![]() ![]() Te Wai Pounamu, verde y azul (Nueva Zelanda isla Sur) ✏️ Blogs de Nueva Zelanda
Si hay algo que siempre recordaré de este viaje en caravana por la Isla Sur de NZ serán los colores…Autor: Chufina Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (29 Votos) Índice del Diario: Te Wai Pounamu, verde y azul (Nueva Zelanda isla Sur)
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Etapas 10 a 12, total 13
De Greymouth a Motueka pasando por Westport hay unos 330 km y en teoría se recorren en 4 horas y media, así que podíamos tomarnos el día con calma y hacer un par de paradas interesantes en el camino.
![]() La primera parada fue Punakaiki, un pequeño pueblo en la propia carretera famoso por sus Pancake Rocks, es decir, sus rocas de crêpes. El origen de esta formación tan característica no está muy claro, pero se cree que son capas alternas de sedimentos marinos creadas por muy altas presiones. Lo ideal es ir a verlas con marea alta (y si está soplando el viento del oeste, mejor), porque así se puede disfrutar de los blowholes, pero como no siempre se puede planificar todo tan al detalle, nosotros las vimos sin marea alta. Aun así merece la pena la visita y son casi igual de espectaculares. El acceso es muy sencillo desde la propia carretera, es un camino asfaltado que se recorre en unos 20 minutos, y vas viendo las rocas desde distintos sitios. Hay paneles explicativos donde se puede leer más sobre el supuesto origen de las rocas. La entrada es gratuita, como casi todas las atracciones turísticas en NZ, pero hay varios sitios donde se pueden dejar donativos para la conservación y mantenimiento de la zona. Terminamos el recorrido de las Pancake Rocks, dimos una vuelta por la tienda de souvenirs y nos pusimos en marcha hacia el siguiente destino: el cabo Foulwind, en Westport, y su colonia de focas. Por el camino se atraviesan zonas de cría de pingüinos, y aunque parezca increíble, la carretera pasa tan cerca de la costa que todos los años hay varios atropellos. La siguiente parada era el cabo Foulwind para acercarnos a ver su famosa colonia de focas en Tauranga Bay. El acceso también es sencillo, se aparca sin problemas en un parking junto a la playa y desde ahí sale un camino asfaltado que va ascendiendo por las rocas para poder ver las focas desde arriba. Se recorre rápido, pero merece la pena, se ven muchas focas (también había muchas crías). La playa donde habíamos aparcado estaba en marea baja y pudimos acercarnos andando a ver algunas de las focas que había en las rocas, aunque hay que tener cuidado para no emocionarse con las fotos y acercarse demasiado! Luego, en el parking, vimos un grupo de wekas intentando pillar comida de los turistas. Es una especie endémica de NZ y se les suele llamar “las gallinas maoríes” con un cierto tono despectivo, diría yo, pero es que es verdad que parecen gallinas! En esta zona también vimos muchos árboles rātā, endémicos de NZ y con una flor roja muy característica. Es uno de los árboles más conocidos de NZ pero está muy amenazado por los possums, que se consideran una plaga no sólo por cómo afectan a las poblaciones de aves (pingüinos, por ejemplo) sino también por su efecto en la vegetación. En Hawaii ya habíamos visto un árbol muy parecido, el ōhiʻa lehua (que tiene hasta leyenda propia), y es que son de la misma familia. La otra “atracción” del cabo Foulwind es el faro, pero con las focas nos pareció que ya lo teníamos amortizado y decidimos saltárnoslo. Aprovechamos que Westport en un pueblo bastante grande para acercarnos a un supermercado en condiciones y hacer algo de compra para los siguientes días, y seguimos camino. Desde ahí hasta Motueka no teníamos nada más planificado, excepto la ruta: atravesaríamos la garganta del río Buller. La verdad, no está mal, es un paisaje bonito, pero yo esperaba algo más espectacular. Hay zonas de la carretera que son muy reviradas y a mí personalmente se me hizo un poco eterno. Llegamos a Motueka bastante tarde, y como ya os comenté en la primera etapa el camping fue un poco decepcionante, así que empezamos a pensar ya en la excursión del día siguiente en Abel Tasman… si el tiempo lo permitía! Etapas 10 a 12, total 13
Habíamos contratado la excursión Tonga Island Seals con Wilsons, una excursión de día completo que empieza en Kaiteriteri con un trayecto en barco a la playa Onetahuti, donde montas en los kayaks y vas padeleando primero a la pequeña isla de Tonga, llena de focas, y luego hasta Medlands beach, desde donde te recoge el barco para volver a Kaiteriteri ($158 por persona y no incluye comida).
