![]() ![]() Shosholoza Sudáfrica 2011 ✏️ Blogs de Sudáfrica
Tras coronarnos campeones del mundo, este país se merecía una visita. ¡¡¡Y qué país!!!14 días entre la península de El Cabo, Hermanus, viñedos, tiburones y, cómo no, el magnífico KrugerAutor: Serdel Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (10 Votos) Índice del Diario: Shosholoza Sudáfrica 2011
01: Cómo se fraguó y llegada a Jo'burg
02: Llegada a Cape Town. Bo-Kaap y Long St.
03: Cape Town. Waterfront, Robben Island y Signal Hill
04: Cape Town. Península de El Cabo.
05: Cape Town. Día de Contrastes.
06: Cape Town. Día de Relax en el City Bowl y los Jardínes Botánicos
07: De Cape Town hacia Hermanus entre viñedos
08: Gansbaai. Encuentro con El Gran Blanco
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Etapas 7 a 9, total 15
10 de Agosto Hoy nos esperaba el traslado hacia la segunda base del viaje, Hermanus. Pero como no está muy lejos de Ciudad del Cabo, decidimos pasar el día en la zona de los viñedos cercana a la ciudad. Teníamos pensado visitar Stellenbosch y hacer alguna cata, pero siguiendo los consejos de Cludi del B&B, nos encaminamos hacia Franschhoeck, algo más pequeño y auténtico, al final de un precioso valle rodeado de viñedos y de bodegas con una magnífica arquitectura. Y no fallamos. Salimos de CPT por la N1 hasta que encontramos la salida de la R45 que nos llevaría hasta Franschhoek. Sabíamos que queríamos hacer alguna cata pero no nos decidíamos por ninguna (la carretera está llena de bodegas a ambos lados). Ante la duda, consulta a la Lonely Planet y decisión tomada: Grande Provence, a unos 4 km antes de llegar a la ciudad. La verdad que el sitio es precioso: un jardín cuidadísimo con varias esculturas, con varias mesas para degustar sus vinos o, incluso, quedarse a comer (echamos un vistazo a la carta y no tenía mala pinta) y unas instalaciones restauradas pero con mucho gusto manteniendo la estética de arquitectura colonial holandesa. Además, nos acompañaba un tiempo perfecto así que disfrutamos como niños. Pedimos una visita a las bodegas que nos hizo una de las enólogas. Estuvo interesante, sobre todo la zona donde guardan las barricas (todas de roble francés cambiadas ¡¡cada año!! ![]() ![]() [align=center]Exterior e interior de la bodega Grande Provence ![]() ![]() ![]() Hicimos una excepción con la joya de la bodega: The Grande Provence 2006. Delicioso…animados por el amigo Baco, hicimos varios encargos para que nos lo enviaran a España. No fue del todo barato, pero las botellas (que recibimos un par de semanas después en perfecto estado) nos servirán como recuerdo de este maravilloso viaje. Un poco “tocadillos” salimos hacia el centro Franschhoeck, refugio en su día de los hugonotes franceses (la ciudad conserva un monumento en su memoria), con la intención de buscar un buen restaurante donde meterle algo de calorías al cuerpo que compensaran los excesos etílicos de la mañana. Tiramos de Lonely y fuimos al que figura como mejor restaurante de la ciudad según sus habitantes. Además, esta ciudad es conocidad como la capital de la cocina de Sudáfrica. Así que, más o menos, fuimos al mejor restaurante de Sudáfrica, ¿no? ![]() Completamos la tarde antes de salir hacia Hermanus con un paseo por la calle principal donde cayó alguna que otra compra. Tiendas de decoración, artesanía, ropa,…se nota que es una ciudad “bien” con un turismo “muy bien”. Tentaciones para la cartera por todos los lados… Con un muy buen sabor de boca, nunca mejor dicho, abandonamos esta ciudad camino de Hermanus. Dimos un pequeño rodeo, primero por la R45 que nos ofreció unas vistas magníficas del valle y el primer contacto con otros de los amigos del viaje: los babuinos que campaban a sus anchas en la carretera. ![]() Vistas del valle desde la R45 saliendo de Franschhoeck
