Conociendo la Comarca Vaqueira de Asturias ✏️ Blogs de España

La verdad que no había planeado ir a Asturias, pero hace varias semanas estaba yo navegando por la red cuando, no sé como, me encontré con una página en la que señalaban algunos pueblos de Asturias, entre ellos, Cudillero, como los más bonitos de España. Al cabo de una hora, ya estaba mirando hoteles en la página de booking.com. Una vez que encontré el hotel que mejor se adaptaba a mis necesidades (necesitaba que admitieran perros y, preferiblemente, que fuera sin pagar un extra), comparé el precio a través de distintas webs (Trivago y El viajero fisgón) para ver si lo podía encontrar a un precio más bajo (por la crisis, ya me entendéis). Finalmente, alquilé un apartamento en Cudillero para 2 personas, 3 noches, donde la admisión de los perros (2) y el parking eran gratuitas. Durante los días siguientes me dediqué a buscar por Internet lo que podía ver y hacer por la Comarca Vaqueira. Ocupa la zona centro occidental del Principado de Asturias y está formada por los concejos de Allande, Cudillero, Salas, Tineo y Valdés-Luarca. La Comarca Vaqueira ofrece multitud de posibilidades para disfrutar de actividades: más de 10 espacios protegidos, más de 40 playas y calas, más de 15 museos y centros culturales, y cientos de eventos culturales que llenan de vida esta zona asturiana durante todo el año.

Con la información en la mano y las maletas preparadas, mi novio, mis dos perros y yo, iniciábamos así nuestro viaje en coche desde Logroño hasta Asturias. A nosotros nos gusta viajar por la “ruta rápida” que marcan los gps, así que nos fuimos para la autopista AP-68 dirección Bilbao. Al pasar por Bilbao, el peaje: 13,56€. Lo demás, todo autovía, la del Cantábrico, y dirección a Asturias.

Tras comer por el camino, llegamos a nuestro alojamiento: la Casona de Llanorrozo Apartamentos Rurales. Se encuentra situado a 10 km de la villa de Cudillero, más cerca de Oviñana, lo que permite fácil acceso a otros lugares de interés. Una vez que hicimos el check-in, nos mostraron el estudio: 27 metros cuadrados, baño, cocina perfectamente equipada (lavavajillas, cafetera, exprimidor, batidora, tostadora, sartenes, cacerolas, etc.) con acceso directamente al jardín. 3 noches y 4 días por 144€ (parking, wifi y perros gratis).

*** Imagen borrada de Tinypic ***

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Una vez desechas las maletas y ordenado todo lo que habíamos traído, fuimos a dar una vuelta con los perros, en plan senderismo. Tomamos un camino justo enfrente de los apartamentos que nos conduciría hacia Oviñana. Una vez que llegamos a la plaza del pueblo, que aquí comenzaba la ruta, nos adentramos en las casas de Oviñana en dirección al barrio de la Fueya.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Seguimos por una pista asfaltada y después descendimos por una senda (como si te adentraras en un bosquecillo), hasta llegar al pueblo de San Pedro de la Ribera. Siguiendo todo recto llegamos al aparcamiento de un camping y siguiendo por una plataforma de madera, llegamos hasta la playa de San Pedro, de 350 metros, de arena fina, y con todo tipo de servicios (agua potable, área recreativa, aparcamiento, etc). Hacía tanto tiempo que no veíamos el mar, que nos quedamos mirándolo unos minutos, viendo el contraste entre el cielo y el mar.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Una vez que se acaba la pasarela de madera que está junto a la playa, cruzamos de nuevo la carretera para volver de nuevo al pueblo de Oviñana. La vuelta fue un poco más dura ya que era cuesta arriba (también es cierto que yo no estoy muy en forma que se diga). Antes de llegar al alojamiento, paramos a comprar algo de comida para cenar y fruta en una tiendecita que había por allí cerca. Una vez en el estudio, salimos al jardín a jugar un rato con los perros, luego a cenar, a ver la tele y a relajarnos.

