50 sombras del verde en Suiza y Alemania ✏️ Blogs de Suiza

Tras un buen desayuno, volvimos a pasear por las calles de Chur, que además es día de mercado, y los puestos inundan sus calles.



Aprovechamos para comprar pan recién hecho y algunos manjares más para la comida y nos encaminamos a Maienfeld... siiii, nos vamos a ver a Heidi

Seré sincera, moría de ganas de ir a la casa de Heidi, para qué engañarnos. Fueron los dibujos por excelencia de mi infancia, y después de tantos años veraneando en Suiza, lo suyo era visitar la zona. Y esta era la ocasión puesto que nuestra ruta pasaba muy muy cerca.
Heidi goza ya de unos estupendos 138 años nada menos, y es la obra más leída de la literatura suiza. Hasta una enfermedad lleva su nombre: "El Síndrome de Heidi", para hacer alusión al trastorno de déficit de naturaleza. Además el merchandaising que hay detrás de Heidi es inabarcable.

Para llegar ponemos el navegador a MAIENFELD, y ya encontramos multitud de carteles marrones que indican HEIDIDORF. Había leido que había un parking muy grande junto al Hotel Restaurante Heidihof, pero nosotros encontramos uno chiquitito en mitad de unos prados en el que había sombra y allí lo dejamos. Estábamos a 10 minutos caminando de la casa de Heidi, y las enormes y verdes praderas anunciaban que sería como en la serie.


Los tickets se adquieren en la tienda, y te avisan de que solo se puede entrar una vez en cada casa, puedes dedicar el tiempo que quieras a verlas, pero solo una vez. El horario es de 10 a 17h.
Han recreado la casa donde Heidi y el abuelo pasaban el invierno, la casa de los Alpes, por supuesto; la escuela, el ayuntamiento, y una zona de animales, además de la tienda.
El precio fue de 13,90chf.- adultos y 5,90 para los niños. Te dan los tickets y los pasas por una máquina a la entrada de cada casa quedando registrada tu visita.

Como acababan de abrir estábamos solos y subimos en primer lugar a la Casa de los Alpes, la más famosa y la más solicitada, pensamos. Y no nos equivocamos.
La casa es tal cual en la serie, salvo algun detalle como la zona de trabajo del abuelo, pero me emocionó un montón, todo era tal y como lo recordaba. Hasta la comida parecía de verdad!
Y poder visitarla sin nadie más, un privilegio, tomando nuestro tiempo para descubrir todos los detalles. Momento fotos:








Cuando nos dispusimos a bajar a la casa de invierno ya subían varias familias a la cabaña de los Alpes, hicimos lo correcto.
La residencia de invierno también está fenomenal. Es menos conocida porque en la serie no salía tanto, pero igualmente nos encantó. No faltaba detalle, la habitación de Heidi, sus juguetes, su ropita...




A continuación visitamos el ayuntamiento y la escuela y finalizamos con la zona de los animales, donde los peques podían entrar y tocar las cabras, las gallinas, incluso darles de comer (alli te venden las bolsitas)




Finalizamos la visita en la tienda de recuerdos, escribiendo unas postales y enviándolas desde allí. Te dejan colocarles el sello de Heidi, y la oficina postal de Maienfeld, que por cierto es la más pequeña de todo Suiza después te coloca un sello especial.


Cuando nos íbamos estaban todas las casas con muchísima gente, sobre todo turismo nacional, apenas encontrabas coches con matrículas extranjeras.

El siguiente destino era la zona de APPENZELL, intentamos hacer el Fälensee, un lago espectacular que habíamos descubierto en fotos, pero la ruta duraba más de 2horas solo la ida, y ya habíamos pasado gran parte de la mañana en Heidiland.
Así que comimos en una pradera, dimos un paseo por la zona de aproximadamente un par de horas y nos dirigimos a otro de los must en Suiza y en mi lista en concreto. Un sueño: ÄSCHER.
Y es que quién no ha visto alguna vez en internet esta foto cuando googleas Suiza?


