Selva Negra y Baviera (en construcción) ✏️ Blogs de Alemania

Tras muchos meses de preparación por fin llegó el día de marcharnos a Alemania
Nuestro vuelo salía directo de Valencia a Frankfurt Hahn, a las 14.30 del mediodía. Aunque llevábamos unos bocatas de jamón y tortilla de patata, nos apeteció comer en el Burger del aeropuerto y nos llevamos los bocatas para Alemania.
Era la primera vez que viajábamos con Ryanair y yo estaba un poco asustada por todo lo que nos habían dicho de la compañía (no muy bueno), pero fue todo genial, así que no problem.
Llegamos al aeropuerto de Frankfurt a las 16.50, recogimos las maletas (las dos, menos mal!!) y nos dirigimos hacia la zona de las oficinas de alquiler de coches, está muy bien indicado y no tuvimos problemas en encontrar los mostradores. Recomendados por este foro, alquilamos un Golf (o similar) en Autoeurope, con franquicia incluida, por si acaso. Como íbamos en ruta con las maletas la mayor parte del viaje queríamos un coche en el que cogiera todo en el maletero y no se viera, por eso, a pesar de ser dos personas, cogimos un coche mediano.
Bueno, llegamos al mostrador de Europcar (la compañía con la que nos había reservado AutoEurope) y pedimos el coche, lo habíamos reservado a nombre de mi marido, pero como él tenía pensado probar todas las cervezas de Alemania quisimos ponerme a mi también como conductora (no me gusta la cerveza), no hubo problema y no nos cobraron nada extra. Aunque llevábamos GPS nos daba miedo que fallara y quisimos alquilar uno pero no les quedaban así que... recomendación, llevaros desde España el GPS, es totalmente necesario sino... es complicado llegar a ciertos sitios. Lo que sí nos hicieron fue retenernos 240 euros en la tarjeta de crédito por si devuelves el coche sin gasolina y algunas cosas más, es como una fianza.
La chica nos dijo que el coche estaba nuevo y no tenía nada y nos indicó dónde encontrarlo aparcado. Entonces... sorpresa, nos dió la llave y tenía la marca Mercedes vamos que no nos dieron un golf y al llegar al parking lo comprobamos, era un Mercedes Clase A negro y nuevecito, vamos genial, las maletas cabían sin problemas y no se veía nada. Perfecto.


Lo malo es que nadie de Europcar vino a explicarnos como iba el coche y los primeros días no lo controlábamos mucho... ya que era híbrido y cuando parábamos en un semáforo parecía que se calaba, con lo que volvíamos a encenderlo pero nooooo, es que se ponía a funcionar en modo eco y para volverlo a poner en marcha sólo había que pisar al embrague pero claro!! no lo sabíamos
Bueno, cogimos el coche y nos pusimos en marcha, dirección Heidelberg, nuestro primer destino. Y menos mal que llevábamos el GPS porque nada más salir del aeropuerto había un accidente y la policía no dejaba entrar en la autopista y nos desvió por una carretera secundaria, así que si no llevas GPS es algo complicado.
Tras una hora y media de viaje llegamos al hotel de Heidelberg (www.ibishotel.com/ ...ndex.shtml) un Ibis situado a las afueras, al lado de la estación de trenes. El hotel no está mal, aunque os comento varias cosas, tiene parking gratuito y viene genial, pero está dividido en dos partes, una detrás del hotel, con acceso directo y muy bien situado y otro más lejos y debajo de un puente. Como el primero estaba lleno, nos mandaron al otro y nos dió un poco de rollo dejar el coche allí tan lejos y sin más coches, con lo que nos acostamos un poco moscas y con miedo por si le pasaba algo al coche.
Además, el hotel está en una calle muy transitada y las habitaciones no están bien insonorizadas con lo que molesta un poco. Por último, no tienen el desayuno incluido, nosotros lo pedimos porque llovía y no pudimos cotillear los alredededores, pero vale 11 euros por persona!! eso si, está genial y yo creo que lo amorticé jejeje, pero bueno... por si acaso os lo avisamos.
Como os he dicho, llovía un montón y estábamos algo cansados así que compramos agua y una cerveza y nos comimos los bocatas que traíamos de España que nos supieron a gloria y a dormir!!
Al día siguiente teníamos que visitar Heidelberg.

