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Relato ilustrado de 5 intensos días en Roma, con niños (noviembre 2011)Autor: Joy30 Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (17 Votos) Índice del Diario: Roma Eterna
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Etapas 4 a 6, total 8
Día lunes. Hoy sí toca entrar al Coliseo! Estoy ansioso como un niño. Nuevamente decidimos ir a pié hasta allí (de hecho, prescindimos del transporte público durante toda nuestra estadía en Roma), así que sin pausa y sin prisa llegamos caminando a través de la Via de los Foros Imperiales. Esta vía hoy tenía tránsito de autos. Ayer domingo no e imagino que en fines de semana la harán "peatonal" por la gran afluencia de público a estos sitios. Queríamos la típica foto turística con los soldados romanos y el Coliseo de fondo, pero íbamos bien advertidos que había que negociar el precio con ellos si no queríamos pasar un mal momento. Negocié con ellos, me pidieron € 10, les dije que no tenía eso y me dijeron: vale, € 5! Bueno, no sé si pagué mucho o poco, pero parece que a ellos esos 5 euros les parecieron más que suficiente ya que se portaron super majos con nosotros, les prestaron sus cascos y armas a las niñas y uno de ellos nos sacó con nuestra cámara varias fotos. De allí nos fuimos a la entrada del Coliseo. Por suerte la cola era de no más de 10 minutos. Atención en las taquillas!! A nosotros nos pidieron un documento de nuestra niña mayor. El pasaporte comunitario lo teníamos en el hotel así que le mostramos su documento de identidad argentino, y parece ser que los niños no comunitarios tienen que pagar entrada ya que nos quería cobrar entrada por nuestra niña!!! (creo que nos dijo € 8!!) Finalmente como le empezamos a montar un pequeño escándalo diciéndole que todos eramos comunitarios y que no pensábamos pagarle esa entrada de la niña (de hecho es así, tenemos doble ciudadanía) la mujer de la taquilla suspiró y nos cobró lo que corresponde, o sea, 2 tickets de adultos de € 12 c/u. En el Coliseo alucinamos. Las fotos hablan por sí solas. Antes de salir compramos un libro muy recomendado que se llama Roma reconstruida. Sale €12 y explica a los niños (y no tan niños) como eran los monumentos en la antigüedad y como son ahora. Es super recomendable. ![]() Salimos y comimos unos bocatas sentados en unas piedras gigantes a los pies mismos del Coliseo. Menuda vista tenemos. somos unos privilegiados! Pasamos por el muy bien conservado Arco di Constantino y nos dirigimos a la entrada de los foros y el Monte Palatino (la entrada del Coliseo sirve también para estos dos lugares). Arco di Constantino y Coliseo Particularmente quedé impactado, no solo por las ruinas que hay allí sino por la paz que se respira en los jardines que hay en el Monte Palatino. Estamos tan cerca y a la vez tan lejos del caos de Roma! Es un lugar con un ambiente especial. Casi me animaría a decir que se percibe algo mágico en el aire, producto de tantos miles de años de historia que encierra ese lugar. Ruinas romanas en el Palatino
Luego de andar un par de horas, salimos y tomamos Via de San Gregorio hasta Via dei Cerchi. Allí nos encontramos en una especie de hondonada o valle. De un lado el monte Palatino y del otro el Monte Aventino. Allí es donde alguna vez estuvo el Circo Máximo. Hoy no queda nada de él, solo su figura en el suelo. Circo Máximo
Lo atravesamos caminando de punta a punta y llegamos a la Basilica de Santa María in Cosmedin. El viaje a Roma no sería completo sin nuestra foto con la Boca della Veritá! Hicimos la cola, ya que había varios turistas y tomamos nuestras fotos, previo pago de un donativo. Por suerte somos todos buenos chicos que no mentimos así que la estatua no cerró sus fauces en nuestras manos! La iglesia donde está la estatua, si bien es modesta en comparación con otras, también merece la pena que se le eche una miradita. Santa Maria in Cosmedin Salimos de allí, ya con los pies que no querían más, pero las ganas de seguir paseando podían mas así que preguntamos a un vendedor como ir desde allí a nuestro hotel. Nos indicó que estábamos a unos 20 o 30 minutos a pié así que juntamos ánimos y nos metimos por Via dei Teatro Marcello. Pasamos por adelante del Teatro y varias ruinas más que hay a lo largo de esa calle y salimos a nuestra ya conocida Piazza Venezia. Teatro di Marcello Ahora, subimos a la colina Capitolina, donde se encuentra la Piazza del Campidoglio y apreciamos desde allí unas magnificas vistas de los foros con el atardecer de fondo. La bellísima Piazza del Campidoglio Vistas de los Foros Romanos desde el Campidoglio
