Irlanda en junio. Tour de una semana por la Isla Esmeralda. ✏️ Blogs de IrlandaRecorrido de una semana por Irlanda en tour organizado (más o menos).Autor: Artemisa23 Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (14 Votos) Índice del Diario: Irlanda en junio. Tour de una semana por la Isla Esmeralda.
01: Notas previas e itinerario de un viaje a Irlanda.
02: Parque Nacional de Connemara y Abadía de Kylemore.
03: Galway.
04: Los míticos acantilados de Moher.
05: Limerick.
06: Adare.
07: Tralee.
08: Parque Nacional de Killarney.
09: Península de Dingle.
10: Cork.
11: Cobh.
12: Kilkenny.
13: Excursión a Glendalough, Wicklow y Jardines de Powerscourt.
14: Dublín.
Total comentarios: 11 Visualizar todos los comentarios
Etapas 1 a 3, total 14
Notas previas e itinerario de un viaje a Irlanda.Notas previas de un viaje algo distinto a los que suelo hacer normalmente con algunas imágenes que capté después. Irlanda nunca había sido un destino prioritario en mi cuaderno de viajes pendientes. Sin embargo, últimamente me entró la curiosidad escuchando versiones contrapuestas a la vuelta de allí de personas que conozco: algunas, entusiasmadas, mientras que otras, ni fu ni fa.
Esta primavera, con tantas ganas de viajar de nuevo acumuladas, se me ocurrió hacer una escapada a Irlanda y así sacar mis propias conclusiones, si bien sería un viaje diferente, pues mi marido, cuando se lo propuse, me contestó que no contara con él porque “no se le había perdido nada en Irlanda”. Así que si quería seguir con mi idea, debería ir sola, lo que descartaba la opción de alquilar un coche –por otra parte, carísimos este año por allí-, y la posibilidad de realizar mis queridas rutas de senderismo, con lo cual tenía que decantarme por un itinerario distinto al que me hubiera gustado en un principio, ya que a algunos destinos que me interesaban no se podía llegar en transporte público; y, por qué no decirlo, tampoco me apetecía demasiado moverme sola en tren o autobús, cambiando a menudo de hotel.
En cuanto a las excursiones de un día desde Dublín, algunas me parecían tan largas en horas y kilómetros que no me parecía que mereciesen la pena, así que como alternativa me planteé contratar un circuito de cuatro días en español que oferta Civitatis
Estaba dándole vueltas a la cuestión, cuando una amiga, que ya había visitado la parte norte de la isla, se apuntó al viaje. Y después de sopesar el asunto, decidimos apuntarnos a uno de los viajes culturales para personas mayores de 55 años patrocinados por la Comunidad de Madrid, si bien éramos muy conscientes de sus pros y sus contras. Yo era la primera vez que iba a uno de esos circuitos, mientras que mi amiga, que también es senderista, había participado en uno, en Uzbekistán, y volvió contenta. Así que, aunque el itinerario no representaba mi ideal y no lo hubiese preparado de esa manera yendo por libre, pensé que me daría la oportunidad de hacer una ruta más o menos vistosa, disfrutando de paso de unas pequeñas vacaciones a buen precio y en muy buena compañía. Por ello, en este diario me limitaré a comentar mis impresiones personales de los sitios que visitamos, ya que poco de interés puedo aportar en cuanto a organización, alojamientos, restaurantes, carreteras o lugares más o menos recónditos.
Recorrido y pintoresco mapa de Irlanda fotografiado de un cartel, en Dingle. El viaje era de ocho días (siete noches), aunque el octavo no contaba para nada, puesto que el avión de vuelta salía a las seis de la madrugada. En total, aparte de Dublín, hicimos más de 1.200 kilómetros, en un recorrido típico, que incluía el Parque de Connemara, la Abadia de Kylemore, Galway, los Acantilados de Moher, Limerick, Adare, Tralee, Killarney, la Península de Dingle, Cork, Cobh y Kilkenny; a lo que añadiríamos después por nuestra cuenta una excursión a Glendalough, Wicklow y los jardines de Powerscourt.