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Tras el viaje llegaba el momento de empezar a visitar ciudades y teníamos unas ganas...
Nos levantamos pronto y tras desayunar y hacer el check-out en el hotel, metimos las maletas en el coche, aprovechamos para cambiarlo al parking tras el hotel (para que estuviera mejor situado) y nos pusimos en marcha.
Habíamos leído en el foro que aparcar en Heidelberg no es muy sencillo, así que, como teníamos parking gratis en el hotel habíamos decidido ir al centro en autobús. Era muy sencillo, coger el autobús 33 frente al hotel y parar en el funicular al castillo. Y así lo hicimos, pagamos los billetes y cogimos el bus... pero a los 5 minutos mi marido se dió cuenta de que ¡íbamos en dirección contraria! y en lugar de ir hacia el centro íbamos a las afueras!!
Nos bajamos, volvimos a comprar otros billetes y entonces sí, fuimos en la dirección correcta
Paramos en el funicular, literalmente, justo en la puerta de la estación. De todos modos, está muy bien situado y se llega sin problemas. Allí compramos dos billetes combinados para el funicular, el Castillo, el Barril gigante y el museo farmaceútico. Nos costaron 3 euros cada uno (entrada reducida como estudiantes), sino, cuesta 5 (http://www.heidelberg-marketing.de/2/content/e4227/e8839/index_esp.html).
En un momento estábamos en el Castillo, el entorno es muy chulo y el castillo también, pero sobre todo merece la pena por las vistas de la ciudad, impresionantes.

Tras visitarlo todo (en hora y media o así) decidimos volver a coger el funicular. Habíamos leído que con él se podía subir más, hasta "La Silla del Rey" el punto más alto de Heidelberg y como era pronto, en vez de bajar decidimos subir. Pero entonces la señorita del funicular, que nos vió las pintas de turistas que echábamos para atrás nos dijo que con el billete combinado no se podía subir más, nos dió un poco de vergüenza porque no teníamos intención de colarlos así que nos cambiamos de vagón y bajamos, no se nos ocurrió ni preguntar cuánto valía

Así que en unos minutos estábamos en el centro histórico de la ciudad. Lo primero que hicimos fue ir a la oficina de turismo, directamente en el Marktplatz frente a la Heiliggeistkirche (Iglesia del Espíritu Santo). Allí nos dieron un plano y nos dijeron lo más importante para visitar. De allí, ya que estábamos visitamos la Iglesia del Espíritu Santo y subimos a su torre (0,70 euros cada uno, precio de estudiante). Las vistas también son muy chulas, sobre todo porque desde allí se ve el castillo.

Entonces recorrimos el casco histórico, callejeando y paseando tranquilamente a pesar de que hacía bastante frío y no paraba de llover, pero es muy agradable, todo queda bastante cerca y las calles son muy bonitas.
Descubrimos también que en el mismo centro hay varios parkings y que no son muy caros, por lo que si no sabéis dónde aparcar, sin problema, aunque pagando podéis dejar el coche en uno de estos parkings. También he de deciros que aparcar sin pagar en Alemania es muy raro, en casi todos los sitios se paga así que... Tenedlo en cuenta y no desesperéis, hay que aceptarlo y ya está.

