Mi primer viaje a Italia ✏️ Blogs de Italia

El siguiente destino en mi itinerario fue San Gimignano, una ciudad medieval que descubrí por accidente.
Antes de planear el viaje, había visto la película “Te con Musolinni”, un relato que transcurre durante la segunda guerra y en el que un grupo de damas de la sociedad inglesa se refugian en este pueblito italiano cercano a Florencia.

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Por ese lado me entró la curiosidad y empecé a investigar sobre ella.
Para mi sorpresa, San Gimignano es una verdadera joya de la época medieval, rodeada de murallas antiguas y con una serie de torres que le dan un perfil característico y único.



El viaje en bus dura mas o menos una hora y durante todo el trayecto, fui hablando con mi vecina de asiento, una americana docente que hacía su primer viaje a Italia.
El bus nos deja en la terminal extra muros, ya que pocos autos la recorren. El vehículo mas usado en estas ciudades es la moto y pocos autos. Entré por la puerta mas importante y ahí solo me dejé llevar.
Desconozco a ciencia cierta por los lugares en los que anduve, solo sé que estaba sorprendido, entusiasmado y con ganas de caminar tranquilamente, dejando que la ciudad me guie.

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Caminé todo el tiempo que quedaba de esta mañana soleada y pasadas las 13hs decidí comer algo.
Elegí un lugar curioso y muy pintoresco. Un restaurante construido sobre las murallas con una vista de la campiña toscana insuperable.
Lo curioso del lugar es que estaba sobre una calle y las mesas recostadas sobre la pared de piedra del edificio que alojaba el restaurante
Me propuse comer algo liviano y disfrutar del lugar, la gente y el sol, que caía a pleno y nos calentaba de esa fría tarde primaveral. Pedí una ensalada con queso, frutos secos y una botella de vino chianti y me tomé el tiempo para saborear el momento. Hoy día, recuerdo este almuerzo, como uno de los momentos mas importantes de este viaje, uno de los mas plenos y placenteros.

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Casi una hora después, con el estómago lleno y animado por el vino, salí nuevamente a sacar fotos y disfrutar mas de la ciudad.
Recorrí negocios, la gran mayoría de alfarería típica, embutidos, quesos, vinos y recuerdos. Compré algunos mosaicos decorados, y un sweater tejido con lana de ovejas de la zona. No quise comprar alimentos para no tener problemas en la aduana al salir del país.



Terminé la tarde recorriendo iglesias, caminando por sus calles y aproveché también para salir de la ciudad por otra puerta y observar la muralla desde afuera. La población extramuros no merece especial atención, pero vale la pena pegarle una mirada.









Caminé hasta la parada del bus y emprendí el regreso con una satisfacción muy grande de haber conocido “La ciudad de las torres”.
Llegué al hotel casi entrada la noche, justo a tiempo para darme un baño, ir al restaurante a comer algo y descansar para levantarme temprano a continuar con la siguiente ciudad que me esperaba.

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A la mañana siguiente, mi tren salía a las 8hs a Florencia. Pedí que me despertaran a las 6,30hs y luego de preparar mis cosas, bajé a recepción a pedir que me enviaran un taxi. Entre tanto, aboné mis consumisiones del restaurante y hablé con el amable conserje de turno. Llegué a las 7,15hs con tiempo para un desayuno tranquilo en el bar de la terminal.
Arriba del tren volví a desayunar. Estaba ansioso y por mas que tenía lectura y música que escuchar, preferí calmar mi ansiedad comiendo.
El viaje a Florencia demora mas o menos dos horas, por lo que llegué con la mañana avanzada y con tiempo para alojarme en el hotel y salir a recorrer la ciudad.
Me fui directo a la zona de la iglesia de San Lorenzo. Lamentablemente solo pude sacar fotos de su fachada inacabada pero no de su interior.


Recorrí el mercado que la rodea y de ahí a la Capilla Medici. Afortunadamente había poca cola y entré inmediatamente.
Tenía mucha ansiedad por conocerla y honestamente no me sentí desepcionado en absoluto. Es una verdadera joyade la arquitectura y el arte. Miguel Angel se encuentra presente en cada rincón y da una emoción increible poder estar ahí.







