El Madrid olvidado ✏️ Blogs de EspañaVisitas a lugares olvidados o desconocidos de Madrid y anécdotas poco conocidas de aquellos lugares más visitados. Iré creando etapas según vaya visitando sitios nuevos.Autor: Charucag Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.9 (31 Votos) Índice del Diario: El Madrid olvidado
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Etapas 7 a 9, total 18
El Museo del Romanticismo
Este museo se encuentra situado en la calle San Mateo nº 13, líneas 1 y 10 de metro, estación Tribunal, aunque también se puede acceder desde la estación de Alonso Martínez, líneas 4 y 10, bajando por la Plaza de Santa Bárbara. Se trata de un palacio neoclásico y fue construido como vivienda del Marqués de Matallana. Posteriormente tuvo diversos usos, desde oficinas ministeriales hasta local de la editorial Espasa Calpe, por lo que sufrió muchas modificaciones en su estructura original. De hecho, este palacio ha perdido todas las dependencias de la planta baja en donde estarían ubicadas las cocinas, despensas, lavanderías y todas las construcciones auxiliares propias de una vivienda de la nobleza. Desde la calle se accede por una amplia puerta de madera de doble hoja que se podían abrir del todo para que pudieran pasar los carruajes, o bien abrir sólo las puertas para el acceso de las personas. No voy a hacer conjeturas sobre lo que habría una vez traspasada esa puerta, sino que me limitaré a contar lo que hoy en día puede verse. Una vez traspasada la puerta de la calle tenemos al fondo la escalera de acceso a la planta noble y al lado un puerta-vidriera que da a un precioso patio con suelo empedrado al que no está permitido el acceso. A la izquierda hay una puerta que da acceso a la tienda, la cafetería y el jardín, del que hablaremos al final de nuestro recorrido. La escalera no es muy amplia ni majestuosa, pero tiene una aspecto curioso que es un enorme hueco desde el que el visitante podía ver y oír a la orquesta los días en que se celebraba algún baile. Una vez que se accede a la planta noble nos encontramos primeramente con las dependencias de “recibir”. Estas dependencias tenían la función de filtrar las personas que accedían a la intimidad del hogar y, al mismo tiempo, hacer gala de la riqueza de la familia que en ella vivía. En este caso nos encontramos primero con el vestíbulo, pequeña sala a la que accedían las visitas de menos compromiso, ricamente decorada con muebles de calidad y profusión de adornos. A las visitas habituales de la casa o de mayor relevancia social se les hacía esperar en la antecámara hasta comprobar si la familia los recibiría o no. En esta habitación la decoración era todavía más rica pues a ella accedían las gentes de posición más alta o aquellos con los que el jefe de familia tenía negocios importantes. Este afán de ostentación podía llegar incluso a decorar el techo con frescos. En la recreación que se ha hecho de esta casa se ha situado el salón de baile justo después de la antecámara, deslindando así, totalmente la parte social de la intimidad del hogar. En este caso se ha previsto una sala previa al salón de baile desde la que se puede ver el efecto de los diferentes salones en perspectiva Y aquí tenemos la pieza más impresionante de la casa: el salón de baile. Aquí el afán ostentatorio era total, suelos de gran calidad, muebles exquisitos, los mejores instrumentos de música, los mejores muebles, sedas y brocados para las tapicerías y las cortinas, alfombras exquisitas, porcelanas, relojes y los mejores cuadros, todo ello listo para ser admirado por la sociedad. Era el escaparate de familiar y en él se mostraba toda la riqueza y la elegancia de la familia. Normalmente solía haber otro salón anejo al de baile en el que se disponían bebidas y bandejas con exquisiteces para tomar durante el baile, así como para tener un lugar más tranquilo donde las personas mayores pudieran refugiarse. En esta sala solía ubicarse un mobiliario más liviano, de forma que pudiera moverse según