![]() ![]() Cuando Macedonia era todavía Macedonia ✏️ Blogs de Macedonia
Un viaje sin planes de una semana por el oeste de Macedonia del Norte. Recorriendo Skopje, Bitola, Ohrid y Tetovo.Autor: FranARG Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.4 (5 Votos) Índice del Diario: Cuando Macedonia era todavía Macedonia
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Etapas 7 a 9, total 9
Es hora de partir hacia la verdadera joya turística del país: la ciudad de Ohrid y sus monasterios. Pero antes todavía me quedan unos minutos en Skopje así que aprovecho para visitar un último monumento: Kapan Han. Había ido la noche anterior, pero al estar bastante oscuro era complicado poder explorarlo. Con las primeras luces de la mañanan decidió salir con mi valija de vuelta a probar suerte y descubrir este caravanserai. ¿Qué significa esto? Es uno de los antecedentes de los modernos hoteles o hostels, es decir grandes construcciones dedicadas a dar alojamiento a los viajeros en sus recorridas. En esos tiempos no existía el turismo así que los usuarios eran partes de las grandes caravanas comerciales que unían Oriente con Occidente. Fueron en estos lugares que los avances y conocimientos de las civilizaciones se ponían en común y las sociedades se iban desarrollando. La mayoría se ubican en Medio Oriente y Turquía ya que son típicas del Imperio Turco, pero también hay ejemplos en los Balcanes.
Skopje tiene tres Caravanserais todavía en pie. Uno estaba en refacción y el segundo era sede de una Universidad así que la opción era obvia. Kapan Han es el más fácil de visitar ya que en la actualidad es un restaurant tradicional de la ciudad con su show folclórico incluido. En la mañana el restaurant no funciona, pero si se puede entrar y ver la estructura. El Caravanserai funcionaba como un pequeño fuerte, obviamente es de una época convulsa en donde los asedios e invasiones eran moneda frecuente. Es por eso que la estructura es cuadrada, de muros fuertes, con pocas ventanas exteriores y puertas gruesas. Pero al pasar por el arco de entrada el panorama sorprende. Todo gira alrededor de un gran patio arbolado. A su alrededor una galería de madera techada comunica todas las habitaciones. Una escalera de madera oscura también permite subir a la planta superior y su balconada tiene unas vistas increíbles del patio. Ahora si voy con mi valija me dirijo otra vez a la modernista estación de autobuses de Skopje. Compro un ticket y me subo en otra mini van en dirección a Ohrid. El viaje dura algunas horas y aunque la van va extremadamente lenta la ruta cruza por una serie de montañas. El paisaje surca bosques verdes mientras sube y baja por las cumbres del oeste del país. Obviamente tenemos que hacer una parada en un pueblo pequeño para estirar las piernas e ir al baño. El viaje prosigue después de que todos asaltáramos el pequeño bar del pueblo. La van se llena de olor a comida y al cabo de unos minutos caemos todos dormidos. Nadie se da cuenta que ingresamos a Ohrid y para cuando nos despertamos la van se está estacionando en la Terminal de autobuses. Llegamos a la perla de Macedonia del Norte. Ohrid es la octava ciudad en tamaño dentro del país, pero a nivel cultural, histórico y simbólico es una de las principales del país. Se encuentra en la esquina suroccidental del país orillas del lago del mismo nombre. Su origen se remonta a la época de Filipo II, padre de Alejandro Magno, y fue durante la época romana una parada importante en el camino hacia Bizancio. Durante la época medieval se convirtió en capital del Primer Imperio Búlgaro y fue adquiriendo cada vez más importancia no solo en el plano político sino cultural y religioso. ![]() Ohrid se empieza a poblar de Iglesias y Monasterios lo que la convierte en la “Jerusalén de los Balcanes”, el faro religioso de la región llegando a tener más de 365 edificios religiosos. Como toda la historia normacedonia la época medieval es una lucha constante por sobrevivir entre varios imperios. Bizantinos, serbios, albaneses, y búlgaros se la disputan alternando periodos de crecimiento con épocas oscuras. Finalmente, los otomanos conquistan la zona y la ciudad pierde su poder