Nueva York y Cataratas del Niágara 2023 ✏️ Blogs de America Norte

Martes 28, cogemos algo prontito del desayuno del hotel, hemos hecho sándwiches y bocatas porque tenemos el transporte al JFK a las 06:30 (109€); he reservado vuelos con Jetblue para ir y volver en el mismo día, los 4 nos sale por 474€ ; la otra vez reservamos un taxi que te lleva desde el aeropuerto pero han subido bastante los precios (ahora cuesta 150$, pagas 75$ a la ida y el resto a la vuelta), por lo que reservo un coche de alquiler con ALAMO (81€)

No es barato ir a ver las Cataratas del Niágara, pero, es una vez en la vida probablemente (bueno, lo mismo dije en 2009 ), así que aterrizamos en hora, viendo todo nevado, lo cual acojona un poco, cogemos el coche y nos vamos a ver las cataratas.

Hace bastante frío pero, aun así, es un espectáculo de la naturaleza digno de ver y escuchar, el rugido de esas 3000 toneladas de agua cayendo por segundo, las cataratas que mayor volumen de agua arrojan del mundo.

De este lado está casi todo cerrado, pero cruzamos a Canadá, como hace 14 años, por el Rainbow bridge, desde donde hay unas vistas espectaculares también:

Al llegar control de pasaportes y ya estamos en Canadá; compramos algo en el Duty Free, donde puedes pagarlo todo más barato con dólares USA en vez de Canadienses, no pagas taxes, pero no te dejan sacarlo de la tienda, es curioso, debes volver con el recibo y recoger tu compra por una ventanilla, como el McDonalds Aquello es como un parque de atracciones con locales para turistas a ambos lados de la calle:

Tengo reservado con Getyourguide para subir a la noria que hay en esa especie de mini-ciudad parque de atracciones que es el lado canadiense (33,3€ los 4), y lo cierto es que en los 10 minutos que dura contemplas unas vistas espectaculares de las cataratas y alrededores:

Se ve de todo desde allí arriba
Comemos en un Burguer King que localizamos desde la noria,
calentitos, ya que hace una temperatura gélida y ha empezado a nevar, por suerte levemente; después nos bajamos para unas ultimas vistas de las cataratas, a las que decimos adiós cuando el viento helado empieza a arreciar.

Recogemos las compras por la ventanilla, con el resguardo, y nos volvemos a EEUU, para lo cual hay que pagar 1$ por persona en unos tornos, esto no estaba en 2009, y pasar el consabido control policial de pasaportes.

Cogemos el coche y aquí viene la principal “cagada del día”, pongo en el gps una gasolinera que tenía mirada de antemano, cerca del aeropuerto, ya que tengo que entregar el coche con el depósito lleno; repostamos y al volver a poner el aeropuerto, el IMBECIL de mí pone por error el Niagara falls airport en lugar del Búfalo interntional airport; esto no sería mayor problema si no fuera porque al ir hacia allí empieza a nevar y las carrteras están congeladas; ya me extraño que estuviese a 30 minutos de la gasolinera, cuando yo juraría haber mirado una cercana, pero no me dio por comprobarlo, simplemente conduje…al llegar a ese aeropuerto, todo helado, pequeño, nevado, tuve claro que algo pasaba, con lo que tuvimos que dar la vuelta, algún que otro frenazo patinando que casi nos chocamos porque no se podía controlar.

Por suerte hemos salido con tiempo y corregimos el error sin mayores contratiempos, llegando al aeropuerto, devolviendo el coche y embarcando a la hora programada, 19:27, llegando al JFK a las 20:54.

Aquí cogemos el Aerotrain, con la intención de ir a Howard Beach station y allí coger el metro al hotel; en total hora y media de viajes y trasbordos, con los peques y mi mujer cansados….asi que entro en la App de UBER y consigo un coche por 50€ (teniendo en cuenta que el Aerotrain cuesta unos 11€ y somos 4 no es mal negocio), nos bajamos en la Terminal 7, donde hemos quedado y el conductor ya está allí, con lo cual ¡genial!
Mohamed nos lleva al hotel, a donde llegamos una hora después, con todos fritos en el coche. Me acerco a pillar algo de cenar en el Kennedy Chicken de siempre, pero como es bastante tarde está cerrado, cogiendo algo en otro que está cercano, hamburguesa, perrito, pollo…!lo de siempre!

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Miércoles 29, hoy es nuestro último día en la Gran Manzana, tenemos el vuelo a las 23h, y el hotel hay que dejarlo a las 12, por lo que bajamos las maletas y nos las guardan en recepción, les ponen etiquetas con un número y te entregan el correspondiente resguardo, muy bien el Marriot

Nos vamos al Mercado de Navidad de Columbus Circle, que empezó ayer 28:

Y después seguimos bajando hacia el de Union Square Park, que no están mal, pero nada que ver con los mercadillos navideños de centro Europa, Alsacia, etc:

Son las 15, los peques tienen que ir al baño así que preguntamos en un puesto y nos dicen que los hay en el supermercado Whole Foods de enfrente, ergo entramos; están muy bien estos super, tienes mucha comida hecha para llevar, ensaladas, pasta etc, por lo que, dado que tenemos hambre, a pesar de que los peques ya se han zampado unos perritos y unos churros, pillamos pasta y ensalada de patata y nos sentamos allí mismo a comer.

Mi mujer quiere echarle un vistazo por última vez al Century 21, así que nos vamos en metro al downtown, aprovechando con los peques para ir a ver la Zona cero y alrededores mientras ella entra al centro comercial:

Les explico lo de las torres gemelas, la gente que murió..es sobrecogedor aun hoy:

Entramos en el Oculus, la estación/centro comercial diseñado por Calatrava, con bastante mejor pinta que el estropicio que nos diseñó en Oviedo.


Sobre las 16:30 nos volvemos al hotel en el bus M22, ya que el conductor nos viene a buscar a las 17:30; es mucho tiempo, dado que el vuelo sale a las 23 pero, con el tráfico que hay preferimos asegurar, nada peor que ir a las carreras por los aeropuertos con niños; tardamos casi 2 horas en llegar, atasco tras atasco.

Una vez en el aeropuerto cenamos algo y embarcamos en hora de vuelta a Barcelona; esta vez el vuelo es más corto, 7 horas, y vuelven a equivocarse con las comidas, trayéndonos 3 cenas, desayunos zumos etc, amén de dejarnos volver sentados en emergencia a mi mujer y a mi, un 10 para Level! Jajaja

Un viaje fabuloso, con todo saliendo según lo planeado y sin ningún imprevisto destacable, los peques y nosotros lo disfrutamos de lo lindo.

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