las necesidades. El museo dispone de otras salas más pequeñas a las que se les ha dado diferentes nombres y que sirven para poder exponer cuadros y otros objetos. Está claro que estas salas existían pues ahí están, pero no se cual era su función. Ahora accedemos al hogar de la familia. Entraremos en la Salita, la sala utilizada por la familia para sus reuniones, celebraciones o, simplemente, veladas familiares. Solían ser habitaciones donde lo que primaba era el “confort” pues eran habitaciones que se usaban con asiduidad y en ellas no podía faltar el piano. Las telas que decoran esta sala con originales de la época. Una vez recorrido el ala de salones accedemos a la parte familiar de la casa a través de un pasillo que se ha aprovechado para mostrar algunos de los elementos de higiene de la época. Hay que tener en cuenta que entonces no existían los cuartos de baño y el aseo personal se hacía a base de palanganas y jofainas y cualquier sitio valía para ello, no había una habitación especial para ese menester. De igual forma otras necesidades se satisfacían en los orinales, artilugio imprescindible en cualquier casa, desde el rico hasta el más miserable. Naturalmente siempre hay clases y aquí podéis ver el retrete que perteneció a Fernando VII y que estaba ubicado en el Museo del Prado, para que todos pudieran gozar del perfume que exhalaba tan regia persona. No os vayáis a pensar que tienen ningún misterio, el sillón dispone de una tapa y en su interior había un regio orinal. Y ahora accedemos al verdadero corazón familiar, el comedor. En esa época el hombre era el rey de la familia tenía una vida propia que había que respetar por encima de todo, el caballero podía comer o no en la casa familiar, cosa que hacía con la esposa y los hijos adultos, pero la noche se dedicaba a enseñar a los niños el comportamiento adecuado en sociedad y su lugar en esa misma sociedad. Por eso el comedor es una sala lujosa en la que los niños pueden comprobar cuál es la posición social que ocupan y se utilizan a diario vajillas y cubertería de calidad. No podía faltar en una casa que se preciase el consabido oratorio pues la religión estaba muy presente en la vida de esa época. Parece ser que esta habitación es la única que se conserva tal y como era en la época del Marqués de Matallana. En esta sala se expone un cuadro de Goya. Siguiendo nuestro recorrido llegamos a la habitación infantil o sala de los niños, como queráis llamarla. Como ya hemos dicho antes el señor de la casa no debía ser molestado bajo ningún concepto y así, los niños, quedaban postergados a sus habitaciones y al cuidado de sus madres, ayas o institutrices. En estas habitaciones hacían la vida, dormían, jugaban y estudiaban. El museo tiene una bellísima colección de juguetes de la época, muñecas, casas de muñecas, una diligencia, soldaditos, etc. Entre ellas me llamó la atención una colección de miniaturas para casitas de muñecas realizadas en marfil? Lógicamente las siguientes habitaciones que encontramos son las habitaciones femeninas. En esta época marido y mujer dormían en habitaciones separadas y las damas de la alta sociedad solían tener una habitación para su uso exclusivo que se denominaba “boudoir”. Estas habitaciones solían tener una decoración recargada, llena de recuerdos y se utilizaban para realizar trabajos manuales, tocar el piano, escribir cartas o recibir a las amigas más íntimas. Hay que tener en cuenta que en esa época no estaba bien visto que la mujer tuviera inquietudes intelectuales pero si era de buen tono realizar trabajos femeninos como bordar, pintar o cualquier otro tipo de manualidades. Y tras del boudoir accedemos al dormitorio femenino, repleto de pequeñas posesiones femeninos, el lugar para guardar sus pequeños secretos, su rincón más íntimo. Muebles hermosos, muy decorados con tocador, paje, y todo tipo de muebles para el aseo y el tocado femenino. Y ahora os adentraremos en el mundo masculino, más austero que el femenino pero mucho más rico en cuanto