Egipto: toda una experiencia ✏️ Blogs de Egipto

Hoy bastante más relajados nos despertamos un poco más tarde de la habitual, nos vestimos para la ocasión. Yo iba bastante decentita, pues entraríamos en mezquitas y me gusta respetar las costumbres de cada cultura y religión. En la mochila metimos la guía, la botella de agua en su funda, unos bocadillos, las gafas de sol, un pareo grande para cubrirme el cabello y unos calcetines para no utilizar los mismos que teniamos puestos con el calzado y por su puesto la cámara de fotos. Hoy nos pusimo protector en el hotel y no nos lo llevamos, la verdad es que el día anterior pillamos un morenito albañil la mar de bonito.
En el desayuno nos pusimos como el kiko, pues no sabíamos si encontraríamos momento para comer algo, o a qué hora lo haríamos.

Salimos del hotel y caminamos un tramo hasta llegar al puente, zona dónde hay mucho tráfico. Los taxis se iban parando para ofrecernos sus servicios, nosotros sólo queríamos pagar 10 libras por ir a la ciudadela y todos nos decían que no, hasta que paró uno y nos dijo que si, pero resulta que el chico no entendió nada, así que se paró en la puerta de hotel Grand Hyat y llamó a uno de los maleteros. Hablaron algo y éste se dirigió a mi: "Madame ¿dónde quieren ir los señores?" le dije que a la Ciudadela de Saladino por 10 libras y éste se lo comunicó al taxista y puso el coche en marcha sin decir nada más. LLegamos a la entrada, pagamos y el taxi se fue. La verdad es que están super acostumbrados a tratar con el turismo, se saben buscar la vida muy bien. Subimos la cuesta que va desde la entrada hasta el acceso a la Ciudadela, ya que está construida sobre una colina, pasamos el control, pagamos la entrada y fuimos en busca de la mezquita y el palacio. Nada que destacar queda del palacio de Saladino, muy mal conservado y sucio, pero si es verdad que conserva esa grandeza que un día debió tener en algunos detalles, como las fotos de las familias que allí vivieron, las lamparas, espejos, etc.
Desde la terraza que hay entre el palacio y la mezquita hay una vista impresionante del Cairo. Se aprecian los cientos de alminares apuntando al cielo, las casitas bajas y los bloques de pisos sin terminar con sus decenas de antenas parabólicas (no me explico por qué no adecentan las fachadas de los edificios, siguen en bruto). Si tienes suerte y te pilla un día claro, sin mucha contaminación, puedes ver las pirámides de Gizé.

La mezquita de alabastro es preciosa, tanto por dentro como por fuera, aunque es cierto que a mi parecer no coindicen en estética. El exterior blanquecino, con aspecto frotificado y muy bien cuidada. Por dentro domina el color, sobre todo el verde y el dorado. Las lamparas circulares rodean la alfombra. El ambiente que se respira es íntimo, acogedor, a pesar de ser bastante grande. La alfombra roja, contrasta con la cúpula verde. La entrada no está en la plaza de la que hemos hablado, sino que debes rodear la mezquita, buscando un patio, con una fuente. Allí te puedes quitar los zapatos y tienes dos opciones dejarlos al hombre que está en la puerta, pero luego tendrás que pagar una propina, o llevar una bolsa e introducirlos en la mochila.

Cuando entramos había bastante gente dentro, pero todos muy respetuosos, silenciosos y mostrando mucho decoro. Nos sentamos sobre la alfobra y escudriñamos cada rincón. Pedimos a un turista español que nos hiciera una foto y salimos al patio de nuevo.

