![]() ![]() Fotos, venturas y desventuras en China ✏️ Blogs de China
Shanghai, Hangzhou, Xi'an y Beijing. Mayo de 2008Autor: Campalar Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.6 (21 Votos) Índice del Diario: Fotos, venturas y desventuras en China
01: 1.- Madrid-Shanghai, un día de 32 horas
02: 2.- 40 chinos y 2 españoles en bus a Hangzhou ¡y vuelven vivos!
03: 3.- ¡A que nos quedamos en Xi’an!
04: 4.- Los guerreros de terracota y un susto en el aeropuerto
05: 5.- Menú para hoy: escorpiones pata negra bien frititos
06: 6.- El Palacio de Verano
07: 7.- ¡Casi nos timan en Hongqiao!
08: 8.- El Templo del Cielo y la Ópera
09: 9.- La Gran Muralla, las Tumbas Ming y el Parque Jingshan
10: 10.- El día que comimos perro
11: 11.- El Templo Lama y el Lago Beihai
12: 12.- Mausoleo de Mao Zedong y La Ciudad Prohibida
13: 13.- Cuidado con las tallas, que los chinos son más pequeños que nosotros
14: 14.- Intento fallido de acercarnos a las instalaciones olímpicas
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Etapas 4 a 6, total 14
14 de mayo de 2008, miércoles.
Empezamos el día a las 7:30 y a las 8:30 vienen a recogernos Tomas y Shí Yáng, que así se llama el chofer. Vamos directamente a ver los guerreros de terracota del emperador Qin Shi Huang (90 yuanes). En la foto podéis ver la estatua del emperador que preside el aparcamiento. Comparadla con el tamaño de las personas para haceros una idea de lo grande que es. Desde ese punto, hasta que se llega a la explanada de las fosas, todavía hay que andar un poco.
![]() Una vez en la explanada intentamos seguir el orden que propone la guía Trotamundos que compré, empezando por la fosa nº 3 y terminando por la nº 1 pero claro, los letreros están en chino y a pesar de que le digo a Tomás que quiero empezar del revés, pues no se entera mucho y empezamos por la 1, luego pasamos a la 2, a la 3 y terminamos con el museo y el cine. Estoy empezando a pensar que Tomás me dice que sí a todo, pero que no entiende ni papa.
Para que no os pase como a mí, os pongo esta foto que está sacada de una que hay en el interior y que es justo lo que veréis una vez pasado el control de entradas: ![]() El edificio que se ve a la derecha de la foto, el que tiene dos torres laterales, es el museo y el que se ve al fondo, con la cubierta redonda, es la fosa nº 1, la que tenéis que dejar para el final y que por dentro se ve así:
![]() A su izquierda se ve, entre los árboles, un edificio pequeñito; es el cine. El edificio que hay a la derecha de la nº 1 es la nº 2
![]() y detrás de la 2, pero que no se ve en la foto, está la fosa nº 3, que albergaba el cuartel general y que por dentro es así:
![]() Creo que el consejo de la guía Trotamundos es muy acertado. Lo mejor es empezar por el cine porque, aunque no te enteres de lo que oyes, ves la recreación de lo que era el ejercito. Después visitad las fosas del revés, y lo último el museo.
Por cierto, a quienes vayáis en verano, os aconsejo buena provisión de agua porque ya veis que no hay ni pizca de sombra en la explanada y si en mayo ya pegaba el sol, no quiero ni pensar lo que será en julio y agosto. Hacemos tropecientas fotos. Al salir encontramos a muchos chinos vendiendo figurillas. Las venden en cajitas con un ejemplar de cada modelo que, si no me equivoco, son 5: arquero, ballestero, general, soldado y emperador). Ojo que aquí también se regatea. Por lo que os piden por una figura al principio, podéis conseguir los 5. Como no podía ser menos nuestro guía nos dice que no compremos que es muy caro y le hacemos caso. Luego comprenderemos que es porque nos va a llevar a una fábrica (como todos los guías) para llevarse comisión. Al terminar la visita vamos a comer a uno de los muchos restaurantes que hay en el recinto y después cogemos el coche para ir a la dichosa fábrica de guerreros pero ¡qué casualidad! está cerrada. Llaman a la agencia para ver qué hacen y les dan la dirección de otra distinta. Antes de ir nos llevan a ver lo que se supone que es, y cómo es, la tumba del emperador Qin Shi Huang por dentro. Está en otro lugar, a unos kilómetros de los guerreros. No es más que una maqueta y no merece los 15 yuanes que vale la entrada. No nos gusta nada. Nos cuentan que la tumba del emperador (la de verdad) no la han abierto porque las mediciones de mercurio en los terrenos de los alrededores son muy altas y como saben que en el interior simularon los rios con mercurio, temen un desastre si lo abren y hay emanaciones nocivas de alguna sustancia. Al salir nos llevan a la dichosa fábrica de guerreros donde nos enseñan cómo los hacen. Compro un General que mide más o menos medio metro y nos vamos un poco moscas porque sabemos que nos han timado al ver los precios pero, qué le vamos a hacer; no quería quedarme sin guerrero. De la fábrica vamos al Parque Hua Qing Chi (70 yuanes), en la zona de Lin Tong (en la misma ciudad de Xi’an). ![]() Es un lugar donde iban de veraneo el emperador, la favorita de éste y la emperatriz, amén de toda la corte, está claro. Tiene aguas termales que manan a 45 grados y dicen que la favorita tenía la piel de porcelana porque usaba esta agua para lavarse.