Un lunes, a primera hora de la mañana, volamos con Air Lingus hasta Dublín, donde aterrizamos poco después del mediodía, con lo cual después dispusimos de mucho tiempo libre en la capital irlandesa, a la que volveríamos a lo largo del sábado y el domingo siguientes. Sin embargo, para no dispersar la información, todo lo que visitamos allí lo reservo para la última etapa del diario.
Etapas 1 a 3, total 14
Parque Nacional de Connemara y Abadía de Kylemore.Dos de las visitas más típicas en un recorrido por Irlanda: el bucólico Parque Nacional de Connemara y la fotogénica Abadía de Kylemore, cuyo máximo atractivo es el entorno donde se encuentra. Los meses que van de mayo a julio son la mejor época para ir a Irlanda y evitar en lo posible el mal tiempo (lluvia, viento y niebla), con la ventaja añadida de las largas horas de luz disponibles. De hecho, en junio, amanecía en torno a las cuatro y no se hacía de noche hasta pasadas las diez y media, incluso más tarde en la zona occidental, aunque eso no se traduce en disponer de más tiempo para hacer visitas a iglesias, monumentos y demás, ya que los últimos pases no suelen demorarse más allá de las cinco de la tarde (los parques a las siete o siete y media, con un sol espléndido, ya estaban cerrando) lo que termina por convertirse en un incordio para los españoles, acostumbrados a aprovechar las tardes al máximo. Pero, bueno, lo fuimos superando bien con las vistas de los paisajes y las panorámicas de pueblos y ciudades.
Parque Nacional Connemara. La primera jornada del circuito de cinco días que teníamos por delante nos llevó a visitar dos lugares típicos y tópicos en cualquier recorrido por Irlanda. La mañana amaneció con el mismo sol espléndido y el cielo azul del día anterior, si bien se fue nublando según avanzaban las horas y nos íbamos desplazando hacia el oeste. Desde Dublín, hay unos trescientos kilómetros hasta el Parque Nacional de Connemara, buena parte de cuales, hasta Galway, se completan por autopista. El paisaje en este tramo, aunque verde como casi todo el del país, no me resultó de especial interés, ya que en su mayor parte se trataba de pastos.
La cuestión empezó a cambiar al tomar las carreteras nacionales, una vez pasado Galway, que poco a poco nos iban a brindar las imágenes de postal que habíamos visto en los folletos y guías de Connemara, uno de los seis Parques Nacionales de la República de Irlanda, con sus colinas, lagos, ríos, arroyos y praderas, en las que pastaban rebaños de ovejas, marcadas con unos curiosos lunares de color rosa o azul. Dicen que este territorio es donde se conserva mejor el idioma gaélico; bueno, no sé… con tan poca población. Lo cierto es que todo, absolutamente todo lo que figura escrito en lugares oficiales, carteles de tráfico, medios de transporte, rótulos de monumentos y demás en Irlanda figura en ambos idiomas, inglés y gaélico.
La estrecha y virada carretera recorre varios lagos, ofreciendo bonitos paisajes, especialmente en torno al Lago Inagh. Clifden es el pueblo más habitado de la zona, con unos 3.000 habitantes, junto al Océano Atlántico y al oeste de Connemara, a 75 kilómetros de Galway.
Desde el Centro de Visitantes se proponen varias rutas de senderismo de diversos niveles y duración, siendo la más interesante la que asciende a Diamond Hill, la colina más alta de la zona, a 445 metros de altitud, desde donde se contemplan muy buenas panorámicas. Estos lugares sí que me hubiese gustado recorrerlos a mi aire.
