Palladium Bavaro: Una semana en el paraíso... ✏️ Blogs of Dominican Rep.

El martes 7 de septiembre a las 15:30 salía nuestro vuelo de Pullmantur Air de Barajas. Habíamos tenido unos días previos muy duros, con una mudanza justo en los primeros días del mes, y al final terminamos haciendo la maleta el mismo día 7 por la mañana.

Sobre las 12 salimos de casa rumbo al aeropuerto y, una vez allí, nos dirigimos al mostrador de Pullmantur donde ya había bastante cola, cuando todavía quedaban más de dos horas para la salida. Facturamos las maletas y nos fuimos a pasar el control para comer algo y después esperar al embarque.

Los asientos del avión ya los teníamos comprados, yo soy pequeñita pero mi chico siempre va bastante incómodo en los aviones así que habíamos decidido comprarnos unos de inicio de sección, los que tienen una pared delante. Gran acierto, los dos asientos de ida y los dos de vuelta nos costaron 72 euros y ganamos bastante en comodidad (sobre todo él). La comida del avión no estuvo mal (comestible al menos) excepto una “ensaladilla rusa” que no sé cómo estaba hecha pero no merecía ni el nombre, el resto bien. El tema del entretenimiento a bordo en Pullmantur flaquea bastante, así que os recomiendo que vayáis provistos de todo tipo de artilugios que os hagan el vuelo más ameno porque las películas que pusieron eran bastante malas, la mitad de las pantallas no se veían, la mitad de las tomas de sonido no funcionaban y las que funcionaban a veces dejaban de hacerlo a mitad de la película. Además llevaros vuestros propios auriculares porque si queréis los del avión los tenéis que pagar al “módico” precio de 3€.

Después de aproximadamente 8 horas de viaje llegamos al aeropuerto de Punta Cana, se abren las puertas del avión y… CALOOOOOOOOOR.


Empezamos a sudar como pollos en el acto, nos dirigimos a la terminal y en la cola un calor horrible también, pagas los 10$ por barba de entrada, te sellan el pasaporte y a por las maletas. Tengo que decir que a nosotros no nos recibieron las famosas dominicanas para hacernos la foto con ellas (debe de ser que no vendían ni una y ya no se ponen), sólo había un grupillo tocando música típica de allí…

Las maletas se hicieron bastante de rogar y cuando por fin llegaron nos dirigimos hacia la salida, esquivamos a los maleteros y nos acercamos al mostrador de “Club Caribe” (empresa que representa a Pullmantur allí en el Caribe) donde nos dijeron el autobús que nos correspondía.

Una vez llegamos a la puerta del autobús, dimos el nombre y ya nos pusieron la pulserita y nos dieron un sobre con el número de habitación, las llaves, el plano del hotel y las tarjetas de las toallas. Aquí me llevé un pequeño disgusto porque queríamos una de las villas del Bávaro (las de numeración mil y pico) y así lo habíamos solicitado, pero no nos la dieron. De todas formas nos dieron una en la villa 71 que aunque está en la zona del Punta Cana también pertenece al Bávaro y además está prácticamente en el centro del complejo, con lo que llegas bastante rápido a todas partes. Una foto de la villa:


Después del viaje en autobús y de un ligero mareo por lo “movidito” del mismo, llegamos al lobby del Bávaro, nos tomamos el cóctel de bienvenida y nos dirigimos hacia nuestra habitación. La habitación deluxe para mí es perfecta, una cama enorme, una bañera de hidromasaje junto a la cama, un lavabo también en la habitación y en un cuartito aparte el wc y la ducha. Todas tienen un balcón con dos sillas y una mesita pero no lo utilizamos más que para poner la ropa a secar (en dos días, con suerte) porque hacía muchísimo calor. En la bañera de hidromasaje tengo que decir que entrábamos los dos y la utilizamos varias veces, apretaditos, pero no más que en una bañera normal de las que cualquiera de nosotros tenemos en casa. Había también una cestita con gel, champú, crema corporal, peine, gorro de ducha, kit de afeitado, kit de costura y jabones, cualquier cosa que utilizases te la reponían al día siguiente. En el minibar refrescos, cerveza y agua, lo único que consumimos fue el agua y también la repusieron. Nuestra habitación era de planta alta (como queríamos) y sólo le encontramos dos fallos: uno que no tenía visillo, sólo las cortinas opacas, con lo que, o estabas todo el día con luz artificial o perdías toda la intimidad (un poco agobiante) y otro que el aire acondicionado si lo apagabas goteaba y generaba muchísima humedad. Por lo demás ninguna queja, todos los días nos la encontrábamos perfectamente limpia y ordenada y con alguna figurita hecha con las toallas (sin necesidad de dejar propina). Sin embargo, otros foreros que conocimos allí nos comentaron que su camarera les arreglaba la habitación todos los días tarde y mal y que no les hacía ninguna figura ni nada parecido, así que me imagino que dependerá de la camarera que te toque.