a número de habitaciones y a la importancia de las mismas (no hay que olvidar que el hombre es el rey de la casa). Primero nos encontramos con el gabinete que es algo así como el boudoir femenino, una sala para reunirse con los amigos más íntimos en un ambiente relajado. Este gabinete dispone de un precioso sofá que conserva la tapicería original y que perteneció a Mariano José de Larra así como muchos de los objetos de este salón. El museo dispone también de otro gabinete. Después pasamos a la Sala de Teatro y Literatura, lugar donde se llevaban a cabo las tertulias a las que tanta afición había en la época. Normalmente sólo había caballeros en dichas reuniones aunque se admitía la presencia de damas, aunque no era normal su asistencia pues no estaba bien visto que las damas fueran “intelectuales”. Otra de las habitaciones que no podía faltar en toda casa de postín era la Sala de Fumar, actividad reservada exclusivamente a los caballeros y que se alternaba con el rapé. Este tipo de habitaciones solía tener una decoración morisca. En el reino de los caballeros no podía faltar la sala de billar, actividad que les permitía “hacer ejercicio”. El dormitorio masculino tenía una decoración mucho más sobria que el femenino con muebles de calidad pero funcionales. No puede faltar un mueble tocador en cuyo interior se guarda la palangana y la jofaina, así como otros muebles para guardar el orinal que no podía faltar en esta habitación. Y por último la habitación más importante de la zona masculina, el despacho, pues en ella el hombre llevaba a cabo su trabajo, se ocupaba de los negocios familiares, las fincas, la economía etc.. era el lugar donde imponía disciplina a los hijos y recibía a las visitas por motivo de trabajo. Dentro del reino femenino tenemos dos elementos dedicados al mundo vegetal, la serré y el jardín. La serré era una especie de galería cerrada acristalada dónde se exponían las plantas tropicales traídas desde América. Era muy costoso traer estas plantas y que llegaran vivas y poseerlas daba empaque y prestigio a la familia, así como permitía a la mujer demostrar sus dotes para el cuidado de las mismas. No podía faltar el jardín en cualquier casa de postín. El jardín romántico es un lugar lleno de plantas verdes, exuberante, con bancos para descansar y una fuente que arrullara el silencio Por último comentar que la colección de muebles es impresionante, así como lámparas, abanicos, juguetes, carnets de baile, etc. Hay que verla con detenimiento, solo que no pongo fotos grandes porque sería demasiado. Pagina web: museoromanticismo.mcu.es/ Etapas 7 a 9, total 18
Un poco de historia
En Madrid existe constancia escrita de la existencia de un lugar dedicado a la actividad de matadero ya desde principios del siglo XVI, cuando se reorganiza el Gremio de Carniceros bajo el reinado de los Reyes Católicos. Al ir creciendo la población se fueron creando nuevos mataderos, en diversos lugares de la ciudad. El más conocido por nosotros es la llamada Casa de la Carnicería, en lo que hoy conocemos como Plaza Mayor y entonces de llamaba Plaza del Arrabal. img197.imageshack.us/ ...amayor.jpg Es lógico que esta casa de la Carnicería estuviera extramuros pues esta ubicación era idónea para ello, pues así los mercaderes se evitaban el pago del portazgo y, al mismo tiempo, se evitaba el paso del ganado por la ciudad con los consiguientes problemas de higiene. Además todas las actividades que se generan a su alrededor (curtidurías, mondonguerías, etc) suelen tener muy malos olores y de esta forma se alejaban de la ciudad. Otro de los mataderos más famosos de esta ciudad se construyó en el siglo XVII en el Cerro de la Ribera de Curtidores, en lo que hoy conocemos como Plaza de Cascorro. Y de esta actividad viene el curioso nombre de nuestro mercadillo más famoso “El Rastro”, pues en aquel entonces se denominaba “rastro” a los mataderos, digo yo que este nombre tendría que ver con el “rastro” de sangre y otros desperdicios que se originarían a