Mi viaje a Jerusalen ✏️ Blogs de IsraelExperiencias y sensaciones en mi viaje a Tierra SantaAutor: Ana-41 Fecha creación: ⭐ Puntos: 3.3 (8 Votos) Índice del Diario: Mi viaje a Jerusalen
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Había puesto mucha expectativa e ilusión en este viaje; visitar los lugares santos donde nació, creció y murió Jesús, era un lugar que deseaba visitar y también experimentar sentimientos donde por ser cristiana y creyente, creí me embargaría algún sentimiento.
Llegué con mi marido el día 31 de enero: eran solo siete días para dedicarlos a visitar la ciudad y lugares santos, así que pronto empezamos nuestro recorrido, informados en cada momento de la historia y lugares a visitar. Visitamos el Muro de las lamentaciones. Este Muro es una pequeña parte que ha quedado del 2º templo de Salomón y es el lugar sagrado de oración para los judíos. Jesús también estuvo allí rezando o hablando con los suyos antes de su destrucción en los años 70 d. de Cristo. Durante este tiempo, fue el centro del culto Judío. Vi como oran los judíos, hombres y mujeres por separado. Sus rezos, sus ritos, sus canciones; se paseaban con una caja dorada, forma de torre, donde al abrirla sacaban unos pergaminos con oraciones y pasajes de la Biblia y en grupos rezaban y cantaban. Todo aquello lo miraba como un espectáculo y no me inspiraba mucho. Volvimos más de una vez a este lugar, pero nunca sentí más que un espectáculo con costumbres y vestimentas de los judíos que no me gustaban nada. ¡Es como si me quedara solo en lo exterior! Mas tarde recorrimos la Vía Dolorosa y llegamos al Santo Sepulcro. Según la historia, este lugar está mandado hacer por Santa Elena, ya que al convertirse Constantino el Grande al cristianismo mandó en el año 331 a su madre a Jerusalén para que descubriera donde y en que lugar crucificaron a Jesús, luego donde pusieron su cuerpo para embalsamarlo y el lugar donde lo enterraron. También Elena tiene una capilla dedicada a ella dentro de la basílica. Todo está en un pequeño espacio, el Gólgota donde fue crucificado con los dos ladrones se sitúa en un alto de la basílica donde hay que subir por unas empinadas escaleras. Allí, se cree está las piedras donde sujetaron la cruz, y se conserva bajo unas urnas y un altar. El resto de la roca del Gólgota no se conservó. Aquí sube la gente a venerar la piedra, rezando, besando, arrodillándose, poniendo velas…, demostrando una fe muy grande. Yo estuve allí viendo el comportamiento de la gente que me sorprendía más que mirar la piedra con su historia. Luego bajamos a la zona donde está según la historia, la piedra o losa donde pusieron el cuerpo de Jesús para ungirlo. Esta losa está frente a la entrada de la basílica y sobre ella hay unas bonitas lámparas y a los lados grandes candelabros. Yo la miré y miré, me imaginara el cuerpo de Jesús depositado allí, pero el sentimiento en mi interior era muy pobre. No me arrodillé ni besé. Me sentía que si lo hacía era algo “artificial”y no quería engañarme. Miraba a la gente arrodillarse, besar la losa, poner objetos personales sobre ella y rezar. ¡Otra vez era el comportamiento de la gente quien me llamaba la atención! Luego fuimos al lugar donde está el Santo Sepulcro. Una capilla con una puerta de entrada muy baja es la entrada al Sepulcro. Entré y al ver la losa la toqué y encendí un cirio. En aquel momento me hubiese gustado sentir algo dentro de mí… Tampoco se puede estar allí más de un minuto ya que hay siempre gente esperando a entrar. Siempre y en todo momento del día hay cantidad de personas haciendo cola para entrar. Un sacerdote armenio es quien organiza las entradas, ya que no caben más de tres o cuatro personas dentro de la gruta. Además está por allá el armenio y te la puede armar o sacarte a empujones. Los modales de gritos, gestos y poco respeto de este armenio con las personas que esperaban para entrar empezaron a no gustarme. A mi entrada salía dando algún grito desde dentro. Sobre la losa cuelgan 43 lámparas de plata, que se las reparten entre los católicos, armenios y griegos ortodoxos. Me senté frente a la capilla del Santo Sepulcro y estuve observando a la gente. Aquí igual que en los otros lugares, veía a muchas personas salir