Como otras muchas veces que viajamos a Francia, escogemos la compañía de autobuses Flixbus.
Esta vez, debido a la covid, me habría gustado más ir en tren pero estaban completos. Las reservas, precisamente por estar en esta situación complicada, las hemos podido hacer con muy poca antelación.
El autobús sale de la Estació del Nord a las 8.50. Compramos los billetes por Internet con reserva de asiento.
Me sorprende que no pongan a disposición de los pasajeros gel hidroalcohólico. El autobús no va lleno pero hay bastante gente.
Hacemos una primera parada de 15 minutos antes de pasar a Francia. Tiene paradas en Perpignan, Montpellier (con 20 minutos para comer) y Nimes para coger o dejar pasajeros. Como hemos viajado varias veces, ya sabemos cómo movernos por la parada de Montpellier, en la llamada área de las Sabines. Acostumbramos a subir un poco la calle que hay frente a la parada para ir a una panadería. Compramos algo y vamos al lavabo. En todo caso, hay un wc público al otro lado de la calle.
Llegamos a Lyon con bastante retraso. Encontramos por el camino y al entrar en Lyon algunos atascos importantes.

Ya llegando, en el lugar donde se encuentran el Ródano y el Saona, vimos el Museo de las confluencias, que abrió sus puertas en 2014. Es museo de historia natural y sociedades. Su estética es algo rara.
El bus nos deja en la estación de autobuses, pegada a la Estación de Perrache. A la salida nos encontramos con la Plaza Canot. Aunque ha tenido muchos nombres, el actual se lo pusieron en1889 para honrar a Lazare Nicolas Marguerite Carnot, (1753 - 1823), importante político y matemático.
La estatua de la República de bronce muestra a una mujer con su mano sobre la cabeza de un león mientras que en la otra sostiene una rama de olivo. Fue inaugurada en 1889. Justo enfrente hay una estatua que es una alegoría de Lyon. En una mano sujeta un escudo y con la otra aguanta una espada que tiene sobre el regazo. Hay un niño pequeño a la izquierda. Ambas estatuas de Emile Peynot.
También hay un Monumento a la Vía Sacra, que conmemora a aquellos que perdieron la vida en la Batalla de Verdun. El monumento hace alusión a la Vía sacra, ruta que abastecía el campo de batalla de Verdun con suministros. Se trata de un pilar con un casco encima.
Hay árboles, bancos y algunos juegos. Está rodeada de bares y restaurantes pero no tiene gran encanto.
A un lado de la plaza está el Hotel Campanile, donde nos alojamos. Dejamos las maletas y nos vamos a dar una vuelta por la ciudad.
Caminamos por la calle Víctor Hugo, ancha y con muchas tiendas, la mayoría cerradas a esa hora. Pasamos por la plaza Ampère, donde hay una parada de metro. En la plaza hay un monumento en memoria de este científico. Fue creado por el escultor Charles Textor y el arquitecto Joseph-François Dubuisson en 1888 y representa al gran hombre de ciencia, sentado en el centro de la plaza sobre un pedestal de piedra adornado con unas esfinges y grabads. Fue inaugurado por el presidente de la República Sadi Carnot. Ampère es considerado el precursor de la matematización de la física. Es el creador del vocabulario de la electricidad - inventa los términos de corriente y voltaje - y su nombre se le ha dado a la unidad internacional de la intensidad de la corriente eléctrica: el Ampere.
Llegamos plaza Bellecour. Es un espacio enorme presidido por la estatua ecuestre Luis XIV. La plaza mide 310 por 200 metros y se considera el centro de Lyon. Se inauguró en 1714 aunque los edificios que la rodean son del siglo XIX. Forma parte de la zona considerada patrimonio de la UNESCO desde 1998. Es la tercera plaza peatonal más grande de Francia después de la Plaza de la Concordia, en París, y la plaza de Quinconces, en Burdeos.