su alrededor. Al abrigo de esta actividad se crearon otras muchos talleres artesanales, de curtidores, de tenerías, etc y aprovechando este comercio se creo un mercado de “barato” que se conserva hasta el día de hoy. Pero eso es otra historia. Con el crecimiento de la ciudad aumenta la necesidad de nuevos mataderos y estos se van alejando cada vez más de las zonas habitadas. Y así llegamos hasta fin del siglo XIX en que se aborda el crecimiento de la ciudad de forma ordenada, con los famosos ensanches. En Madrid se consideró adecuado que el ensanche proyectado en la zona de la Arganzuela se dedicara al tejido industrial dado que ya había allí diferentes talleres y el ferrocarril. Aprovechando esta circunstancias y el hecho de que existían en la zona unas dehesas utilizadas para que el ganado pastase mientras esperaba ser sacrificado, se tomó la decisión de crear en dichas dehesas un Matadero Municipal y Mercado de Ganado con todos los adelantos modernos. En 1907 el ayuntamiento encarga a D. Luis Bellido la realización de un estudio que contemple las mejores soluciones y dota una partida para que realice un viaje por toda Europa para comparar las diferentes soluciones y elegir la mas apropiada para Madrid. En 1910 se presenta dicho estudio en el que se decanta por el modelo alemán que aúna el mercado y el matadero en espacios contiguos, el uso de monorrieles de ferrocarril para el transporte de las reses y subproductos, naves diferenciadas para cada tipo de carne, cámaras frigoríficas, áreas sanitarias, etc. En ese mismo año el Ayuntamiento convoca un concurso para la realización del proyecto, que gana la empresa del ingeniero de Caminos José Eugenio Ribera, especialista en el uso del hormigón armado (método nuevo y poco usado en España). Las obras se iniciaron el 1911 pero hasta 1924 no se inauguró de forma oficial el Matadero aunque las obras no terminaron hasta 1928. El matadero empezó a funcionar de forma gradual desde el año 1924, y entre los años 27 al 30 se construyó un grupo de viviendas para los empleados del matadero, las llamadas Casas del Pico del Pañuelo, los edificios amarillos que podemos ver en el Paseo de la Chopera, justo enfrente y que abarcan las calles desde la Chopera hasta la Plaza de la Beata, delimitadas por el Paseo de las Delicias. En los años 70 y 80 funcionó en sus calles un mercadillo callejero de frutas y verduras en el que se podían comprar los artículos que no habían tenido salida en el cercano Mercado de Frutas y Verduras de Legazpi. Hoy en día es una zona tranquila de viviendas de alquiler de bajo coste en el que hay una amplia población dominicana. El matadero continuó en uso incluso después de la Guerra Civil, aunque sufrió modificaciones en algunas de sus instalaciones, así en 1940 se utilizaron alguna de las naves del Mercado de Ganado como almacén de patatas, que hoy en día se han convertido en un jardín botánico, y también se emplazaron algunos locales sociales. Han sido muchas y variadas las vicisitudes de este mercado hasta llegar a nuestros días en que sus instalaciones se han reconvertido en una gran zona cultural y de ocio. Distribución de los edificios Inicialmente se levantaron hasta 48 edificios entre el Mercado y el Matadero pero ya en 1921 se alcanzó la cifra de 64. El estilo utilizado para su construcción es el neomudejar, estilo muy querido por los madrileños de entonces como podemos observar en el cercano edificio de Cervezas el Aguila. Los materiales empleados fueron piedra berroqueña, ladrillo visto, mampostería y azulejos para cenefas y adornos. La piedra berroqueña se utilizó en zócalos y el ladrillo visto para el resto de la construcción. El conjunto estaba cercado por una valla de mampostería con una única puerta de entrada a la altura del edificio de la casa de contratación, hoy Casa del Reloj. Actualmente se ha abierto otra puerta de entrada al Paseo de la Chopera y existen varias más en la zona que da al río. El Matadero está distribuido simétricamente con la Casa de