al caer la influencia del cristianismo en la zona. Pero su ubicación geográfica la salva y se convierte en un nudo comercial con el que Ohrid desarrolla una imagen más moderna y menos religiosa. El siglo XX tampoco va a ser pacífico y tras la expulsión de los otomanos la ciudad seguirá siendo disputada por los Imperios de la zona. Los búlgaros que la consideran una de sus capitales históricas la van a invadir en cada una de las Guerras Mundiales para incorporarlas a su territorio. Finalmente se incorpora a la extinta Yugoslavia dándole un poco de estabilidad a la ciudad. En 1979 en la tercera sesión de la UNESCO se designa el entorno Natural y Cultural del Lago Ohrid Patrimonio de la Humanidad y la ciudad se convierte en un centro vacacional de la antigua Yugoslavia. Se empieza su restauración y cuidado lo que lleva a la ampliación de esta denominación en dos oportunidades. Después de cruzar toda la ciudad con mi valija logro encontrar el pequeño hostel que había elegido. Tengo suerte porque está en la principal calle peatonal de la ciudad en el límite entre la zona antigua y la moderna. No tengo ningún mapa de la ciudad y salvo dos o tres lugares no sé muy bien que debo visitar, pero lo primero que quiero ver es el lago. Viví toda mi vida enfrente del mar, y no de cualquier mar. El océano atlántico es fuerte, frio e incluso violento casi indomable; por eso siempre me llamaron la atención los lagos, con su agua calma como un espejo. La tranquilidad que me da esa superficie lisa, plana y pacífica es algo que siempre me hipnotiza. Para eso me dirijo hacia el pequeño puerto y comienzo a caminar hacia el final de la escollera. ![]() A lo largo de la historia la ciudad fue conociendo periodos de crecimientos y de pobreza y eso se puede ver en algunas partes de la ciudad, Especialmente en las casas. Cuanto más rica era la familia más plantas tiene su vivienda. La planta baja solía ser el almacén o las habitaciones de servicio mientras que las superiores eran para el resto de la familia en donde el aire corría con mayor facilidad en los días de calor extremo. Las plantas superiores son un poco más anchas y es por eso que en el exterior se ven algunas vigas de madera que soportan el peso de los pisos La influencia búlgara se nota muchísimo y parece una extensión de algunas ciudades como Plodvid o Veliko Tarnovo. Macedonia del Norte es un mestizaje de culturas que se experimenta en distintas formas. ![]() Continuo el camino en búsqueda de quizás la escena más impresionante de Ohrid: la iglesia de San Juan Kaneo. Este templo del que no se sabe exactamente su antigüedad es quizás uno de los lugares que más quería visitar de Macedonia del Norte. Emplazado en la cima de un pequeño acantilado el templo tiene vistas a todo el lago y es de todas las iglesias de Ohrid quizás la más famosa por el escenario donde está situado. Tanto que es quízas una de las imágenes más icónica de Macedonia del Norte. Su origen es un misterio aunque es probable que este situado en la época del Imperio Búlgaro durante la época medieval, antes de la llegada de los otomanos. Debe su nombre a una pequeña aldea llamada Kaneo que termino fusionándose con Ohrid. El pequeño templo fue creciendo en importancia a través de los siglos y ha sobrevivo a la convulsa histórica balcánica sin casi daños lo cual es prácticamente un milagro. Desde 1979 como algunas partes de la ciudad vieja es Patrimonio de la Humanidad por ser parte de la influencia bizantina en Europa. ¿Pero porque quería visitar este templo antes que nada? Como dije al principio de la introducción hubo una película que me marco desde el momento que la vi: Pred Dozdot o en español “Antes de la lluvia”. Quizás es un poco vieja para algunos (1994) pero creo que si hay alguna duda de visitar esta tierra tienen que mirar esta película. Pese a que tienen una parte filmada en Londres está llena de planos increíbles de las cumbres y valles de Macedonia. Imágenes ásperas y doradas de una tierra dura pero dulce. Monasterios encerrados entre grandes montañas, iglesias situadas en grandes lagos, pueblos de pastores perdidos de la civilización y el medio el lago Ohrid como mudo testigo. Fue