Para llegar al Berggasthaus Äscher, hay que desplazarse hasta la zona de Appenzell, y más concretamente a Wasserauen, de donde parte el teleférico. También puedes llegar hasta Äscher a pie desde Wasserauen y Schwende, cuesta arriba, pero desconozco la distancia, además que a las horas que llegamos deshechamos cualquier ruta que pasase del par de horas.
Pagamos 31chf.- cada adulto, y 12 Hugo. Con la emoción del día casi despejado, y las ganas de subir, olvidamos la cámara reflex...error, así que tuvimos que conformarnos con guardar las imágenes en la retina y los móviles...
El teleférico sube hasta Ebenalp, y nada más salir ya se parecia la grandiosidad del Bodensee (Lago Constanza)

Desde allí hay alrededor de tres cuartos de hora de bajada más o menos hasta el hotel-restaurante Äscher, tuvimos que parar porque había tramos con muchísima gente y esperábamos a que fuesen pasando, ya que es un sendero estrecho.
La ruta es muy bonita y sencilla a pesar del desnivel.
Atraviesas una cueva a través de unas escaleras, repletas de torres de piedras, está oscura y apenas se ve con unas pequeñas luces colocadas estratégicamente, pero la vista se acostumbra rápido, y a los niños les encanta.

A la salida de la cueva hay una cabaña que alberga fotos de los primeros años de la ruta, cuando el Äscher sólo era un refugio de montaña, y de las rocas y minerales que abundan en la zona.

Antes de alcanzar el objetivo encontramos la Wildkirche, una pequeña capilla metida en una cueva.


Y ahora sí, por fin, sigues bajando y de repente al girar una curva aparece el Äscher...un hotel-restaurante literalmente empotrado en la roca de la montaña, que conserva la misma fachada desde 1860. Dicen que en las numerosas cuevas existentes en la montaña vivían hombres salvajes que ayudaban a los montañeros y lecheros alpinos.

Han habilitado un anexo donde poder pasar la noche por 138chf.-, incluyendo vino de bienvenida y desayuno. Para usar el baño debes ir al propio restaurante. Y para el momento ducha aconsejan que bajes al Seealpsee, un lago que está a media hora a pie.


Me sentí muy feliz y afortunada por poder estar allí, primero por la situación tan complicada que se había vivido durante todo el año en nuestro país, las miles de víctimas...; y segundo por el sitio en sí, porque es idílico. Aunque he de decir, que tuvimos que esperar cola para hacer la foto..imaginad como estaba aquello de gente...que eso, no sale en las fotos. También es cierto que era sábado, es posible que un lunes haya menos gente.
Intentamos, sin éxito, buscar una mesa y tomarnos una cervecita pero fue imposible. Estaba masificado. Así que nos alejamos un poco, pedimos unos helados y nos los tomamos con las vistas del valle, que también estaban muy bien. Como véis, no simpre conseguimos evitar las hordas de gente.

Deshicimos de nuevo el camino, esta vez cuesta arriba hasta llegar de nuevo a Ebenalp, y coger el teleférico. Abajo aprovechamos para meter los pies en el pequeño río que cruza Wasserauen y dimos por finalizada la aventura. Toca cruzar a Alemania y buscar donde dormir...

Cruzar la frontera con Austria, y posteriormente con Alemania no supuso mayor problema que una buena caravana...Fuimos directos a buscar áreas en la zona de Lindau, y las que eran públicas o estaban alejadas o no disponían de baños, así que nos decantamos por una privada.
¿En qué consistía? Bueno pues es una extensión de terrenos privados con un restaurante, y solo por el hecho de cenar en él, te dejan pasar la noche en sus praderas. Así de fácil. Ah, y te dejan usar los baños del restaurante. De hecho tienen unos fuera para cuando cierran.

Elegimos la de Wangen im Allgäu, cerca de Lindau, que alberga el restaurante Weinstadl Rimmele Gastronomie, que tiene un biergarten fabuloso y que no fue nada caro. La dirección exacta es 1 Humbrechts, hay que tener cuidado porque el desvío está en medio de la carretera y es fácil pasárselo.
Al llegar le comunicamos al camarero nuestro deseo de pasar la noche con la furgo y nos dijo que eligiésemos la zona que deseáramos. Cenamos de maravilla unas delicias alemanas. Y pagamos 50 euros por los 3, con bebidas incluídas. Me encantan los biergarten...y tenía muchísimas ganas de disfrutar de Alemania en verano, porque aunque la visitamos todos los años, siempre lo hacemos en Navidad y es una costumbre alemana que te pierdes en esa época.

La noche transcurrió tranquila, y pasada por agua.

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Por suerte la lluvia cesaba, recogimos furgo, desayuno ligero y rumbo a LINDAU.

