Cinco días en París ✏️ Blogs of France

Nos habíamos sacado la Museum Pass (2 días) en la taquilla del Arco de Triunfo el día de llegada, y la activamos hoy. Visitamos Notre Dame, y luego subimos a sus torres, muy recomendable a pesar de la cola de hora y media que el Pass no impidió. Fuimos a la Conciergerie y ese día cerraban a mediodía la Sainte Chapelle, por lo que fuimos a ver el museo de Orsay. Visita rápida y cruzamos el río hasta la plaza de la Concordia y las Tullerías. El Louvre cierra los martes, así que andando de nuevo a la Sainte Chapelle, que también es muy chula.
A la salida, sobre las 18.00, fuimos a la plaza de la Villa y vimos por fuera el museo Pompidou. Paseo por Les Halles y la calle Rivoli, y en metro hasta el Arco de Triunfo para subir arriba. Andando media horita más llegamos al hotel de nuevo agotados, pero reconfortados por todo lo visto.

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Madrugamos otra vez para ir a Versalles. En la taquilla del RER C que está junto al palacio de Congresos hay que pagar 6 euros por cabeza ida y vuelta, cogiendo un cercanías hasta Champs de Marte, cambiar de andén y coger un cercanías VICK hasta Versailles Rive Gauche.
A cinco minutos de la estación está la entrada al palacio, y te evitas una buena cola con el Pass. Merece la pena la visita, lujo por todas partes. Luego paseo interminable hasta el Grand Trianon y los dominios de Maria Antonieta, que comparados con el palacio son poca cosa (la visita es mejor hacerla en orden inverso). Había un trenecito a 4 euros que nos arrepentimos no haber cogido porque el castigo en nuestras piernas era fuerte.
De vuelta a París, bajamos en estacion Invalidos, comimos en los jardines, y después visitamos el museo del Ejercito y la tumba de Napoleón. Nos gustó la zona dedicada a la II Guerra Mundial. Por el camino que ya sabíamos (Concorde, Tullerías) llegamos al Louvre, aunque con pocas ganas. Vuelta rápida en la que no faltó La Gioconda, y en metro hasta la zona de Opera, donde están las Galerías Lafayette y los grandes almacenes Printemps: a destacar en ambos lugares las preciosas cúpulas.
Y al hotel otra vez, que ya está bien por hoy.

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Decidimos tomarnos el día tranquilo. Desayunamos en el hotel, hicimos las maletas y nos las guardaron amablemente hasta las 15.00 horas, que teníamos que coger el autobús a Beauvais. En metro hasta Denfert Rochereau, y nos dejamos para el final una de las visitas más impactantes de París y no apta para sensibles: Las Catacumbas. No os las perdáis, realmente espeluznante.
En lugar de volver a la estación de Porte Maillot, decidimos bajar en Porte Dauphine porque allí la parada es de antiguo art-decó, y paseamos por el Bois de Boulogne hasta el hotel.
El caos en el aparcamiente de autobuses es total, nadie te informa de nada, pero encontramos por fortuna nuestro bus y dejamos atrás este fenomenal (y machacante) viaje. El próximo será a un lugar tranquilo donde el trayecto más largo sea de la habitación a la tumbona.

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