Después dimos vuelta atrás hacia Cape Town por la N2, pasando por el Sir Lowry Pass que permite gozar de unas panorámicas fantásticas de False Bay y enlazamos con la R44 que bordeaba la costa oriental de la bahía hasta Hermanus. Ibamos pillados de tiempo y no pudimos parar en la colonia de pingüinos de Betty’s Bay. Fue un trayecto bastante raro pero recompensado con magníficas vistas de la costa sudafricana. Ya casi de noche llegamos al que sería nuestro alojamiento las próximas tres noches: Cliff’s Cottage en Hermanus. Cualquier buen calificativo se queda corto ante la calidad de este B&B: una casa preciosa, elegantemente decorada, magnífico trato con sus dueños Check y Dot, desayunos magníficos, a 10 minutos de agradable paseo por la orilla hasta el centro…fue todo un acierto. Y a un precio bastante bueno (60€ habitación doble). Os lo recomiendo al 110%. ![]() Cliff's Cottage en Hermanus
Check nos esperaba algo más pronto y estaba un poco nervioso por si nos había ocurrido algo. Accedió sin ningún reparo a prepararnos el desayuno más pronto de lo habitual pues el día siguiente nos tocaba bucear con tiburones. Nos repartió las habitaciones y nos recomendó un muy buen sitio para ir a cenar. The Fisherman’s Cottage, en pleno centro de Hermanus. Se trata de una antigua casa de pescadores restaurada donde sirven pescado fresco fresco y, además, muy bueno (muy bueno el fish&chips). El cansancio del día hizo que una de las parejas se quedaran a descansar y fuimos tres a catar este lugar. Pedimos un plato combinado de pescado que incluía calamares, gambas, pescado y chips y, como no, un malva pudding de postre. No os defraudará este sitio. ![]() The Fisherman’s Cottage
Durante la cena, empezamos a pensar en la actividad de mañana: bucear con tiburones. Yo estaba decidido al 100% pero mi pareja y mi amigo no lo tenían tan claro. Estábamos un pelin cagados, jeje… ![]() ![]() [/align] Etapas 7 a 9, total 15
11 de Agosto Y llegó otro de los días marcados en rojo en el itinerario del viaje: encuentro con Sharky, cariñoso apodo que dimos a nuestro amigo el tiburón blanco. Salimos prontito de Cliff Cottage habiendo desayunado poco (consejo de Chuck para evitar “indisposiciones” en el barco) con un silencio sepulcral. Los que teníamos muchas ganas no nos lo creíamos y los que tenían alguna duda pues se iban poniendo más nerviosos. Llegamos a Kleinbaai (puerto que está a la salida de Gansbaai) puntuales a las 9 a nuestra cita con Shark Cage Diving , con quienes teníamos contratado la actividad a razón de R1450 por barba. No es precisamente barato pero, tras la experiencia, vale mucho la pena. Bueno, pues allà que estamos los 5 españolitos para ver al gran Sharky. En la recepción, mientras rellenas un formulario para eximirles de responsabilidad por si te mueres (el famoso “at your own risk” que luego veríamos tantas veces en el Kruger) tienes la oportunidad de tomar algo de desayuno (los menos ya que todos estábamos algo nerviosos) o de embobarte con las fotos que tienen de estos increíbles animales (la mayoría) que te animan o te dan más dudas. Nos dieron un chubasquero naranja que parecíamos los de Pesca Radical del Discovery, nos hicieron una pequeña reunión de cómo iba a ir la experiencia y, alà, directo al barco. Nos pusimos en la parte de arriba ya que se hacen mejores fotos. [align=center]La "jaula" ![]() El día acompañaba y el mar estaba bastante tranquilo. Tras poco más de 15 minutos (en los que vimos un coletazo de ballena a lo lejos) llegamos a la zona donde tiraron el ancla y empezaron a soltar el cebo (chump): una especie de mezcla de aceite de atún con restos de pescado. En teoría, si este cebo le falla, tienen otro (gladys) que aseguran es infalible. No tuvimos la “suerte” de verlo pero el cachondeo entre nosotros fue grande con la famosa gladys!! Al poco de tirar el cebo ya empezaron a aparecer. Primero uno pequeñito