El concepto de palacio en China es distinto del nuestro, no es un gran edificio con muchas habitaciones, sino muchos edificios pequeños, cada uno con su utilidad; uno para vestirse, otro para dormir, otro para la bañera, ... Aquí primero llenaban la bañera del emperador con el agua limpia, y después iban pasando el agua de bañera en bañera, en orden jerárquico. Esta que os pongo creo que es la del emperador: ![]() Es bastante bonito. Pagando otra entrada puedes subir en un teleférico a la montaña Li, que es la que se ve en la foto anterior a la de la bañera. Incluso si os fijáis en el ángulo superior derecho de la foto, se aprecia el cable. Por ½ yuan puedes mojarte con las aguas termales en una fuente y, en otra zona, por 1 yuan puedes meter los pies un rato en una especie de acequia. Cuando llegan las 16:00, como ya hemos terminado y nos queda tiempo, le decimos a Tomás que si nos llevan a la pagoda de la oca mayor, que ayer era de noche y no pudimos entrar ni hacer fotos de día. Llama al chofer que se ha quedado fuera y éste le contesta que no. Tomás dice que lo siente pero que como el coche es suyo, no puede hacer nada. Así que a las 16:30 le decimos que nos lleve al aeropuerto, pensando en los problemas para salir de Xi'an que nos anunció nuestro hijo. Menos mál, porque en el aeropuerto nos confirman que nuestro vuelo está cancelado ya que el avión se quedó en Xandú, en la zona del terremoto. Intentamos facturar en el nuevo vuelo para el que nos han reservado y, efectivamente salen nuestros nombres, pero la agencia no ha hecho el cambio de compañía aérea y por tanto los billetes salen como no pagados. Respiramos hondo y pensamos ¡Todo menos quedarnos aquí!, así que decidimos sacar dinero del cajero dispuestos a pagar nuevamente el vuelo y le decimos a Tomás que, mientras tanto, haga el favor de llamar a la agencia a ver si lo arreglan ellos. Después de muchas llamadas lo arreglan y no hace falta que volvamos a pagar. ¡Imaginaos ese lío sin alguien que hable chino a tu lado! A las 18:40 nos dan asiento y vamos corriendo a facturar el equipaje. Cuando conseguimos las tarjetas de embarque Tomás nos pregunta si se puede marchar y le decimos que sí. Se me olvidaba que antes de irse, recibe una llamada del chofer diciéndole que nos pida una propina para él. Le decimos que tururú, que lo único extra que le hemos pedido es que nos llevara a la pagoda y se ha negado, así que la próxima que vez se lo piense antes. Tomás no se atreve a pedirnos nada para él. Estamos muy hartos porque, si no es por nuestro hijo, nos hubiesemos encontrado el pastel al llegar al aeropuerto ya que la agencia no se ha molestado en informarnos de nada y nuestro guía no tenía idea de los cambios y cancelaciones. Bueno, nos quedamos solos y nos vamos a pasar el control de seguridad. Hay una cola de narices y son las 18:50 cuando nos damos cuenta de que en nuestras tarjetas de embarque pone que embarcamos a las 18:30 así que como locos intentamos saltarnos la cola, porque encima ya no tenemos quien nos traduzca porque Tomás se ha ido. Afortunadamente la necesidad hace que uno sea capaz de transmitir lo que haga falta aunque sea por señas y conseguimos pasar rápido. Pero todavía no han terminado nuestras penas; ahora tenemos que buscar la puerta 19 que resulta que está, como no podía ser de otra manera, en la otra punta de la terminal. Corriendo, porque tememos que vamos a perder el vuelo, conseguimos llegar a la dichosa puerta y allí nos dicen que la clase K, que es la nuestra, no embarca por la puerta 19, sino por la 5. ¡Casi nos da algo! A todo correr, llegamos por fin a la puerta 5 y resulta ¡que ni siquiera han empezado a embarcar! de hecho no empiezan hasta las 19:30. ¿Y por qué han puesto en la tarjeta de embarque puerta 19 y embarque a las 18:30 si es puerta 5 y embarque a las 19:30? Cuando subimos al avión no nos lo creemos. En el vuelo viaja un grupo de malagueños que van a una maratón por la Gran Muralla y charlamos con ellos. En estos casos, encontrar paisanos reconforta bastante y nos alegra porque nosotros estamos bastante atacados. Por fín llegamos a Beijing sin más incidentes donde hasta el final del viaje vamos a contar con un intérprete privado, nuestro hijo, que nos recoge en el aeropuerto y nos lleva al hotel. ¡Qué día más duro! Etapas 4 a 6, total 14
15 de mayo de 2008, jueves.