Abadía de Kylemore. Se trata de un monumento muy conocido, quizás más que el propio Parque de Connemara, al que acuden muchos turistas, si bien su interés quizás sea mayor en cuanto a la imagen de postal que ofrece, con sus muros de piedra gris integrados en un entorno idílico, que por su importancia histórica o arquitectónica. Y es que, pese a su apariencia vetusta, estamos hablando de un castillo y una iglesia neogótica construidos a mediados del siglo XIX por un rico personaje inglés para su esposa irlandesa, que murió al contraer unas fiebres durante un viaje a Egipto. Abandonado al cabo de un tiempo, el lugar fue convertido en una abadía de monjas benedictinas y posteriormente en un internado para señoritas que se cerró en 2010.
Antes de llegar, ya desde la propia carretera se puede contemplar una sugerente panorámica, aunque queda un poco lejana y cuando capté la imagen, por la tarde, la luz había cambiado y el paisaje estaba más oscuro.
Si la climatología acompaña, como era el caso, el paraje rebosa encanto, no se puede negar, con lo cual la tan solicitada foto desde el exterior queda muy resultona y, además, es gratuita. Si se quiere más cercana y con otros decorados, ya no. Y es que hay que pagar para adentrarse en la propiedad y visitar el interior de los edificios y los jardines victorianos, que se encuentran algo retirados del edificio principal, a unos dos kilómetros. Ignoro lo que cuesta, pues lo llevábamos incluido, aunque supongo que no será barato, dados los precios que se estilan en este país; y eso desanima a mucha gente, con razón.
El interior de la mansión no merece demasiado la pena, si bien presenta algunos salones decorados con muebles de época, incluyendo un comedor en cuya mesa se expone la vajilla que se utilizaba para las cenas de gala, a la que supuestamente acudían miembros de la realeza británica. En fin, nada del otro mundo. Lo mejor, el entorno con el bosque y el lago.
A los jardines se llega caminando o tomando un autobús gratuito (no faltaba más). Están muy bien cuidados, son amplios y agradables, pese a que no me pareció que estuvieran en su mejor y más colorido momento; al menos, en otros las flores me gustaron bastante más. Eso sí, las vistas de los bosques en que se ubican son muy bonitas.
No obstante, de lo que más disfruté fue de la corta caminata que mi amiga y yo hicimos por el sendero que atraviesa el bosque, una de las pocas masas arboladas de la zona, vislumbrado las orillas de los dos lagos, que componen un paisaje sumamente apacible. Merece la pena olvidarse del bus para regresar desde los jardines hasta el castillo, ya que, además, es cuesta abajo.
Etapas 1 a 3, total 14
Galway.Paseo por Galway, una ciudad que tiene mucho ambiente, con pubs, tiendas, restaurantes, músicos callejeros y turistas. Un punto interesante históricamente es el Arco Español y resulta muy agradable darse una vuelta por el camino que va parelelo al río. A Galway llegamos por la tarde y fue el primer lugar donde pudimos comprobar lo cambiante que puede llegar a ser el clima irlandés. Del sol matutino, pasamos a las nubes, que fueron incrementándose durante nuestros paseos por Connemara y desembocaron en un buen chaparrón, que nos cayó encima nada más poner pie a tierra en Galway. Por fortuna, pronto cesó y pudimos recorrer la ciudad medianamente bien antes de que volviese a llover copiosamente por la noche. En realidad, fue el único lugar durante todo el viaje donde nos resultó un incordio la lluvia, de la que cada cual se protegía como podía o le apetecía...
Como curiosidad, decir que apenas hicimos visitas en grupo (de ahí lo de viaje organizado "más o menos"), pues en cuanto bajábamos del autobús cada cual iba por su lado, algo que nosotras particularmente agradecimos mucho, ya que nos permitía aprovechar el tiempo disponible a nuestro ritmo y según nuestros gustos. La guía que nos acompañaba no es que facilitase demasiada información, pero solía entregarnos mapas que recogía en las Oficinas de Turismo, lo que nos ayudaba a manejarnos bastante bien. Y, si no, siempre quedaba el recurso de San Google Maps .
Situación de Galway en el mapa de Irlanda.
