![]() ![]() Selva Negra y Baviera (en construcción) ✏️ Blogs de Alemania
12 días de viaje en coche por la Selva Negra y Baviera.Autor: E_ramiro Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.5 (8 Votos) Índice del Diario: Selva Negra y Baviera (en construcción)
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Etapas 7 a 9, total 10
Nos levantamos emocionadísimos ya que era uno de los días más esperados del viaje, por fin, llegábamos a los Castillos del Rey Loco, una de las cosas que más nos apetecía del viaje.
Pero antes, pasamos por Kempten, para visitar la ciudad y sobre todo su Residenz. Directamente el GPS nos dirigió a la Oficina de Turismo, pero no se podía aparcar en la misma plaza, así que aparcamos en la calle de al lado, además al ser domingo, el aparcamiento era gratis ![]() La oficina de turismo, en la misma plaza del ayuntamiento, estaba cerrada (habría a las 10.00), así que aprovechamos para subir a la Residenz. Yo llevaba un plano de la ciudad que había sacado de la web de turismo (Plano de Kempten), con lo que fuimos callejeando hasta llegar. El pueblo es muy bonito y el paseo fue muy chulo. Llegamos a la Residenz y como estaba en obras nos costó un poco encontrar la entrada con las taquillas, pero estaban cerradas ya que sólo se puede entrar con visita guiada y esta es cada 45 minutos, con lo que, tal y como ponía en un cartel, el próximo tour era a las 9.45. Aprovechamos que quedaban unos 20 minutos para dar una vuelta por los alrededores y ver la Orangerie, la Catedral,... ![]() ![]() Cuando se hizo la hora volvimos a entrar a la Residenz pero las taquillas seguían cerradas ![]() Entonces llegó el momento de comprar las entradas y fue un poco complicado, ni el guía ni la taquillera hablaban mucho inglés y nosotros teníamos que comprar la tarjeta de los Palacios Bávaros (Web de la tarjeta) pero al final conseguimos entendernos. Para el que no la conozca es la llamada Mehtagesticket, vale para entrar en un montón de palacios y castillos durante 14 días, vale para parejas o familias y cuesta 40 euros (Info en español). Nosotros queríamos comprarla aquí, lo que pasa es que nos cobraron 36 euros ![]() ![]() Comprado el ticket nos fuimos a la visita guiada, esta sólo es el alemán y ya lo sabíamos, pero queríamos verla por dentro y es la única manera. Lo bueno es que el guía fue muy amable y viendo que sólo iba un alemán y nosotros dos, nos daba explicaciones en inglés, aunque le costaba un poco al pobre, pero fue todo un detallazo ![]() Por fuera el edificio es muy normalito pero por dentro... merece la pena, es precioso. ![]() ![]() Tras la visita, que dura unos 45 minutos, nos dispusimos a visitar el resto de la ciudad y fuimos bajando hasta llegar nuevamente a la plaza del ayuntamiento. Allí, en una terraza, me comí mi primer Bretzel, que estaba buenísimo. Luego dimos una vuelta más por los alrededores, visitando el ayuntamiento y su plaza que son muy bonitos, alguna iglesia,... ![]() ![]() Tras ésto, volvimos a por el coche y nos pusimos rumbo a Schwangau, a los Castillos. Había unos 40 minutos de viaje pero se hicieron algo más largos de la cuenta, ya que al coger el desvío de la autopista hacia Schwangau, pueblo en el que están los castillos, ¡había coches parados en la misma autopista!. Fuimos poco a poco avanzando con una caravana de coches que obviamente iban al mismo sitio que nosotros ![]() ![]() Pero al final... Ahí estaba, imponente, sobre la montaña. ![]() Por fin lo veíamos. Quiero deciros que visitar este castillo era la ilusión de mi marido desde pequeño, la mía era ir a Walt Disney World en Orlando y hace tres años, de sorpresa, mi marido me preparó una escapada de una semana aprovechando que viajábamos a Nueva York. Así que este año se lo preparé yo de sorpresa, imaginaros su cara cuando lo vió, fue el mejor regalo que pude tener y eso que todavía nos esperaban más sorpresas. Sobra decir que había cuidado mucho todo el viaje, pero especialmente el tiempo que íbamos a pasar en el Castillo, quería que todo fuera perfecto y que mi marido pudiera disfrutarlo. Así que nuestro