El hotel de Beijing se llama Redwall y es más sencillo que los dos anteriores, pero la relación calidad/situación/precio es muy buena porque está justo al lado de la Ciudad Prohibida (en la parte norte) y por lo tanto fácil de localizar por los taxistas. Además, cuando te empiezas a dar cuenta del tamaño de las distancias en Beijing, es cuando ves que el hotel, aún en la parte norte, está bien situado. Tan solo a 50 metros se puede coger el autobús nº 2 que te lleva en un pispas a la plaza de Tiananmen por 1 yuan.
Bueno, por fin estamos en Beijing. Hemos quedado con nuestro hijo en la plaza de Tiananmen y como es el primer día y tenemos mono, pues decidimos ir andando desde el hotel. Total, pensamos, es ahí mismo, justo al otro lado de la Ciudad Prohibida. Menos mal que es solamente al otro lado porque tardamos media hora en llegar. Vamos de norte a sur, bordeando el canal que rodea la Ciudad Prohibida y la atravesamos por una zona donde no es necesario pagar. Hay más gente entrando que en la guerra (orientales y no orientales). Hay muchas excursiones y, sobre todo las de chinos, son muy numerosas. Estos de la foto están formando para subir a la Puerta de Tiananmen: ![]() Ya veis que monos van todos con su peto rojo.
Como hemos llegado temprano, cruzamos la avenida por uno de los subterráneos y nos explayamos por la plaza de Tiananmen. La plaza es enorme y hay mucha, mucha gente. Hay un poco de contaminación, pero ya averiguaremos que puede ser peor.
![]() En un corralito hecho con cinta de plástico vemos que hay una cuadrilla limpiando la plaza. Hay 10 o 12 trabajadores limpiando con una especie de vaporeta cada uno, mientras otro va rascando con una espátula. ¡Todo ladrillo a ladrillo!
![]() ![]() Pero hacemos más fotos curiosas, por ejemplo, de cómo descansa todo el mundo:
![]() ![]() De la mejor manera de buscar algo en el bolso:
![]() De los niños y su descosido en el pantalón para que se puedan agachar cómodamente a hacer pis (o pos):
![]() ![]() ![]() ![]() De cómo hay que poner a los excursionistas en formación militar para que no se pierda ninguno:
![]() Andando, andando, llegamos a la puerta Sur de la plaza (Quianmen)
![]() y cuando llega nuestro hijo, intentamos entrar al mausoleo de Mao. Como cierran a las 11:30 horas y son las 11:35, lo dejamos para otro día y cruzamos para ver el Gran Palacio del Pueblo (30 yuanes) que está en uno de los laterales de la plaza. ¡No he visto las Cortes en España y vengo a China a ver las suyas, diez puntos!. No son gran cosa pero impresiona, como todo en China, por sus dimensiones. Estas fotos son de dos de los salones para recepciones:
![]() ![]() Y esta otra es del auditorio de sesiones. Fijaos que nosotros estamos en el piso central y tiene dos más iguales, uno por arriba y otro por abajo. Debe impresionar verlo lleno de chinos voceando.