Después de un rato llegó el maletero con las maletas, las deshicimos y nos fuimos a cenar. Como era el día de llegada no teníamos claro dónde cenar así que nos fuimos al Buffet La Catedral (que además tenía cena temática oriental, que nos encanta), pero fue el único día que cenamos de buffet, para nosotros los temáticos son uno de los mayores alicientes del hotel, pero ya iremos contando.

Después de la cena queríamos tomarnos nuestra primera copilla y decidimos ir a probar el Cóctel-Bar Hemingway. El bar es muy bonito y muy bien decorado (como todo el hotel) pero para nosotros, demasiado tranquilo, muy poca vidilla, sólo había parejas y bastante mayores todos. Como el mayor aliciente de este bar es que sirven bebidas premium pero nosotros bebemos Brugal y eso lo hay en todo el complejo, ésa fue la única vez que fuimos a este bar, convirtiéndose desde ese momento el Lobby-Bar del Bávaro en nuestro centro de operaciones. Cuando nos dirigíamos hacia allí, vimos un cartel donde ponía el espectáculo del día en el teatro, que era el de Michael Jackson. Como había oído hablar tan bien de él decidimos ir para aguantar más rato despiertos y ¡nos encantó! Son unos cracks, la verdad que merece mucho la pena...


Después del espectáculo nos fuimos a dormir, estábamos muertos...

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Nuestro primer día completo de vacaciones empezó muy muy temprano… y es que antes de las 6 de la mañana ya estábamos despiertos. Fieles a nuestro propósito de hacer algo de deporte durante las vacaciones (no todo iba a ser comer, beber y estar tumbados a la bartola), decidimos irnos a la playa a correr. Estaba amaneciendo y la imagen era realmente preciosa…




Nos dimos un largo paseo, a ratos corriendo y a ratos andando hasta la punta que se ve a lo legos desde la playa, a la vuelta ya empezaba a apretar el sol y se notaba… nos costó más.

Después de una ducha reconfortante nos pusimos el uniforme vacacional (yo bikini y un vestidillo y mi chico bañador y una camiseta) y nos fuimos a desayunar en La Catedral, donde desayunaríamos todos los días de nuestra estancia, primero, porque era el que más cerca nos quedaba de la habitación y segundo, porque tenía una variedad infinita. Una amiga me preguntó a la vuelta qué había para desayunar y mi respuesta fue ¿qué no había? Enumero lo que recuerdo: bollería a tutiplén, variedad infinita de fiambre y embutidos, muchísimas clases de pan, platos calientes en plan judías y demás guarrerías que desayunan los guiris, cereales, yogures, frutas, una persona haciendo gofres y creps recientes mmmm, otra persona haciendo huevos al gusto (fritos, en tortilla con infinidad de ingredientes a elegir…), bacon, salchichas, tortitas y una mesa llena de zumos naturales recién exprimidos que para muchos es lo mejor del buffet pero yo eché de menos un colador (qué le voy a hacer, no me gusta la pulpa, las cosas de beber me gustan líquidas, es una manía que tengo…). Además por las mesas pasaban los camareros sirviendo agua, café, infusiones, etc.

Después de un copioso desayuno nos fuimos a la piscina a buscar las primeras toallas, nos encontramos con empleado del Dive Center (son los que se encargan de los deportes acuáticos del hotel pero también venden otras excursiones) que nos preguntó si habíamos ido a la reunión con el touroperador, ¡se nos había olvidado por completo! Cierto es que yo en principio no tenía mucha intención de ir pero mi novio me había convencido el día anterior de que fuéramos, sólo que con el madrugón y la emoción del primer día se nos había pasado por completo. Entonces este empleado vio la luz e intentó enchufarnos sus propias excursiones, pero le dijimos que ya teníamos Saona reservada y que no pensábamos hacer ninguna más así que nos dio las toallas y nos fuimos.

