Semana Santa en Budapest y Viena ✏️ Blogs de Europa

[align=justify]Hoy tocaba ver todo el anillo de Viena, a pesar de qu ya lo habíamos visto a trozos en días anteriores.
Comenzamos en la Iglesia Votiva (entrada gratuita). Merece la pena una visita. Es pequeña, pero muy bonita. El parque que la rodea también es precioso con varios esculturas que no debeis perderos.
A poca distancia esta el Rathaus, el ayuntamiento, un edificio espectacular, justo enfrente de los jardines de Hofburg. Al lado del Rathaus está el Parlamento, inspirado en el clasicismo griego. Hay visitas guiadas que parecen interesantes, aunque no nos coincidió la hora y no pudimos ir.

A pocos metros está la zona de los museos, que la volvimos a visitar para sacar unas fotos. después volvmos a pasar por delante del Palacio de Hofburg y nos metimos por la calle Graben, totalmente comercial y abarrotada de gente. Visitamos la Iglesia de San Pedro (gratuita) y después nos fuimos a la cripta imperial, donde están los restos de muchos Hagsburgo. Algunos son bonitos, pero creo que merezcan la pena pagar 5 € por escasos 15 minutos.

Tras comer en un restaurante italiano, muy bien por cierto y nada caro, nos acercamos al parque municipal, donde se encuentra la estatua dorada de Strauss. Actualmente la están reparando, por lo que han puesto una réplica sobre un podio para que la gente se saque fotos con ella. El Stadt park merece una visita. Contiene otras estatuas igual de interesantes.

De ahí nos fuimos andando a la Hundertwasserhaus (sobre la línea 1 de tranvía). Es un edificio con un pequeño mercado en su interior que recuerda mucho el estilo de Gaudí. realmente os asombrará. Muy recomendable.

El día lo rematamos en el Musikverein escuchando piezas conocidas de Mozart. Fueron casi dos horas muy entretenidas, en un recinto espectacular, a rebosar de gente y con una interpretación en trajes de época sensacional. Valió la pena.

Y a descansar, que al día siguiente tocaba Bratislava

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[align=justify]Vuelvo a repetir lo que puse ayer, ya que repentinamente se me fue la conexión.

El último día tocaba Bratislava. El medio más barato, cómodo y rápido es el tren. Se puede ir en barco, pero cuesta más del doble.

El tren se coge en la estación de Sudbanhof, en el sur de la ciudad. Hay varias entradas. Hay que coger la de Ostbanhof. El billete costó 14€ i/v e incluía además los transportes en Bratislava. Llegamos allí en poco más de una hora. Casi todo está en eslovaco, casi tan difícil como el húngaro. Tuvimos la suerte de topar con alguien que sabía inglés y nos dio tres posibilidades para llegar al centro: andando todo recto hacia abajo, unos 15-20 minutos; el tranvía 13 (que no lo vimos por ninguna parte) y el autobús 93, que te tienes que bajar antes del puente.

El centro es muy pequeñito y se ve muy rápido. lo que más sobresalen son las estatuas originales que se reparten por varias calles. Nosotros optamos por coger un tren turístico (10 €)de una hora (con audioguía en español) que te hacía un recorrido por fuera del centro y te subía al castillo, parando allí 15 minutos.

Al castillo también se puede subir andando (10 minutos) desde el centro o cogiendo el tranvía o autobús (no me acuerdo) número 5. Las vistas son espectaculares, pero nada más. Hay otro castillo en las afueras, más bonito pero en ruinas, que está a escasos 20 minutos en bus (núm. 28 y 29 dirección Devin).

Comimos en el centro y tras dar un paseo hasta el puente que está coronado por un restaurante en forma de platillo volante (subir cuesta 6.50 €), nos volvimos a Viena. Esta vez no llegamos hasta estación, sino que bajamos 5 paradas antes (Stadlau) y pillamos el metro (línea morada U2), ya que nos llevaba directos al hotel.
Como todavía eran las 5 (Para Bratislava sobra mediodía) nos fuimos a la zona nueva de Viena, la que está pegada al Danubio. Cogimos la línea roja U1 y nos bajamos en Donauinsel. Esa zona se conoce como Sunken City y está muy animada con bares y chiringuitos. También puedes alquilar pedaletas para recorrer el río. Incluso hay una pasarela a ras de agua que te permite conectar una orilla con la otra. En esa zona están los edificios acristalados de la ONU y la torre Saturno, así como un centro comercial y muchas zonas ajardinadas. Como el tiempo acompañaba estuvimos allí un buen rato. después ya nos fuimos al hotel , psando antes como todos los días por el parque del Prater para ver el ambientillo y tomar una cerveza.

Al día siguiente plegamos velas y nos fuimos al aeropuerto. Cogimos el tren en la estación de Prater. El billete cuesta 3.60 € (1.80 si tienes un abono) y se tardan 27 minutos. Tienes otra opción más rápida (15 minutos) y cara (10 €) que es el CAT, pero tienes que ir a Wien-Mitte y para mí no compensa.

Ya en el aeropuerto y antes de acceder a la terminal de salidas, vais a pasar al lado de un supermercado BILLA. Si pretendéis llevar chocolate con el envoltorio típico de Mozart o las galletas Manner, os ACONSEJO que las compréis ahí. Precios de 9.90 en la tienda del aeropuerto o en Viena se convierten en 6.60. 5 euros son 3. Os ahorráis una pasta y quedáis muy bien.

Pues eso es todo amigos. no pongo fotos, porque soy bastante negado para eso y no quiero quitarle el encanto a que descubráis estas ciuades por vuestra cuenta. algunos preferiréis Viena y otros Budapest. Cada uno tiene su encanto especial. Ambas son hijas de una historia desigual, pero las dos son muy recomendables. ¿Cuántos días hacen falta para cada una? Depende de lo que queráis ver. En mi opinión, 3 días por ciudad dan para mucho. Yo fui 4 por cada una y vengo encantado y bastante descansado. Como ya dije, patear es muy bonito, pero combinandolo con la red de transportes (que es muy sencilla en ambas ciudades) la estancia se hará muy placentera. Y de comer no me preocuparía demasiado. siempre hay lugares donde encontrarás menús del día o simplemente te sorprenderás.
Un saludo

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