---

Nuestro destino al día siguiente fue Cudillero. Desde la Casona, se accede por la nacional 634 y hay dos formas de entrar en Cudillero: bien por arriba, pasando el pueblo de Villa del Mar, o bien, y tras pasar una especie de bosque, por abajo, por el Puerto Nuevo. Aquí hay un parking en el que se puede dejar el coche de manera gratuita, donde están las líneas blancas (La zona de aparcamiento con líneas anaranjadas está reservada a los residentes). Nosotros dejamos el coche justo enfrente del edificio “Cudillero en el cine”. Siguiendo todo recto, llegamos al puerto viejo hasta la Plaza de La Marina.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Desde este lugar se puede contemplar lo más característico de Cudillero: sus casitas de colores, superpuestas unas sobre otras, y que se conoce como “anfiteatro”, ya que las casas simulan los palcos y la plaza sería la escena. De hecho, todo ello está catalogado como Conjunto Histórico Artístico.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

En la Plaza de la Marina, puedes encontrar varios sitios para comer y también el Aula de los Pixuetos y la Mar, ubicado en la antigua lonja de Pescadores. Girando llegamos hasta la Iglesia de San Pedro y el Ayuntamiento.

A partir de ahí decidimos seguir la Ruta de los Miradores que consiste en moverse por las callecitas siguiendo las barandillas azules, a través de las cuales accedes a los miradores que están dentro del casco antiguo. Se hace hambre ¿eh? subiendo y bajando escaleras. Así que un tentempié no está de más.
Uno de los puntos más altos del pueblo es el Mirador de La Garita; allí se encuentra una especie de tubo de piedra con escaleras en el exterior desde el que se puede contemplar unas vistas maravillosas de Cudillero y de todo el puerto.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Después de aquí bajamos siguiendo la barandilla azul hasta la Plaza y desde ahí por la calle La Ribera para ver todo el Puerto Viejo y el Faro de Cudillero (el acceso a él estaba cerrado). De ahí a la Plaza de la Marina porque se acercaba la hora de comer y, de entre todos los restaurantes, nos decidimos por “La Parra”. Pedimos 2 menús del día por 12€ cada uno. Mi novio se pidió Marmitaco de bonito (que dijo que estaba buenísimo) y lubina a la plancha. Yo paella (pa él?, no, pa ella) y pimientos rellenos de pescado (me gustaron más que la paella); de postre tarta de queso (hmmm, buenísima).

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Después de comer, volvimos hasta el Mirador de La Garita para hacer una rutilla de senderismo. Si os digo la verdad, después de comer y con el estómago lleno, subir hasta allí, me costó bastante, tuve que pararme a descansar en los distintos bancos que me encontré por el camino.
La ruta de senderismo realmente se iniciaba en el centro de la villa pero no sé porqué, decidimos hacerla al revés, y claro, la hicimos francamente mal, porque ni encontrábamos las flechas naranjas ni era realmente una senda, ya que casi todo el tiempo íbamos por camino asfaltado o por carretera (no había peligro porque tenía una pequeña acera). El caso que hicimos una rutilla de 3 km o así, saliendo desde el cementerio de Cudillero, pasando por el barrio de La Atalaya y el pueblo de El Pito (sí, hay un pueblo con este nombre). Aquí se puede ver el Palacio de los Selgas, con unos maravillosos jardines. Volviendo a Cudillero pasamos por la estación de trenes, el centro de salud, la casa de cultura y, lo más destacado, la Capilla del Humilladero, el edificio más antiguo de la villa. De ahí, al coche y a nuestro alojamiento a lavarnos los dientes y a descansar un ratillo.
Después de lavarnos y demás, y como habíamos estado casi toda la mañana andando, decidimos coger el coche para ir a ver playas naturales. El primer lugar al que nos dirigimos fue Cabo Vidio (Faro de Vidio), un accidente geográfico que se encuentra en el litoral y el más sobresaliente del concejo de Cudillero. Antes de llegar hasta el faro, puedes parar en distintos miradores que hay de camino donde las vistas son impresionantes. Estar allí, contemplando los acantilados, te da tal sensación de paz y de bienestar que te olvidas de todo.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

En el Faro de Vidio hay otros miradores donde las vistas siguen siendo igual de impresionantes. Si quieres (bajo tu responsabilidad) puedes dar la vuelta al faro; si no hay mucho viento no es peligroso (siempre que no vayas con niños, claro) puesto que hay una sendita marcada que si no te sales de ella no corres ningún peligro. Y es que los acantilados tienen unos 80 o 100 metros de altura. Yo me quedé en el mirador con los perros mientras que mi novio se dio la vuelta al faro. Toda esta zona en dirección al concejo de Valdés está declarada Paisaje protegido de la Costa Occidental.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Nos volvimos a montar en el coche y nos fuimos en dirección a la Playa del Silencio. Cogimos la N-632 dirección Novellana y llegamos hasta Castañeras, donde dejamos el coche. Para acceder a la playa, hay que andar una pista asfaltada (15-20 minutos andando). Llegas hasta un mirador desde el que puedes ver esta espectacular playa virgen, de 500 metros. Las vistas son impresionantes y te dan una sensación de relax total.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Para acceder a la playa hay que bajar unas escaleras.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

De ahí al coche, al alojamiento, a cenar, a ver la tele y a descansar.