Seguimos las indicaciones de las flechas que existen para los turistas, que te llevan a una plazuela, en ella puedes acceder a varios museos, entre ellos el militar, pero no nos interesaban. Entramos en otra mezquita, ésta mucho más simple, casi toda al aire libre, pero con el suelo igualmente enmoquetado. Realizamos la misma operación con los zapatos y los calcetines, cosa de la que me alegro, pues la moqueta tenía más roña que las uñas de un carbonero. Una vez dentro nos encontramos con una pareja de catalanes, muy simpáticos, ellos estaban haciendo el viaje de forma inversa a nosotros y nos quedamos un rato contándoles lo que les esperaba y pasándoles el teléfono del taxista que nos llevó a Sakkara. Salimos los 4 juntos y nos dirijimos a la mezquita de Hassan. Es pequeñita, pero preciosa, casi no llegan allí los turistas, pues está pegada a la muralla de fortificación. Te recibe el guarda y te explica todo lo que puede, incluso bajamos a la parte inferior donde está enterrado el Sultán Hassan y toda su familia. Al salir le dimos una propina. Le preguntamos a la pareja que nos acompañaba que a dónde iban, y el destino era el mismo, el barrio copto, por lo que pillamos un taxi juntos por 20 libras y lo pagamos a medias.

Una vez allí accedimos por un arco y bajamos unas escaleras. La entrada a la ciudadela es gratuita. Posee estrechas callejuelas, con mucho encanto que me recortaban la judería de Sevilla. Hay varias iglesias todas bonitas, entre las que destacan la "Iglesia Colgante" el-Muallaqa (el templo cristiano más antiguo de El Cairo construido en lo alto de una puerta romana); San Jorge; Santa Bárbara; y San Sergio. Esta última ubicada donde, según la tradición, vivió la Sagrada Familia durante su huída a Egipto. Según indica un cartel el lugar dónde se guareció está en un sótano, al que no se puede aceder, sólo se puede ver una escalera con una reja que daría entrada a la cueva. Son todas iglesias pequeñitas, y su situación se encuentra muy bien indicada. De todas formas la policía intentará ayudarte, pero no te dejes, pues lo que buscan es una propina. Las mujeres mayores sentadas en sus puertas, abiertas, desde la que se ven patios con macetas, me recordó mucho a Andalucía.

También hay que destacar la sinagoga de Ben-Ezra que fue levantada en el 600, es pequeña igualmente, pero con mucha historia. Cerca de ésta hay un cementerio, al que se accede sin problemas, caminamos un rato por él, pero decidimos salir, pues empezó a darnos mala espina, no sabría decir por qué.
En las callejuelas hay muchos tenderetes, con imagenes de santos cristinos, calendarios, y todo tipo de recuerdos. Algunos callejones están decorados por banderines, como si vivieran en una feria continua.

No tardamos mucho en recorrer el barrio, quizás un par de horas, quizás menos, pensabamos que nos llevaría más, así que no teníamos nada decido. Volvimos a pillar un taxi a medias con la pareja catalana y nos apeamos en le mercado. Nos despedimos y nos deseamos suerte. Ellos se adentraron en el mercado y nosotros salimos en dirección contraria. Nos sentamos en un garito a tomar una cola calentona y a decidir que haríamos. Nos dimos un paseo por la zona, vimos varias mezquitas por fuera, intentando hacer estómago, para comer, pero habíamos desayunado tando, que no había nada de ganas.

