PUNTA CANA, dia a dia, HOTEL CATALONIA ✏️ Blogs de Dominicana Rep.

Teníamos contratado por internet una excursión a isla Saona con el capitán Gringo (después de mucho leer en foros, nos decidimos por él, ya que todo el mundo venia muy contento de estas excursiones, ya que son mas económicas que las que te ofrece el mayorista en el hotel, y aparentemente menos masificadas, recomendado encarecidamente!!).

A la hora en punto nos recogen en el hotel con un taxi-furgoneta-coche grande, y recogemos a dos parejas más hasta llenar el coche. Esto sí que fue una experiencia (religiosa por lo menos, ya que íbamos a unas velocidades de vértigo, con unas carreteras sacadas de un mundo post-apocalíptico, y adelantando a todo lo que pusiera por delante). De hecho el cabeza de familia quería bajarse y bajarnos a nosotras del coche, ya que temía por nuestra integridad física. Nos llevan a una especie de bar/tienda de recuerdos de carretera, y allí pagamos todos al capitán Gringo. Nos juntamos con muchos más taxis, y nos dan una pulserita de un color u otro dependiendo de si habías elegido Catalinita+Altos de Chavon+Saona o solo Saona (con langosta incluida).

Nosotros habíamos escogido la primera opción, así que nos llevan hasta un rio, y allí subimos a una lancha rápida (todos guapísimos con nuestros chalecos salvavidas, formalitos, y bien olientes gracias al Autan anti mosquitos. Debo decir que nosotros ni nos enteramos de los mosquitos caribeños, pero una chica que no se puso Autan, los mosquitos la dejaron bonica bonica a base de picotazos, así que ya sabéis, mejor prevenir que rascar, jaja). Nuestro capitán, el capi Viruta (quedaos con el nombre, ya os diremos porque), empieza el viaje en lancha tranquilamente, señalándonos los lugares que había que ver y tal, hasta que desembocamos en el Caribe. Una vez allí, el capi Viruta le pisa el acelerador bien fuerte (agarraos fuerte las gorras, que ahí quien no corre vuela!) y vamos hasta Isla Catalinita, a ver el cementerio de caracolas. Impresionante. Cientos de miles de caracolas. Y eso sí, sin poderte llevar ni una como souvenir gratuito (mejor, ya que si todos cogemos una para nuestros amiguitos, se acaba el cementerio y hasta la fauna).


Otra vez en la lancha, hasta una piscina natural, en la que nos sacan el ron, para abrir boca. Claro, que como eran las 11 de la mañana, ganas, lo que se dice ganas de beber ron, no había muchas. Y ya por fin nos dirigimos rumbo a isla Saona. Llegamos a la isla y vemos amarradas como 40 lanchas iguales que la nuestra. Tiempo libre para todos hasta las 3. Barra libre de bebida en una cabañita a modo de bar, y mini-buffet en otra cabaña para comer. A tomar el sol, a comer coco natural, a bañarse, y a disfrutar!!


Hora de salir de Saona. Tomamos otra vez la lancha y nos dirigimos a ver las estrellas de mar. Si no tenéis gafas de bucear de esas grandes de snorkel no os preocupéis, que en las lanchas llevan para todos. Las estrellas están bastante profundas (bueno, bastante tampoco, como a 2 metros como mucho) y hay que tener cuidado de no sacarlas del agua más de 20 segundos ya que se mueren, así que la foto típica con la estrella aprisa y corriendo y a dejarlas caer. Cuando ya todos estábamos contentos con nuestra colección de fotos estrelladas, nos subimos a la lancha y nos llevan a otra piscina natural. Y otra vez sacan el ron, solo que en este caso NADIE (cuando digo nadie, incluyo también a chavales de 15 años que venían con nosotros) puede permitirse el lujo de no querer beber. Así que todo el mundo vaso de ron en mano y aquí comienza lo que para nosotros fue lo mejor de la excursión. El bautizo caribeño. No os lo vamos a contar porque si no pierde la gracia, así que solo os diremos que acabamos todos mas piripis que piripis, hasta incluso las personas que parecían más serias acabaron haciendo de gogo’s subidos en el barco. La verdad es que fue gracias al capi Viruta, que se enrollo muchísimo con nosotros, haciéndonos reir, bailar y cantar (“A las mujeres les gusta que les abran el paaaaaaaaaan!! Pa ponerle el hot dog!!”). Quedaos con el nombre, capitán Viruta. No sabemos si las demás lanchas se lo pasaron tan bien como nosotros, pero el capi Viruta fue una de las personas que con más cariño guardamos en el recuerdo de RD.


Y aquí acaba el día de Saona. Recomendación very importante!![u] PROTECCION SOLAR y GORRA. Que nosotros aun llevando ambas cosas parecíamos langostas del Caribe al llegar al hotel. Así que eso no puede faltaros a la hora de hacer la mochilita para ir a la excursión. Y si en la maleta os cabe aloe vera o aftersun, al llegar después de todo el día bajo el sol, vuestra piel lo agradecerá (esto ya parece un anuncio de cosméticos jajaja).

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(No os relatamos el quinto dia, ya que fue de hotel).