![]() Nos parece muy chocante lo poco que cuidan las cosas porque, donde dejan entrar visitas no tienen la precaución de tapar las alfombras, que deben valer una pasta, y permiten que todo el mundo las pise. ¡Así están las pobrecitas!
Cuando acabamos esta visita, desde aqui nos vamos andando a la famosa calle Wangfujin y como es la hora de comer, o sea, las 12:30, entramos en el centro comercial The malls all Oriental Plaza que está al principio de la calle según llegas por la Avenida Chang’an-Este. Dentro, además de tiendas, hay un restaurante muy curioso y se puede comer de todo, porque hay cien mil platos para elegir. Los precios varían pero puedes comer por 15 yuanes y no te lo terminas. Nosotros cogimos dos menús de 15 yanes y uno de 20 yuanes. ![]() ![]() En proporción es más cara la cerveza porque también nos costó 15 yuanes cada jarra y casi nos la podemos beber porque no saben servir cerveza de barril. Al llenar la jarra hacen mucha espuma, pero son constantes y no paran hasta que está llena y sin espuma. El caso es que una vez servidas, resulta que una de las jarras tenía un picado en el borde y al decirle que nos la cambiara, ni corta ni perezosa, coge otra jarra y la pasa del tirón. Podéis imaginar el resultado: todo espuma pero,… sin problema; la tiró toda y sirvió una nueva. Por eso debe ser tan cara la proporción entre la cerveza y la comida, porque para una jarra casi gastó casi un barril. Nos costó tanto que hasta le hicimos una foto:
![]() Resulta, que parece que los orientales tienen un gen que no les permite asimilar el alcohol y se moñan con bastante facilidad. Será por eso que no es habitual verlos beber alcohol.
Bueno, por si se os ocurre ir, el sistema es el siguiente: Tienes que comprar una tarjeta y cargarla con dinero. Después te paseas por el lugar y eliges, no miento, de entre los muchiiiisimos platos que ofrecen, lo que quieres comer (en unos sitios ya está preparado y en otros te lo hacen en el momento). Donde coges algo entregas la tarjeta y te lo descuentan de tu crédito. Cuando has elegido todo, te sientas en cualquier mesa del montón que hay, y al acabar solo tienes que devolver la tarjeta en el mismo sitio donde la has comprado y te devuelven el dinero sobrante. Ojo con los envases de cristal y las jarras de cerveza que te los cobran y cuando los entregas vacíos te devuelven el dinero. Después de comer paseamos por esta misma calle y entramos a una librería, como no, gigante, que está un poco más delante de donde hemos comido (La Fnac de Madrid se queda ridícula a su lado). Nuestro hijo se tenía que marchar a la Universidad pero lo han llamado para decirle que no hace falta, así que vamos al hotel a dejar los trastos, a sacar dinero del cajero y, en taxi, al mercado Hongqiao (el de las perlas). Nos llevamos una sorpresa mayúscula porque nuestro vástago se revela como un hábil regateador. Como él lleva desde febrero aquí, ya ha aprendido la mecánica del asunto. Además empieza a negociar en inglés y cuando tiene el precio medio ajustado, empieza a hablarles en chino y los desconcierta porque claro, no tiene pinta de hablar chino. Es una gracia. El asunto del regateo es la bomba porque no tardas nunca menos de 20 minutos en cerrar un trato, no hay más cascaras. Hay que ir mirando al pasar y cuando ves algo que te gusta, entonces paras y compras. Es mejor elegir varias cosas cada vez porque si para cada cosa tardas un cuarto de hora, pues te puedes tirar todo el día, y no es plan. Cuando decides parar, no tienes que tener prisa porque si la tienes, pagas más de la cuenta. Es conveniente tener claro desde el principio, cuánto estás dispuesto a pagar por lo que quieres y empezar tu puja mucho más abajo porque ellos empiezan mucho más arriba. A partir de ahí tú subes y ellos bajan. Algunos cogen un cabreo de mil demonios cuando eres capaz de conseguir un buen precio. Es impresionante la cantidad de tiendas que hay y el jaleo que oyes al pasar porque todos intentan venderte algo. De todas maneras, Hongqiao no es nada comparado con el mercado de la seda. Ese sí que es un escándalo total. Los vendedores al pasar empiezan: Hello Lady? Gucci?, Dolce Gabanna? Tous?.... ofrecen de todo lo que tienen. Si no contestas, lo intentan en francés, en alemán y están pendientes de una sola palabra que digas