hotel estaba cerca del recinto de los castillos. El GPS nos tenía que llevar al hotel, entonces vimos que se adentraba en el parque y que el hotel no estaba cerca, sino en el mismo parque, a la ladera del castillo, con unas vistas que quitaban el hipo y a 2 minutos andando de las taquillas ![]() ![]() ![]() Encima, entramos en el hotel y cuando la recepcionista nos dió las llaves de la habitación, mi marido le preguntó si desde la habitación se veía el castillo. Ella nos dijo que no, que lo sentía, pero que, a cambio teníamos terraza. Bueno, aunque no diera al castillo, el tener terraza se agradecía. Pero claro que desde la cama no se veía el castillo, que era lo que la señora quiso decirnos, pero desde la terraza, ¡madre mía! sencillamente im-presionante y 100% recomendable. Os dejo el enlace a la web del hotel porque a nosotros nos encantó y la experiencia de dormir bajo el castillo no tiene precio, bueno si, pero muy baratito, 56 euros la habitación doble con desayuno y aparcamiento ![]() ![]() ![]() Una vez ubicados, decidimos salir a comer. El hotel está justo en frente del aparcamiento del parque y a 50 metros hay varios restaurantes, la oficina de información, taquillas,... Y también otros hoteles. Están más cerca todavía, 5 minutos de diferencia andando, que no es nada. La diferencia que nosotros vimos es que, éstos eran más caros, había mucha más gente y más jaleo, ya que desde ahí salen los autobuses, hay tiendas, los coches de caballos,... y las vistas eran peores, ya que en realidad te acercas al camino para subir pero te alejas del castillo. Bueno, que nosotros estábamos encantados con nuestro hotel y más felices que unas perdices, comimos en un restaurante al lado de la oficina de información, con la carta en español!! Comimos, por supuesto, en la terraza, y no nos costó más caro que en otros sitios, 30 euros, tarifa plana alemana, con nuestro litro de cerveza, 1/2 de coca-cola, dos platos importantes, postre, café,... Vamos que comimos como reyes ![]() Una vez repuestos de las emociones y con la barriga llena, a las 3 del mediodía, si, las tres!! cogimos un plano y nos fuimos a recorrer el parque y subir a los castillos, con un sol de justicia, pero bueno, sarna con gusto no pica. Una vez ubicados decidimos subir primero al castillo del padre, es decir, el de Hohenschwangau. Su sube a pie por unas cuestas y unas escaleras y en unos 10 minutos estás, sin aliento (sobre todo si son las 3 de la tarde), pero es llevadero y agradable. Mientras subes las vistas son muy bonitas, al lago, a los restaurantes y tiendas del parque, al otro castillo,... ![]() ![]() Es muy bonito por fuera, se accede al jardín, al patio,... En verlo entero por fuera no se tarda mucho, ya que es pequeñito, bajando, a un lado, está la antigua capilla, no tiene nada de especial pero... que no nos lo cuenten! Además, como todo el mundo va a visitar el otro, a este no le hacen ni caso, por lo que no hay mucha gente y se puede pasear tranquilamente. Además, yo no sé vosotros, pero ya que estaba allí, quería verlo todo. La bajada es mucho más llevadera, por supuesto. Una vez abajo otra vez, decidimos subir al de Neuschwanstein. Hay tres maneras de subir, en coche de caballos, que sale del Hotel Müller y deja a unos 300 metros de la entrada del castillo (en la última subida, unos 5 minutos andando), cuesta 6 euros subir y 3 bajar. A nosotros esta opción no nos gustaba por varias razones, los caballos, pobres, llevan todo el día para arriba y para abajo y dan penita además de oler mal (lo siento, tenía que decirlo), nos pareció algo caro y había mucha cola. Otra opción en el bus, más asequible y rápido. Salen del Hotel Lisl, para en el puente de Marienbrücke y luego hay que subir unos diez minutos hasta llegar al Castillo. Cuesta 1,80 subir y 1 euro bajar, si compras ida y vuelta juntos, 2,60. Esta opción nos gustaba, pero había mucha cola también y mientras esperábamos preferimos subir y ver cómo estaba el tema. Y, la verdad, no fue tan terrible. En las informaciones del castillo dicen que se tarda 40 minutos, pero eso es