Tras visitar el centro con el Puente Antiguo, Carl-Theodor-Brücke, La universidad, Karlstor (La Puerta de Carlos), Karlsplatz (La Plaza de Carlos), Kornmarkt (El Mercado de Granos), Marktplatz (La plaza del mercado), El hotel “Zum Ritter St. Georg” (caballero de San Jorge), Marstall (Las caballerizas),... decidimos comer, además de porque empezábamos a tener hambre, porque empezó a apretar la lluvia. Lo hicimos en el Hard Rock de la calle principal, Hauptstraße, una calle peatonal muy bonita. Normalmente, cuando vamos de viaje nos gusta comer en entornos bonitos, puede que sea más caro, pero merece la pena. Había muchos locales, pero a mi marido le gusta mucho la cadena Hard Rock (colecciona sus camisetas) y nos apeteció comer allí. En cuanto al precio, nos ha costado siempre alrededor de 30 euros los dos, con los platos principales varias bebidas, postre y café, con lo que nos ha parecido además de una "tarifa plana" precios muy parecidos a España.

Tras comer, acabamos de recorrer las iglesias que nos faltaban y volvimos a coger el bus para volver al hotel a por el coche. Lo único que no pudimos hacer y que nos hubiera apetecido es el viaje en barco por el Neckar, pero llovía mucho y no apetecía, a la próxima!

Una vez en el coche, pusimos nuestro GPS en marcha y nos dirigimos a nuestro siguiente destino, un pueblecito muy cerca de Baden Baden. Había una hora de camino y fue muy agradable, empezamos a adentrarnos en la Selva Negra y pasear por ella, aunque sea con el coche es muy chulo. Entonces, el GPS nos indicó que quedaba poco para el destino y empezamos a subir y subir y subir por una montaña, yo estaba super-ilusionada porque el sitio era precioso, todo rodeado de verde, pero para nuestra sorpresa cuando el GPS dijo "el destino está a su derecha" no había NADA, y nos preocupamos un poco Entonces revisé la documentación y volvimos a meter los datos en el GPS, esta vez, las coordenadas del hotel que nos facilitó Booking y entonces si, bajamos la montaña y encontramos el hotel

Este hotel lo cogimos por recomendaciones en el foro. Está muy cerca de Baden Baden y es de gestión familiar Gasthaus Linde

Llegamos a las 16.00 y lo encontramos cerrado con un cartel que ponía que de 15.00 a 17.00 cerraban recepción. Aún con eso, fuimos a dar una vuelta y ¡sorpresa! en la puerta de atrás encontramos una cesta con llaves y un cartel en el que ponía los nombres de los huéspedes y qué habitación tenían. Cogimos la nuestra y nos fuimos a ver la habitación. Era muy bonita, abuhardillada, muy nueva y con parquet, nos encantó.
Una vez alojados, decidimos visitar Baden Baden, que estaba como a unos 15 minutos en coche. Yo aún no había conducido así que quería probar el coche y lo cogí, ¡error! todas las calles eran en cuesta y no controlaba mucho el coche, así que no lo hice muy bien que digamos, pero bueno, pasamos un rato de risas

Llegar a Baden Baden fue sencillo, pero estaba todo en obras y era complicado llegar al centro, además de que una gran parte del centro es peatonal y no podíamos pasar, el caso es que nos pasamos un gran rato dando vueltas sin saber cómo acceder y ya hartos, decidimos aparcar donde pudimos y ubicarnos, le pusimos para dos horas en la zona azul y fuimos a ver dónde estábamos. Resultó que estábamos bastante cerca de la oficina de turismo, así que nos fuimos a que nos dieran un plano e información. Pero, a pesar de no ser ni las cinco de la tarde estaba cerrada, lo que nos pareció, a nosotros y a un montón de gente que esperaba en la calle, algo cuanto menos sorprendente. Sin plano, nos fuimos a recorrer la ciudad. Siento deciros que tenía grandes expectativas en cuanto a Baden Baden por el foro y los comentarios pero me decepcionó mucho. No sé si es que no le supimos encontrar el encanto pero no nos gustó nada Imagino que para nosotros, que buscábamos el encanto de los pequeños pueblos de la Selva Negra, Baden Baden nos pareció demasiado grande.

Aún con todo, visitamos la ciudad y algunas cosas si nos gustaron, por supuesto!!!




