Semana Santa en Dublin ✏️ Blogs de Irlanda

Salimos desde el aeropuerto de San Javier a las 18.15 con Ryanair. El vuelo fue muy puntual, llegamos a Dublín a las 20.15 (hora local), después de tres horas de vuelo. Como no facturamos maletas, salimos rápidamente del aeropuerto a buscar un taxi que nos llevara al hotel.

Antes de las 9, llegamos al hotel, el Charleville Lodge, el hotel está a unos 30 minutos caminando de Temple Bar, es una zona tranquila y tiene una parada de autobús justo enfrente. Nuestra habitación era bastante pequeña con cama de matrimonio, al contrario de la habitación que le asignaron a la pareja que nos acompañaba que tenia dos camas pero era bastante más grande. El mobiliario era un poco antiguo y el baño minúsculo pero estaba todo muy limpio. Preguntamos en el hotel donde podíamos ir a cenar (a las 10 dejan de servir comida en los pubs y restaurantes por lo que no nos quedaba mucho tiempo para decidirnos) y la recepcionista nos indico como ir al Mc Gowans, un pub muy de moda en la zona norte.

Dublín es una ciudad bastante cara para comer, pedimos una hamburguesa cada uno, un plato de calamares y unos rollitos de primavera al centro, las hamburguesas muy buenas y grandes pero los entrantes bastante escasos. Nos costó todo unos 90€ (éramos cuatro). No pudimos tomar postre porque cerraron la cocina antes de que termináramos. Íbamos a tomar unas pintas allí pero había tanta gente que preferimos ir a otro sitio más tranquilo. Fuimos a un pub cercano, tradicional irlandés, con dublineses bebiendo Guinness. Nos tomamos una pinta cada uno y de allí al hotel que el viernes iba a ser un día intenso.

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Nos levantamos temprano y las 7.50 estábamos desayunando, llevábamos el desayuno incluido y fue una gran elección. Para desayunar había zumos, cereales, tostadas con mantequilla y mermelada, café, te, fruta y además el plato fuerte que incluía huevos (revueltos, cocidos, fritos o escalfados), bacón, salchichas, morcilla, judías y tomate. Se podía elegir tomar el plato completo o solo algunas cosas.

Decidimos ir caminando hacía Temple Bar para disfrutar de la ciudad, pasamos por Kings Inns, del arquitecto James Gandon, es la sede de la Facultad de Derecho de Dublín. Llegamos a O’Connell Street y lo primero que vimos fue el Spire, nos hicimos algunas fotos, continuamos caminando, pasamos por delante del General Post Office, el edificio de Correos, sede de los revolucionarios durante la protesta de la pascua 1916. Cruzamos el río y nos dirigimos hacia el pub más famoso de Dublín, The Temple Bar (como era Viernes Santo todos los pubs de la ciudad estaban cerrados ya que no se puede beber alcohol pero aprovechamos para hacernos unas fotos en la puerta), desde allí nos fuimos a la plaza que hay al lado del antiguo Ayuntamiento de la ciudad, donde a las 11 salían excursiones guiadas a pie de tres horas de duración y además gratuitas, Free Tours, preguntamos por las excursiones y nos dieron un ticket a cada uno para la excursión en español. Como quedaban 20 minutos para que empezara, nos dirigimos a una cafetería cercana donde tomamos café y unas magdalenas de chocolate riquísimas. A las 11 empezó la excursión, nuestra guía era Carmen, una chica de Toledo muy agradable, nos contó la historia de Dublín y nos dirigimos en primer lugar hacia el City Hall, antiguo ayuntamiento de la ciudad, posteriormente nos dirigimos hacia el Dublin Castle, solo queda una torre del original, vimos el patio interior en el que está la Estatua de la Justicia de espaldas al pueblo y el jardín inferior, que anteriormente había albergado un estanque de nombre Dubb Linn (estanque negro), que dio nombre a la ciudad. Desde allí vimos la fachada de la Chester Beatty Library. Continuamos caminando hacia la Christ Church Catedral, la catedral más antigua de Dublín, nos hicimos fotos en los jardines (como íbamos con la excursión no entramos y ya no lo hicimos en otro momento) y nos dirigimos hacia la zona vikinga, en una calle hay un plano en el suelo de una casa vikinga, y también el mayor asentamiento vikingo del mundo, desgraciadamente no se puede ver, encima han construido el nuevo Ayuntamiento de la cuidad, obras muy polémicas por tan importante perdida de patrimonio cultural. A continuación, vimos el esqueleto de una barca vikinga.