según, claro!! De tu ritmo, de tu forma física, de lo que pares a hacer fotos,... Nosotros paramos cada dos por tres a hacer fotos, a comprar agua, a descansar incluso y tardamos menos de media hora. Y como vas parando, pues no es tan pesado, eso sí, la pendiente es considerable, pero la recompensa merece la pena. Mientras vas subiendo vas viendo partes del castillo y lo impresionante que es. ![]() ![]() Donde paran los coches de caballos, hay un puesto de souvenirs, comida y bebidas que viene genial, eso sí, te pegan unos clavazos, pero bueno... llegas deshidratado y si no te has subido agua o compras o te da algo. A nosotros, con la emoción, se nos olvidó el agua en el hotel, así que compramos una botella de las pequeñas y nos costó 2,50 euros, pero bueno, ya no se nos olvidó más ![]() ![]() También hay un restaurante y un hotel pequeñito. Está muy bien porque si te alojas en él puedes subir con el coche y te ahorras la caminata, pero está tan pegado al castillo que no se aprecia mucho, pero tiene que ser bonito. Yo lo miré y no es muy caro, el problema es que tiene muy pocas habitaciones y la mayoría son individuales o dobles con baño compartido, así que a nosotros no nos sirvió, pero por si acaso os dejo el enlace (Web del hotel). Luego pensamos que puede ser bonito dormir ahí pero que tarde o temprano la caminata te la tienes que dar igual para ver el resto del parque, el otro castillo... y no vas a ir en coche y pagar el parking de abajo, así que... estábamos contentos con nuestro hotel. Y tras ese último repecho, por fin, llegas al castillo. Sencillamente, impresionante, lo mires por donde lo mires. Los muros son super-altos y los torreones impresionan, además de las vistas. ![]() ![]() Si subes en autobús accedes por detrás, por lo que, os recomiendo, para los que lo hagáis, que bajéis un poco antes de entrar y accedáis al mirador de cristal que hay frente a una zona con sombra de madera y bancos, desde este mirador puedes fotografiar la puerta principal. Es la vista más frontal al castillo sin tener que hacer rappel por la montañas o ir en helicóptero ![]() ![]() ![]() Una vez dentro accedes al patio inferior, allí se espera la gente que va a entrar a la visita guiada (en la siguiente etapa explico cómo funciona lo de la visita guiada) y tiene unas vistas muy chulas al puente de Marienbrücke. Luego subes por unas escaleras y accedes al patio superior. Es todo muy impresionante y como de cuento, las almenas, los torreones,... es espectacular, la verdad. Os dejo unas cuantas fotos para que entendáis lo que digo. ![]() ![]() ![]() ![]() Una vez vimos el Castillo por dentro (lo que se puede ver sin la visita guiada), salimos y cogimos el camino que nos llevaba al Marienbrücke. Está muy bien indicado todo, así que se llega sin problemas. Se tardan unos 10 minutos parando para hacer fotos, descansar,... sin prisas. El camino ofrece vistas de la parte de atrás del castillo muy chulas y una panorámica de los alrededores (incluyendo el castillo del padre y el lago) muy bonitas también. ![]() ![]() Conforme te acercas al puente lo notas por la cantidad de gente que hay. Nos quedamos un poco alucinados porque casi no se podía entrar, estaba llenísimo. Con un poco de paciencia conseguimos hacernos algunas fotos, pero algo chapuceras, ya que no había espacio. La gente no paraba de empujar, incluso una señora, que se ve que tenía miedo, no paraba de gritar y pegar a la gente ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Después de estar allí recreándonos durante mil horas decidimos iniciar la bajada, sobre todo porque cambió el tiempo y empezó a hacer mucho viento y algo de frío. Volvimos a pasar por el castillo y dar otra vuelta y bajamos para abajo. Al llegar abajo estábamos algo cansados, así que decidimos acercarnos al Lago y refrescarnos los pies en el agua, que, por cierto, estaba muy fría. Fue al sentarnos cuando nos dimos cuenta de lo cansados que estábamos, pero claro!! habíamos estado casi 5 horas andando para arriba y para abajo ![]() ![]() ![]() ![]() Allí descansamos, estuvimos hablando, repasando el día, planificando el siguiente,... y entonces empezó a llover y nos metimos a la habitación. Ese día descansamos, como todos, genial, tanto, que no nos dimos cuenta de que pasó toda la noche lloviendo, lo que fue la antesala de lo que nos esperaba el día siguiente ![]() Etapas 7 a 9, total 10