Cuando acabamos decidimos irnos al hotel, ya que empezó a llover con muchísima fuerza y nos quedamos allí a cenar y prepararnos para continuar con nuestra ruta al día siguiente.

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Nos volvimos a levantar muy pronto, sobre las 7 o así, lo que fue la tónica habitual del viaje; nos contagiamos enseguida de los horarios alemanes, que cierran todo muy pronto y cenan también muy pronto, con lo que no nos acostábamos muy tarde. Pero además, como amanece bastante pronto y todo lo abren muy temprano, queríamos aprovechar para verlo todo y que no nos cerraran, con lo que tocaba madrugar.

Desayunamos en el hotel muy bien, la verdad, sobre todo por el pan casero recién hecho que estaba genial. Hicimos check-out y nos fuimos a nuestro siguiente destino.

Como habréis visto ya en estas tres etapas, pasábamos una noche en cada hotel en lugar de coger una casa o un alojamiento por más tiempo como campamento base. Después de darle algunas vueltas, pensamos que era mejor así, no nos importa lo de ir con las maletas a cuestas (de ahí lo del coche con maletero grande) y así íbamos avanzando en nuestro recorrido sin tener que hacer viajes de ida y vuelta, lo que nos ha permitido hacer menos kilómetros y poder dedicar más tiempo a ver más cosas. Es una decisión personal, imagino que habrá gente que preferirá no tener que ir con las maletas, pero a nosotros nos ha resultado muy bien, lo recomiendo.

En cuanto a los hoteles, los hemos cogido todos por booking, también lo recomiendo, sobre todo porque los reservamos con la posibilidad de anularlos sin coste, lo que nos ha venido muy bien conforme hemos ido configurando la ruta y cambiando destinos. Es verdad que sale más caro que coger habitaciones en casas, pero nosotros no controlamos nada de alemán y nos pareció más cómodo así.

Bueno, hechas estas aclaraciones, en esta etapa pasamos a Francia, en concreto a visitar Estrasburgo.

En 45 minutos estábamos en Estrasburgo, según indicaciones del foro, íbamos a aparcar en el P+R Elsau, pero conforme íbamos vimos que nos alejábamos mucho y decidimos aparcar y preguntar dónde estábamos. Resulta que estábamos a unos 15 minutos andando del centro y además era gratis aparcar, con lo que decidimos dejar allí el coche e ir andando siguiendo las indicaciones al centro, no tiene pérdida.

Enseguida llegamos, en concreto a la plaza de la Catedral y entramos a la Oficina de Turismo a por un mapa, nos costó 1 euro pero es necesario para poder visitar la ciudad. La Catedral es impresionante, sobre todo por fuera, nos encantó.


Por dentro también es chula, pero no tanto como por fuera. Teníamos previsto subir a la torre y visitar el reloj astronómico, así que, mientras esperábamos para poder acceder (a las 12.00h) fuimos a callejear por la ciudad hasta llegar a "La Petit France". Nos encantó el paseo, pero al llegar allí nos quedamos Es muy bonito el conjunto, el entramado de las calles, los canales, las casas,... es precioso.


Fuimos también a ver los puentes cubiertos, pero no pudimos ver la Presa Vauban, ya que estaba de obras. De vuelta a la Catedral, hicimos cola para comprar las entradas al reloj astronómico, hacía mucho Sol y había mucha gente, pero nos apetecía verlo, así que hicimos una cola de una media hora para las taquillas (3 euros los dos, precio de estudiantes). Luego hicimos cola para poder entrar a ver la película, que la ponen a las 11.30h. Una vez dentro, pusieron la peli, que es en inglés, francés y alemán, un poco aburridilla, la verdad, pero bueno... entonces llegó el momento, el reloj iba a ponerse en marcha y... sorpresa!! se movieron dos figuras y tras casi hora y media de espera, en 10 segundos acabó lo que se daba Así nos quedamos todos los que estábamos esperando, pero bueno... que no nos lo cuenten Así que, no es muy recomendable si, como nosotros, tenéis que esperar mucha cola.