A la salida de la Capilla, decidí marchar hacia el Duomo.
Florencia es una ciudad para recorrerla a pie. Todo está cerca y en cada esquina hay algo que ver. A pocas cuadras de la Capilla Medici, caminando por unas hermosas calles, llegué a la Piazza del Duomo, con Santa María del Fiori dominando el paisaje.
Les dejo imagenes para que se deleiten un poco.







Luego de un breve recorrido, por Vía dei Calzaioli hasta Piazza della Signoría, uno de los puntos de encuentro mas importantes de la ciudad.







La plaza está rodeada por el Palazzo Vecchio, la Loggia della Signoría (un verdadero museo al aire libre) y también desde esta plaza se accede al Museo de los Oficios. Lamentablemente a esa hora había una cola enorme para entrar y ya eran cerca de las 5 de la tarde. El museo cierra a las 6, por lo que decidí dejarlo para el día siguiente.
Pasee por la plaza, observé la Fontana del Netunno, la réplica del David de Miguel Angel e ingresé al Palazzo Vecchio a apreciar su increible interior.


Después de la recorrida por el Palazzo Vecchio, pasando por el pasaje del Museo de los Oficios, llegué al Arno para contemplar las increibles vistas.


Decidí atravesar el Ponte Veccio, observando las joyerías que pueblan su recorrido y de ahí, llegar al Palazzo Pitti.



Por una cuestión de falta de entendimiento del idioma, compré una entrada para recorrer el palacio, pero no para los Jardines del Boboli. Bueno, que va a ser.




Los pude ver un poquito desde los ventanales.
Recorrí el palacio y salí, desandando el camino que había hecho, cuando ya caía el sol.
Volví caminando despacio, ya con menos ansiedad y mucha calma.



Llegué al hotel, me di un buen baño de inmersión, me vestí lindo, perfumé y salí a la noche de Florencia a comer algo rico para volver a descansar. El día había empezado muy temprano, me dolía el cuerpo, las piernas, los pies y necesitaba dormir unas horas para arrancar la mañana siguiente con toda la energía necesaria.

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Describir el Museo de los Oficios es harto complicado. Recuerdo que el primer día que llegué a la ciudad y luego de hacer un recorrido general lleno de ansiedad y excitación, fui directo al museo con la esperanza de entrar a apreciar su arte. Eran casi las 17hs y a las 18hs ya cerraba sus puertas. Tuve que conformarme con recorrerlo por fuera y esperar al día siguiente para poder visitarlo.
Me levanté temprano y a eso de las 8.30hs ya estaba haciendo la cola para entrar. Me esperaban 100mts de gente y casi 2 hs de plantón (menos que la que tuve en el Museo Vaticano) pero al fin entré...




La visita a la sala de los Boticelli bien valió la pena tantas horas de ansiedad.
La Galería de los Oficios, es un palacio en Florencia, que contiene una de las más antiguas y famosas colecciones de arte del mundo.
La exposición se distribuye a lo largo de dos pisos del palacio, ordenada cronológicamente, comenzando su recorrido por el segundo piso.
La construcción del palacio Uffizi fue comenzada en 1560 por Giorgio Vasari, siguiendo órdenes de Cosme I de Médicis. Su finalidad inicial era albergar las oficinas de las magistraturas florentinas, una vez que se quedó pequeño el Palazzo Vecchio.
Ante la extinción de la dinastía Médicis en el siglo XVIII, las obras de arte corrieron el riesgo de ser transferidas a Viena, ya que el ducado pasó a ser dominio austríaco. Por suerte, la última duquesa Ana María había decretado la permanencia de la colección en Florencia, siendo el embrión de unos de los primeros museos modernos del mundo. La galería era abierta a los visitantes que lo solicitaban durante el siglo XVI y en 1765 abrió oficialmente al público como museo.
A causa de la magnitud de la colección, algunas obras fueron traspasadas a otros museos florentinos, como las esculturas al Museo Bargello. Las limitaciones del edificio en cuanto a superficie de exposición aún siguen, aunque se ha proyectando su ampliación, que pasó de 6.000 m² a casi 17.000 m² en 2006 y 30.000 m² cuando finalice la propuesta de ampliación.
Después de la larga espera para entrar y la recorrida que me llevó mas de 2 horas, que mejor que subir al bar que está en la terraza y disfrutar de un capuccino caliente con unas facturas italianas y una vista impresionante?