ganadora del Festival de Venecia y nominada a mejor película extranjera en los Oscars. Es una de las cintas más populares del país además por estar filmada en plena época de la Guerra de Yugoslava que, aunque el país no vivo si sufrió algunas de sus consecuencias como oleadas de refugiados. A través de tres historias que se encadenan entre si se habla de las consecuencias del odio y la venganza. La idea de la película es que el tiempo no es una línea sino un circulo que nunca termina de cerrarse y que estamos condenados a repetir nuestros errores. Lo que la película también habla es como el odio se vuelve parte de la sociedad y al pasar de generación en generación termina generando aún más violencia y destrucción. Un círculo del que no podemos salir salvo rompiendo con todo lo establecido y empezar de cero. En una región como los Balcanes, atravesada por el odio y la guerra, resulta casi una quimera y es así que los protagonistas están condenados a repetir eternamente esos errores y continuar con ese camino de sangre y destrucción que heredaron de sus ancestros. Pero esto no es una critica de cine así que vamos a lo que quería contar sin caer en spoilers. La primera historia es un encuentro entre un monje en voto de silencio y una joven albanesa que escapa de su familia. La chica corre entre las montañas en búsqueda de un refugio. De pronto un sacerdote se acerca al joven monje y le dice que es tiempo de ir a rezar. Mientras caminan por un huerto el sacerdote le dice “yo también pensé en mi juventud hacer un voto de silencio, pero esta belleza celestial merece ser comentada” en frente tienen la visión de la Iglesia de San Juan Kameo y el Lago Ohrid iluminados por la luz dorada del atardecer. Esa imagen me acompaño por años y fue como un imán que me atraía lentamente hacia Ohrid sin saber si algún día iba a llegar o no y ahí estaba en el medio de una tarde de primavera, bajando una cuesta al atardecer sin luz dorada, pero con unas nubes oscuras que presagiaban tormenta. Baje por un pequeño bosque hasta llegar a ver la figura del pequeño templo recortándose en el paisaje. ![]() El panorama frente a mí era increíble. La tarde caía sobre el lago. El día soleado dejaba paso a unas nubes pesadas presagiando tormenta. A lo lejos el sol se escondía por las montañas y tenia de dorado la línea del horizonte. Las montañas a la distancia tan azules se fundían con las aguas infinitas del lago. Casi flotando sobre un acantilado estaba la pequeña iglesia de ladrillo. Con una arquitectura austera y casi sencilla, pero soportando en soledad el paso del tiempo. Voy bajando la cuesta rodeado de pinos y arbustos hasta llegar a la iglesia. Contemplo las paredes desgastadas, las plantas que crecen entre las uniones, las pequeñas ventanas. A mi alrededor solo tengo naturaleza: el lago calmo, las montañas a lo lejos y la tormenta a punto de desatarse. Temo entrar y desilusionarse, pero luego de dar algunas vueltas tomo la iniciativa y cruzo la puerta. El interior es bastante oscuro pero se puede contemplar las pinturas que pueblan todas las paredes. No se sabe mucho de su origen (quizás sea búlgaro) pero se siguen conservando en buen estado. La tarde va cayendo lentamente y el cielo se poco cada vez más oscuro. Me siento en el borde del acantilado. Me tomo el tiempo para oler el perfume de los arbustos que me rodean y pensó que es un excelente cierre para mi primer día en Ohrid. ![]() Etapas 7 a 9, total 9
Me levanto híper temprano porque es hora de conocer otra de las grandes joyas del país: Sveti Naum. El complejo se encuentra al sur del lago casi llegando a la frontera con Albania y Grecia. Para ello es necesario darle toda la vuelta al lago y terminar en la parte más sureña del país. El transporte en los Balcanes suele ser lento y ya me terminé acostumbrando y es hora de salir con tiempo si se quiere disfrutar de lugar. Vuelvo a la estación de autobuses y tomo el que se dirige hacia el monasterio. El camino es corto, pero va deteniéndose en muchísimos pueblos y el camino se vuelve largo porque el andar el autobús es bastante lento. Pero la mañana esta empezando, el día esta despejado y la mañana todavía no es calurosa.