para cazar de dónde eres y entonces empiezan: ¡Amica, bonito, mila, mila! Son tela de listos. Bueno, pues como decía, cuando ves algo que te gusta, entonces te paras y empieza el regateo. No exagero, de verdad, veinte minutos mínimo para cada cosa. Si tardas menos mal rollo. Os aconsejo que llevéis precios de referencia porque si no, no es fácil. A mí una vendedora me llego a decir que cambiase de marido porque el que tenía era muy tacaño y no me convenía; que se parecía a una mujer regateando. Son muy graciosos porque cuando les haces una oferta muy a la baja dicen: tu loca, tu fieble, y te tocan la frente. Que si, que no, que sí que no, (que al final deduje que quería decir, ni para ti, ni para mí) y te dan un precio entre el que ofreces tu y el que te piden ellos. Lo dicho, una gracia. Para que os hagáis una idea: si alguno ha estado en el Mercado de la Piedra en Vigo, pues es algo parecido pero tamaño Corte Inglés, con 5 plantas y a lo bestia. Por cierto, la diferencia es que en la Piedra te puedes probar y allí generalmente no. Hay puestos que no te dejan probar nada; ni las camisetas. En esos yo me iba sin más porque aprendí a preguntar primero si me lo podía probar. ¡Imaginaos que estáis 15 minutos negociando y luego no te dejan probar! En la mayoría de los de pantalones no dejan, entre otras cosas porque no tienen donde, ya que detrás del género que se ve, lo tienen todo lleno de más prendas. Nos dan las 19:00 horas y no hemos comprado mucho pero no importa porque nos quedan todavía muchos días en Beijing y pensamos volver. Como cierran a esa hora nos vamos en taxi al hotel, dejamos las compras y volvemos andando a Wangfujin a cenar guarrerías varias, a saber: caballitos de mar, escorpiones, estrellas de mar, …. Todo ello en pinchos, claro está. ![]() ![]() ![]() ![]() Como podéis apreciar, hay escorpiones normales, y de pata negra que, además, ¡están vivos y mueven las patitas!
![]() ![]() Rociamos el exquisito ágape con el caldo de unos cocos un tanto extraños a los que hacen un agujero con un punzón y ponen una cañita para que vayas chupando. Este es el sitio que sale en todas las fotos que cuelgan en internet, donde vamos todos los turistas. Está en una calle que cruza perpendicular a Wangfujin y solo abren por la noche. Es una larga fila de carritos en uno de los lados de la calle. No tiene pérdida porque tienen farolillos y está en un cruce que tiene en la esquina de la izquierda una tienda de Kappa y en la de la derecha una pantalla gigante de televisión (de las muchas que hay). Os pongo una foto de día, y otra de noche:
![]() ![]() De todas maneras, si no podéis ir por la noche y queréis ver los bichos, hay un callejoncito donde abren por el día, que está al principio de la misma calle Wangfujin, a mano izquierda.
Por cierto, pantallas de televisión hay, como os digo, bastantes, y ahora nos empezamos a dar cuenta de la magnitud del terremoto porque todo el día están poniendo imágenes del desastre: ![]() ![]() Después de la sabrosa cena, decidimos bajar el colesterol volviendo a pie al hotel que no está muy lejos, pero la verdad es que estamos ROTOS porque hemos andado mogollón. ¡Cómo me duelen los pies!. Lo peor de todo es que estoy a punto de descubrir que la cama del hotel es una verdadera tabla. Las de los hoteles anteriores eran duras pero ésta gana por goleada. Una última curiosidad de hoy: hay hoteles que no tienen plato de ducha y el nuestro en Beijing es uno de ellos, me explico; tienen el grifo, la alcachofa, la alfombrilla, la cortina, en fin, todo menos el plato. En su lugar tienen un sumidero en el suelo y ya está. Ni os cuento cómo se pone todo cada vez que te duchas. Pero claro, pasa como os contaba en otra etapa con los chorreos de manos en los aseos públicos, como tienen tanto personal para limpiar, pues no hay problema. En fin, así acaba nuestro primer día en Beijing. No sé si cambiaré de opinión más adelante pero, después de lo que he visto hoy, si hago una comparación con España, Shanghai sería Barcelona y Beijing sería Madrid. Creo que tenemos que bajar el ritmo porque si no, acabaremos muertos. Beijing es muy, muy grande pero tenemos 9 días más por delante, así que a partir de ahora nos lo vamos a tomar con un poco más de calma. Etapas 4 a 6, total 14
16 de mayo de 2008, viernes.