La estatua del Rey Sol data de 1828. El monumento está flanqueado por representaciones de los dos ríos de la ciudad, el Ródano y el Saona. Curiosamente el Ródano se representa como un hombre y el Saona como una mujer.
Hay una leyenda urbana que dice que el escultor se suicidó al darse cuenta que había olvidado los estribos en la escultura de Luis XIV. Es falso. Se representa al rey "a la romana", montando sin silla ni estribo. El escultor no se suicidó.
Muy escondido en un rincón, casi ya fuera de la plaza, hay un monumento a Antoine de Saint-Exupéry, autor de El Principito. Saint-Exupéry nació en Lyon en el 1900. En el año 2000 se erigió ese homenaje que le muestra a él sentado en lo alto de una columna, acompañado de su famoso personaje. Tiene la siguiente inscripción "Una estrella brillaba ya y yo la contemplaba". El monumento está en la calle Saint-Exupéry porque él nació en el número 8 de la misma. En la puerta hay una placa que dice "Ici est né Antoine de Saint-Exupéry le 29 juin 1900".
La plaza es muy grande, tanto que puede resultar algo desangelada. Allí se encuentra también la oficina de turismo.
Desde Bellecour se pueden ver a lo alto la Basilica de Notre-Dame de Fourvière y la Tour métallique de Fourvière.
Al lado de la plaza vemos una torre alta con una cruz. Se trata del campanario del antiguo hospital de la Caridad (Charité). El hospital Charité fue creado en 1617 y ampliado en el siglo XVIII con el objetivo de ayudar a la población más pobre de la región. El campanario actual sustituye al campanario original en 1666. Los planos del campanario se atribuyen al arquitecto Le Bernin. En ese hospital muchas madres hacían sonar un timbre después de meter a sus bebés en un torno de madera. Las monjas los recogían. El hospital cayó en desuso y se destruyó en 1934. En su lugar se hizo una plaza.
Seguimos camino por la Rue Republique, llena de tiendas y locales de restauración. Un precioso edificio nos llama la atención. Se trata de la Bolsa. En 1853 se decidió la construcción del Palais du Commerce. Debía albergar un museo del arte y la industria, tiendas, la compañía de corredores de seda y mercancías, así como la cámara de comercio y el tribunal de comercio. El edificio fue inaugurado por Napoleón III y la emperatriz Eugenia el 25 de agosto de 1860.
Fue saliendo de este edificio, el 24 de junio de 1894, donde fue asesinado el presidente de la República Sadi Carnot por el anarquista Sante Geronimo Caserio, bajo las ventanas que dan a la Rue de la République. En el punto exacto hay un pavimento de color rojo en el suelo y una placa conmemorativa en el muro.
La decoración es extraordinaria. Hay estatuas de la Justicia, la Templanza, la Agricultura, el Comercio y la Industria y un reloj en el cuerpo central.
Cerca está la Iglesia de San Bonaventura, en la Plaza de Cordeliers. Se construyó para el convento de los Cordeliers. La iglesia fue construida en solo dos años, entre 1325 y 1327. Albergaba los restos de Jacques de Grolée, arquitecto que la hizo y nieto del senescal que la autorizó, muerto el 4 de mayo de 1327. La iglesia fue consagrada el 18 de septiembre de 1328 por el arzobispo de Lyon, Pierre IV de Saboya, con el nombre de San Francisco de Asís .
Seguimos la calle. Llegamos a la plaza Comédie. Allí vemos la parte trasera del ayuntamiento, la Ópera y una plaza rara y con poca gracia. A dos pasos está el paseo del Ródano. Lo más destacado es la Ópera. El edificio original fue inaugurado en 1831, sustituyendo a otro del siglo XVIII que se había quedado pequeño. El arquitecto fue Jacques-Germain Soufflot, creador del Panteón de París. Entre 1985 y 1993 el arquitecto Jean Nouvel realizó el rediseño del edificio. Solo se quedó con las fachadas y el vestíbulo público. Añadió una cúpula esférica acristalada que es lo que más llama la atención. La excavación de un sótano le permitió triplicar el espacio, haciendo 5 niveles en el sótano y elevando 6 niveles bajo la cúpula de vidrio. La cáscara, una estructura de metal, tiene 77.100 m3. Además del vidrio, los materiales utilizados son el granito y la madera. Su capacidad es de 1.200 asientos y el anfiteatro tiene 200 asientos. Quizás otro detalle a destacar es que la fachada original tenía las imágenes de las nueve musas. Nouvel prescinde de Urania para darle armonía al conjunto. A mí esto no me parece bien. Si las musas eran nueve, eran nueve y no ocho.

Seguimos hacia la Plaza Terreaux para ver el Ayuntamiento.
La plaza tiene una superficie de 7000 m². Se construyó hacia 1625 en las antiguas acequias de las fortificaciones de Lanterne. Fue utilizada como lugar de ejecuciones y como mercado de cerdos. "Terreaux" significa barro, tierra de terraplén. En época romana éste era un terreno fangoso cortado por grandes acequias. Este terreno se convirtió en una plaza pública pavimentada a partir del siglo XVII. La plaza limita al este con el Ayuntamiento, al sur con el Museo de Bellas Artes y al norte con una hilera de edificios que marcan el inicio de las pendientes de la Croix-Rousse. La plaza es el centro del distrito de Presqu'ile, que extiende desde el pie de la colina Croix Rousse hasta la confluencia de los ríos Ródano y Saona.
El Ayuntamiento de Lyon se construyó entre 1645 y 1651. En 1674 se incendió y tuvo que ser restaurado. Su fachada fue diseñada por el afamado arquitecto Jules Hardouin-Mansart y su discípulo Robert de Cotte. En 1792, durante la Revolución Francesa, el relieve de Luis XIV a caballo en el medio de la fachada fue retirado. Durante la Restauración se puso otra estatua ecuestre, esta vez de Enrique IV, que es la que vemos ahora.