---

Nuestro tercer día en Asturias amaneció totalmente soleado (como los anteriores). Después de desayunar, cogimos el coche en dirección a Luarca. Antes de llegar, decidimos dirigirnos a Busto, para ver su faro. Una vez que entras en el pueblo de Busto, ves las indicaciones hacia el Faro. Paramos en el primer mirador que hay nada más pasar el pueblo. No sé como describir las vistas: los acantilados, el contraste del mar con el cielo… no quiero ser repetitiva pero era todo tan bonito. Puedes pasarte horas observando el paisaje.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

*** Imagen borrada de Tinypic ***

De ahí parte un caminito señalizado hacia el faro, nosotros lo seguimos, llegando hasta el faro y luego volvimos por el asfalto hasta el coche. Seguimos por la N-632 hasta llegar a la playa de la Cueva, de arena clara y pequeños cantos rodados. Con el coche puedes bajar hasta la misma playa. Lo que más me llamó la atención fue la gran cantidad de piedras de distintas tonalidades que abundaba en la playa y una especie de cueva en uno de los acantilados.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Volvimos al coche y antes de llegar a Luarca, nos desviamos a la derecha (antes de llegar a una gasolinera) para entrar por la parte de arriba, desde donde se puede observar Luarca, y de camino, pasar por el cementerio (donde está enterrado Severo Ochoa, premio Novel de medicina y fisiología en 1959). Aparcamos el coche cerca del puerto y decidimos andar un poco por las calles para conocer la localidad. Sin ningún rumbo y paseando tranquilamente, observé en una de las calles una flecha, como las que señalan el camino de Santiago. El caso es que decidimos seguirla y aparecimos (tras varias calles cuesta arriba) justo en la ermita (creo que se llama de La Atalaya) donde hay un mirador que ofrece unas vistas muy bonitas de Luarca.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Luego bajamos por el otro lado de la ermita hasta bajar de nuevo a la villa. Paseamos por el puerto en busca de un lugar para comer y el que más nos convenció fue el menú del restaurante “Bitácora” (10€/persona).


De primero fabada asturiana (buenísima, y eso que a mí no me hacen mucha gracia las legumbres; de segundo, escalopines con salsa de cabrales (muy rico también) y de postre, flan de queso. Luego de vuelta al alojamiento, a lavarnos y demás.

Ya por la tarde, decidimos hacer la ruta de las Brañas Vaqueiras. En realidad, se trata de una ruta de senderismo de 20 kilometros que comienza en San Martín de Luiña y asciende hacia las brañas vaqueiras de Cudillero, hasta llegar a la sierra de Pumar, por la que se vuelve a descender en dirección norte hacia Mumayor y San Martín de Luiña de nuevo. Nosotros no la íbamos a hacer andando, solo queríamos ver las vistas que se divisan desde lo alto de la cima, así que nos fuimos con el coche en dirección a Brañaseca. Una vez que pasas San Martín de Luiña, la carretera se me hacía interminable. Todo era cuesta arriba y lleno de curvas cerradas así que decidimos parar antes de llegar arriba del todo, que es donde se encuentran los molinos eólicos. Las vistas eran impresionantes y eso que nosotros no llegamos hasta la cima. Con lo que había costado subir, la bajada se hizo super rápida y como no era muy tarde decidimos ir a la playa Concha de Artedo (turística).

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Dejamos el coche en un aparcamiento y comenzamos un camino señalizado (franja amarilla y blanca) que nos llevaría hasta la playa. El camino que cogimos empieza con una zona asfaltada y luego se convierte en una plataforma de madera a través de la cual, pasas por una especie de bosque hasta llegar a la playa.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

De ahí, de nuevo al estudio a descansar, ya que al día siguiente teníamos que coger el coche de vuelta a La Rioja.

---