Después de un rato llegamos por fin al monasterio. Algunos grupos de turistas también llegan con sus autobuses y guías. Trato de alejarme de la multitud y me acerco a la entrada del monasterio. Sveti Naum es aún más antigua que San Juan Kameo ya que es del siglo X cuando se había fundado el primer Imperio Búlgaro. San Naum fue uno de los discípulos de Cirilo y Metodio los padres del alfabeto cirílico. El emperador búlgaro le ordeno la creación de dos escuelas para la enseñanza del nuevo lenguaje. La primera la estableció en Pliska en la zona oriental de Bulgaria mientras que la segunda fue justamente Ohrid. Naum intento además con esta academia la asimilación de la cultura búlgara en la región hasta su muerte en el año 910. San Naum sigue todavía enterrado en esas tierras y por sus esfuerzos el emperador Clemente lo canonizó y se convirtió en el primer santo nacional. Es por eso que San Naum sigue siendo una figura polémica ya que ambos lo consideran como propio. La iglesia, como todo en este viaje, fue destruido durante las invasiones otomanas y la actual es una reconstrucción de la época medieval. El estilo es bastante similar a otros templos de la zona: ladrillo con ventanas pequeñas, pero con amplios arcos también en ese material. Techos bajos de tejas y un pequeño pórtico en la entrada. El monasterio y sus dependencias se establecieron alrededor de la iglesia protegiéndola de cualquier agresión del exterior. Los alrededores del templo están empedrados y se pueden ver algunos pavos reales. Me llamo mucho la atención y nunca supe bien porque, pero cada vez que los buscaba los encontraba subidos al techo, en alguna ventana o paseándose por el medio del jardín. ![]() Lo único original es la capilla donde se encuentran los restos del santo. La construcción es bastante similar al resto de las iglesias de Ohrid y tiene forma de trébol. En su interior como buen templo ortodoxo está poblado de murales. Lo importante es que en ellos están los primeros registros del cirílico ya que funcionaba para educar sobre la biblia para los pobladores. El interior es aún más oscuro que San Juan Kameo y un poco claustrofóbico sumado al intenso olor a incienso hacen que la visita se vuelva complicada. Encima un grupo de chinos sin pedir permiso se metió al mismo tiempo así que casi era imposible caminar de la cantidad de gente que estábamos adentro. En un costado estaba la tumba de San Naum y la tradición dice que si se hace silencio es posible escuchar el latido de su corazón. Los chinos no deben saber la historia, o quizás no les interesó, así que es imposible probar si es verdad o no. Algunos más creyentes se arrodillan y besan la tumba mientras que otros solo aprovechan para sacar fotos. Después de presentar mis respetos aprovecho para salir. Necesito un poco de aire y tomo un pequeño camino que se pierde en el bosque. La vegetación es exuberante y se complica caminar. Mientras camino veo algunas mariposas e incluso algunas libélulas. Siento a lo lejos el ruido del agua y me acerco a los manantiales de San Naum. El agua es profundamente turquesa, casi transparente y eso es un efecto óptico porque, aunque parezca que el fondo es bajo la profundidad es lo suficientemente importante en algunas zonas para que pasen pequeños barcos. El agua es pura y existe la tradición de beber un poco como parte de la vista. Hace mucho calor y aunque tengo muchas ganas de nadar en el manantial tengo miedo de que sea sagrado o algo así y termine preso ![]() ![]() Así que solo me mojo un poco para calmar el calor y sigo la caminata monte arriba. Paso por algunos pequeños claros del bosque con el que puedo ver que me voy alejando lentamente del lago y el monasterio. De pronto el bosque se abre y me encuentro con una ruta. No tengo idea donde estoy, pero unos mochileros con los que me cruzo me dicen que a unos pocos kilómetros esta la frontera con Albania. En esa época no había comunicación entre ambos países así que los mochileros tomaban un autobús hasta un pequeño poblado cerca de la frontera caminaban algunos kilómetros y del otro lado tomaban un taxi que los dejara en la primer ciudad albanesa. Siento que si