Había leido de Lindau que era una pequeña isla solo comunicada con Alemania por un puente y un viaducto. Pero desconocía su belleza.
Se visita rápido puesto que solo tiene 1200m de largo, pero tiene varios must que visitar. Los más importantes la Plaza del Mercado, la Maximilianstrasse y por supuesto, el Puerto.
Aparcamos antes de cruzar el puente en un gran parking de pago, era pronto y había poco moviento. Nada más cruzarlo nos sorprendieron sus fabulosos jardines.
Recorrimos la Maximilianstrasse, tomamos un café en una de sus muchas cafeterías (debías proporcionar nombre, apellidos, dni y número de teléfono, como medida de control de covid), visitamos el Rathaus, la Plaza del Mercado, el Puerto con su imponente león (simbolizando la espléndida actividad comercial de Lindau) y volvimos bordeando toda la isla e intentando esquivar gente sin mascarilla que se multiplicaba según avanzaba la mañana. Os dejo unas fotos:


El siguiente punto de la ruta de hoy era FRIEDRICHSHAFEN. Compramos pan y comimos en uno de sus inmensos parques con vistas al Bodensee.
Ya desde allí se aprecia la gran Moleturm o Torre del Embarcadero, con sus 6 pisos, y con las escaleras como única forma de acceso a la plataforma superior para disfrutar de unas maravillosas vistas a 22 metros de altura.
Friedrichshafen también es conocido por su famoso museo del Zeppelin, pero nosotros no lo visitamos.




La tormenta nos sorprendió y decidimos empezar a subir hacia Nuremberg, y para que el camino no fuera tan largo, hicimos una breve parada en ULM.
Esta ciudad alemana ya me indicaba tres motivos por los que estaba seguro que me iba a enamorar: Danubio, Catedral y Einstein...tenía todos los ingredientes para ser un acierto seguro, y así fue.
Posee con su Altstadt precioso, un romántico paseo junto al Danubio y un encantador Barrio de los Pescadores.
El río Danubio divide a la ciudad en dos, la ciudad nueva y la vieja; nosotros solo visitamos esta última.

El primer lugar al que nos dirigimos fue, lógicamente, la Catedral, en la Marktplatz, la conocida como "Dedo de Dios", con sus más de 161 metros de altura....y es que no había forma de sacarla entera en una foto desde la plaza. Una pena que estuviera en obras... Realmente no es Catedral, ya que ningún obispo residió en ella, pero todo el mundo se dirige a ella como Catedral, supongo que debido a su gran tamaño.
Desistimos de subir sus 768 escalones hasta la aguja ya que iban a ser demasiados para Hugo, y queríamos ver otros barrios de la ciudad, pero para el que ose subirlos, las vistas desde arriba seguro que merecen el esfuerzo.
Ante la prohibición de Carlos IV de entrar en sus dominios amurallados de la ciudad de Ulm, sus habitantes decidieron levantar una catedral propia, y así rivalizar con la torre de la Catedral de Colonia, eternos contrincantes debido a sus rutas comerciales, consiguiendo ganarles en altura.

También leí sobre Ulm una leyenda que hace referencia a que cuando se construía la catedral los constructores no consiguieron meter una viga demasiado larga (y a lo ancho) por las puertas de la muralla. Viendo cómo un gorrión atravesaba un espacio estrecho con una paja alargada girándola en sentido longitudinal, los hombres vieron la luz y consigueron pasar la viga sin tener que derribar parte de la muralla. Desde entonces el gorrión es un símbolo de la ciudad que está presente en forma de estatuilla en muchos de sus rincones.

Como os decía el Barrio de los Pescadores y Curtidores es otra de las zonas que enamoran de Ulm. Está muy cerquita de la catedral, así que lo mejor es dejarse llevar por el entramado de calles y casas, a cual más bonita, con pequeños canales, terrazas con bonitas flores y puentes medievales...me la apunto para unas Navidades porque tiene que ser más bonito si cabe en esas fechas. Venga que van las fotos:









Nos hubiera encantado dedicarle a Ulm un día más, pero el itinerario mandaba, mañana teníamos las entradas para el PLAYMOBIL FUN PARK, y debíamos llegar a lo largo de la tarde para hacer noche a sus puertas.

De camino a Nuremberg, paramos a cenar en el Land Restaurant Am Zenngrund, en Obernnzenn, a media hora del parque de Playmobil. Estaba especializado en cocina alemana y pizzas y cenamos de maravilla. Además por dentro era precioso. Fue barato y con una atención espléndida. Y por supuesto, al entrar, debes dejar tus datos y teléfono, para localizarte en caso de rebrote de covid.