El día amaneció bastante gris y fesquito. Teníamos que estar a eso de las 9 en Kaiteriteri, a unos 20 minutos de Motueka, así que desayunamos pronto y nos pusimos en marcha. Nos costó un poco aparcar porque el parking estaba bastante lleno y las plazas no eran demasiado grandes, pero lo conseguimos y fuimos directos a la caseta de Wilsons a registrarnos. Firmas el correspondiente “si me ahogo no es culpa vuestra” y te suben al barco. El barco es uno de esos que van haciendo el recorrido por la costa haciendo varias paradas, así que por supuesto una de las primeras cosas que vimos fue la famosa manzana partida: Como veis, el día no pintaba demasiado bien, y menos para meterse en el agua. Yo iba en pantalón corto y chanclas y en el barco ya estaba helada! Cuando llegamos a la playa de Onetahuti nos recibió la guía y nos estuvo explicando las nociones básicas del kayak. No hace falta experiencia, lo puede hacer cualquiera, y es muy fácil, menos cuando hay mucho viento que cuesta un poco más, pero no era el caso. Te dan un par de bolsas especiales para que metas tus cosas (ropa seca, comida, cámara…) de forma que no están accesibles durante el viaje, así que no pudimos hacer fotos. El plan era llevar la carcasa acuática de la cámara pero por un pequeño problema logístico se quedó en España… así que no puedo enseñaros fotos de las focas. La minúscula isla de Tonga está justo en frente de la playa donde nos había dejado el barco, y es verdad que tiene bastantes focas, pero como tampoco te puedes acercar mucho (y mucho menos bajar del kayak) pues no es donde más de cerca las vimos. Si tienes la suerte de que hay alguna en el agua que se te acerca, mola (a nosotros nos pasó), pero vamos, que tampoco es para tirar cohetes. En Kaikoura veríamos focas desde muchísimo más cerca. Desde Tonga sigues padeleando hasta la siguiente playa, Medlands beach, en Bark Bay. En total, deben ser unas 2 horas y poco en el kayak. En Bark Bay ya dejas las palas y te puedes cambiar de ropa en los baños de la zona de camping que hay detrás de la playa. Estábamos bastante mojados y aunque había salido el sol, teníamos frío. Una vez cambiados pudimos comer nuestros sándwiches y dar una vuelta por la zona. Dependiendo de la época del año y por tanto de los horarios de los barcos tienes un par de opciones para la vuelta. Nosotros nos quedamos hasta el último barco, pero aun así tampoco nos dio tiempo a alejarnos mucho de la playa si queríamos comer tranquilos, así que decidimos comer sin prisas, tirarnos un rato al sol y dar un paseo por Bark Bay. En la parte de atrás de la playa hay una pequeña cascada rodeada de vegetación exuberante a la que se puede acceder o bien por un camino por la montaña o bien andando desde la propia playa si hay marea baja, como era nuestro caso: El barco nos recogería en Bark Bay pero en una pequeña cala separada de la playa principal a la que había que acceder por un camino en la montaña (5 minutos). Cuando llegas, la vista de la cala desde arriba, desde el camino, es genial: Así terminó nuestra excursión por Abel Tasman. El barco te devuelve a Kaiteriteri haciendo las paradas de rigor, y como el día había mejorado bastante respecto de por la mañana pudimos disfrutar más de las vistas: Esa noche volvíamos dormir en Motueka para salir al día siguiente tempranito hacia Kaikoura atravesando los Marlborough Sounds y la zona vinícola. Nuestra visita a Abel Tasman fue breve, pero nos gustó mucho. Quizás con más tiempo yo le hubiera dedicado varios días para poder recorrer parte del famoso track o incluso habernos acercado a la zona de Golden Bay y el cabo Farewell… Otra vez será ![]() Etapas 10 a 12, total 13
Tocaba día completito: teníamos que llegar a Kaikoura antes de las 3 para la excursión de avistamiento de ballenas que nuestros amigos llevaban contratada, y por el camino recorreríamos la Queen Charlotte Drive para admirar los Marlborough Sounds y haríamos una mini cata de vinos en Blenheim. Como este viaje sólo era por la isla sur no íbamos a tener oportunidad de cruzar en ferry a la isla norte, un trayecto que si hace buen día es de lo más espectacular de NZ, así que nos conformábamos con ver los fiordos desde la carretera.