llegue hasta casi el bordel del pais es porque estoy demasiado lejos y decido volver. ![]() Justo cuando estoy llegando escucho el ruido de trompetas y veo que a lo lejos un grupo de personas que empiezan a acercarse al templo. Algunos llevan unos estandartes rojos con imágenes de santos e inscripciones en cirílicas doradas. El grupo no será de más de 30 personas y son todos hombres mientras que las mujeres acompañan desde los costados y en silencio. El pequeño grupo sigue acercándose y en la puerta de entrada al monasterio unos monjes con hábitos negros y largas barbas canosas instalaron un pequeño altar. ![]() ![]() El siguiente es Santa Sofía que es quizá unas de las más importantes. En su larga historia fue construida y destruida varias veces. Fue templo ortodoxo, pero también mezquita otomana. Fue parte del Arzobispado de Ohrid y en su interior están algunos de los mejores frescos de la época medieval. Obviamente fueron tapiadas en la época otomana y solo recién con la llegada del comunismo se fueron rehabilitando y el complejo es uno de los espacios culturales más grandes de la ciudad. No puedo sacar fotos adentro, pero me entretengo con los alrededores y con las galerías que rodean el templo. La fachada es hermosa, de dos pisos, con una serie de grandes arcos en cada uno de ellos y con dos torres bajas a los costados. En los jardines algunas señoras se juntan a charlar y ver pasar la tarde a la sombra de algún árbol. ![]() Sigo subiendo la cima y llego al anfiteatro griego. Sus dimensiones son pequeñas y el estado es bastante malo. Encima en el escenario han puesto unos andamios a punto de caerse y el resultado es un poco decepcionante. Pero la vista es increíble. Se puede ver el lago desde las gradas y algunas colinas cercanas. Los griegos lo construyeron en una zona donde no sopla el viento demostrando el buen gusto que tuvieron siempre para ubicar estas edificaciones. Todavía se sigue usando en festivales y conciertos. Luego me encuentro con una de mis favoritas. Es una de las iglesias más pequeñas que vi en mi vida: San Bogorodica Pandomos. Es muy fácil perderla y creo que la vi solo por el campanario que tiene a un costado. La edificación no debe medir más de dos metros de alto y para entrar hay que agacharse por la puerta. Adentro el templo es pequeño y tiene solo un banco en cada pared con un diminuto altar con cuadros colgados por todo el interior. Como mucho puede ser que entren diez personas en el templo y ni me imagino si el cura tiene ganas de encender un incienso o velas lo difícil que sería respirar ahí adentro. ![]() Pero todavía queda algo de día así que sigo buscando el camino hacia la que es otra de las joyas de la ciudad: San Clemente. Para muchos es quizás uno de los templos más sagrados de la región ya que San Clemente, discípulo de Cirilio y Metodio, enseñó en este lugar los primeros esbozos del origen de las lenguas eslavas. Es por eso que se considera una de las primeras universidades del continente y en parte donde surge el origen de las lenguas que se hablan en gran parte de Europa oriental. Con una historia igual de convulsa que Santa Sofía en este mismo lugar funcionó una iglesia cristiana, una mezquita y un monasterio ortodoxo. De la primera solo quedan algunas ruinas, de la segunda no queda nada porque fue destruida para que sean visibles las ruinas y solo la tercera se mantiene sin ningún cambio. ![]() Se va haciendo de noche y para mí el plan está más que armado así que bajo hacia San Juan Kameo para contemplar el atardecer. La noche por fin cae sobre la ciudad, a lo lejos las montañas de lo que sería quizás Albania se vuelven aún más oscuras. De pronto se prenden unos reflectores entre los árboles y todo el paisaje se ilumina. Detrás mío la iglesia brilla y se ilumina en el medio de la noche y enfrente mío la oscuridad cubre el lago. El ruido de la ciudad es lejano y solo se escuchan algunas luciérnagas y el viento agitando las ramas. Final perfecto para la despedida de Ohrid. Etapas 7 a 9, total 9