Nos levantamos y miramos por la ventana para comprobar que el Castillo seguía ahí
![]() ![]() Era muy temprano, ya que teníamos que desayunar, hacer check-out y estar en las taquillas a la 7:45 h. para recoger nuestras reservas. Teníamos reservados (con varios meses de antelación) y vía web, la visita guiada a los dos castillos para ese día. Yo quería que fuera pronto asi que, cuando te preguntan sobre qué hora yo puse que sobre las 9 estaría bien, lo que no sabía es que has de estar una hora antes en las taquillas para recoger las entradas. Así que, teníamos que estar a la 7:45 en las taquillas, a las 8:45 en el castillo de Hohenschwangau y a las 10:45 en el de Neuschwanstein. Para los que no sepan cómo funciona, os lo explico. Puedes visitar ambos castillos por fuera y todo el recinto, puentes,... GRATIS. No cuesta nada, bueno, el parking y si quieres subir en bus o en coche de caballos, pero no hace falta entradas. Si quieres visitar los castillos por dentro, sí necesitas entradas. Las entradas pueden comprarse en las taquillas de los castillos el mismo día. Llegas, haces cola y cuando te toca te asignan una hora para entrar en el castillo. Problema, que si vas en agosto, como nosotros, te puede pasar lo que a unos españoles que conocemos, que llegaron a las taquillas, hicieron dos horas de cola, les tocó su turno a las 12.00, compraron las entradas y les dieron hora para las 17.00!! Otra alternativa (totalmente recomendable para no tener problemas) es reservar las entradas con fecha y hora por internet, en esta web (Reserva online de entradas). Rellenas el formulario y te envían un e-mail con los datos de la/las visita/s y a qué hora has de estar en las taquillas (una hora antes de la visita) para recoger las entradas. Puedes reservar para ver un castillo o los dos. Si reservas sólo uno (además del precio de la entrada) te cobran, por la reserva online, 1,80 por persona. Si reservas para los dos, 3,60 euros por persona. Entrar a los castillos no es barato, la verdad, el de Hohenschwangau cuesta 10,50 (8 para estudiantes) y el de Neuschwanstein 12 (8 para estudiantes), pero nosotros teníamos claro desde el principio que queríamos verlos por dentro y nos mereció la pena. Es una decisión que debes tomar, eso si, te recomiendo que antes de llegar, para que así puedas sacar las entradas por internet, 100% recomendable. Las colas que vimos nosotros los dos días no eran normales, de varias horas, sólo para que te atendieran, si le sumas la espera para poder entrar, merece la pena lo que se paga por la reserva. Bueno, lo dicho, nosotros teníamos que estar muy pronto en las taquillas, el problema es que el desayuno no lo servían hasta las 7.30, con lo que no nos daba tiempo. Se lo dijimos a la señora del hotel y nos dijo que no podíamos entrar antes a desayunar, que nos esperáramos. Yo me puse un poco nerviosa, ya que me gusta ser bastante puntual y me daba un poco miedo llegar tarde y que nos quitaran la reserva. Así que aprovechamos para meter todo en el coche, revisar la habitación,... Y nos dispusimos a esperar. Entonces la señora nos vió cara de buenos y nos dejó pasar, lo que le agradecimos un montón. Así que, tras desayunar, hicimos check-out y nos fuimos a las taquillas. Otra cosa buena que tiene el hotel es que te dejan, por supuesto, tener todo ese día el coche en el parking, con lo que viene muy bien. Llegamos a las taquillas a las 7.45 en punto, tal y como nos habían puesto en el e-mail y ya había gente. Las taquillas tienen varias colas, una para la gente que no tiene reserva y otra para la que si. Pero no abren hasta las 8 así que no sé por qué nos citaron antes, pero bueno ![]() No sabíamos si nos iba a valer la tarjeta una vez hecha ya la reserva pero la chica nos dijo que si, que no había problemas, con lo que