Teníamos hambre y hacía mucho calor así que decidimos irnos a comer Comimos en la misma calle que da a la catedral, en una terracita muy agradable y nos costó, como siempre, 30 euros, así que genial.

Tras comer, habíamos pensado subir a la torre, pero había mucha gente en la cola, nos dijeron que había que esperar como 2 horas y teníamos miedo que nos pasara lo mismo que con el reloj, así que decidimos dar un paseo e ir acercándonos al coche para ir a ver las instituciones europeas.

Con el GPS es muy fácil encontrarlas, aparcamos y nos dimos una vuelta para ver los diferentes edificios, es muy agradable el paseo porque están en un barrio muy tranquilo, con árboles, el río,... y es bastante chulo el entorno.


Una vez acabamos la visita cogimos el coche y nos fuimos a nuestro siguiente destino Gengenbach. Tras algo más de 40 minutos llegamos y vimos que muy cerca del centro, en la misma calle que llega al ayuntamiento, se podía aparcar por 1 euro unas dos horas y allí dejamos el coche.

Hacía bastante calor, así que aprovechamos para tomar unas cervezas en una terracita al lado de la oficina de turismo. Además nos encantó, porque por primera vez encontramos a alguien en una oficina de turismo que hablaba español El chico nos dió un plano con números y una guía en español en la que explicaba qué era cada número. Está muy bien organizado, sólo has de seguir unas figuritas de metal que hay en el suelo y te indican el camino, no hay pérdida, así haces la visita a tu aire pero con ayuda, que viene muy bien.


Gengenbach sencillamente nos encantó, es un pueblo con mucho encanto, tranquilo y muy bonito, cada rincón esconde un detalle chulo, las calles, las casas,... En verlo todo tardamos cerca de dos horas, pero es muy llevadero el paseo y como digo, muy agradable.



Una vez terminamos el paseo compramos agua y algunas cosas para picar en un Schlecker que había en la misma plaza del ayuntamiento y nos fuimos a por el coche. Tras unos 50 minutos conduciendo llegamos a nuestro hotel de esa noche en Schönwald, muy cerca de Triberg, de hecho, subiendo al hotel por la carretera encontramos la entrada a las cataratas. El pueblo está muy alto, incluso, por primera vez, perdimos la señal del GPS, pero está en un sitio idílico y el hotel nos encantó, 100% recomendable. Eso si, al salir del coche al llegar notamos el cambio de temperatura asociado a la altura, 5º!!!!!! pero no importa, nos abrigamos y ya está, merecía la pena.

El hotel es como una casa, tocamos al timbre y nos abrió la dueña, muy amable, nos acompañó a la habitación y nos dijo que la llave era la misma que para abrir la puerta de la calle. En cuanto se fue mi marido y yo cotilleamos y flipamos con la habitación!! Teníamos una terraza que daba la vuelta a la habitación, con unas vistas impresionantes a la Selva Negra, vamos que nos encantó. Os dejo la dirección por si os interesa Landhaus Lena Nosotros lo reservamos por booking y nos salió algo más barato, pero calidad-precio muy bien, incluía parking y desayuno.




Tras cotillear la habitación la señora nos dió un folleto con un montón de restaurantes cercanos para poner cenar. Como teníamos bastante hambre y frío nos decantamos por un restaurante que estaba en la misma calle, a menos de un minuto andando. Eran casi las 9 de la noche y no había mucha gente, pero el señor, a pesar de que no hablaba nada de inglés, fue muy amable. Nos pasamos mil horas traduciendo la carta en alemán con nuestro amigo el diccionario (llevábamos uno pequeño que nos sirvió de ayuda a lo largo de todo el viaje, lo recomiendo 100% también), pero al final conseguimos pedir y cenamos de maravilla, sobre todo el postre, me pedí un postre típico de la Selva Negra, helado de vainilla con un montón de frambuesas en una salsa caliente, el contraste genial y el sabor mejor.

Con la barriga llena y cansados nos fuimos a dormir para descansar para el día siguiente.

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