En el centro de la plaza, frente al ayuntamiento, el 22 de septiembre de 1891 se inauguró una fuente alegórica del Garona realizada por Bartholdi, el autor de la Estatua de la Libertad. Encargada en un primer momento por el consejo municipal de Burdeos en 1857, el grupo escultórico denominado «Carro triunfal del Garona» representa al Garona y sus cuatro afluentes, simbolizados por una mujer que dirige una cuadriga, desembocando en el océano. Bartholdi, ganador de ese concurso público, solo tenía 23 años por aquel entonces. Se inspiró para su obra en la Fuente de Apolo de Versalles.
No se vuelve a saber nada de Burdeos.
Después de la presentación exitosa de la Estatua de la Libertad en Nueva York, a Burdeos les vuelve a interesar aquel proyecto que 30 años atrás ignoraron. Tras la Exposición Universal de París de 1889, el monumento, que se había hecho demasiado caro para Burdeos, fue comprado en 1890 por el alcalde de Lyon, Antoine Gailleton.
La fuente pesa 360 toneladas y tiene 21 toneladas de plomo. Está constituida por dos estanques y un grupo escultórico. Está sostenida por una estructura de hierro sobre la que habría trabajado Gustave Eiffel. Mide 4,85 m de alto y su diámetro total es de 15 m. El grupo está formado por una mujer y dos hijos niños pequeños en un carro tirado por cuatro caballos. Ella representa a Francia (Marianne) y los cuatro caballos son ríos franceses.
El Museo de Bellas artes, que estaba cerrado y no visitamos, ocupa el antiguo Palais Saint-Pierre, un antiguo convento de los siglos XVII-XVIII. Se inauguró en 1801, por lo que es uno de los más antiguos del país. Entre sus pinturas destacables figuran la Dánae de Tintoretto y un San Francisco de Zurbarán. El museo alberga colecciones de pinturas, esculturas, antigüedades (egipcias, griegas, romanas, etruscas y de Europa del Este), objetos de arte, monedas y medallas, dibujos y grabados.
Seguimos hasta alcanzar el río Saona. Vemos la Gare St. Paul, hoy con poco uso. Nos adentramos en el barrio del Viejo Lyon, donde vemos muchos bouchons. En el siglo XIX, unas cocineras modestas, que se habían establecido por su cuenta, preparaban unos platos sencillos y generosos. Su lema era: todo se aprovecha. Así, utilizaban trozos de carne como el morcillo o la pechuga, considerados menos nobles que los filetes. Entre las más conocidas figuran la Madre Fillioux, célebre por su ave trufada, o la Madre Brazier, que aprendió con la primera antes de lanzar su propio restaurante y convertirse en la primera mujer en obtener dos veces tres estrellas Michelin. El nombre de estos establecimientos viene de la antigua costumbre de poner una figura de paja con forma de boca (bouche idioma francés) a la puerta de los establecimientos donde se servía vino.
También vimos por primera vez la catedral, a la que volveríamos al día siguiente. Me reservo su explicación para la etapa siguiente.

En una de las casas del Viejo Lyon vivió el inventor del guiñol. Laurent Mourguet se hizo popular por extirpar dientes y muelas a sus vecinos sin coste alguno. A cambio de esta buena obra, ganaba clientes a los que vender sus ungüentos y pócimas. En aquel tiempo el instrumental era escaso y la anestesia inexistente. Así que Mourguet se las ingenió para buscar un modo de entretener a sus pacientes y que estos se olvidaran del dolor. Y se le ocurrió montar una especie de teatro en la sala de espera. Usaba unos cuantos títeres, que se cogían por la parte inferior, como si fueran guantes. Y montaba el show... con tanto éxito que empezó a ir gente solo para ver la representación. Uno de los personajes fijos de estas representaciones era Guignol. Se trataba de un humilde joven, cuyas correrías divertían mucho a los asistentes. Al protagonista solía acompañarle su mujer, Madelon, y su amigo Gnafron. El entretenimiento ha perdurado y hoy sigue siendo muy popular. En el barrio hay un monumento a Mourguet, acompañado de Guignol.

Damos un paseo por el casco antiguo de la ciudad que al día siguiente volveremos a hacer con mayor detenimiento.
Lyon tiene varios puentes que atraviesan el Saona. Como de un tiempo a esta parte tengo la sensación de vértigo muy acentuada, no me apetecía mucho pasar por la roja y más abierta pasarela Saint Georges así que nos decantamos por el Puente Bonaparte, de piedra.