nos descontó los 16 euros que costaba el castillo, casi nada! Cuando te dan las entradas, hay un número en ellas. Este número aparece en unas pantallas, a la entrada de cada castillo para que sepas que ya puedes pasar, que es tu turno. Otra cosa, en las pantallas, junto al número, pone en qué idioma es la visita. Resulta que había en italiano, francés, alemán, inglés,... y también en español, sin embargo, en nuestra hora ponía Audio-guía. Yo quise cambiarlo porque prefería una visita con guía (en plan persona) que con un audio-guia, pero la chica me dijo que era lo mismo. Me fui un poco mosca, pero luego comprobé que si, que es lo mismo. Una vez con las entradas en la mano y más tranquila nos fuimos hacia nuestro primer castillo, el de Hohenschwangau. Llovía a cántaros, así que chubasquero y paraguas en mano, nos fuimos para arriba. Llevamos enseguida y nos dispusimos a esperar nuestro turno, en un techado que había para resguardarnos de la lluvia. La espera se nos hizo bastante llevadera, sobre todo porque a nuestro lado había un grupo de italianos y uno de los señores había vivido en España y hablaba español muy bien, así que estuvimos charlando hasta que les llegó su turno. Hay visitas cada 5 minutos, así que enseguida que entraron ellos, salió nuestro número y entramos nosotros. Una vez dentro nos hicieron esperar junto a los italianos y algunos grupos más que fueron entrando. Así que en cuestión de menos de media hora ya había un grupo más o menos decente (unas 15 personas) para empezar la visita. Entonces entendimos la diferencia entre visita en un idioma y audio-guía. Si todo el turno de ese idioma está completo, te van metiendo por las habitaciones y te ponen la grabación (la misma que la audioguía) en unos altavoces. Si, como nos pasó a nosotros, cada uno habla un idioma, te dan una audioguía que se activa conforme vas entrando en cada habitación. La visita por dentro del castillo dura unos 45 minutos y está muy bien, totalmente recomendable. Así entiendes parte de la historia del castillo y de sus habitantes y dónde creció el rey Luis II de Baviera. El personaje del rey Loco es realmente fascinante, nosotros habíamos leído antes del viaje historias sobre él y cómo derivó en su obsesión por los palacios y los castillos y de ahí su locura. Así que viendo el castillo en el que veraneó, entiendes de dónde le viene su obsesión por las óperas de Wagner y la Edad Media. Sobre todo impresionan las pinturas en las paredes que están muy bien conservadas, así como el mobiliario y todos los objetos preciosos (aquí podéis ver algunas estancias, ya que no se pueden hacer fotos en el interior). Terminado el recorrido por el castillo de Hohenschwangau nos fuimos al de Neuschwanstein. Si vas a visitar los dos, cuando te dan las horas (tanto por internet como en las taquillas) te las dan con dos horas de diferencia, suficientes para ver el primer castillo por dentro, tranquilamente subir al otro, hacer fotos por el camino,... y llegar a la hora de entrar dentro. Nosotros habíamos pensado, ya que llovía, subir en autobús, pero se ve que todo el mundo pensaba lo mismo y si las colas del día anterior eran exageradas, la de este... eran una pasada. Nos dió miedo esperarnos y no llegar a la hora, así que nos fuimos para arriba andando. La verdad es que nos supo mal por la gente que sólo había ido ese día, con el buen tiempo que hizo el día anterior y lo que disfrutamos con el Sol!, pero es algo que no puedes controlar, pero si se veía en algunas personas cara de decepción, claro!! con los chubasqueros calados hasta los ojos y los paraguas no salen igual las fotos, pero lo importante es estar allí y disfrutarlo. Lo dicho, subimos andando y en un momento estábamos arriba ![]() ![]() ![]() Una vez apareció el nuestro entramos con un grupo de un viaje organizado en español, con lo que, al estar completo el grupo, en lugar de ponernos la audio-guía, la explicación era por los altavoces localizados en cada estancia. Si el exterior del castillo es bonito, el interior es precioso. Sobre todo la Sala del Trono y la Sala de los