Entramos en el mercado de Hussein, está justo pegado a El Khalili, pero éste está destinado más a la población autóctona. Aquí no ves venta de suvenirs, sino todo tipo de enseres, colchas, almohadas, cacerolas, especias, etc. Caminamos hasta llegar al otro mercado y buscamos el café de los espejos. Es un lugar peculiar, no muy grande, pero si alargado, de estética romántica. Nos pedimos 2 tés con menta, vamos con hieba buena, estaban riquísimos. Mientras nos bebiamos los caldos, parecieron 2 niños vendiendo pulseras de madera. El mayor muy simpático, hablabla el español asombrosamente bien. Nos contó que hablaba 7 idiomas, que los había aprendido en la calle y que nos vendía 10 pulseras por 2 €, se las compramos, pues nos dieron pena.
Cuando terminamos con nuestras bebidas nos dimos un paseo hasta encontrar una calle que fuera exterior para pedir un taxi. Un chico, muy amable nos dijo que él no quería nada, tenía una tienda, pero deseaba practicar el español, le pedimos que nos parara un taxi para ir a una zona comercial, calles llenas de tiendas chic, y nos lo consiguió, cómo recompensa un bolígrafo, creo que era justo. Esta zona se notaba que era más rica, las tiendas exponían sus artículos en los escaparates con sus cartelitos llenos de números raros, para traducirlos necesitamos la guía, la verdad es que todo está más barato que en España. No compramos nada, pero nos dimos un paseo muy agradable. Cuando nos cansamos de la zona decidimos ir caminado hasta el río, era todo línea recta según nuestro mapa. Cuando llegamos al puente ya podíamos ver el hotel, así que continuamos con la caminata, ya teníamos calientes las piernas y no nos dolían tantos las agujetas, salvo al bajar escalones.

Cuando llegamos al hotel nos cambiamos, nos comimos los bocadillos que llevamos durante todo el día en las mochilas (eran las 6 de la tarde) y fuimos a la piscina, un chapuzón que nos dio la vida, la verdad. Cuando se hizo de noche subimos a la habitación, nos arreglamos y bajamos al restaurante mediterraneo a cenar. Luego a la camita, que las agujetas no nos dejaban ya dar un paso más.

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Hoy es nuestro último día, hemos pensado levantarnos temprano para dar una vuelta por el centro y que nos de tiempo de ducharnos antes de dejar la habitación. Hoy desayunamos de forma normal, unas tostadas, café y zumos. Caminamos hasta el puente y pillamos un taxi. Paseamos durante toda la mañana y compramos algunas cosillas. A las 2 del medio día volvimos al hotel, habíamos olvidado las llaves de la habitación dentro, por lo que pedimos en recepción otra y nos deijeron que teníamos que dejarla ya, le comentamos que nuestro guía lo había arreglado hasta las 3 y nos dijo que sin problemas. Subimos a darnos una ducha y a hacer las maletas. Cuando bajamos, aún no eran la hora prevista, pagamos la cuenta y les pedimos que guardaran nuestra maletas en recepción y así lo hicieron. Salimos del hotel y pillamos un taxi que nos llevó al hotel Ramses Hilton. Habíamos pensado ir de nuevo al centro comercial que está frente. Entramos en una tienda para comprar un camello que cantaba para mi sobrino y unos botecitos de cristal preciosos para los persumes que llevabamos para nosotros y para regalar. Luego fuimos a almorzar, volvimos la Mc Donal´s, lo se muy poco originales, pero