Este día nos tocaba la excursión del jeep. En este momento aparece en escena Oswaldo (os acordáis no??). A la hora convenida se presenta este señor en un taxi con el conductor del mismo. Hablando hablando, le comentamos que el último día en RD queríamos ir a un par de sitios para acabar de hacer las compras pertinentes, así que nos ofrece el mismo taxi por 30 dólares toda la mañana. Como nos pareció un buen precio, le dijimos que si, y nos pidió el dinero, dándonos una especie de recibo. Como lo de los jeeps no parecía ser un timo, ya que estábamos en un taxi de camino allí, le damos el dinero y quedamos para el día siguiente. A todo esto, Oswaldo nos dice que le demos el dinero que faltaba de la excursión (serian unos 200 dólares) y se baja del taxi antes de llegar a la “sede” de los jeeps. Total, que una vez ahí, nos asignan un jeep, y a la que vamos a empezar la excursión, se nos acerca el jefe y nos dice que a quien le hemos dado el dinero, ya que él no lo tiene. Nos empezó a oler mal la cosa. Le dijimos que el dinero lo tenía Oswaldo. Y nada, nos dejaron salir, aunque no sabemos al final quien se quedo con el dinero. (Hay una cosilla más de la historia de Oswaldo, pero toca el día 7 jeje).

Bueno, hablando de la excursión, que es lo más importante. Se trata de la excursión PUNTA CANA EXPRESS-JEEP SAFARI AND TRUCK ADVENTURE, y a nosotros nos costó unos 85 dólares cada uno. Aunque por el nombre lo parezca, no se trata de un safari. Cada familia o grupo lleva su propio jeep (que madre mía vaya jeeps, no eran de la 2ª guerra mundial ni nada, pero de lo rotos que estaban, lo parecían… con deciros que nuestro freno de mano era una roca enorme que había que poner detrás de una rueda a modo de cuña cada vez que parábamos en rampa…parecía calcado de la peli “los dioses deben estar locos”) y éstos van unos detrás de otros, no nos podemos perder.


La aventura empieza yendo a ver una fábrica de tabaco, por si alguien quería comprar regalitos, ya que los precios eran fijos, una ventaja, la verdad. Nos ponemos en marcha otra vez, y nos llevan a unas plantaciones de caña de azúcar. De camino, nos encontramos con nenes muy pobres, como locos por un dólar o por caramelos. Se trata de familias haitianas, según nos dicen. Seguimos la excursión y nos internamos en la selva profunda. La verdad es que fue una sorpresa, ya que no esperábamos que la excursión fuera tan aventurera. Con calma, el jeep va avanzando poco a poco entre caminos llenos de charcos de barro, de piedras, de baches... hasta que llegamos a una explanada en la que nos explican cómo se extrae el cacao, y nos dan a probar cacao de verdad, que para nada parece nuestro colacao de toda la vida. Después de la explicación nos ofrecen comprar productos típicos de allí, como cacao, café auténtico, extracto de vainilla, aceite de coco… etc., al precio de 5 dólares el bote. La verdad es que muchísima gente compró, ya que el precio era justo, son regalitos perfectos para llevar, ya que café por ejemplo en una casa siempre se usa, y además con ese dinero ayudas a las familias de la zona, que falta les hace. Otra vez al jeep, y llegamos a la zona donde acabaremos de pasar el día. Es una especie de rancho en el que podemos subir a caballo, hacer tirolina (no la típica tirolina cutre no, 4 tirolinas, cada cual más larga que la anterior, muy emocionante), ver un cocodrilo enorme, loros e iguanas. Además, comemos allí comida típica del lugar.


Descansamos y a eso de las 4 o así, cogemos los jeeps y nos llevan a la playa del Macao, una playa preciosa, con unos contrastes para hacer fotos perfectas. Y nada, nos dan tiempo para bañarnos allí, y volvemos a coger los jeeps, hasta la “sede”. Este último trayecto fue el más largo, y la verdad, jamás pensamos que podríamos recorrernos tantos kilómetros conduciendo nosotros mismos y mas por esas carreteras. Una experiencia única, de verdad. Os aconsejamos que la hagáis, ya que a lo mejor la experiencia de los jeeps no la tenéis nunca más, no al menos en RD.

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A la hora que habíamos quedado con el taxista, y viendo que no aparecía, nos damos cuenta de que el señor Oswaldo nos había timado los 30 euros del taxi, y los 200 de los jeeps, seguramente también se los timó al jefe de la excursión. Así que después de tanta historia, desconfiar de cualquier agente de excursión que os encontréis por la calle. Si queréis contratar algo, mejor hacerlo previamente por internet (como hicimos con el capitán Gringo) o mediante los agentes que encontrareis en el hotel.

Como hemos dicho, el último día queríamos acabar las compras, así que buscamos otro taxi, y por 50 dólares nos llevó a Plaza Bávaro (primera foto, tiendecitas con los cuadros de siempre, joyas de larimar, souvenirs… etc., con regateo incluido) y al complejo comercial Palma Real (segunda foto, allí encontrareis el Hard Rock Café, y tiendas tales como Quiksilver, Converse, uno de 50..etc, vamos, como un centro comercial de aquí, y con precios europeos, aquí olvidaos del regateo). El taxista nos llevo a donde le dijimos y en ese precio se incluía toda la mañana de compras. Estan bastante cerca un sitio de otro, a 5 minutos en taxi. Ademas hay otro sitio de compras para visitar cerca de Plaza Bavaro (a unos 5 minutos tambien en taxi) que se llama El Cortecito. Nosotros no fuimos, ya que ademas de que habiamos acabado de hacer todas nuestras compras, estabamos un poco cansados de ser los guiris del lugar jaja. Estas dos zonas de compras estan cerca de nuestro hotel, mas o menos por donde comienza la zona hotelera (la mas proxima al aeropuerto). Algunos hoteles tienen servicio gratuito de desplazamiento hasta el Palma Real, asi que antes de coger un taxi, preguntarlo. Y otra vez al hotel, que solo nos quedaba esa tarde y la mañana del día siguiente.



El ultimo dia...snif...con mucha penita y ya pensando en el verano siguiente fechas para volver, hacemos las maletas y nos ponemos rumbo a Madrid. Te cortan tu pulserita del todo incluido y ya se acaba todo

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