Desde allí, fuimos a ver un mural en una pared que representa las constelaciones, aquí hicimos un descanso de 20 minutos antes de continuar con la segunda parte de la visita.

Una vez transcurridos los 20 minutos, fuimos a Temple Bar, estuvimos en el lugar en el que los miembros de U2 tocaban en la calle antes de hacerse famosos y el hotel en el que ellos se tomaban las pintas, The Clarence Hotel y que posteriormente compraron Bono y The Edge.

Pasamos por delante de Temple Bar y de allí a la Trynity College, una de las mejores Universidades de Europa, pasando por el Ha’Penny Bridge. En la universidad, nos hicimos fotos en los jardines y estuvimos en la puerta de la biblioteca aunque con la excursión no entramos, aquí si que volvimos posteriormente para disfrutar del libro de Kent.

A continuación, nos dirigimos al Saint Stephen’s Green, un parque de nueve hectáreas en pleno centro de la ciudad, antes de llegar pasamos por delante del Govermenmet Building que es la sede de diferentes ministerios y donde el primer ministro tiene su despacho y por delante del Shelbourne Hotel, edificio histórico del siglo XIX.

En el parque, después de ver el Monumento a Theobald Wolfe Tone, conocido por los dublineses como Tonehenge, en el que hay unas figuras humanas que representan la Gran Hambruna, terminó la excursión, les dimos las gracias a Carmen por haber sido tan amable y una propina (aunque las excursiones son gratuitas aceptan propinas y de hecho de ellas sobreviven). Nos quedamos un rato en el parque disfrutando del mismo y del sol que ya había aparecido.

Desde allí, no fuimos a buscar una sitio para comer, todos los pubs y restaurantes dublineses estaban cerrados, solo estaban abiertos los restaurantes de comida rápida y algunos restaurantes chinos o italianos. Como no teníamos muchas opciones, decidimos entrar en un italiano situado muy cerca de la estatua de Molly Malone, y fue todo un acierto, pedimos pizza y pasta y ensaladas al centro.

Después de comer, fuimos a ver la estatua de Molly Malone que aun no la habíamos visto y a tomar un café, y posteriormente nos dirigimos de nuevo a la Trinity College porque queríamos entrar en la biblioteca para ver la maravillosa sala de libros antiguos y el libro de Kent. Llegamos a las 4.25 y vimos el cartel en el que indicaba el precio de la entrada (9 euros adultos) y el horario (cerraba a las 4.30), nos quedamos parados pensando que hacer cuando el vigilante de la puerta no dijo que entráramos, que teníamos 5 minutos, fue una visita bastante rápida pero no nos podíamos quejar teniendo en cuenta que no tuvimos que pagar nada. Nos encantó la biblioteca, es impresionante la cantidad de libros antiguos que hay en ella. Después, dimos una vuelta por la Universidad y vimos entre otras cosas, el Campo de Cricket y la escultura de Pomodoro, Esfera dentro de una esfera.

Salimos de la Trinity y fuimos a buscar la casa de Oscar Wide, nos hicimos fotos en la puerta, desde hace vario años no se puede visitar, y estuvimos en el parque que hay justo enfrente, Merriot Square, en el que se encuentra la estatua de Oscar Wilde, que realizada en cuarenta tipos de piedra, dirige una sonrisa sarcástica hacia la casa familiar.

A lo largo de toda la ciudad disfrutamos contemplado las originales puertas de colores de las viviendas y fue en esta zona donde nos hicimos diferentes fotos en ellas.