era lo que nos apetecía. Cuando terminamos nos comimos un helado y acabamos de ver el centro comercial. Salimos a la calle y decidimos que la cruzariamos andando, pero era imposible, los coche no nos dejaban y no estabamos dispuestos a jugarnos la vida el último día, así que utilizamos una estación de metro para bajar y salir a otro lado. Es cierto que el metro está muy limpio, pero esa estación estaba muy vieja. Cuando salimos a la superficie no estabamos donde queríamos y nos entró un ataque de risa, al final pillamos un taxi por 5 libras para ir al hotel.
Esperamos varias horas, mientras paseamos por los jardines del hotel, despidiéndonos de esas vistas tan preciosas del cairo y el Nilo, nos sentamos en el hall de la planta 0, que es impresionante, de peli, con su piano y su lámpara de lágrimas del tamaño de un castillo. Cuando llegó la hora acordada con la agencia para que nos recogiera, que creo que eran las 8, retiramos las maletas y subimos al hall 02 que era dónde habíamos quedado. Yo me encontraba fatal, había estado varios días en Egipto comiendo y bebiendo lo que me apetecía y me encontraba genial, pero hoy mi estómago no pudo más. Fernando también empezó a notarse mal, vomitó incluso. Pasaban 30 minutos de la hora acordada y no nos venía a buscar nadie, empezamos a ponernos neviosos y decidimos llamar a Rami, pero los teléfonos no nos funcionaban, por lo que nos entró un ataque de terror. El problema era que no teníamos los billetes del avión, se los había llevado Rami el primer día para coordinar las recogidas de todos los turistas que volvían el mismo día. Decidí bajar a recepción y le pedí al chico que me atendió que me dejara llamar a la agencia de viajes y así fue. Me marcaron el nº y constestó Rami, me comentó que sus compañeros estaban en un atasco y que estaban cerca, que bajaramos al hall 01 para aligerar.
Subí a avisar a Fernando, y bajamos, unos minutos después llegó una furgoneta con una madre y su hijo, eran de Valencia. El tráfico estaba peor que nunca, no lográbamos salir de él. A Fernando le entró fiebre, tiritones y yo me encontraba fatal. Empezamos a tomar las pastillas que nos había recetado el médico de cabecera, loperamida y en la botella que teníamos de agua hice un sobre de suero y empezamos en ayuno.
LLegamos al aeropuerto y nos entró el miedo de que no dejaran salir a Fernando del país, por lo de la gripe A. Tenía unos tiritones muy fuertes, no los podía controlar y se le notaban, además llevaba puesta una sudadera. Hubo suerte y pasamos el control, buscamos nuestra puerta y nos sentamos a esperar.
Al rato entramos en el avión e intentamos dormir todo lo que pudimos, pero estabamos muy incómodos. Había más de un pasajero que iba enfermo para casa, durante todo el vuelo los paseitos del personal al baño fueron un continuo y las azafatas con el ambientador dale que te pego, jajaja.
A las 3.30 de la madrugada llegamos a Madrid, pillamos un taxi para Atocha y esperamos tirados en la puerta a que abriera, no lo hacía hasta las 5. Encontramos un riconcito, compramos acuarius y continuamos con la soñera. El viaje en AVE se me hizo cortísimo, todo el tiempo dormida.
Al llegar a Sevilla nos esperaban mis padres que llevaron a casa. Hogar dulce hogar. Nos dimos una ducha y nos acostamos sin comer nada. A las 19.00 resucitamos. Estabamos muertos.