Contratación como eje, a la derecha la zona de Mercado y a la izquierda el Matadero. Y en la parte más cercana al río había una línea ferroviaria que recorría las instalaciones en dirección este-oeste y que actualmente ha desaparecido. La Casa de Contratación o Casa del Reloj Nº 8 Este edificio era el centro físico y administrativo del conjunto. En él se encontraban las oficinas, el despacho del director y del concejal, la sala de reuniones, biblioteca y hemeroteca y un restaurante, todo ello en la planta baja, además de la “bolsa de contratación” que era un lugar en donde se realizaban las operaciones de compra-venta de carne tanto viva como muerta y que se ubicaba en un patio interior cubierto. En la planta alta se encontraba un fonda y las viviendas de los empleados y la planta sótano se dedicaba a almacén. A la derecha de este edificio estaban las instalaciones de cocheras, cuadras, bomberos y perrera. Hoy en día este edificio se destina a oficinas de la Junta Municipal del Distrito de la Arganzuela. El Mercado Nº 9 A la derecha de la Casa de Contratación se ubicaban las instalaciones del Mercado en el que se encontraban las naves para exposición y venta del ganado, divididas en varios sectores y recorridos por las vías ferroviarias para facilitar el transporte del ganado. Estas naves fueron realizadas con estructura de hierro y hoy en día albergan un invernadero con más de 9000 plantas. Enfrente y alineadas con la cerca del Paseo de la Chopera se encontraban los establos y corrales y alguna otra edificación para la limpieza y desinfección de las reses, entre otros cometidos. En la actual estas instalaciones son la sede del Ballet Nacional de España y de la Compañía Nacional de Danza. El Matadero Esta es la zona más extensa y compleja de todo el conjunto y, también, la que sufrió mayor deterioro y abandono entre los años 80 y 90. Naves de degüello Nº 6 Justo a la izquierda de la Casa de Contratación estaban situadas las naves de degüello (matanza): vacuno, cerdo, lanar y terneras. Detrás de estas naves, junto al río se encontraban las naves de estabulación, exposición y venta (junto al tren para facilitar la llegada y traslado de las reses). Y frente a las naves de degüello (junto a la cerca del paseo de La Chopera) se encontraban las naves de oreo, colgaderos, cámaras frigoríficas, laboratorios, calderas, etc. Al fondo, en la parta más al sur se encontraba el depósito de agua, la mondonguería y secadero de pieles. Como todo el conjunto, las naves están construidas con un zócalo de granito, ladrillo visto y mampostería de piedra berroqueña, adornos de azulejos de color verde y el suelo de cemento. El interior, normalmente, estaba cubierto de yeso. Las naves de degüello están construidas en forma basilical, es decir tres naves paralelas, la central de mayor altura que las otras dos y se aprovecha este exceso de altura para ubicar allí los huecos de iluminación y ventilación. Las dos naves laterales se utilizaban para el degüello y la central para el pesado de las reses, éstas accedían por la parte más cercana al río y entraban por un sistema de burladeros que ofrecían mayor seguridad a los matarifes. La nave de degüello de cerdos era mayor que las otras pues el proceso de la matanza del cerdo es más elaborado y requiere mayor espacio. Entre las naves se dejó un espacio abierto para una posible ampliación de las instalaciones que nunca se llevó a cabo. Hoy en día este espacio conforma la llamada Plaza Matadero utilizada como espacio para exposiciones al aire libre, recreo de los madrileños y en ella hay una terraza de una cafetería. Establos Nº 7 Detrás de las naves de degüello se encuentran las naves de estabulación, exposición y venta de ganado lanar y porcino. Estaban ubicadas entre el ferrocarril y las naves de degüello para facilitar el acceso de las reses y su posterior envío a las naves de matanza. Son dos naves idénticas. Naves de Oreo, Colgadero, Frigorífico y otros. Nº 5 Estas naves están situadas frente a las naves de