Cantores. Nosotros habíamos obtenido bastante información sobre lo que íbamos a ver y la historia del castillo,... de la web mismas del castillo (incluso lo hicimos pdf y lo imprimimos para poderlo tener en forma de guía ![]() A nosotros nos encantó, mereció la pena la visita por dentro, después de todo lo que habíamos leído sobre el castillo y su dueño, verlo en primera persona es increible. La visita dura como 45 minutos y al final, al llegar a la cocina, puedes salir a uno de los laterales y ver las vistas, que son muy chulas. ![]() ![]() Una vez acabó la visita, bajamos del castillo y aprovechamos para comer en el mismo restaurante que el día anterior, cambiamos el menú, pero me volví a pedir la tarta de chocolate que estaba de muerte! Y tras la comida, nos marchábamos de los castillos. Deciros que, todo el viaje nos ha encantado, pero el tiempo que pasamos visitando los castillos es de lo que más nos gustó. Lo disfrutamos mucho y fue todo un acierto tener el hotel en el mismo parque para poder estar sin prisas, todo el tiempo que quisimos y necesitamos. Todo un lujazo, la verdad. Así que, fuimos a recoger el coche al hotel y nos pusimos rumbo a nuestro siguiente destino Linderhof, otro de los castillos del Rey Loco (Web del palacio de Linderhof). Dejábamos atrás Tras una hora de viaje, con una lluvia impresionante, llegamos a Ettal, ciudad en la que se encuentra el Palacio de Linderhof. Afortunadamente cuando llegamos al parking amainó y, aunque con los parguas y los chubasqueros en la mochila, pudimos ir a las taquillas sin lluvia ![]() El parking cuesta 2,5 euros y hay dos tipos de entrada: una a los jardines y los edificios que hay en los jardines, 3,50 euros o 2,50 euros la reducida; o una con los jardines y el palacio por dentro, que cuesta 8,50 o 7,50 si es reducida. A nosotros, con la tarjeta de los palacios bávaros nos entraba todo, así que fuimos a las taquillas a recoger las entradas. Cuando llegas a las taquillas te dan una hora para la visita guiada al interior del palacio, a nosotros nos dieron para las 16.05 h y como quedaba como una hora, aprovechamos para visitar los jardines y los edificios que lo forman: el kiosko morisco, la casa marroquí, la choza de Hunding y la Ermita de Gurnemanz. ![]() ![]() El parque que rodea al palacio es bastante grande y bonito, salpicado por estas edificaciones, que muestran la parte más excéntrica (si cabe) del rey. Luego está el Palacio, que es precioso por fuera y los jardines llamados "formales" que se extienden tras y frente a él, son muy elegantes. ![]() ![]() ![]() ![]() Tras el paseo por los jardines, nos llegó el turno para entrar en el Palacio. La visita es en alemán, pero te dan unas hojas en español para que puedas seguir la explicación. El interior es impresionante y lujoso, sobre todo el cuarto de los espejos. El Palacio es pequeñito, pero está lleno de detalles y ornamentaciones que reflejan el gusto refinado de Luis II, no en vano, Linderhof fue el palacio en el que más tiempo pasó, de hecho, se puede visitar la habitación del Rey, en la que estaba cuando la policia lo detuvo. De allí lo llevaron al lago Starnberger, al sur de Múnich, en cuyas aguas apareció ahogado, junto con su psiquiatra, dos días después de ser declarado incapacitado para gobernar Baviera. En Linderhof, Luis II quiso recrear el Palacio francés de Versalles, y todo en su interior es exuberante, por lo que merece la pena la visita (en este documento podéis ver lo que se visita). Tras la visita, que dura como media hora, nos paseamos por los jardines exteriores un rato más y subimos por detrás para visitar la Gruta de Venus, la mayor gruta artificial de Europa. Fue creada por orden del rey para oir la música de Wagner. La visita a su interior es guiada y sólo en alemán, pero es la única forma de entrar y merece la pena. Cuando entras se escucha música de Wagner a todo volumen y te haces una idea del ambiente que debía respirarse en época de Luis II. La guía hace también una demostración de las diferentes luces de colores que el rey hizo instalar, además de ver la cascada y la barcaza