De ahí fuimos a la playa a intentar (pobres ilusos) encontrar una sombra libre. Tengo que decir que este tema nos causaba bastante indignación a nosotros y a muchos que conocimos allí. A mí me parece muy bien que la gente madrugadora vaya a la playa primero, reserve una tumbona con la toalla y se vaya a desayunar para, a la vuelta del desayuno, tener allí su sitio presto y dispuesto. Lo que no me parece normal y deberían controlar de alguna manera, es estar desde las 8:00 hasta las 13:00 viendo dos tumbonas con sombrilla reservadas y que allí no aparezca NADIE, eso lo veíamos todos los días y en sitios diferentes. Nuestra teoría es que hay gente que se hace con toallas extra para poner unas reservando el sitio en la playa y otras en la piscina, con lo que por la mañana están en un sitio y por la tarde en otro, siempre en la mejor situación. ¿Qué cómo consiguen toallas extra? Pues tenemos una ligera idea, ya que a los foreros pepa y sanisidret les robaron sus toallas, a ella del balcón y a ellos de ¡dentro de la habitación! Sí, como lo estáis leyendo… alguien cometió allanamiento en una habitación de hotel para robar unas toallas y, presuponemos, poder reservar sitio en playa y piscina a la vez… penoso.

Quitando el detalle de los sitios reservados, la playa nos pareció INCREÍBLE, arena fina no, finísima, agua templada, la mayoría de los días muy calmada… El sol yo personalmente no lo aguanto mucho rato, pero teníamos “fichado” un sitio debajo de una palmera (en primera línea de chiringuito) donde estábamos bastante agusto siempre que lo pillábamos libre.



Antes de comer, decidimos pasar por la habitación a darnos una ducha y ponernos un bañador seco. Al llegar allí, vimos que nos habían metido un papel por debajo de la puerta, escrito a mano y con bastante mala caligrafía. Era del touroperador diciendo que, como no habíamos ido a la reunión, teníamos que pasarnos de 16:00 18:00 por su mostrador en recepción con la hoja de validación del vuelo de vuelta. Decidimos que iríamos más que nada para que nos dejasen en paz de una vez.

A comer fuimos a El Arrecife. Los buffet de playa para nosotros es lo menos destacable del complejo, se hace bastante repetitivo: ensaladas, pasta, pizza, paella, filetes (recién hechos en la plancha en La Uva y en la brasa en El Arrecife, lo mejor), otros platos calientes, frutas, helados y tartas. Además casi nunca llegábamos a la comida con hambre porque en el desayuno nos poníamos bastante bien…


Después de comer fuimos a descansar un rato hasta las 16:00, para ir a ver a los del touroperador. Como era de esperar, no nos dieron ninguna información sobre la recogida (ni siquiera nos pidieron el papel) sino que nos dijeron que lo mirásemos el día anterior al de partida en una hoja que ponen en su mostrador y, por supuesto, intentaron vendernos sus excursiones. Cuando les dijimos que ya teníamos todo reservado desde España nos pusieron cara de higo y ni nos miraron a la cara al despedirse. Conclusión: no vayáis a la reunión del touroperador ni hagáis ningún caso a las amenazas, sólo quieren vender.

Fuimos a conocer la piscina del Bávaro y nos gustó mucho, yo no veo excesivo el techo de paja porque sobre todo da sombra a la barra húmeda (se agradece), siguen quedando al sol muchas tumbonas y gran parte del agua.


Sobre las 18:00 decidimos ir a la habitación a ducharnos y descansar un rato antes de cenar. Un poco antes de las 20:00 ya fuimos a ver cómo estaba el tema en la Cantina Mariachi (temático mexicano), queríamos probarlo pero nos daba un poco de miedo lo que habíamos leído de que tardaban muchísimo en atenderte, pues a las 22:00 teníamos la quedada del foro. Nos dieron el localizador y nos fuimos a tomar algo. A las 20:20 ya se iluminó, menos mal. Este temático tengo que decir que fue el que menos nos gustó, no porque tardasen mucho (la verdad es que a nosotros nos atendieron bastante rápido) sino por la calidad de la comida.

Del buffet de entrantes (viene bien para hacer tiempo en lo que te traen la comida) probamos varias cosas que fueron lo que más nos gustó de la cena: ensalada de pollo, ensalada marinera y paté de salmón (en la foto, siento que se vea un poco mal) y nachos (éstos los había en todos los buffet pero los más ricos los de aquí).


De primero pedimos fajitas de res con verduras (muy secas e insípidas) y alitas de pollo al estilo Jalisco (muy picantes y también secas) y de segundo pechuga de pavo rellena de arroz y nueces en salsa de arándanos (suena genial pero estaba malísimo) y mi chico pidió no sé qué de carne que le gustó un poco más pero tampoco estaba muy allá.


Nos fuimos sin postre y a las 21:30 ya estábamos en la barra del lobby del Bávaro, donde habíamos quedado con los demás foreros.