degüello y junto a la cerca del Paseo de la Chopera. Forman el conjunto más extenso de todo el Matadero y en ellas se realizaban multitud de funciones. Estas naves estaban construidas en una cota mas baja que las naves de degüello facilitando así el transporte entre ambas. Las naves de Oreo y las de degüello estaban separadas por un pasillo central para facilitar el acceso entre ellas. A lo largo de este pasillo había unas marquesinas de hormigón que unían las naves de degüello con las de oreo que sostenía un monorraíl para el transporte de las carcasas. En esta zona había instalaciones para salazón de carnes, sala de refrigeración que llegó, incluso, a funcionar como fábrica de hielo. También se utilizaron estas instalaciones como almacén de huevos y llegaron a alquilarse para conservación de carne. Entre 1920 y 1924 se edificaron la casa de calderas y la chimenea (Nº 4). Las calderas se utilizaron para ofrecer una mayor presión al suministro de agua ya que el Canal no siempre facilitaba la presión requerida. Actualmente existe un bar en la zona de las calderas y puede verse a maquinaria pues se conserva y se encuentra a la vista. Mondonguería y Secadero de Pieles. Nº 2 Es lógico que en una instalación tan completa hubiera un espacio para tratar los despojos de las reses. Este edificio está ubicado al final, ya cerca de la plaza de Legazpi y junto al depósito de agua. Actualmente está en desuso. Nave de Aves. Nº 3 Este edificio se construyó ya en los años 30 y está un poco apartado del resto, ya cerca del Manzanares. El Depósito de Agua Nº 1 Como ya hemos hecho mención antes el Canal no podía asegurar el suministro de agua a las instalaciones y por eso se construyó este depósito. Situación Actual Todo el conjunto está dedicado actualmente al fomento de las Artes y la Cultura. Entre los diferentes proyectos tenemos el llamado “Naves del Español”, proyecto gestionado por el Teatro Español para el fomento de las Artes Escénicas, abarcando tres de las naves dedicadas a diferentes funciones, donde podemos contemplar desde espectáculos teatrales tradicionales hasta apuestas mucho más arriesgadas (Nº 6). Entre otras actividades se encuentra el centro Intermediae, un lugar donde dar cobijo a experimentos en el mundo del arte, donde puedan interactuar el artista y el observador e incitar a la aparición de preguntas y respuestas. Este espacio se ubica en las naves que estuvieron más tiempo abandonadas y que mayor deterioro sufrieron. La restauración llevada a cabo respetó las naves tal y como estaban, conservando incluso las pintadas y las señales de humo de las hogueras que encendieron los vagabundos para calentarse. A mí, particularmente, me parece un lugar inhóspito y poco agradable, pero en su día mereció el Premio de Rehabilitación de Edificios de la XXI edición de Premios de Urbanismo, Arquitectura y Obra Pública 2006 del Ayuntamiento de Madrid. (Nº 5) Otra de las utilidades que se le ha dado a este espacio es el de Invernadero (Nº 9), que se ha ubicado en el antiguo Mercado. Es una zona preciosa, ahora lo llaman Palacio de Cristal. Se conserva la antigua estructura de hierro pero se ha cerrado el espacio con cristal y se han alojado 4 zonas de invernadero que merece la pena visitar. La entrada es gratuita y hay carteles por todas partes con los nombres de las plantas y estanques con peces y peceras. Y también hay bancos para los lectores recalcitrantes. Y ya, por último, un recorrido por el exterior, por el Parque Manzanares. Toda la zona se ha rehabilitado y se han construidos nuevos puentes para unir ambas orillas del río. Se puede dar un paseíto agradable viendo patos, peces y niños y hasta os podéis llevar la bicicleta y dar unos buenos paseos por el carril bici. (Nº 10) Los números se corresponden con los números que figuran en el plano. www.mataderomadrid.org/ Etapas 7 a 9, total 18
El Museo Cerralbo se encuentra situado en la calle Ventura Rodríguez nº 17, metro Ventura Rodríguez (el más cercano), Noviciado o Plaza de España.