Las molestias continuaron varios días, Fernando se recuperó por completo, pero yo no dejaba de tener recaidas, incluso me recetó el médico antibióticos, pero antes de tomarlos, por consejo de mi madre me realicé una test de embarazo.

Resulta que de Egipto no me traje un virus, sino un nene. Ahora estoy de tres meses y medio y sigo encontrándome mal, pero no me importa.

Este ha sido el viaje más increible que hemos hecho en nuestras vidas y del que no hemos traido el recuerdo más bonito, un hijo.

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Ahora paso a apuntaros algunas cosillas que a nosotros nos han sido muy útiles y que pensamos que son imprescindibles o muy importantes:

Documentación:

-LLevar fotocopias del pasaporte y del DNI por si se pierden los auténticos puedas acreditar quién eres.
-4 fotografías de carnet en color con fondo blanco, por si se pierde el pasaporte que te puedan hacer un visado de urgencia en la embajada española.
-Revisar cada vez que sales de un taxi o bus que no dejas la cartera olvidada en el asiento (Fernando la olvidó varias veces, menos mal que lo conozco y antes de cerrar la puerta revisaba que todo estaba en regla)

Botiquín:

-Protector solar con un factor alto
-Aftersun (sobre todo para la cara)
-Protector labial (con el sol y la brisa se te achicharran los labios, un protector muy bueno es letibalm, lleva rosa mosqueta que es un cicatrizante)
-Loperamira o algún antidiarreico
-Suero ora (un par de sobres)
-Protectores de estómago (Omeprazol) Nosotros tamabamos uno cada mañana y quizás por eso aguantamos hasta el final.
-Paracetamol o algo para las molestias por enfriamientos, los aires están muy fuertes en todas partes y los cambios brucos ya sabemos lo que hacen.
-Tiritas
-Medicación prescrita por tu médico en caso de alguna enfermedad o tratamiento.
-Repelente de mosquitos
-Algo para los mareos cinegéticos, (Biodramina o algo similar y más económico como Cinfamar)
-Polaramine en crema (es para alergias, por si te pican los mosquitos o arañas y se te suelen inflamar mucho, calma el picor y la hinchazón)
-Alguna crema para los dolores musculares

Maleta:

Nosotros optamos por llevar dos, una pequeña y otra mediana, nos fue suficiente y nos sobró espacio, claro está que no nos volvimos locos comprando como el resto de turistas.
-1 pantalón largo de algodón por persona para cada 2 días
-2 camisetas de algodón por día y persona (normalmente te apetece cambiartela a medio día)
-2 pares de zapatos cómodos y cubiertos por persona (las sandalias son incómodas para el desierto, pues te hundes en la arena, que te quemas los dedos, te arriesgas a que te pique algún insecto y puedes tropezar con las piedras y hacerte daño
-Alguna chaqueta de verano para las noches
-Gorras
-Gafas de sol
-Estola o pareo para cubrirte en las mezquitas
-Un linternita peque, te puede ser útil, en algunas tumbas, sobre todo si te asusta la oscuridad, pero más que nada es para orientarte
-Ropa interior cómoda, 2 mudas por día.
-Cargador móvil y cámara.
-1 ó 2 mochilitas para llvar lo preciso en cas excursión
-1 funda para botella de agua (la puedes encontar en los chinos, pero son muy galácticas y malas, en el carrefour por 3.5 €, de calidad conserva el frio de veras)
-Una guía que te hable de las cosas que te interesan ver por libre y si pude ser que traiga mapa y glosario. La mía es de Aguilar, pero la de Top 10 también está muy bien, te dan ideas para los viajeros independientes.
-Lo más importante, no metas cosas innecesarias, los típicos "po si acaso" aquí no existen, ropa cómoda. Y recuerda allí tod es muy barato si te hace falta algo, lo compras y punto.

Dinero:

-No es necesario llevar moneda egipcia desde España, lo puedes hacer en cualquier oficina de cambio o sacar dinero directamente de los cajeros automáticos. En los aeropuertos hay oficinas.
-No olvideis guarda los tickets que justifican que habeis cambiado € por libras (LE), pues si os sobran podeis volver a cambiarlo en el aeropuerto, pero si no teneis el justificante será imposible. En España no te lo cambiarán.
-Intenta tener siempre monedas o billetes pequeños, no sólo para las propinas, sino para las pequeñas cosas. Nosotros llevabamos un par de blisters de monedas de 20 céntimos y otros 2 de monedas de 1 € que nos salvaron el pellejo en alguna ocasión.
-Intenta negociar siempre en libras, te sale más rentable.
-No compres nada sin negociar, regatea como si te fuera la vida en ello, ellos se divierten, y si no les merece la pena dejan de hacerlo, por lo que ya sabes que debes dar un poco más.

Transporte:

-Desde mi punto de vista el mejor método en el Cairo es el Taxi, es económico y seguro.
-El metro es difícil de encontral y nos nombres están en grafía árabe
-Alquilar un coche es para suicidas o colgados


NO TENGAS MIEDO DE NADA LOS EGIPCIOS SON UNA POBLACIÓN ENCANTADORA QUE SE DESVIVEN POR HACERTE FELIZ, DIVIÉRTETE Y DISFRUTA.


Por el momento no recuerdo nada más, pero simpre puedo hacer modificaciones.
y RECUERDA estos son sólo ideas y consejos.

MUCHA SUERTE FUTUROS VIAJEROS!!!!!!

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