Aventuras y experiencias en el Sur de África ✏️ Blogs de Africa Sur26 días recorriendo Namibia, Botswana y Ciudad del Cabo y Victoria falls como añadidosAutor: Unforgiven Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (22 Votos) Índice del Diario: Aventuras y experiencias en el Sur de África
01: Introducción e información general
02: Ciudad del Cabo
03: Del desierto del Namib a Swakopmund
04: De la Skeleton Coast a la Otjitotongwe Cheetah Farm
05: Etosha
06: La franja de Caprivi
07: Chobe Riverfront
08: Victoria Falls
09: Chobe interior
10: Savuti
11: Moremi
12: Delta del Okavango
13: Ghanzi y los San (Bushmen)
14: Reserva de felinos Harnas
15: Regreso y conclusiones
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Etapas 13 a 15, total 15
30 de Octubre – Los San de Ghanzi a ritmo de danzas del trance.
Pasamos toda la mañana conduciendo otra interminable carretera que une Maun con Windhoek. El final del viaje se acercaba y a mitad de camino entre estas dos ciudades se encontraba Ghanzi, donde en principio nos quedaba por ver lo último de todo el recorrido. A mediodía llegamos al camping donde pasaríamos la noche, Ghanzi Trail Blazers, que era una reproducción de un pequeño poblado San y ofrecía a los turistas la posibilidad de dormir en réplicas de cabañas hechas por los Bushmen. Nosotros para nuestro vehículo teníamos un magnífico descampado de arena donde poder pasar la noche al lado de los lavabos aunque luego lo acabamos prefiriendo…
*** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** La dueña del camping era de origen San y la verdad es que con sólo verle los rasgos característicos de la cara se notaba, pero iba vestida como cualquier otro occidental. Digamos que estaba hecha a la vida del siglo XXI. Por la tarde íbamos a compartir una caminata por el bosque con una tribu San y ella a su vez nos haría de traductora y guía.
*** Imagen borrada de Tinypic *** Cuando el Sol ya iba cayendo, nos dirigimos al campo hasta encontrarnos con algunos de los miembros del poblado San y comenzar la caminata. El objetivo que tenían era el de recolectar raíces y plantas que luego utilizarían para un sinfín de cosas. Lo primero que nos llamó la atención, fueron los característicos rasgos que tienen de prominentes pómulos y ojos muy rasgados. El idioma con el que se comunican también es digno de oír y es sin duda la lengua más rara que habíamos escuchado nunca. Emiten como una especie de chasquidos con la lengua y la garganta que son imposibles de reproducir, hay que oírlo. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Cada uno de ellos iba hablando por turnos, e iban explicando las características y curiosidades de las plantas, semillas y demás que iban encontrando. En concreto había una semilla que la ponían debajo de la lengua y que por efecto de la saliva reventaba de un chasquido provocando un leve dolor. Por supuesto, lo probamos aunque no entendimos muy bien la gracia que tenía, pero a ellos les encantaba. Nos resultó curioso saber también que no les gusta el apelativo Bushmen (hombre de los bosques) y que prefieren denominarse San a secas.
*** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Nos explicaron la forma de cómo conseguir agua en un paisaje tan seco como las planicies de Ghanzi que están lindando con el desierto del Kalahari. Descubrieron una plantita minúscula que tiene una raíz en forma de bulbo enorme. A su vez, machacan esta raíz hasta formar una pasta y la estrujan a modo de esponja para beber el agua o asearse. Nosotros lo intentamos pero no teníamos tanta maña como ellos. Es increíble la cantidad de usos y soluciones que tienen para la vida diaria y el conocimiento medicinal que tienen de todas y cada una de las plantas de aquella zona.
*** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Cuando terminaron de hacer toda su recolecta se reunieron en un corro y encendieron una fogata. Nos explicaron que cuando salían fumaban como una especie de opio a palo seco para ir entrando en vereda, de cara a lo que nos explicaron que serían los bailes del trance. Ya de noche vendrían todos los habitantes del poblado y nos enseñarían los cánticos y bailes que realizan en su día a día. Por supuesto, la fogata la encendían a la antigua usanza con palitos y plantas secas. Lo que uno de nosotros no sería capaz de hacer ellos lo conseguían en menos de dos minutos de preparación.
*** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Volvimos al camping para ducharnos y cenar rápidamente ya que cuando oscureciese presenciaríamos los bailes del trance ya mencionados. Nuestra sorpresa en ese momento fue ver la cantidad de escorpiones que habían salido a esa hora. De hecho, vimos entrar y salir alguno de las cabañas donde se alojaban otros viajeros y ahí fue cuando no nos quedamos con las ganas de haber dormido ahí. Allí estaban acostumbrados y no les hacían mucho caso, pero nosotros andábamos ojo avizor puesto que después deberíamos sentarnos en el suelo y suponemos que si te pica uno de esos ya te hace la gracia del viaje.
*** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Por la noche hicieron la presentación de lo que ellos llamaban bailes del trance. En esta ocasión vinieron todos los del poblado y lo que nos vinieron a explicar era que utilizaban estas danzas para lo típico: caza, nacimiento, casamiento, etc… Las mujeres y niñas permanecían sentadas y dando palmas mientras cantaban. A su vez, los hombres eran los que hacían la danza al son de la música describiendo un círculo cuando zapateaban con sus pies en la arena.
*** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Los cánticos a oídos nuestros eran muy parecidos pero cada uno tenía su significado y motivo. Eran como varias estrofas que se repetían una y otra vez, cada vez más fuerte. Los hombres tenían en las piernas como unas semillas colgantes que cuando chocaban al zapatear sonaban a modo de cascabel. También algunos llevaban una cola de Oryx a modo de plumero que iban moviendo ostensiblemente.
*** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Nos fuimos finalmente a dormir con buen sabor de boca tras haber compartido momentos con personas tan y tan diferentes, pero que al fin y al cabo “conversando” con ellos de la manera que podíamos, uno se da cuenta de que podemos tener muchas cosas en común en muchos temas. Etapas 13 a 15, total 15
31 de Octubre – La decepción de Harnas
El viaje se acababa y ya no nos quedaban más cosas que hacer salvo seguir la carretera hasta llegar a Windhoek haciendo la última noche en Kalahari Bush Breaks, situado algunos después de pasar la frontera entre Botswana y Namibia en Buitepos. Esto había sido la idea que llevábamos preconcebida pero volviendo atrás en el tiempo, nosotros decidimos cambiar todo por completo.
Antes del viaje habíamos visto información de una reserva de felinos llamada Harnas situada al norte de Gobabis, población al este de Windhoek casi en la frontera con Botswana. Durante el viaje vimos publicidad de dicha reserva en algunos sitios de Namibia y nos atrajo la curiosidad. Es por esto que el día que estuvimos en Ghanzi decidimos llamar a Harnas y reservar el camping para la última noche, anulando el que teníamos en Kalahari Bush Breaks.
Volvimos a entrar a Namibia durante la mañana y emprendimos el desvío hacia Harnas desde la carretera principal, casi 100 km más hasta llegar por terreno pedregoso. De camino y como anécdota, nos encontramos con un grupo de niños haciendo autostop. El más grande no tendría ni ocho y el más pequeño unos tres años. Era un domingo muy caluroso e iban andando solos por la carretera. Decían que venían del colegio (lo cual extrañaba un domingo) e iban hacia su poblado. Nos pedían agua y que si podíamos acercarlos. Medio nos entendimos con gestos y algo de inglés que hablaba el más mayor, el cual tenía el brazo sangrando y mal vendado. Era una responsabilidad meterlos en el coche y además casi ni cabían pero al final dijimos, “va pa’dentro!”. Locos de contentos los dejamos a la entrada de su hogar y nos despidieron con una sonrisa de oreja a oreja.
*** Imagen borrada de Tinypic *** La experiencia en Harnas como deja entrever el título fue una completa decepción en el sentido que por muy camuflado que estuviese nosotros lo vimos como un zoo ambulante y un puro negocio. Para empezar el camping, a pesar de que tenía buenas instalaciones era carísimo. Nada más llegar tuvimos una “reunión” con el encargado para ver cuantos tipos de visitas nos podía encasquetar. Por supuesto los animales que veías en una no los podías ver en otra y viceversa. Cogimos un tour por la tarde y nos quedamos deambulando por allí viendo los babuinos que tenían en un cercado. También cerca a la recepción había una pequeña charca con cocodrilos y al lado otra zanja donde se encontraba un guepardo en las últimas, moribundo total, supuestamente el más mayor de todo el complejo. Por toda la esplanada de las instalaciones también habían un montón de tortugas terrestres sueltas pero todo el resto de animales estaban campo a dentro para asegurarse que no vieses nada claro está.