Desde allí, nos fuimos a hacer algunas compras, entramos en Carrols y compramos algunas recuerdos típicos para llevar a casa y también en Penny’s, aunque aquí no compramos nada. Cuando terminamos, nos fuimos caminando hasta el hotel, descansamos una hora y volvimos a salir, como estaba prácticamente todo cerrado en la zona de Temple Bar decidimos cenar en la zona donde estábamos alojados, fuimos a un restaurante de comida rápida cuya especialidad eran los Fish & Chips y quedamos sorprendidos por lo bueno que estaba el bacalao rebozado. Decidimos tomar un brownie en una cafetería que había enfrente del restaurante pero cuando salimos estaba cerrada, así que fuimos a un Macdonals cercano a comer un helando, al fin y al cabo no teníamos muchas más opciones.

Volvimos al hotel, como era temprano, sobre las 10, nos quedamos en el Living Room, estuvimos bebiendo te y café (gratuitos en el hotel) mientras hablamos de nuestro primer día en Dublín y planeábamos el segundo.

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Por la mañana, de nuevo a las 7.50 bajamos a desayunar y nos fuimos en taxi a Kilmaiham Gaol, antigua cárcel cerrada en 1924 y ahora reconvertida en museo. La cárcel estaba bastante lejos del hotel para ir caminando y no había autobús directo desde nuestra parada, así que consideramos que la mejor opción era ir en taxi. Estuvimos esperando que abrieran hasta las 9.30, entramos y estuvimos viendo el museo hasta las 10, hora a la que empezaba la visita guiada ya que no dejaban verlo por libre. La cárcel es impresionante, lo malo fue la visita en ingles de hora y media, nuestro nivel de ingles no es demasiado alto y el guía hablaba muy rápido por lo que llegó un momento que desconectamos y no nos enteramos absolutamente de nada, se nos hizo bastante largo y nos arrepentimos de no haber utilizado ese tiempo para ver otra cosa.

Desde la cárcel nos fuimos caminando hasta la Guinness Storehouse, pasamos antes por el Irish Museum of Modern Art, nos hicimos fotos en la entrada con las diferentes esculturas y en el patio interior. No llegamos a entrar ya que queríamos ver la Fabrica de la Guinness antes del mediodía.

Llegamos a la Guinness Storehouse, como habíamos comprado las entradas por Internet, con un 10% de descuento, no tuvimos que hacer prácticamente cola. Eran sobre las 12 y a esa hora había muchísima gente. Cogimos las audioguías gratuitas en español en la primera planta y nos dispusimos a recorrer el edificio. Nos quedamos un poco decepcionados, pensábamos que íbamos a ver una fábrica y nos encontramos con un parque temático sobre la Guinness. En el Gravity Bar, el bar del séptimo y último piso (este edificio es uno de los más altos de Dublín) disfrutamos de una Guinness gratuita, estaba lleno de gente pero tuvimos la suerte de sentarnos en un banco desde el que, a través de los cristales, podíamos divisar todo Dublín.

Desde allí, nos fuimos a buscar un sitio para comer en la zona de Temple Bar, entramos en un pub típico donde pedimos diferentes platos y como sabíamos que los sábados hasta las 5 había un mercadillo de comida orgánica para llevar en la zona, decidimos no tomar postre y nos dirigimos hasta allí para comprarnos un brownie cada uno, que nos comimos mientras caminábamos por la calle. Hicimos algunas compras que nos faltaban y volvimos en autobús al hotel.

Tomamos café y te en las escaleras de entrada al hotel disfrutando del sol y descansamos un rato antes de salir a cenar.

A las 8, fuimos de nuevo a Temple Bar en autobús, decidimos cenar en un chino por probar un tipo de comida diferente y en está ocasión no acertamos, no nos gustó mucho la comida y además nos dimos cuenta que los chinos en Dublín son muchísimo más caros que en España, cuatro rollitos, arroz frito con gambas y tallarines con pollo sin postre: 90€ los cuatro.

Cuando terminamos de cenar nos fuimos a disfrutar del ambiente nocturno de Dublín, por la noche en Temple Bar hay muchísima gente y músicos tocando en las calles por lo que está muy animado. Entramos en un pub donde tomamos pintas, posteriormente nos fuimos a otro en el que había música en directo y por ultimo a Temple Bar, que sin duda es el que más nos gustó.

Sobre las 2 nos fuimos en taxi al hotel

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