en forma de concha que el rey pidió construir, vamos, toda una excentricidad digna de ser visitada. ![]() Una vez acabada la visita a la gruta, tuvimos que ponernos el chubasquero y sacar los paraguas porque llovía a cántaros y así, nos fuimos a recoger el coche al parking para continuar nuestro viaje hasta el destino del hotel de esa noche: Munich. Tras poco más de una hora llegamos al hotel que teníamos reservado en Munich, el hotel está muy cerca de la Marienplatz andando, a unos 10 minutos (Web del Hotel) por eso lo elegimos. Lo malo es que no tiene parking, con lo que, tras hablar con el recepcionista, nos dijo que la mejor opción era dejarlo en un parking cercano (a unos 2 minutos andando) que tenía tarifas para días enteros. Varias cosas del hotel, está muy bien situado, pero al no tener ni desayuno ni parking, seguro que hay opciones más interesantes que sí los incluyan. Viendo lo que nos costó el parking los dos días que estuvimos en Munich, ¡30 euros! ![]() ![]() Era tarde y llovía mucho, así que compramos unas cervezas y agua en el mismo hotel y cenamos en la habitación (con comida que llevábamos para estos casos comprada en supermercados). Y caímos rendidos dispuestos a descansar mucho para poder visitar al día siguiente Munich llenos de energía. Etapas 7 a 9, total 10
Ese día estaba exclusivamente dedicado a Munich. Nos levantamos y nos fuimos andando hacia el centro (que estaba a unos 10-15 minutos del hotel andando). De camino, desayunamos en una cafetería unos cafés y unos bollos que nos costaron unos 8 euros.
Con el estómago lleno llegamos a la Marienplatz y deciros que es impresionante, sobre todo el Ayuntamiento nuevo. El viejo estaba totalmente tapado porque están de obras, con lo que no pudimos verlo, pero el nuevo es precioso. Era pronto y no había mucha gente, así que pudimos disfrutar la tranquilidad de la plaza y compararla con el bullicio que encontramos más tarde (que nos gustó también, tanta gente en la calle, paseando, comprando,..., así lo disfrutamos de dos maneras muy distintas. ![]() ![]() Tras ver la marienplatz nos fuimos hacia el norte y visitamos la Catedral de Nuestra Señora o Frauenkirche. Lo peculiar de la Catedral son las cúpulas verdes que culminan sus dos torres, pero una de las torres estaba en obras y desmerecía el conjunto, pero aún con eso, es muy bonita. Y en el interior está la conocida como pisada del diablo (Web de la Frauenkirche). ![]() ![]() De allí nos dirigimos a la plaza Max Joseph Platz, en la que se encuentra el Nationaltheater, y las taquillas para entrar a la Residenz. Está a unos 5 minutos andando desde la Catedral. Con la tarjeta de los castillos de Baviera nos entraba todo el conjunto; sino vale 7 euros la residenz, 7 el museo del tesoro y 3,50 el teatro Cuvilliés; o una entrada para todo que cuesta 13 euros. El precio incluye la audio-guía. Nosotros entramos primero en el museo del tesoro y madre mía, es de los tesoros reales más chulos que he visto, con coronas, armas, objetos de cristal, joyas,... espectacular. De ahí pasamos a la Residencia en sí, visitando un montón de salas, entre las que destaca, sin duda el anticuario. ![]() ![]() Os dejo la web de la Residenz para que os hagáis una idea de lo que se visita y lo chulo que es (Web de la Residenz de Munich). Para acabar teníamos pensado ir a ver el Teatro Cuvilliés, pero empezamos a dar vueltas por el recinto y no lo encontrábamos. Deciros que el entorno es inmenso, de hecho tiene 10 patios y yo creo que acabamos recorriéndolos todos, pero al final nos ubicamos y encontramos el Teatro. Es muy bonito, todo rojo y en oro, espectacular también ![]() Junto al enorme complejo de la Residenz hay dos plazas a destacar, una es la que ya he nombrado antes, la Max Joseph Platz, en la que se encuentra el Nationaltheater; y otra es la Odeonsplatz, con dos edificios muy chulos, el Feldherrnhalle o Pórtico de los Mariscales y el Theatinerkirche. ![]() ![]() Cuando acabamos de visitar esta zona volvimos hacia el sur de la ciudad, al centro de nuevo y como habíamos desayunado poco (menos que otros días) a