenderse que hace pareja con la Puerta de Stanislas, ubicada cerca de la estación de trenes.

Uno poco antes de llegar, a la derecha, está el Museo acuario de Nancy. Se trata de un museo muy pequeño que combina un poco de zoología (con animales disecados y demás) con un acuario. Desde luego, allí no hay tiburones, grandes piscinas ni nada de eso.

Ahí terminó nuestra visita a Nancy. Con máa tiempo se puede visitar la Iglesia de Notre-Dame-de-Bonsecours, que alberga el cenotafio de Stanislaw Leszczyński.

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Pasamos la noche en París porque nos resulta mucho más cómodo para coger el tren de regreso. Nos alojamos en el Timhotel, cerca de la Gare de l'Est.

Llegamos allí pasadas las 9 de la noche y nos encontramos toda la zona con obras, también la fachada del hotel. Lo peor fue que el ascensor no funcionaba bien y nos habían dado la habitación en un quinto piso. Ya me vi subiendo las maletas por aquellas interminables escaleras. Primero no subía, luego no se abría la puerta, después subió al primer piso y finalmente hacía movimientos raros.

Llegamos a la habitación y la tarjeta magnética no funcionaba. La pusieras como la pusieras. Bajada andando los cinco pisos para que solucionaran el problema (yo me quedé vigilando las maletas). Subida andando los cinco pisos de nuevo. De nuevo no funcionaba. Otra vez a bajar andando y a subir los cinco pisos. A la tercera al fin abrió.

En el hotel nos han dejado unas galletas de jengibre, café e infusiones. Además, tenemos dos magdalenas y zumos de manzana. Con eso desayunamos en la habitación.

Sobre las 8.20 bajamos a recepción y pagamos la tasa turística, lo único que quedaba pendiente. El ascensor esta vez sí funciona pero da algo de mal rollo. Se mueve más de lo normal y en algún momento parece que se vaya a caer.

Vamos lidiando entre obras y niños que van al cole hacia la estación de trenes. Como ya tenemos comprados los billetes (1,90 cada uno) vamos directamente al metro. Hay una cosa para poder introducir maletas al picar.

Los vagones van muy llenos; se nota que es hora de ir al trabajo. Por suerte cabemos, con maletas y todo.

El metro de París es antiguo y todavía tiene demasiadas zonas muy poco accesibles. Vamos, muchas escaleras. Maleta llena y mascarilla tampoco ayudan. Pero es obligado hacer transbordo en Bastilla para ir a la Gare de Lyon.

Compramos un bocadillo con bebida y un yogur para beber de vainilla en un Relay. 6,50 euros el menú. Pero son bastantes horas de tren y así llevamos ya la comida.

Nuestro tren sale en el hall 2, semiabierto. Hay pocos asientos y están ocupados. Hay mucha gente y algún que otro loco suelto.

En la estación hay algunos locales de restauración y lavabos de pago (0,90 euros).

Nos avisan de la salida del tren con mucha antelación. Por suerte, está allí ya aunque tengamos que recorrer todo el andén para llegar al coche 16. No va tan lleno como imaginaba y podemos dejar bien las maletas.

El tren, operado conjuntamente por SNCF y RENFE, lleva personal de las dos compañías. Como ya nos han leído el billete al entrar, nadie lo mira en todo el viaje. Tampoco pasamos por ningún detector.

Salimos muy puntuales a las 10.12 horas. Llegamos a las 16.53 en punto, la hora prevista.

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