Se dice que Galway es una ciudad juvenil y dinámica, que presenta uno de los índices de crecimiento económico más altos de la Unión Europea. Tiene unos 80.000 habitantes y dos universidades. Con una historia que se remonta ocho siglos atrás, supuestamente su nombre deriva del término gaélico Gaillimh, o río rocoso, en referencia al lecho de piedras del río Corrib, que la atraviesa. Desde luego, hay otras versiones que se inclinan por explicaciones más envueltas en la layenda, aunque menos probables.
El punto inicial para empezar a conocer Galway suele ser Eyre Square, una amplia plaza que cuenta con varios reclamos turísticos como el busto dedicado a J.F.Kennedy, la Fuente Quincentennial, la estatua de Lyan Mellows o la Brown Doorway (1627), una antigua puerta de acceso a la mansión de una de las familias que dominaban la ciudad, pero cuya forma de conservación no habla demasiado en favor de la municipalidad. Recorrimos William Street, donde nos saludaron las esculturas de Oscar Wilde y Edward Vile, Queen Street, Dock Road y Merchands Road, hasta salir al Barrio Latino, cuyo punto culminante es Quay Street.
Todas ellas son calles muy animadas con multitud de tiendas, pubs y músicos callejeros. Y también la Galway Girl (la chica de Galwayt).
Ya junto al río, llegamos a la zona de Spanish Parade, donde se encuentra el Arco Español, una parte de lo que fue la antigua muralla medieval, y cuyo nombre deriva de los estrechos lazos comerciales que unían estas tierras irlandesas con los barcos españoles que recalaban frecuentemente en su puerto durante los siglos XV y XVI, comerciando sobre todo con vinos. El arco no lo fotografié entero porque había un ambiente un poco... raro.
Desde Long Walk y Claddagh Quay, en ambas orillas, se contemplan sugerentes panorámicas de los edificios en torno al Arco Español, de las casitas de colores y de la Bahía del río Carrib, donde habitan una buena cantidad de cisnes.
Por el agradable camino paralelo al río, pasamos por el Molino del Puente y, tras cruzar Salmon Weir Bridge, nos dirigimos hacia la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción y San Nicolás, un templo católico de grandes dimensiones y estilo neo-renacentista, construido en 1958 sobre los terrenos de la antigua cárcel. La entrada es gratuita. Hicimos algunas fotos, aunque sin entretenernos demasiado porque estaban dando Misa.
Más historia atesoran los muros del castillo de los Lynch y de la Iglesia de San Nicolás (de la Iglesia de Irlanda), cuyo origen se remonta al siglo XIII y que según la leyenda fue visitada por Cristóbal Colón.
De pronto, por si ya fuese poco molesta la pertinaz lluvia, empezó a soplar un viento muy fuerte que convirtió el paseo en una actividad bastante desagradable, pues ni el chubasquero ni el paraguas servían de nada y tratar de enfocar algo con la cámara o el móvil sin que se empararan las lentes era un esfuerzo inútil. Tras la cena en el hotel, la climatología empeoró, así que ya no volvimos a salir.
Etapas 1 a 3, total 14
📊 Estadísticas de Diario ⭐ 5 (14 Votos)
Últimos comentarios al diario Irlanda en junio. Tour de una semana por la Isla Esmeralda.
Total comentarios: 11 Visualizar todos los comentarios
CREAR COMENTARIO EN EL DIARIO
Diarios relacionados Irlanda - St. Patrick's Day
Escapada a Irlanda para disfrutar de las celebraciones de la fiesta nacional de este país.
⭐ Puntos 5.00 (6 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 25
IRLANDA en 15 días.
Vuelta a la isla en sentido contrario a las agujas del reloj en julio de 2008
⭐ Puntos 4.69 (49 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 22
DUBLIN: No solo pintas (aunque también)
Crónica de cuatro días en una ciudad de cultura, música y alegría, y una escapada a...
⭐ Puntos 4.94 (17 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 21
Costa de Irlanda en moto - 19 días
Durante 19 días de agosto hemos recorrido TODA LA COSTA DE IRLANDA, incluida Irlanda del...
⭐ Puntos 4.86 (7 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 19
Galería de Fotos
|