pesar de ser las 12.30 o así teníamos hambre y decidimos ir a comer. Teníamos claro dónde queríamos hacerlo, en la famosa cervecería Hofbräuhaus (Web de la cervecería). Puede que sea algo guiri, pero nos apetecía visitarla y comer allí. Es sencillamente enorme, con varios pisos, terrazas y salas, nos costó un poco encontrar en la que queríamos comer, que es la que todos tenemos en mente al pensar en esta cervecería, la de las mesas de madera corridas y el techo pintado. Al final la encontramos y como el millón de turistas (y también lugareños) que había, nos sentamos a comernos un codillo y un litro de cerveza, como manda la tradición ![]() A pesar de lo que pueda parecer y que puedes pagar el hecho de que es un sitio turístico, nos costó como en todos los sitios, unos 30 euros no llegó; y comimos genial, estaba muy bueno y el ambiente como muy festivo. Vamos, que nos encantó. Además en el segundo piso hay un pequeño museo en el que, como curiosidad, puedes probar a levantar cindo jarras como llevan los camareros (yo no pudev ![]() ![]() ![]() Una vez repusimos fuerzas fuimos a preguntar a la oficina de turismo (en la misma Marienplatz) cómo ir al palacio de Nymbenburg. Para llegar desde el centro al Palacio de Nymbenburg hay que coger un tranvía en la Karlsplatz, la plaza es muy grande, con una gran fuente, mucho ambiente de gente y grandes y espectaculares edificios alrededor; pero el camino hasta llegar a ella no es menos espectacular, se trata de una calle peatonal, con tiendas, cafeterías,... y mucho ambiente. Nos encantó el caminito y el gran número de gente que había, pero al ser peatonal, no agobia. Llegamos a la Plaza y cogimos el tranvía tal y como nos explicó la chica de la oficina de turismo. Nosotros, como buenas personas, pagamos nuestro billete y lo ticamos al subir, pero nos dimos cuenta de que la gente subía sin pagar y algunos, con billete, pero no lo ticaban, con lo que imagino que lo utilizaban en varios viajes. Eso si, si te pillan sin billete la multa es de 40 euros, nosotros preferimos pagar, pero ya os digo que no pagaba nadie ![]() Tras un largo rato en el tranvía llegamos a Nymbenburg. El palacio es muy grande y como lo teníamos incluido en la tarjeta de los palacios de Baviera, hicimos la visita por dentro. Lo malo es que tienes que pagar el audioguía (nosotros sólo cogimos una y nos costó 3,50) y no te dan ni un plano, que también tienes que comprar por 1 euro (esto no lo compramos). Deciros que el Palacio, por dentro, es totalmente prescindible (nada comparable con los otros que habíamos visto y menos con la Residenz) y cuesta 6 euros la entrada. Por fuera, posee unos jardines gigantes en los que los muniqueses van a pasear (es gratis la entrada). Son bonitos y están muy bien cuidados y tienen varios edificios repartidos que pueden ser visitados, así como un museo de los carruajes; la entrada a todo (palacio, edificios del parque y museo) cuesta 11.50 euros. Los jardines, como os he comentado, son muy bonitos, pero grandísimos. Nosotros estábamos algo cansados y no visitamos todos los edificios que había, ya que estaban muy separados unos de otros. Lo que sí visitamos fue el Museo de los carruajes, es pequeño, pero tiene verdaderas joyas, os dejo alguna muestra. ![]() ![]() Finalizado el recorrido por el palacio, volvimos a coger el tranvía, pero esta vez para ir al English Garten, el pulmón de Munich. Un parque muy grande en el que la gente va a pasear, a caminar, a correr, con las bicis, a los parques infantiles, a tomar una cerveza,... Había un montón de ambiente y caminar junto al río por entre los árboles es muy agradable. Allí vimos a los famosos surfistas en el canal y paramos a tomarnos algo en la terraza que hay alrededor de la pagoda china. ![]() Tras el paseo, cogimos de nuevo el tranvía para volver al centro. Paseamos un rato y aprovechamos para buscar algunos regalos y recuerdos. Y como estábamos algo llenos de la super-comida, nos compramos algo para llevar y nos fuimos al hotel a descansar. Etapas 7 a 9, total 10
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