museocerralbo.mcu.es/ ...isita.html Abre todos los días excepto los lunes, de martes a sábado de 9,30 a 15 horas, domingos y festivos de 10 a 15 horas y los jueves por la tarde de 17 a 20 horas. Un poco de historia Este museo recibe este nombre de D. Enrique de Aguilera y Gamboa, XVII marqués de Cerralbo, dueño del edificio y experto coleccionista que donó al Estado todo el conjunto para que este lo dedicara a museo. El marqués de Cerralbo fue un conocido carlista que llegó, incluso, a ser el representante del pretendiente al trono D. Carlos de Borbón y Austria-Este y recibió de D. Carlos las órdenes del Toison de Oro y también la Orden del Espíritu Santo. A nivel político llegó a ser senador. D. Enrique fue un afamado arqueólogo tanto a nivel nacional como internacional que llevó a cabo numerosas excavaciones arqueológicas pagando de su bolsillo el costo de las mismas. Llegó a ser miembro de la Real Academia Española así como de la Real Academia de la Historia y de la de Bellas Artes de San Fernando, miembro de la Pontificia de Roma, del Instituto Imperial de Berlín y miembro honorario de otras muchas instituciones. A nivel privado el marqués casó en 1871 con Dª Inocencia Serrano y Cerver que tenía dos hijos de un matrimonio anterior. Esta familia se dedicó a visitar toda España y Europa, recopilando todo tipo de obras de arte procedentes de estos países así como objetos de artesanía, arqueológicos, o pertenecientes a las denominadas artes decorativas. Todo ello con el afán de erigir un museo con estas obras imitando a las conocidas galerías italianas. Falleció el 27 de agosto de 1922, en el edificio del museo y en su testamento donó todos sus hallazgos arqueológicos al Museo Arqueológico Nacional, los paleontológicos al Museo de Ciencias Naturales y el resto lo donó para que se constituyera un nuevo museo, el que hoy conocemos como Museo Cerralbo. El edificio se construyó entre los años 1883 y 1893 en un estilo clasicista en el que se emplearon tanto la piedra como el ladrillo que le dieron un aspecto estético y bello. Tiene 4 torreones y un bonito cenador de forma hexagonal. El interior se desarrolla en torno a un patio interior central y consta de 4 plantas. En la planta baja se encontraban las dependencias auxiliares: cocinas, cuartos de plancha y lavadero, almacenes, despensas, cocheras, etc. En la entreplanta se encontraban las habitaciones privadas de los marqueses y en la primera planta se asentaron las salas de recibir y los salones de representación. Por último en las buhardillas se ubicaron los archivos y otras áreas de servicio. El edificio ha sufrido algunas transformaciones a lo largo de los años. La primera se produjo al fallecimiento del marqués pues sus habitaciones privadas fueron dedicadas a habitaciones de verano ya que su orientación así lo aconsejaba. La segunda y más destructiva se produjo en los años 40, cuando se remodelaron todas las estancias a fin de obtener salas diáfanas donde poder exponer los fondos del museo atendiendo a una concepción museística más que a mantener el edificio en su inicial concepción de vivienda. Desgraciadamente esto supuso la desaparición de las dependencias auxiliares, como cocinas, cocheras y otros. En la actualidad, desde la última reforma, se ha procedido a devolver a las estancias su antiguo uso y se han vuelto a amueblar las salas de acuerdo a su función original, comprando muebles en anticuarios o provenientes del Palacio de los marqueses en Santa María de Huerta. Visita del museo Se accede al museo desde un gran portón que da acceso al zaguán. Este portón de roble permitía el acceso de carruajes y en esta misma planta se encontraban las caballerizas antiguas. En la actualidad este espacio está ocupado por salas de exposiciones y el salón de actos. Una vez traspasado el zaguán nos encontramos con la majestuosa Escalera de Honor que se divide en dos, una nos conduce al entresuelo y las habitaciones particulares y la otra nos lleva hasta el piso primero y las dependencias de representación. La visita se inicia en el entresuelo, una vez adquiridas las entradas correspondientes. Unos muy amables conserjes nos darán indicaciones de cómo proseguir nuestra visita. En el entresuelo podremos ver diversas salas amuebladas según la época. Hay que fijarse bien en los objetos que nos rodean pues son de una gran calidad y valor, desde las lámparas de