Llegamos al área para caravanas de PLAYMOBIL FUN PARK ya de noche, y con Hugo dormido, mejor. Él no sabía que ese era el destino, se trataba de una sopresa como recompensa por el buen confinamiento que había hecho, por haber pasado un mes de julio luchando con su fisio para plantarle cara a las consecuencias de esos meses, y por haber obtenido unas estupendas notas en el cole. Es un loco de los famosos cliks y pensamos que ese podría ser el mejor premio. La noche fue muy muy tranquila, solo compartimos el parking con 3 autocaravanas más.

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Cuando despertamos Hugo seguía sin saber donde estábamos exactamente, y es que si no te fijas en los carteles, dirías que estás en un área de caravanas sin más.
Al dejar el área ya vio un par de indicaciones y sus ojos empezaron a abrirse de par en par. Aparcamos casi en la puerta y al bajarse solo dijo: EL MEJOR DÍA DE MI VIDA.


Aún faltaban 20 minutos para que abriese PLAYMOBIL FUN PARK y la cola ya era considerable.
Los tickets los sacamos en su web unos días antes, no se pueden sacar en taquilla, hay que tenerlo en cuenta.
Al ser lunes pensamos que habría poca gente, pero nos equivocamos, y de qué manera. Menos mal que entramos pronto y pudimos recorrer y subir a casi todo.
Lo primero que leeréis en google cuando busquéis Playmobil Fun Park es que no es un parque de atracciones, exacto. Es un parque por y para jugar, allí se va a eso, a jugar.
¿Edades? pues yo diría que hasta 9-10 años, pueden divertirse más mayores? pues claro! pero gran parte de las recreaciones de playmobil son para niños más pequeños y que disfruten peinando crines de caballo de mentira, subiendo a tractores y vehículos propios de estos muñecos, ...Mi hijo, a sus casi 9 años, salió maravillado, y eso que él no pudo subir en muchas de las atracciones debido a su miopatía (rocódromo, cuerdas de escalada, bicis..). En otras, el adulto debe acompañar al menor, así que al final el disfrute es para toda la familia.

Debo decir que con la normativa covid el parque es diferente a otros años. No es que yo lo haya visitado anteriormente y pueda comparar, pero sí encontramos en el protocolo covid los cambios.
Por ejemplo, y el más significativo es que toda la zona interior, la llamada Hob Center y la escalada cubierta están cerrados. A simple vista parece insignificante, pero en el Hob Center hay un castillo medieval, otro de princesas, entre otros atractivos, y estaba lleno de playmobils para jugar el tiempo que quisieran, y si además te pilla un rato de lluvia era el refugio perfecto.

El acceso al barco pirata está limitado por aforo, con lo cual se formaban grandes colas. Consejo importante: es el primer sitio a visitar, nosotros así lo hicimos y triunfamos.

La búsqueda de tesoros que se pueden llevar a casa antes estaban en la vieja mina y en la zona de sirenas. Ahora se sigue manteniendo la de la vieja mina pero la segunda ha sido sustuida por la zona de los piratas. Otro consejo:priorizad esta zona en vuestra lista. Fuimos después de entrar en el barco, y Hugo reclutó todo tipo de monedas, piedras preciosas, otras de oro... volvimos a media mañana y alucinamos porque no quedaba absolutamente nada, ya podías estar horas con el tamiz que no encontrabas ni una sola monedita.

Y otro cambio importante, solo hay playmobils para jugar en la zona de agua, y por aquello de que están continuamente mojados, y supuestamente es más difícil que el virus perdure. Así que también fue una zona masificada, porque también está el aforo limitado y porque jugar con todo tipo de barcos, lanchas, y muñecos en el agua es muy atractivo. Aquí nos tocó esperar la cola, no pudimos acertar en todo...

