Bayahibe, Rep. Dominicana 2009 ✏️ Blogs de Dominicana Rep.

Protagonistas:

Narrador: Santisan
Beatriz: esposa y madre
Jülia: hija pequeña

El avión sale a las 15 h. Previamente habíamos comido algo antes de pasar el control. No hubiera sido necesario pues luego nos daban comida en el avión enseguida. El viajar con niños con carrito tiene su ventaja, y es que te sacan de la cola y te habilitan una especiales el que en un momento te facturan. Aunque lo mejor de todo es el haber reservado previamente asiento por internet en una fila de salida de emergencia, pues el avión va completamente lleno. En un viaje tan largo se agradece, y los 10 € que cuesta valen la pena.

Nos tomamos las cosas con calma y no tuvimos en cuenta que en la T4 desde que pasas el control hasta la puesta de embarque R1 hay 22 minutos, en tren y andando. Con lo cual llegamos cuando ya todo el mundo estaba embarcado, excepto el último autobús que fue el nuestro. Lo cual al final también es mejor pues no hay que hacer cola.

El viaje lo aguantó Júlia como una campeona, no se puso burra ni protestó, lo único es que no paró en todo el viaje, con lo cual requería atención y juegos todo el rato. Pusimos la peli en el ordenador “La princesa Mononoke” pero sólo aguantó media hora. Cuando faltaba hora y media, se durmió, es decir a las 21,30 hora española.

Al llegar al aeropuerto se despierta y ya no se vuelve a dormir hasta el trayecto en bús hasta el hotel. Para recoger las maletas tardamos una eternidad, en una cinta pequeña y con cientos de personas en varias filas, que difícilmente veías tu maleta. Paciencia pues como todo el mundo tiene el traslado hasta el hotel contratado los autobuses esperan.

Hay carretilleros que te ofrecen llevarte las maletas pues no se pueden sacar los carros hasta el parking, pero no se hacen pesados ni insisten, al contrario de lo que comentaban algunas personas.. Sales al parking y a 50/100 metros están los buses, primero Soltour y más atrás los de Iberojet. En una esquina está el único minibús que es el que va a Bayahibe. Somos nosotros y 2 parejas más. El resto de autobuses son grandes normales y llenos de gente. Lo cual da un poco idea del tipo de hotel que hemos elegido.

El traslado dura alrededor de 2 horas y no me parece que conducen tan locamente como dicen. Las velocidades no son extremas, pues las carreteras no lo permiten. Es una carretera de doble carril con algunos baches, pero no hecha polvo. Eso si el primero que llega se mete a los sitios y si puedes adelantar no desaprovechan la oportunidad. Las motos son como lagartijas que se te cuelan por todos lo lados. Al final nada especial. Eso si el traslado es una buena oportunidad de ver rápida y superficialmente algo del país. Nos llama la atención la cantidad de iglesias evangelistas, los porches de las casas (de obra) enrejados hasta el techo, la cantidad de pequeños negocios, colmados, peluquerías... en sitios diminutos, también la cantidad de casas de madera muy pequeñas y que muchas de ellas tienen el quicio troquelado dándole cierto toque personal, lo cual demuestra que la estética no está reñida con la pobreza. En fin lo visto nos recuerda mucho a lo visto en otros paises americanos. Para le gente que no sale de los T.I. es una oportunidad de decir que ha visto “cómo vive esta gente”.

Es curioso, en un momento vas conduciendo por la nada, no hay casi luz, das una curva y ahí está todo el mogollón del complejo hotelero. Ya en el hotel nos reparten el sobre de bienvenida y nos asignan habitación. Del correo indicando que harían lo posible por asignarnos una habitación en los bloques 3 o 4, ni rastro. Todo lo contrario, nos ponen en el 1, habitación 1004. Les pregunto si es posible cambiar y me dicen que imposible que el hotel está muy completo. Mentira, después nos enteramos por comentarios de las chicas del spa que está al 60%. Nuestra habitación está al lado del teatro, hay espectáculo pero no se oye nada. De la cuna que pedimos, tampoco ni rastro. Voy a pedirla 2 veces y una tercera por teléfono, hasta que al final la traen. Es cuestión de paciencia, todo tiene su tiempo.

La primera impresión de la habitación no es mala. El tamaño no es ni muy grande ni muy pequeña, aprox. 20 m2 más el baño, la entrada y la terraza que rodea la habitación. Se ve bien cuidada y parece menos cutre que en fotos. Supongo que esperaba algo peor en un sitio de playa masivo como éste. Eso si, huele algo a humedad. Al menos nos ha tocado cama de matrimonio, eso si de 2 metros. O sea que o te ponen en 2 camas o te ponen una tan grande que no te encuentras en toda la noche. El entorno del hotel, jardines, estanques, espacios comunes parece agradable, pero por la noche todos los gatos son pardos. Parece que no hay mosquitos. Ya veremos.

---

Con esto del jet-lag estamos todos despiertos a las 4 o 5, no sé, pero aguantamos en la cama hasta una hora decente y luego nos vamos a desayunar. Sopla una ligera brisa y está un poco nublado por lo que no te asfixias ya de buena mañana. En el buffet-desayuno hay un poco de todo, pero sin pasarse, puesto que los clientes también somos un poco de todo. Bollería, fruta, yogures en perolas, cereales, fiambre y panecillos, fritanga variada, lo normal.