![]() A las ocho y pico ya estábamos en carretera. El trayecto realmente interesante es el que va de Havelock a Picton, así que para ganar tiempo hicimos Motueka-Havelock del tirón. Lo malo de esto es que llegamos a Havelock demasiado pronto para comer!! Este pueblo es famoso por su producción de mejillones de labio verde (green lipped mussels), una de las comidas más típicas de NZ. Son bastante más grandes que los españoles y tienen mucho sabor, se suelen preparar con una salsa de vino blanco y nata. Me dio pena que mis amigos se quedaran sin probarlos (yo los compro mucho en el supermercado porque son muy baratos para lo que es NZ), pero no hubo forma de convencerlos para que se comieran un plato de mejillones a las 10 de la mañana… A partir de Havelock, la carretera hacia Picton va pegada a dos fiordos, primero el Mahau Sound y luego el Queen Charlotte Sound. Es una carretera muy revirada donde hay que conducir con cuidado, sobre todo si se va con caravana, pero las vistas bien merecen la pena. Nada más salir de Havelock está el primer mirador, que está situado digamos al fondo del fiordo, de forma que se tiene una vista “a lo largo” del Mahau Sound. Como veis, nos hizo muy buen día, así que el paisaje nos pareció impresionante. Aunque se llamen sounds, no tienen mucho que ver con los de Fiordland (que en realidad no son sounds sino fiordos). Los Marlborough Sounds son lechos fluviales inundados por agua de mar, mientras que los de Fiordland (Milford, Doubtful y demás) son lechos glaciales, y de ahí la diferencia en el paisaje (las paredes verticales, las cascadas y la profundidad del agua). En Picton termina la carretera escénica y pudimos ver los ferries que cruzan el estrecho de Cook hacia Wellingon. La siguiente parada era Blenheim, donde queríamos hacer una cata de vino. Sólo teníamos tiempo para visitar una bodega, así que elegimos Cloudy Bay, una de las más conocidas. Tienen una cata gratuita de dos de sus vinos, y varias opciones si quieres probar alguno más. Por $5 por barba puedes probar 4 más a elegir, y si compras algo te descuentan esos $5. Creo recordar que nosotros probamos su Sauvignon Blanc, el Chardonnay, un Pinot Gris, un Riesling, uno de los brut y un Pinot Noir (el único tinto). Como bien cuenta arcpol en su diario, los blancos en NZ son excepcionales, pero con los tintos tienen que mejorar bastante. Cloudy Bay no es barata precisamente, pero son vinos muy buenos y bien merece una visita. Después de la cata decidimos hacernos unos sándwiches y comer ahí mismo, y seguir camino hasta Kaikoura que se nos estaba haciendo tarde. Desde Blenheim hasta Kaikoura la carretera va pegada a la costa y otra vez nos sorprendió el color azul del mar: Un poco antes de llegar a Kaikoura se pasa por Ohau Bay, donde hay una colonia de focas bastante grande que se ve muy bien desde la carretera y paramos para las fotos de rigor. Adentrándose un poco tierra adentro por lo visto hay una cascadita donde las focas llevan a las crías, pero nosotros no fuimos a comprobarlo, y nos conformamos con las focas que estaban en las rocas: Y por fin llegamos a Kaikoura, con el tiempo justo de hacer el check in en el mostrador del avistamiento de ballenas. Nuestra idea era dejar a nuestros amigos allí e irnos a dar una vuelta por la península, ya que nosotros no estábamos muy interesados en hacer la excursión (ya habíamos visto muchas ballenas en Sudáfrica y habíamos leído que en NZ en verano no se suelen ver muchas, ya que lo normal es verlas en invierno que es época de migración hacia el norte), pero al llegar allí nos enteramos de que en la excursión de esa mañana habían visto 6 cachalotes, y como hacía tan buen día… pues picamos, $145 por persona, un poco sablazo… y si os digo que sólo vimos un cachalote y de milagro, ya al final de la excursión, y encima se me escapó la típica foto de la cola… El capitán lleva una especie de micrófono que de vez en cuando meten en el agua para tratar de oír a las ballenas y localizarlas, pero no es infalible. Si no se avista ninguna te devuelven creo que el 80%, así que ya se preocupan ellos de intentar pillar alguna aunque sea de lejos. Si sois de estómago débil os recomiendo llevar alguna biodramina porque el paseo suele ser movidito. A nosotros no nos hizo mal día y aun así vomitó bastante gente… En conclusión, un poco fiasco. Si en ese momento hubiéramos sabido que en julio iremos a Tonga, donde esperamos hartarnos de ver ballenas e incluso nadar con ellas, definitivamente no hubiéramos picado. Mi consejo: sólo recomendable en invierno. Lo que sí vimos fueron petreles y albatros, que en Otago no pudimos verlos, y son impresionantemente grandes, eso nos gustó mucho. Entre que nos llevaron y trajeron en bus al puerto y la propia excursión se nos pasó la tarde, así que después ya fuimos directamente al holiday park a hacer el check in y preparar una buena barbacoa de cena, que era la última!! La visita a la península de Kaikoura la dejábamos para el último día. Etapas 10 a 12, total 13
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