En la convocatoria para la quedada del foro en un principio había puesto sólo “en el lobby del Bávaro” pero, como el lobby es muy grande, a sugerencia de alguno de los foreros incluídos (no recuerdo quién), en el último mensaje que puse lo acoté a la barra. Por supuesto muchos foreros habrán ido al Palladium en las mismas fechas y no estarán en la lista que puse, lo explico: elaboré la lista antes de mis vacaciones leyendo el hilo de septiembre y apuntando los que coincidían en fechas. El 23 de agosto me fui de vacaciones al pueblo y no tuve internet durante toda la semana, hasta que llegué a Madrid el domingo 29. La semana del 30 de agosto al 3 de septiembre estuvimos de mudanza, un caos total, el día 1 ya estábamos en el piso nuevo pero sin internet (a día de hoy seguimos con una conexión temporal, todavía no nos han hecho el cambio definitivo). En resumen: todo aquél que se apuntase en el hilo de septiembre después del 22 de agosto no estaría en la lista a no ser que me hubiese enviado un privado antes del 30 de agosto.

Como a las 21:55 todavía no había aparecido nadie, fui a la recepción y pedí un papel y un boli para hacer un cartelito que ponía “LOSVIAJEROS.COM” que situé encima de la barra junto a nosotros. Entonces se manifestaron los primeros foreros, dos chicos que habían estado sentados en una mesa y, al quedarse sitio en la barra, se habían cambiado jeje, era chipy (los dos chicos de Talavera). Empezamos a charlar animadamente y al rato un chico que pasaba por nuestro lado vio el cartel y echó a correr hacia las mesas delante del escenario, entonces se acercaron todos: pepa y su hijo, sanisidret (los chicos de Valencia) y “las Martínez” como pepa las llamaba (madre e hija también). Estuvimos en la barra todo el grupo (diez personas) hasta las 23:30 más o menos y entonces, como no había aparecido nadie más, nos sentamos en unos sillones donde estuvimos un rato más y nos hicimos la foto de rigor (faltan mi chico y el hijo de pepa que estaban de fotógrafos) en la que no tapo las caras más que de los de Talavera y yo porque el resto ya salen en el diario de pepa, con lo que supongo que no les importa.


Nos despedimos hasta el día siguiente pues a pepa y los de Valencia los íbamos a ver en la excursión a Saona y con los de Talavera quedamos en vernos al día siguiente también después de cenar en el lobby.

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Madrugón. A las 6:00 nos recogían para la excursión Saona-Canto de la Playa así que nos levantamos a las 5:15 para que nos diese tiempo a ir al Sports Bar a desayunar antes. La pizza del Sports Bar buenísima, la mejor del complejo, en todos los buffet suele haber pizza pero como ésta ninguna. Después de un desayuno “ligero” (yo varios trozos de pizza y mi chico una hmaburguesa) nos dirigimos hacia la zona de recogida a esperar. Llegó la primera van y se fueron pepa y los de Valencia ohhhh no nos tocaba juntos, a esperar a la siguiente. Una vez en la van, nos enteramos que nuestros compañeros de viaje eran el resto de foreros con los que no habíamos coincidido en la quedada (Pergola, Beatriz23, Robles15 y Neska, creo) que también habían estado en el lobby pero en una mesa, con lo que no nos habíamos visto.

El viaje hasta Bayahíbe fue bastante ameno, viendo el paisaje, los pueblos, la gente… Nuestro conductor nos iba contando muchas cosas sobre la vida allí (el tío aguantó estoicamente respondiendo a las muchas preguntas de mi chico jejej) con lo que la hora y media se nos hizo muy corta. Un poco antes de la llegada a las barcas, paramos en el puesto del Gringo para pagar la excursión y continuar viaje. Llegamos a Bayahíbe y nos distribuímos en las lanchas. Había otras dos lanchas .



En el viaje de ida íbamos todos muy tranquilitos (más adelante contaré el de vuelta jejej) admirando el paisaje y sacando fotos, pasamos por los peces de colores, el tronco del pelícano y la gaviota, los manglares, paramos en la playa donde se come para dejar al cocinero y, ya por fin, la siguiente parada fue el Canto de la Playa.





No tengo palabras para describir la sensación al llegar a este lugar, impresionante, una playa casi desierta donde sólo estábamos nosotros y dos mujeres de Mano Juan que hacían masajes o trenzas (bastante bien de precio) y ese agua azul azul, espectacular.