Hoy hemos decidido ir de excursión al Palacio de Verano. Cogemos un taxi en la plaza de Tiananmen. Esta foto es de la cola que hay para entrar al Mausoleo de Mao:
![]() Durante el viaje no apreciamos bien las vistas porque la ciudad ha amanecido bastante cargada de contaminación. Los edificios que se intuyen al fondo son la entrada de la Ciudad Prohibida vista desde la plaza de Tiananmen:
![]() Cuando llegamos vemos que hay varios tipos de entrada, según lo que quieras ver. Sacamos la que lo incluye todo (60 yuanes). El Palacio de Verano es enorme. En el centro tiene un gran lago que tienes que bordear para ver el palacio. Lo primero que encuentras al entrar es el puente de los 16 arcos que te lleva a una pequeña isla:
![]() ![]() El edificio principal está justo en la parte opuesta al puente. Aunque todas las fotos del día han salido poco claras por la dichosa contaminación, desde el lago se ve así: ![]() Los dos edificios que se ven en la foto son así cuando llegas: ![]() ![]() ![]() después de subir y subir un montón de escaleras como estas ![]() ![]() Por el camino pasamos por un largo pasillo que, si no recuerdo mal, tiene 800 metros de largo y está todo decorado. Es bonito pero como lo anuncian tanto, yo esperaba otra cosa y quedé algo decepcionada. Como véis en la foto, todo el mundo pasa por el pasillo y está bastante atestado de gente.
![]() Otra cosa que veréis en todos los edificios principales de China son dos leones en la puerta. Uno tiene bajo su pata un leoncito pequeño. Ese simboliza a la mujer y al amor. El otro tiene una bola bajo la pata y simboliza el hombre y el poder:
![]() ![]() Aquí también encontrareis, como en muchos otros sitios, los símbolos del emperador y la emperatriz:
![]() ![]() En mitad del recorrido hay un teatro donde cada media hora, interpretan una ópera china. No son muy buenos pero te dan una idea de lo que es la ópera china para decidir si quieres ir a verla a un sitio mejor. Yo decidí que no me gustaba.
![]() Como casi todo en China este palacio, según por qué zonas, está algo descuidado. Aún así se nota el esfuerzo que están haciendo por dar buena imagen de cara a las Olimpiadas ya que por todos sitios hay edificios a los que están dando una mano de pintura. Lo que pasa es que son un poco chapuzas y se preocupan de arreglar solo lo que se ve, lo que no, lo dejan sin arreglar, fijaos:
![]() Solo recorremos la mitad del lago porque cuando llegamos al edificio principal, justo en el extremo opuesto al puente de los 16 arcos, estamos tan cansados que decidimos coger un barco hasta la salida (10 yuanes). ¿A que es bonito?
![]() No acabamos hasta las 15:00 y al salir está empezando a chispear así que nuestro hijo propone ir al Mercado de la Seda que él todavía no ha visto. En la puerta cogemos un taxi pero en el trayecto hay un atasco monumental y tardamos casi una hora en llegar. Después de comprar en dos sitios, decidimos que dos regateos en un día ya es bastante, así que nos vamos a ver las torres que está construyendo la televisión china que son muy curiosas; son dos torres que se entrelazan en la parte de arriba. Están en Guomao, un barrio de negocios con mucho tráfico y mucha gente. Guomao está en el cruce de la avenida en la que está el mercado de la Seda con el tercer anillo. Es una barbaridad la cantidad de gente, coches, autobuses y taxis que hay en el cruce. Aunque no está demasiado lejos (solo una parada de metro) es un poco de caminata. Son más o menos las 18:00 y cogemos un bus para ir a cenar cerca de la Universidad. Nos lleva a un lugar donde van a comer estudiantes y trabajadores. Es algo así como un bar de barrio; nada de occidentales, con lo que de nuevo se repite el asunto de que la gente se sorprende al oír a un occidental hablar en chino y todos nos miran con curiosidad y estudian cómo cogemos los palillos. Cenamos hasta que no nos cabe más: pinchos de cordero, pinchos de tendones de cordero, una especie de gazpacho, una especie de pan en tiras, dos cervezas y té. (90 yuanes los tres). Después de cenar cogemos un taxi, al que nuestro guía particular explica dónde tiene que llevarnos y él se queda en la residencia. No tenemos ánimo para más, así que a dormir. Etapas 4 a 6, total 14
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