![]() Ya me tengo que ir despidiendo de Macedonia del Norte porque debo seguir viaje y tengo un avión esperándome en Tesalónica. El problema es que las relaciones entre ambos países son pésimas y aunque la frontera está abierta no había formas en ese momento de cruzar de Ohrid a la frontera griega pese a estar solo a unos kilómetros. Toca deshacer el camino y volver otra vez hacia el norte a Skopje para tomar otro tren que vuelva hacia el sur y cruce la frontera con Grecia. Un despropósito terrible, pero cosas que pasan cuando la política puede más que la lógica. Así que me dispongo a salir temprano para poder descansar medio día en Skopje porque llevo demasiadas semanas de caminatas imparables y mi cuerpo pide descanso. Antes de irme decido dar una ultima vuelta por la ciudad para ver por última vez los principales templos de la ciudad y aunque estoy en una de las ciudades más turísticas del país no siento para nada el agobio y tengo prácticamente la ciudad para mí solo. Pero, aunque quisiera seguir recorriéndola sé que tengo un autobús para Skopje y al mediodía decido tomarlo para poder llegar temprano a la capital y recorrerla una vez más. Skopje no será una ciudad bella, pero hay algo que me atrae en su estilo tan kitsch y a la vez antiguo, de su mezcla de culturas, pero con aire de pueblo. Llego a la estación y subo al autobús. Dejo mis cosas debajo de mi asiento y me preparo para dormir, pero no puedo. El paisaje por la ventanilla es atrapante y me pierdo entre las montañas verdes y los valles del camino. Pasado un rato hacemos nuestra primera parada: Bitola. No conozco absolutamente nada, pero en mi mente las ideas vuelan. El pasaje fue ridículamente barato, casi un regalo. En Skopje no tengo reserva de hostel ni nadie que me espere y en lugar de recorrer una ciudad que ya conozco puedo visitar una de la que solo se su nombre. En Skopje tengo planes, pero quizás esta sea la última vez en la vida que pueda estar en Bitola. No lo dudo y en el momento que el conductor grita que estamos llegando a la parada agarro mi mochila y salgo del autobús. Caigo en la estación de un salto y empezó a caminar alejándome del autobús. No quiero arrepentirme y siento que si me quedo en el mismo lugar voy a querer volver a abordarlo. ![]() Me alejo, pero no se hacia dónde ir. No tengo mapas, ni información ni nadie que me ayude. ¿Qué se visita en Bitola? Solo tengo cuatro o cinco datos medio perdidos en la mente y trato de conectarlos. Lo mejor que puedo hacer es no poner las expectativas muy altas y tratar de resolver rápido. Miro los horarios de los autobuses a Skopje y compro uno para dentro de unas horas. Soy impulsivo, pero tengo mis límites y de ahí salgo a recorrer la ciudad. Bitola es la tercera ciudad en población del país y es conocida en Macedonia como “la ciudad de los cónsules” ya que en la época Otomana muchos países tenían oficinas diplomáticas en esta ciudad. Sus orígenes son similares a los de Skopje. Pese a tener un origen griego su verdadero desarrollo surge en la Edad Media y al igual que la capital también fue capital del Primer Imperio Búlgaro. Se puede ir entendiendo el choque entre ambos y porque los búlgaros se resisten a entender que Macedonia del Norte es un país independiente. Los lazos culturales son muy fuertes y difíciles de entender. Es en esta época es cuando se desarrollan la ciudad y empieza a adquirir su carácter religioso con la construcción de iglesias y monasterios. Justamente en el Imperio Otomano se la conoce como Manastir que significa monasterio. Durante siglos pasa de mano en mano entre distintos imperios hasta volver a dominio turco. La ciudad creció como nudo comercial en el sur de los Balcanes camino a Tesalónica y Constantinopla, pero también atravesó siglos oscuros hasta mitad del siglo XIX. Bitola se convirtió en la sede diplomática para el Imperio Otomano de doce naciones y de ahí viene su sobrenombre. En esa época era la segunda ciudad más poblada de la región tras Tesalónica y un faro cultural fuertísimo con importantes escuelas y universidades. En una de ellas estudio Kemal Ataturk padre de la nación futura turca. La intelectualidad que surge comienza a florecer y nacen sociedades de nacionalismos como la albanesa, la búlgara o la macedonia que empiezan a pedir la independencia. La