Ya regresando al hotel, en una calle angosta nos topamos por casualidad con la iglesia de San Ignacio. Entramos y quedamos maravillados con su cúpula, sus mármoles, y su grandeza. La "falsa" cúpula de San Igancio Si tanto nos había gustado esta iglesia o la de Santa Maria Sopra Minerva el día anterior, entonces… ¿que pensaríamos del Vaticano y la Basílica de San Pedro? Lo averiguaríamos al día siguiente. Agotados, cenamos en nuestra habitación y a dormir. Google Maps dice que hemos hecho un recorrido de unos 10 kms, sin contar todo lo que hemos andado por dentro los foros y el Palatino. ¿Nada mal, no? Etapas 4 a 6, total 8
Envalentonados por nuestras caminatas de los días anteriores, emprendimos a pié la ruta desde Piazza Navona al Vaticano. El trayecto, siempre según Google Maps es de sólo 1,7 kms. Un juego de niños! Cruzamos el Tiber por el hermoso Ponte de Sant Angelo y vimos por fuera el Castel Sant Angelo que en sus comienzos sirvió como Mausoleo del Emperador Adriano. El Castel Sant Angelo Ahí mismo nace la Via de la Conciliazione. A lo lejos se puede apreciar ya la imponente cúpula de la Basílica de San Pedro. Llegamos a Piazza de San Pedro y rumbeamos hacia la Basilica. Es todo inmenso allí! Por suerte no había gran cantidad de gente y no hicimos cola para entrar. Dejamos el carrito de la niña en una especie de consigna que tienen allí e ingresamos. Cuidado con la vestimenta! Lo que más nos ha llamado la atención dentro es el hermoso Baldaquino de Bernini y la tumba de Juan Pablo II que es, por lejos, la más visitada y venerada por los fieles. Además se destaca su austeridad dentro de tanto lujo y oro. Sin dudas que esta Basílica es una visita obligada si se viene a Roma, sea uno creyente o nó. Es uno de esos sitios que no dejan a nadie indiferente. Nos prometimos volver algún dia para subir a la cúpula y visitar la Necrópolis (lamentablemente en ésta no se aceptan niños). Ya era cerca del mediodía así que hicimos nuestro habitual pic-nic esta vez sentados en las pequeñas escalinatas que hay en Piazza San Pedro, mientras nuestras niñas se entretenían alimentando a las palomas, que las hay allí por cientos y cientos. Luego caminamos bordeando las murallas vaticanas hasta la entrada a los museos (es 1 km aproximadamente desde San Pedro). Caminando rumbo a los museos Aquí nuevamente vá nuestro agradecimiento al foro ya que fuimos cerca de las 13 hs tal como lo recomendaban y no hemos hecho colas. Para adentro directamente! Los museos son otra muestra más de toda la grandeza que hay allí. Son inmensos y desbordan de lujos y arte. Increibles pasillos llenos de lujo Como casi todos, buscamos llegar a la Capilla Sixtina y luego de recorrer pasillos y más pasillos y subir y bajar algunas escaleras (bastante incómodo para ir con carrito de bebé) llegamos. Admiramos un buen rato la obra de Miguel Angel y continuamos hasta llegar a un momento a un patio amplio (Patio de la Piña) muy bien cuidado donde descansamos nuestros piés sentados en un banco y aprovechando los últimos rayos de sol de la tarde. Allí hay una curiosa esfera de bronce obra del italiano Arnaldo Pomodoro, que incluso puede girarse sobre su eje. Al salir de los museos volvimos por el mismo camino que hicimos a la ida. Dimos un último saludo a la Piazza San Pedro y volvimos hacia el Ponte Sant Angelo. Las imágenes del atardecer sobre el puente son quizás de las más hermosas que vimos en todo el viaje así que lo recomiendo! Por la noche después de la cena, otro heladito romano y a dormir! Etapas 4 a 6, total 8
Es jueves y es un principio la idea era ir y volver en el día a Firenze. Finalmente cambiamos de opinión y pensamos que dedicarle un solo día a esa ciudad sería no solo una paliza, sino un desperdicio total y creo que no nos equivocamos. Teniamos aun muchas cosas por ver en Roma, de manera que rearmamos rápidamente el itinerario. Comenzamos el día caminando desde Piazza Navona hacia el Tiber, a través de la via G. Zanardelli. Allí nos encontramos con las vistas del Palacio de Justicia y de la iglesia del Sacro Cuore dei Sufraggio que se encuentran justo del otro lado del río. Seguimos bordeando el río en dirección al Ara Pacis, un antiguo monumento “encerrado” hoy en día en una especie de edificio de cristal. Lo vimos por fuera, y doblando la esquina nos encontramos con el antiguo Mausoleo de Augusto del año 23 AC. Este último es una construcción bellísima pero nos dio la sensación de estar abandonado o muy descuidado. Desconozco si existe la posibilidad de entrar en él. Ara Pacis Seguimos, y tomamos Via del Corso. Aquí vimos una cara más “fashion” de la ciudad, ya que a lo largo de este tramo existen tiendas de marcas, galerías, etc. Llegamos a Piazza del Popolo, que es un gran espacio adornado por fuentes, un gran obelisco egipcio en el medio y desde la cual nacen tres calles, formando el conocido tridente: la Vía del Corso, la Vía del Babuino y la Vía di Ripetta. Además aquí se encuentran las famosas iglesias gemelas de Santa Maria dei Miracoli y Santa Maria in Montesanto. La plaza es un buen lugar para tomar un descanso, así que eso hicimos mientras contemplábamos el ambiente. Panorámica de Piazza dei Popolo