y besar el suelo, arrodillarse, encender velas y más velas y volverlas a apagar, hacer fotos y más fotos. Otra vez volvía a ver aquello como un espectáculo ausente de respeto. Me hubiera gustado estar sola en aquel lugar, en silencio y sin alboroto alrededor, pero esto no es posible ya que en el momento que se abre las puertas, hay grupos de gente esperando. Una mañana fui sola, recorrí toda la basílica, pero los grupos de gente con sus manifestaciones me distraían de mis sentimientos más íntimos. En un momento me encontré con un sacerdote franciscano y español. Le pregunté si podía hablar con él, y con un gesto muy fraternal nos sentamos y me escuchó. Le hablé sobre mi ausencia de sentimientos en aquel lugar, siendo cristiana y habiendo deseado durante muchos años visitar y recorrer los lugares santos y conocer la tierra de Jesús. Le dije,-¡veo a esta gente que se arrodillan, besan el suelo, rezan, algunos lloran…, y yo me quedo como si estuviera viendo un espectáculo, no siento ninguna emoción en mi interior! Él, con una sonrisa y cogiéndome del brazo me dijo,-¡no te preocupes, todos somos distintos y manifestamos las emociones de diferente forma; esto pasa a mucha gente; tenemos muchas cosas en nuestra mente que no nos deja abandonarnos en algunos momentos; las personas que ves haciendo grandes demostraciones, no tienen más fe que tu, solo que lo demuestran de esta manera! Le di las gracias y él me dio la bendición y un apretón de manos. Después de hablar con él me sentí mejor y con más paz. Esta basílica está custodiada día y noche por tres ordenes de sacerdotes cristianos; católicos (franciscanos), griegos ortodoxos, y armenios. Entre ellos no se llevan muy bien teniendo sus disputas a menudo. Me pareció muy curioso el hecho de que a las siete de la tarde, hora de cerrar las puertas, sea una familia musulmana la que se encarga desde hace años de cerrarles por fuera y al otro día abrirles las puertas. ¡Este detalle me gustó! Visitamos, parte de lo que queda de los lugares, donde fue juzgado y sentenciado Jesús (según la historia). Otro día visitamos la basílica de La Natividad en Belén. También este templo ha sido destruido en más de una ocasión por las guerras entre Israel y Palestina, volviendo a reconstruirse y allá se venera el sitio donde nació Jesús con una estrella de plata en el suelo y a lado un recinto donde según la tradición fue el establo o pesebre. En esta misma basílica se recuerda en una pequeña capilla a los niños inocentes, matados por el rey Herodes. Estuvimos en el huerto de Getsemaní e hice alguna fotografía a los olivos más antiguos. Según dicen los olivos más antiguos podrían estar en vida de Jesús. Subimos al monte de los olivos y desde allí se ve todo Jerusalén con unas vistas de la parte vieja muy bonitas. Yo quise sentarme a la subida bajo la sombra de algún olivo, pero apenas hay árboles, solo unos miradores y algún pastor con burro o camello. Me hubiera gustado pasar el control que separa Jerusalén de Palestina a pie cuando pasamos a Belén, pero no pudo ser porque nos dejamos los pasaportes en el hotel y solo llevábamos una copia. Por esta razón tuvimos que pasar un (control “leve”) en un taxi que tienen permiso para pasar y volver sin problemas de Palestina a Israel. Por un “tonto olvido” de pasaportes no pudimos vivir una experiencia sobre las dificultades que tienen los palestinos a la hora de pasar a Israel y los problemas que les acarrea en cuanto a grandes colas y extrema vigilancia. También es curioso ver como viven las tres religiones en la parte vieja de Jerusalén. Tienen sus barrios y calles donde en cada lugar de ellos predomina los judíos, o los católicos, o los musulmanes. Las calles estrechas y con escaleras la gran mayoría, están plagadas de tenderetes y tiendas, donde te quieren meter adentro para venderte algo. Se oye música y cánticos musulmanes, olores a incienso de distintos aromas y un sinfín de cosas que aquí no estamos acostumbrados. Es una experiencia bonita, extraña y quizá inolvidable. ¡Solo siento que en mi visita a la tierra de Jesús he vuelto de vacío en mi interior! Me gustaria conocer vuestra opinión 📊 Estadísticas de Diario ⭐ 3.3 (8 Votos)
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