ciudad hierve de cultura y hasta la primera película de los Balcanes se proyecta en Bitola. Durante la Primer Guerra Balcanica vuelve a manos serbias donde se la denomina con el nombre que la conocemos y al igual que Skopje durante el nazismo su población judía fue obligada a emigrar o enviada al capo de concentración de Trebinka. La ciudad fue liberada por los nacionalistas macedonios y durante el comunismo se convirtió en un centro industrial importante. Hasta el día de hoy es una de las zonas económicas más fuertes del país. La estación queda bastante alejada del centro de la ciudad e intento orientar viendo hacia qué lado empezar. Empiezo a seguir al resto de la gente y me muevo con la multitud por una avenida grande que se convierte en una calle peatonal llamada Sirok Sirak o lo que vendría a ser “el callejón amplio”. Esto es el pleno centro de Bitola y sin saber bien cómo estoy en el lugar exacto para comenzar mi viaje. Camino lentamente viendo los negocios, pero también la gente que disfruta de un mediodía caluroso de primavera. De algunos balcones veo banderas de países balcánicos, son los consulados que todavía se mantienen en la ciudad como Eslovenia, Bosnia o Bulgaria. La arquitectura es puramente centroeuropea y en algunos momentos me hace acordar a Sarajevo o Ljubljana. A mitad de camino me encuentro con la Catedral de la ciudad dedicada al Sagrado Corazón de Jesús. El edificio no es la típica construcción religiosa, sino que luce moderna, aunque un poco austera. Se integra al resto de las construcciones de la avenida y solo sobresale por el campanario y el color claro utilizado para su fachada. La razón de su modernidad es porque es de principios del siglo XX debido a que la original se prendió fuego y esta fue reconstruida en base a un hotel existente. ![]() ![]() Cruzo el rio Dragor hacia l orilla norte y vuelve a pasar lo mismo que en Skopje. Mientras la orilla sur es similar a una urbe más europea y moderna la orilla norte es un pequeño pueblo turco. Entro en el bazaar de la ciudad, uno de los más antiguos del país. Similar al de la capital, la zona esta poblada de casitas bajas y calles estrechas y laberínticas. Sus más de 80 locales se utilizan más para la alimentación que a los souvenirs ya que Bitola dista de ser un punto turístico importante. Se nota mucho más auténtico y más barrial que el de Skopje. La mayoría es gente mayor que aprovecha el día para tomar un café, jugar a las cartas o simplemente hablar con los vecinos. Se nota un poco más descuidado y algunos locales permanecen cerrados. Hay algunos lugares para tomar un té y se percibe la influencia turca en sus trazos. ![]() El autobús seguirá su rumbo y al finalizar la tarde llegará por fin a Skopie. Estoy literalmente destruido y lo único que alcanzo a hacer es dar una pequeña vuelta por el centro y tomar algo en Plaza Macedonia. Mi despedida de Skopie será en un bar con una vista del fuerte y algunos edificios públicos del centro completamente iluminados y aunque este viaje pudo haber sido más largo, más planificado y mejor realizado me voy con la tranquilidad de haber descubierto un país nuevo, exótico, mágico y complejo. Mestizaje de culturas diversas pero orgulloso de su origen único. Patria de ilustres guerreros y de conflictos eternos. Como todo en los Balcanes, Macedonia es la mezcla exacta entre la miel y la sangre. Pd: a la mañana siguiente me tomaría un tren a Tesalónica. El viaje seria de lo más tranquilo, pero al llegar a la frontera griega un soldado me para. Me pide los documentos y me dice que espere. Se toma su tiempo y cuando vuelve me pide perdón, que mis papeles están en regla. Que tiene que ser riguroso y comienza un discurso racista y xenófobo. Yo no entiendo nada y solo lo miro sin intentar contribuir a la conversación. Me pregunta cuantos días estuve en Macedonia del Norte. Le contesto que cinco y me responde que perdí mi tiempo. Nada bueno hay ahí para dedicarle tanto tiempo. Solo sonrió y pienso dentro mío cuan equivocado esta, cinco días fueron suficientes para declararme enganchado a su magia. Etapas 7 a 9, total 9
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