Como Beatriz está enferma y tiene algo de fiebre nos dedicamos a pasar el día tranquilamente en el hotel, primero vamos un momento a inaugurar la playa pero nos volvemos rápido para ir a la reunión con el representante de Iberojet, para que nos cuente lo de las excursiones y cuando nos recogen a la vuelta. Luego a la piscina, principalmente en la barra “húmeda”, con sus correspondientes mojitos y piñas coladas. Beatriz intenta en jacuzzi pero está frio ¿?

Luego nos vamos otra vez a la playa, pero somos abducidos por la preparación de una paella en el chiringuito de la playa amenizada con música en directo y narración en 4 idiomas de cómo se preparar la paella. Algo surrealista. Yo pensaba que eso sólo pasaba en las películas de Jose Luis López Vázquez. de la época del desarrollismo. Ni que decir que la paella no tiene mucho que ver con una paella de verdad. Le ponen de todo, calamares, gambas, langosta, cerdo, pollo, conejo, unas judías y para arreglarlo arroz de ese precocido que no coge el sabor ni aunque lo tengas una hora en la paella. Por supuesto está bastante mala. En la comida se nos une una de las chicas de la animación, Lili y estamos hablando con ella, muy guapa y simpática.

Visto el éxito (previsible) de la paella, nos vamos a comer al buffet de la palapa a escasos metros, no sea que nos cansemos. No es muy apetecible y acabamos comiendo ensalada y fruta (mejor).

Por fin acabamos llegando a la playa y nos instalamos en el mismo lugar de la mañana, cerquita del faro-bar, a la izquierda, bajo un “almendro” delante de las rocas, esas a las que la gente le tiene tanto miedo, con lo que estamos en la gloria, medio solos y a la sombra. Nadamos un poco pero aún allí no hay muchos peces. Estreno la cámara sumergible pero creo que no sale ni una foto decente. Tiempo al tiempo.
No conseguimos convencer a Júlia de que duerma en la playa así que nos tenemos que ir a la habitación a hacer la siesta. Como se ve que aún estamos con medio jet-lag, nos quedamos dormidos hasta las 8,30. Con lo cual ya nos queda ir a cenar y poco más. Al volver hay espectáculo en el teatro, la Iberogala Internacional le llaman, que consiste principalmente en versiones de canciones melódicas o clásicos del pop, medley soul, medley Sinatra... con pelucas imposibles y modelitos que darían envida al diseñador de vestuario de Abba. Con todo, las chicas ganan con los pantaloncillos cortos. Ah, y además lo hacen bastante bien, hay que decirlo.

---

Día de convalecencia y progresiva recuperación de Beatriz. Había decidido ella que necesitaba antibiótico y como llevábamos una bolsa (8 kg.) llena e medicinas, buscamos, encontramos y ale, a la automedicación. Dicho sea de paso, mano de santo.

Por cierto, una mierda no hay mosquitos. No hay muchos, pero los 3 o 4 que se cuelan cada noche en la habitación, se ve que se sacian conmigo, porque a ellas no les pican. Y otra cosa, he dicho que el hotel está bastante bien, tiene jardines cuidados y estanques con patos, cisnes, flamencos... que hace del conjunto un entorno muy agradable, pero es verdad que tiene muchos detalles cutres como puede ser que la caja fuerte no funcionaba, mejor dicho le faltaba toda la parte electrónica, aunque lo arreglaron bastante rápido, la rejilla del aire acondicionado está hecha un ocho, el tendedero es de lo más ruinoso que he visto en mi vida, faltan algunos pedazos de mosaico en la piscina... son detalles que evidencian que no estamos en un hotel de 5 estrellas como se entiende fuera del entorno del turismo playero.

Como decía, día de estancia en el hotel, playa, piscina, comer, o sea pereza y gula preferiblemente. De los otros pecados capitales, por desgracia ni rastro. Durante la hora de la siesta, me voy por la playa hacia la derecha hacia el hotel Viva, que es el que está después del pedazo de playa pública, a buscar la Reserva arqueológica submarina 1724 Guadalupe, que son unos restos, ancla, cañones... que están allí diseminados creando un curioso entorno con cierto vida a su alrededor, gorgonias varias, abanicos, cerebros, tubos y algunos pececillos, Está delimitado por unos palos en medio del mar y con boyas marcando los restos. Fácil de encontrar si preguntas a los que hay por allí alquilando kayaks o cualquier del personal de guardia en la playa.

(Esta es la boya por la que hay que bajar, enfrente del Hotel Viva que se ve al fondo)

(Este es el entorno. Las imágenes que tengo de los cañones no xon muy buenas)

Después recogida a la familia y a la playa a aprovechar el último sol, escaso y más bien ver la puesta de sol aprovisionándonos de líquido elemento con diferente grado de azúcar y alcohol en el bar del faro. En principio gran invento esto del bar faro, pero a esas horas de la tarde ya estaba llenos de abejas y otros insectos zumbadotes, supongo que por el azúcar que hay en la barra, proveniente de los cócteles. De hecho, por los pelos me trago una pobre abeja que se ahogó en mi daiquiri que por golosa murió, presas de patas en él.

Resto: cena y paso de largo corriendo por el teatro pues hoy toca karaoke. Uf, Júlia diciendo “yo quiero ir ahí” pues aún se acordaba lo que le gustó el show de la noche anterior. Menos mal que se percató de que no había chicas bailando, que es lo que a ella le gusta.

---