pero luego ya empezaron los mayores. La gente se ponía algo nerviosa y la tripulación ya pedía voluntarios para ser los primeros en entrar a la jaula. Yo animé a mis amigos pero algunos todavía querían ver cómo funciona eso de la jaula. ![]() ![]() Entraron los primeros 8 y, además del cebo anterior, emplearon unos troncos de pescado que estiraban cuando el tiburón se acercaba, haciendo que saliera fuera del agua. El maratón fotográfico fue tremendo!!! ![]() ![]() Después de tranquilizarnos un poco, todos nos decidimos a entrar. Fuimos los terceros. Te dan el traje de neopreno, zapatillas, los plomos para hundirte y las gafas, muy buenas por cierto ya que no se empañaban. El primero que entré fui yo y me puse a la izquierda de toda la jaula. Ya había visto que los sharkies llegaban casi todos por ese lado así que me preparé para verlos de cerca. La jaula está muy bien, es “cómoda” y bastante segura (en los huecos entre barrotes entran las manos y piernas, pero no os asustéis!!). Hace un frío del carallo pero se te pasa a los dos minutos de la emoción. ![]() ![]() Consejo: llevad bañador y una camiseta interior térmica. Ellos te dan toallas. Entrad los primeros a la jaula pues son los que están más tiempo y poneros a la parte más izquierda posible ya que la mayoría de tiburones llegan por el lado izquierdo. Si podéis, una cámara submarina para hacer fotos del amiguito ya que los tienes muy muy cerca. Mi pareja se puso algo nerviosa al verse “encerrada” en la jaula y tuvo un amago de salirse. Al final, la pudimos convencer y se quedó. Y menos mal. La experiencia es impresionante!!!El tripulante del barco te avisa cuando te has de sumergir y tomas aire, te hundes, abres los ojos y lo tienes ahí., a 1-2 metros y ves cómo se mueve, elegante, cómo te mira, ves sus dientes, sus agallas,…nos dábamos codazos de la emoción!!…en una de estas inmersiones me pilló de sorpresa y ¡!!vino hacia la jaula!!!, dando un mordisco a los barrotes. Me quedé sin habla un rato, pasmado, jeje… ![]() ![]() Salimos tras 15-20 minutos en la jaula y se nos veía en la cara la sonrisa de haber experimentado algo casi único, especial y 100% emocionante. Estuvimos un rato viendo al último grupo y volvimos a cambiarnos. Más relajados, nos entró mucha hambre y empezamos a devorar los snacks, bollos, zumos y refrescos que te ofrecen en el barco. Con la sensación de haber disfrutado mucho, de vuelta a puerto el barco pasó por el buffet libre de focas que tienen los tiburones en Dyer Island y que es la razón por la que viven aquí. Había miles, retozando cerca del mar… a sabiendas que su killer está cerca. Menuda vida más emocionante que tienen... ![]() El buffet de Dyer Island
De vuelta a la base, te vuelven a ofrecer algo de comer (tomamos una sopita calentita que nos vino de perlas) y te enseñan el video que han grabado de la experiencia. Lo venden a R350 pero la lástima es que no tiene ninguna imagen submarina, por lo que no vale la pena gastarse el dinero. Elegimos esta compañía de las muchas que hay tras leer el hilo del foro sobre el tema. A favor: lo tienen muy bien montado y se les nota expertos. En contra: éramos demasiada gente (unas 40 personas) y, aunque todas no entraron en la jaula, los turnos se hacen cortos. Pero, os repito, no os perdáis esta experiencia por nada del mundo. De vuelta a Hermanus nos fuimos directos a la costa a ver si veíamos ballenas. Pero no tuvimos suerte. Según nos comentó el “Whale Crier” del lugar, no era un buen día ya que el mar estaba algo revuelto. ![]() Paseando por la costa de Hermanus
Duchita en el magnífico B&B (qué olor más buena hacían las habitaciones) y a cenar. Repetimos en el Fisherman’s Cottage con un fish&chips delicioso y, como no, malva pudding de postre mientras recordábamos la visita a nuestro amigo Sharky. Me encantaría volver!!! [/align] Etapas 7 a 9, total 15