Lo único molesto es que este fue el único sitio de toda Roma donde los vendedores ambulantes llegaron a ser casi molestos. Había muchísimos hindúes o pakistaníes que insistían hasta el hartazgo con “regalarnos” una rosa para luego pedirnos dinero. Hubo que ponerse bastante firme para que los tíos entendieran que no queríamos la flor y que no pensábamos darles un céntimo! Desde la plaza está la opción de subir al Monte Pincio y recorrer el parque de Villa Borghese, pero nosotros decidimos bajar de nuevo hacia el centro a través de otra de las calles del tridente: la Via del Babuino. En ella vimos la famosa estatua parlante que le dá nombre a la calle y llegamos a otro ícono de Roma, la Piazza Spagna con sus escalinatas y la famosa fontana della Barcacchia. Reposamos sentados en las famosas escaleras, sacando fotos, tomando sol y viendo el ir y venir de la gente. Este lugar, al igual que la Fontana di Trevi nos dió la sensación de que siempre está atestado de turistas. En ese momento pensábamos donde ir luego, ya que recuerden ustedes que en principio ese día no íbamos a estar en Roma así que no teníamos muy bien preparado el itinerario del día. Recordé entonces la Cripta del convento de los Monjes Capucchinos que está sobre Via Veneto 27. Miramos el mapa y nos dimos cuenta que no era muy lejos de allí así que caminamos por Via dei Due Macelli hasta Via del Tritone y llegamos a la Piazza Barberini con su Fontana del Tritone. Allí a pocos metros nace Via Veneto, pero cuando llegamos por fin a la Iglesia de los Capucchinos……ups! Cerrado entre las 12 y las 15 hs! Eran apenas pasadas las 13, pero a cabezas duras nadie nos gana, íbamos a ver si o si esa cripta por lo que decidimos seguir caminando por la zona mientras se hacían las 15. Un poco sin ton ni son, deambulamos tratando de encontrar una plaza o algún lugar donde sentarnos (4 días caminando Roma sin cesar ya estaba pasándonos factura a nuestros pobres pies). No encontramos plaza alguna, pero descubrimos sitios interesantímos como por ejemplo San Carlo alle Quattro Fontane, una calle esquina en la cual en cada uno de sus 4 ángulos hay una fuente, una más bella que la otra. Salimos de allí y tomando Vía Sistina volvimos a Piazza Spagna. En realidad, volvimos por el lado de arriba, ya que esa calle desemboca en la Iglesia de la Trinitá dei Monti que es la que se encuentra a lo alto de las escaleras de Piazza Spagna. Obelisco y detrás la Iglesia de la Trinitá dei Monti Desde allí hay unas vistas magníficas de toda ciudad. Recomiendo a todos los que viajen a Roma que no se pierdan estas vistas. Magníficas vistas desde lo alto de Trinitá dei Monti
Allí mismo, enfrente de la iglesia y justo sobre el mirador que dá a las escalinatas había una serie de puestos con retratistas así que aprovechamos para que uno de ellos dibuje las caras de nuestras niñas. Hizo un trabajo precioso que nos trajimos de recuerdo! Se hizo por fin la hora y regresamos hacia Via Veneto para entrar a la Cripta. Esta visita se hace mediante el acceso a una especie de galería. Es un recorrido corto, que no llevará mas de 15 o 20 minutos pero es impresionante ver como los monjes han apilado huesos y calaveras durante cientos de años, haciendo con ellos distintas formas como altares, lámparas, cruces, etc. Salvo que alguien sea muy impresionable, es una visita que recomiendo, por lo curioso y sorprendente del sitio. La entrada, creo recordar que era de 1 euro por persona. Por fin, con mucho cansancio emprendimos la vuelta, por supuesto sin aburrirnos, porque en cada calle de esta ciudad hay algo que llame la atención, o una iglesia o restos arquelógicos, o algún palacio. Asi es que en nuestro regreso volvimos a ver la columna de Marco Aurelio, descubrimos el Palacio di Monte Citorio y pasamos delante del Senado, plagado de periodistas, carabinieris y curiosos como nosotros. Parece que está convulsionada Italia por esos días, y todo por cortesía de Don Silvio! Cae la tarde sobre el Palacio di Monte Citorio
Ya descalzos en el apartamento (alivio total para nuestros pies!) tomamos un buen descanso, cenamos y nos preparamos para el siguiente día, que sería el último en la ciudad eterna.[/color] Etapas 4 a 6, total 8
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