Luego de este recorrido, decidí visitar una iglesia emblemática, Santa Croce. Delante hay una plaza con el mismo nombre, en la que ha habido notables torneos, famosas predicaciones y partidos de calcio, antiguo juego de pelota.
En ella se alza la magnífica iglesia de la Santa Croce, iniciada en el final del siglo XIII por Arnolfo di Cambio. Recuerdo que llegué a ella sin haber planificado conocerla.
Reconozco que a Florencia me la tomé mas light. A esta altura del viaje y luego de haber recorrido tantas ciudades, estaba cansado de tanta iglesia y monumento. Había corrido mucho tratando de visitar monumentos clave, sobre todo en Roma y no quería repetir la historia aquí. De todos modos este notable edificio me impactó y me dio mas de lo que esperaba encontrar
Mide 140 metros de longitud por 40 de ancho, es de un estilo gótico austero, con cubierta de madera. El edificio es poderoso. Es bello el claustro que está a la derecha del templo, del siglo XIV. También es impactante otro más a la derecha, el Claustro Grande, proyectado por Brunelleschi, con la Capilla Pazzi, pero de eso me ocuparé mas adelante.
En Santa croce, se pueden admirar las obras de: Cimabue, Giotto, Brunelleschi, Donatello, Giorgio Vasari, Lorenzo Ghiberti, Orcagno, Gaddi, Luca Della Robbia, Giovanni da Milano, Bronzino, Michelozzo, Veneziano, Maso di Banco, Giuliano da Sangallo, Benedetto da Maiano, Antonio Canova, y muchos más.
Santa Croce ha sido definida como el Panteón de las glorias italianas, porque la iglesia acoge las sepulturas de personajes tan ilustres como: Nicolás Maquiavelo, Galileo Galilei, Miguel Ángel, Gioacchino Rossini, Vasari, Loranzo Ghiberti, Vittorio Alfieri y Ugo Foscolo.



A la Capilla Pazzi (encargada por Andrea de Pazzi, miembro de una de las más ilustres familias florentinas), se accede desde el claustro de la basílica de la Santa Croce ya que se encuentra ubicada en el jardín de ésta. Encargada en 1441 a Filippo Brunelleschi, fue su última obra e incluso murió antes de terminar de construirla. Esta capilla es considerada el ejemplo más representativo de la arquitectura del célebre arquitecto, y una de las obras fundamentales y más bellas del Renacimiento. A la muerte de Brunelleschi intervinieron en la obra Michelozzo y Giuliano da Maiano.



Curiosamente, además de capilla, era la tumba de la familia Pazzi, pero todo en ella es luz y a diferencia de otros lugares similares como la Capilla de los Medici, todo es relajado, luminoso. Un lugar para recorrer y disfrutar, sin tanto boato y protocolo.
Una vez recorrido todo con la amyor atención posible, decidí salir a pasear tranquilamente por las calles y me dejé llevar por las ofertas de las vidrieras.
Conclusión: volví cargado de bolsas con mucha ropa y zapatos que conseguií a precios muy buenos.
Luego de la recorrida, caminé por Vía de Tornabuoni. Viene a ser como Vía Condotti en Roma o Champs Elysées en París.
Las mejores marcas se disputan el protagonísmo y da placer ver cada una de las vidrieras.
Volví caminando y pasé por el Mercado Nuevo, lugar de bares y librerías.


Dando vuelta una esquina y sin recordar bien dónde, me encontré con este desfile con trajes típicos y banderas que representan a las diferentes congregaciones de la ciudad.
Volví al hotel satisfecho por el recorrido del día. Pensaba ir a la Academia, pero había una cola de mas de 3 cuadras, así que lo dejé como posible para el día siguiente.




En ese momento, solo pensaba en un baño y una rica comida.

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