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Nada más llegar nos echamos crema protectora pero se nos olvidó echármela a mí en el culo y las piernas por detrás (no hace falta que explique cuál fue el resultado después de dos horas haciendo snorkel). Al rato nos pusieron el aperitivo: taquitos de jamón-york y queso y plátano frito, patatas fritas y otros snacks, acompañados por lo mejor que se puede tomar a las 10:30 de la mañana en el Caribe, un ron con coca-cola (además coca-cola de verdad, de botella, no la de sifón que te ponen en el hotel).
Después ya nos pusimos a hacer snorkel sin parar, yo quería haber explorado un poco más la playa, irnos un poco lejos, pero era tan bonito lo que se veía con el snorkel que ya no nos movimos de ahí, de vez en cuando salíamos a reponer fuerzas con un ron-cola y pa’dentro otra vez. Hicimos algunas fotos con la cámara acuática deshechable pero bastante pobres, muy pocas se salvan.






Tres horas más tarde nos fuimos a la siguiente parada, el pueblo de pescadores de Mano-Juan, lleno de tiendecitas de souvenirs.




Como no teníamos pensado comprar nada, nos fuimos a la playa a bañarnos y hacernos alguna foto, la parada aquí fue corta, en seguida volvimos a las lanchas.



Y llegó el momento de irnos a la otra playa (la de los touroperadores) ¡a comer langosta! Yo la verdad que no tenía muchas esperanzas con la langosta de allí y bueno, no es como la de aquí evidentemente, pero está muy rica. La podías acompañar con una patata asada (buenísima) y si querías podías coger pescado y langosta o dos de langosta. Alguien preguntó “¿qué pescado es?” y respondieron “es de arrecife, uno de cada color” jajaj, me hizo muchísima gracia pero no me inspiraba mucha confianza así que me decidí por dos de langosta. Sobró hasta para que algunos repitieran y, para los que no quisieron langosta, habían hecho pollo (lo habían preguntado previamente a dejar al cocinero en la playa para que pudiera prepararlos). De postre coco y de beber agua, cerveza o coca-cola.



Después tocaba ir a ver las estrellas de mar. Aquí hay 2,5 metros de profundidad así que muchos no nos lanzamos, hicimos fotos a los que bajaron y continuamos marcha.



Y llegó lo mejor de la excursión, el bautizo de ron. De esto no doy detalles para no eliminar el factor sorpresa pero sólo decir que llegamos sobrios y nos subimos de nuevo a la lancha con una cogorza de campeonato, nos reímos muchísimo, para mí ver la cara de disfrute auténtico de mi novio fue lo mejor de las vacaciones. De nuevo en la lancha la situación era de mearse: música a tope, casi todos cantando, algunos bailando, gritos al adelantarnos unos a otros con las lanchas, pasando lo que quedaba en una botella unos a otros y bebiendo al estilo botijo, todos remando y gritando al unísono… buenísimo.



La siguiente parada eran los peces de colores. Con la cogorza general no todos se atrevieron a tirarse y muchos de los que se tiraron, lo hicieron con chaleco. Tengo que decir que yo no sé nadar bien y aún así me tiré (con chaleco claro) pero luego no era capaz de acercarme al barco por más que braceaba… me tuvo que llevar mi novio tirando de mí. Creo que había muchos peces pero yo entre el susto y el pedo no vi ni uno…

Al rato llegamos a Bayahíbe para desembarcar. No pasaron la gorra, sólo dijeron al despedirse que si alguien quería dejar propina sería bienvenida, yo se la di al Mula en la mano porque la excursión nos pareció espectacular y pasamos uno de los mejores días de nuestra vida. Fue la única propina que dimos en todo el viaje. Una recomendación importante que se nos pasó por alto a nosotros, llevad ropa seca para cambiaros antes de meteros en la furgoneta de vuelta porque si no tenéis que volver hora y media en coche empapados como nosotros y es bastante desagradable.
En el trayecto de vuelta cantamos y nos reímos mucho, nos pararon en unos almacenes para comprar
pero no compramos nada, era todo bastante caro, después seguimos camino hasta el hotel.

Esa noche habíamos decidido ir a cenar al Sumptuori (temático japonés) pero entre lo quemada que estaba del sol y la medio resaca que tenía no lo disfruté mucho, así que nos lo apuntamos para volver otro día. Después nos tomamos algo en el lobby, nos acercamos a la playa porque había fiesta (estaba muy poco animada, a punto de terminar) y enseguida nos fuimos a la cama porque estábamos muertos (sobre todo yo, porque a mi chico todavía le duraba el pedo y si le llego a dejar sigue hasta el amanecer).

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