*** Imagen borrada de Tinypic *** Cuando llegó la tarde nos vino a buscar el que sería nuestro guía por el recinto y que venía junto con otra pareja de holandeses también. La primera parada fue ir a ver a un grupo de jóvenes voluntarios que pagaban una pasta para hacer una estancia de trabajo allí y que en aquel momento estaban haciendo un partido de fútbol. Nos pasamos un montón de rato a la espera de que nos contasen algo interesante pero no, en cambio mostraban aires de grandeza y superioridad mirando como por encima del hombro por el hecho de estar allí. Se notaba que provenían de familias de pasta, de las de papá y mamá. Luego nos llevaron a una guardería vacía (ya que era domingo) construida en principio con dinero de la reserva, interés para nosotros cero patatero. Cerca de allí había tras unas verjas una hiena sobrealimentada y que no podía ni respirar del calor que hacía y permanecía tumbada en el suelo sin moverse apenas.
Ya íbamos viendo que aquello tenía mala pinta y que era un timo en toda regla con mayúsculas pero no acabaría aquí. En medio del campo y ya desplazándonos con un todoterreno nos enseñaron lo que era una pequeña capilla construida en honor al fundador que había muerto en un accidente. Esto tampoco es que nos interesase en absoluto y en ningún momento nos lo habían explicado. La pregunta era: ¿no íbamos a ver animales? Siguiendo el camino llegamos a un recinto lleno de babuinos a los que les daban una especie de pasta de maíz por encima de la verja mientras que el coche seguía en marcha. Cual fue nuestra sorpresa cuando el maldito guía nos abroncó por querer hacer alguna foto. Nos decía que sólo cuando estuviésemos parada y ni tan siquiera lo habíamos hecho. El cabrero iba en aumento…
La última parada era el recinto de los leones donde sí paramos y les echaron unas cuantas piezas por encima de la verja también. La verdad que eran preciosos pero la decepción era tal que ni siquiera lo disfrutamos y menos después de haberlos visto campar como querían en libertad. La verdad nos esperábamos otra cosa. La peor experiencia del viaje, nefasto, ridículo y no recomendable bajo ningún concepto.
*** Imagen borrada de Tinypic *** Nos volvimos con cara de pocos amigos y maldiciendo todo, con ganas de que llegase el siguiente día y poder volver a casa desde Windhoek para contarle todas las maravillas del viaje a nuestras familias. Etapas 13 a 15, total 15
1 de Noviembre – Vuelta y conclusión
Saliendo por patas de Harnas ya sólo nos quedaba el último tramo hasta llegar a Windhoek la capital de Namibia y hacer las últimas compras. Contentos por no haber destrozado el coche y salvo el problema de la batería habernos dado un rendimiento extraordinario, lo devolvimos con pena. Había sido nuestro fiel compañero durante más de 20 días. Nos dirigimos al centro de Windhoek donde hay varias calles con talleres de artesanía con cosas muy chulas para comprar. Ya por la tarde los de la agencia de coches nos acompañaron al aeropuerto para volver a Barcelona vía Johannesburgo y a partir de aquí la aventura se acabó, el viaje ya era historia…
Sea como sea que se haga una ruta por el Sur de África siempre deparará una aventura diferente e increíble. El hecho de ver un mismo sitio pero que puedas encontrarte un paisaje y animales diferentes en distintas ocasiones nos ha hecho pensar que algún día volveremos por estos lares para una nueva experiencia, seguro. Fue todo una superación personal llena de retos y aun con más satisfacciones. Uno de los mejores viajes de nuestra vida sin lugar a dudas el cual desde aquí recomendamos encarecidamente. Esperamos que todo el esfuerzo que hemos puesto en este diario sirva para facilitar a futuros viajeros en esta parte del mundo. Hasta pronto!!! Etapas 13 a 15, total 15
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