12 de Agosto El espíritu de Sharky todavía estaba con nosotros…hoy almorzamos como reyes, incluido plato de huevos con bacon y tomatito frito…después de las emociones de ayer,¡¡¡ nos sentó de maravilla!!! El objetivo de hoy era conocer la zona más al sur del continente africano: Cabo Agulhas y alrededores. Tras alguna cabezadita de algun@ durante el viaje (la ruta por Standford, Napier y Bredasdorp es preciosa con campos kilométricos de cereales por todos lados), llegamos sobre las 10.30 al faro del fin de África. En su interior, hay una exposición de faros y se puede subir hasta la zona de las lámparas. [align=center] Campos cerca de Napier ![]() Aparcamos y nos dirigimos a la oficina de turismo donde una amable señora nos dio varias indicaciones y folletos de lo que podíamos hacer. El punto más al sur de África se encuentra a 1.5 km de la oficina de turismo. Se puede ir en coche pero nosotros lo hicimos andando, haciendo fotos sin parar de la bravura del mar por esa zona. El Faro de Cabo Agulhas
![]() El camino está amenizado con varios paneles explicativos de las expediciones que pasaron por la zona (portugueses, holandeses, españoles,…) y de la flora (escasa) y fauna de este agreste lugar, conocido como el Cabo de las Tormentas. ![]() Camino del fin de África
![]() ![]() Fotitos de rigor en el punto más meridional de África y que coincide con la separación de los dos océanos (Índico y Atlántico). De ahí a la Antártida en unos 6000 km, jejej….nos miramos y dijimos….leches, ¡¡dónde estamos!!!. ![]() Picados por la curiosidad continuamos a pie otro kilometrillo más para ver los restos de uno de los múltiples buques que naufragaron por esta agua: el Meisho Maru 38. Restos de vida destrozadas por el mar…la verdad es que es muy fotogénico, desde todos los ángulos y ayudado por unos cielos magníficos que se retuercen a más no poder en estas latitudes. ![]() Restos del Meisho Maru 38
![]() Vuelta al coche (vaya caminata nos hemos dado). Fotitos al faro…¿dónde comemos? Nos han dicho que en Struisbaai hay un sitio cutre pero que se come muy bien: The Pelican Harbour y que, además, se pueden ver rayas gigantes residentes en el puerto y las casitas de pescadores son muy chulas….allà que vamos…las casitas muy chulas pero ni rayas ni el famoso Pelican está abierto (espero que alguno de vosotros tenga más suerte)…cambio de planes…tiramos de Tom Tom que nos lleva al pub más meridional de África en la misma ciudad, The Michael Collins…típico pub inglés con buena comida, pantallas gigantes con partidos de rugby, cómo no… Eso sí, en la carta te lo advierte…la buena comida tarda en hacerse…y vaya que si tardó..unos 45 minutos pero valió la pena…raciones grandes, carne jugosa y muy rica y por cuatro duros (unos 8€ por persona). ¡¡Las pintas de cerveza a 1.5€!!! Con todo esto se nos había hecho un poco tarde y dimos una vueltecilla por la Sudáfrica más rural antes de volver al B&B. Nos dirigimos al pueblo de Elim, a mitad camino entre Struisbaai y Standford…nada de asfalto, campos y campos de cultivo a ambos lados de la carretera…¡¡¡muy muy auténtico!!!! El pueblo es precioso, sólo una calle pero llena de casitas típicas de jornaleros (como la de nuestro B&B), la gente y los niños en la calle jugando…esto también es Sudáfrica. Tras nuestro periplo off-road, volvimos hacia Hermanus entrando brevemente en Standford. Chuck nos había aconsejado parar ya que el pueblo era bastante piontoresco pero la verdad que no nos gustó nada y volvimos hacia el B&B. Estábamos algo cansados y mañana nos tocaba madrugoncillo para ir hasta el aeropuerto de Ciudad del Cabo, así que cenita ligera en el B&B de los “restos” que nos quedaban de los picnics y a descansar pensando en dónde habíamos estado esa tarde…en el "culo" de África. [/align] Etapas 7 a 9, total 15
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