El plan del día era salir prontito para pasar el día en Queenstown y llegar a dormir a Wanaka. Total, 240 km. Nos hubiera gustado hacer una escapada a Glenorchy para hacer el famoso Funyak Safari pero es otra de las cosas que se quedó pendiente para mejor ocasión.

El camino de Te Anau a Queenstown transcurre sin novedades hasta que llegas al lago Wakatipu, que es el lago que baña Queenstown, el más largo de NZ y el tercero más grande. A partir de ahí, todo el camino es bordeando el lago:
Al llegar a Queenstown, el gran problema fue aparcar la caravana. Era 30 de diciembre y aquello estaba a reventar, mucha gente va allí a pasar la Nochevieja. Además hacía muy buen día y se notaba en la cantidad de gente que había por la calle. Acabamos aparcando cerca de la entrada a la góndola. Teníamos unas horas para pasar en la ciudad y teníamos que decidir qué hacer. Nos apetecía bastante probar lo del jetboating, así que decidimos reservar para el Shotover Jet a última hora y hacer tiempo hasta entonces en la ciudad. Nos acercamos a un i-Site y reservamos sin problemas.
En Queenstown hay muchas opciones para pasar el tiempo, desde subir al mirador en la góndola para luego bajar en parapente (muy tentador, pero caro: $200 por persona), hasta asomarte a ver kiwis en el Kiwi Birdlife Park, pasando por ir de compras o hacer bungee jumping. Como veis, hay actividades para todos los gustos. Nosotros decidimos simplemente pasear por las calles de Queenstown y disfrutar de las terrazas y el solecito. Nos compramos una bandeja enorme de fish´n´chips en un kiosquillo de la calle y nos lo llevamos a los Queenstown Garden en plan picnic. Desde allí se tiene una bonita vista del lago y pudimos ver el barco de vapor de 1912 (TSS Earnslaw) que ahora hace cruceros escénicos por allí.

No hace falta que llevéis las actividades reservadas, nosotros no tuvimos problema para reservar una de las más populares para ese mismo día. Además hay tantísima oferta que es casi imposible que os quedéis sin hacer nada!! Lo del jetboating es un invento kiwi que básicamente consiste en una lancha que toma agua por debajo para luego expulsarla a propulsión a razón de unos 700 litros por segundo, ideal para aguas poco profundas por no tener motores aparatosos, que llega a los 85 km/m y puede hacer giros de 360 grados. Los de Shotover son quizás los más conocidos pero hay muchas compañías que lo ofertan, no sólo en Queenstown sino en toda NZ. Creo recordar que eran unos $120 por persona, pero en los i-Sites o en la revista Arrival que se coge en el aeropuerto suele haber cupones de descuento. Nosotros nos lo pasamos genial, nos encantó la experiencia y os la recomendaría sin duda! La sensación que se tiene al pasar a toda pastilla tan cerca de las paredes verticales del cañón es indescriptible... no diré miedo, pero sí que te entra un gusanillo en el estómago pensando que ya puede ser bueno el piloto...
A eso de las 7 ya estábamos de vuelta en la caravana (los de Shotover tienen un servicio de shuttle desde el centro de Queenstown para ir y volver) y nos depedimos de Queenstown. Fue una visita breve pero nos dejó buena sensación, es un sitio muy agradable, con mucho ambiente, y no me hubiera importado pasar un par de días más allí. Para llegar a Wanaka a dormir decidimos ir por la ruta más corta y también más escénica, atravesando el paso de Cardrona. Vimos el atardecer desde la cima, con unas vistas muy bonitas de todo el valle, muy verde. En invierno hay una estación de esquí allí y tiene que ser impresionante. Quizás os lo pueda contar dentro de poco, porque estoy buscando sitios para esquiar en agosto…
Llegamos al Holiday Park de Wanaka ya de noche, hicimos una barbacoa rápida y nos fuimos a dormir, que el día siguiente iba a ser completito.