techo Hasta el entelado que cubre las paredes del llamado salón amarillo, en brocado de seda natural Pasando por bargueños y escritorios sin olvidar los cuadros que cubren las paredes así como las fotografías antiguas que nos hablan del carlismo y de política. Hasta llegar al dormitorio del marqués, en el que podemos apreciar una preciosa cama mallorquina y un armario ropero de los que ya no se ven. En la sala que llaman recibimiento de verano (en el plano señalada como 1) hay una puerta que da acceso al jardín, podemos abrirla y traspasarla para dar un pequeño paseo por el mismo. El jardín actual está reconvertido siguiendo unos bocetos que elaboró el propio marqués, pero no se ha conservado el jardín original. En esta planta se encuentra la Sala de Confianza, que era la sala destinada a recibir a las visitas de “confianza”: parientes y amigos a los que se introducía en la parte privada de la casa. Repleta de cómodos sillones, sofás y diferentes mesas para poder atender distintas visitas o poder realizar diferentes actividades. Esta sala está presidida por la más bella lámpara de cristal veneciano que yo he visto hasta ahora. Y como siempre no os olvidéis de observar con atención pues contiene una enorme cantidad de jarrones, relojes, cuadros, figuras de porcelana, muebles de una gran riqueza. Para poder continuar nuestra visita tenemos que volver de nuevo a la Escalera de Honor y subir hasta el primer piso donde encontraremos los salones más lujosos y representativos de la casa. Pero no nos olvidemos de admirar la escalera pues no tiene desperdicio, desde la balaustrada de hierro bellamente trabajada hasta la magnífica lámpara, pasando por los tapices o los mármoles que cubren las paredes. Y aquí estamos en el primer piso Lo primero que nos encontramos en la impresionante armería que contiene una de las mejores colecciones de armas antiguas, incluyendo armaduras de hombres y caballos, espadas, espadines, dagas, vizcaínas, navajas, puñales, alabardas, escopetas, pistolas, pistolones, arcabuces, Y unos techos que quitan el hipo Y al fondo la sala árabe, acogedora salida decorada con objetos orientales, unos árabes pero muchos de ellos proceden de Japón y otros lugares de oriente. Y escondida entre estas impresionantes salas nos encontramos con la sala del baño, que aprovecha un rincón inutilizable. Una estupenda bañera de mármol ocupa el espacio con estupendas vistas a la calle. Es curioso que en esta zona nos encontremos con un vestidor, el del señor marqués. Esto se debe a que en aquella época aprovechaban el momento de vestirse para recibir a sus secretarios y dictar cartas o enterarse de las noticias de última hora mientras se vestían. De nuevo fijaros en los suntuosos armarios y su magnífica factura y el precioso mueble con lavabo que se encuentra al fondo de la sala, con todos los útiles para la higiene diaria. También en esta planta se encuentra el comedor de gala, el salón de billar y otros saloncitos de recibir. Pero a mí lo que más me gusta es la biblioteca. Un lugar acogedor, entrañable, lleno de libros bellamente encuadernados y debidamente protegidos en sus armarios cerrados, sin olvidar su correspondiente mesa y acogedoras butacas para leer con comodidad. Fijaros en la excelente lámpara, construida de forma que ilumina la mesa pero no los libros, de manera que se pueda leer sin dañarlos. Consta de dos pisos y está todo ello construido en madera. En esta planta la galería que rodea el patio interior está configurada como una verdadera galería de arte en donde se exponen las mejores obras de arte, las paredes están llenas de cuadros de forma que no hay un hueco vacío, entre los cuadros se exponen jarrones, estatuas, sillas de exquisita factura. Hasta los techos son utilizados para la exposición de los cuadros. Y por último la joya del edificio: el Salón de Baile. En esta sala los suelos son de madera, los espejos recubren las paredes multiplicando las luces hasta el infinito, los techos adornados con frescos y magníficos sofás ofrecen asiento a las damas. Y, escondido entre esta barroca decoración, se encuentra la orquesta, el lugar donde se sitúan los músicos, imprescindibles para poder efectuar esta actividad. Y con esto terminamos nuestra visita a este magnífico museo. Espero que os haya gustado tanto como a mí. Etapas 7 a 9, total 18
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