Dicho esto, a pesar de ser lunes, a mediodía el parque estaba masificado; pocas o ninguna mascarilla y colas muy importantes para acceder a los principales atractivos: dinosaurios, barco, bicis de policía...que sumados a la distancia de seguridad convertían las colas en kilométricas. Es cierto que era un veintitantos de julio, temporada alta.
Aún así, puedo decir que disfrutamos, y el objetivo que era sorprender a Hugo y que pasase un día inolvidable lo conseguimos.
Os dejo algunas fotos:








En los baños hay secadoras, por si perdéis el equilibrio en las barcas o se pasan con el agua en la zona de sirenas. A nosotros nos hizo un calor infernal, pero si os toca fresquito seguro que se agradecen.
La zona de restauración también fue objeto de disfrute: pagas fianza por cada utensilio de comidad (plato, vaso, bowl) y luego decides lo que te quedas y lo que devuelves y en función de eso recuperas más o menos dinero. Nosotros nos quedamos con el vaso y el bowl, el plato estaba muy rayado.
Con el menú infantil te regalan un sobre sorpresa con un playmobil, los menús son baratos tanto los infantiles como los de los adultos y la calidad es bastante buena para ser un parque temático.
Avispas: hay cientos, pero es cierto que deben estar acostumbradas a la gente porque aparentemente solo asustan al verlas revolotear.

Ni que decir tiene que la parada en la tienda, al salir, es obligatoria, los precios son bastante buenos y tienes desde pequeños detalles a las grandes cajas que todos conocemos.
Hicimos algunas compras y nos fuimos a NUREMBERG, la ciudad con múltiples opciones para cualquier viajero, y es que su historia comienza en el siglo XI y continúa hasta los tiempos de la Alemania nazi.
En esta ocasión encontramos un chollazo en el Nh Collection Nürnberg, que por 70 euros nos ofrecía sus 4 estrellas superior con una habitación triple inmensa, parking y a escasos 10 minutos a pie de su Altstdt. Todo un acierto, por no hablar del desayuno...exquisito, todo individualizado y herméticamente cerrado como medida anti covid.

Nos damos una ducha después del día tan caluroso que habíamos pasado en el parque Playmobil y nos vamos a patear Nuremberg.
Como os decía su historia se remonta cerca del siglo XI y es que durante varios siglos custodió las joyas del Sacro Imperio Romano, y quizá por esa importancia Hitler decidió muchos años después que haría de ella una de las ciudades más importantes de su Reich.
Por eso construyeron allí una especie de réplica del Colisseo romano en el que celebrar sus congresos del Partido Nazi. Y por eso también, poco más tarde, Núremberg fue destrozada por los bombardeos del bando Aliado.
Quedó reducida a nada. El 90% de la ciudad quedó derruida y alrededor de 100 mil personas se quedaron sin hogar. Sin embargo, al terminar la guerra fue allí donde se celebró el juicio contra algunos de los líderes nazis.
Y a partir de entonces, comenzó la reconstrucción de la ciudad. Y es que es tan fidedigna que es casi imposible distinguirla hoy en día, de hecho, muchas de las piedras de sus murallas son negras porque las reutilizaron tras los incendios provocados por los bombardeos.

5km de muralla y de foso nos daban la bienvenida al Atlstadt. Lo primero que encontramos fue la Puerta del Rey, Kögnistor, que da paso al Patio de los Artesanos (Handwerkerhof), y supimos al instante que Nuremberg nos iba a ganar el corazón. Una maravilla de barrio con calles estrechas, casas de entramado, pequeños comercios y románticos restaurantes hicieron el resto.



Continuamos por la Kögnigstrasse hasta llegar al río Pegnitz, que divide la ciudad en dos. Y llegamos hasta la Plaza del Mercado, la Hauptmarkt. Compramos unos helados en una de sus muchas heladerías y continuamos caminando y deleitándonos con la ciudad medieval. Cada día se instala en esta plaza un mercado de frutas, flores y especias, pero cuando llegamos nosotros ya estaban cerrando. También había instalada una feria que también empezaban a desmontar.
A continuación os pongo una foto de la Fuente Hermosa, que posee en su verja dos anillos. La leyenda dice que si se gira el “anillo” dorado mientras se pide un deseo, este se cumplirá. El otro anillo, el negro, da buena suerte a las mujeres con niños.



El último rato de la tarde lo dedicaríamos a visitar el Castillo y del barrio de San Sebaldo, que tiene unas casas preciosas y es punto de encuentro de la gente joven de la zona. También allí se ubica la casa de Durero, cerrada a esas horas, pero de la que dicen que merecen mucho la pena sus visitas guiadas, incluso con niños.
El Kaiserburg domina la ciudad de Nuremberg, pero a finales de Julio lo encontramos cerrado por obras, así que no se podía visitar.
Deshicimos el camino agotados después de un día tan intenso y nos retiramos a descansar, mñana continuaríamos descubriendo Nuremberg...

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