![]() ![]() Cartas desde el Peru ✏️ Blogs de Peru
La ruta del gringo en Peru, incluyendo el InkaJungleTrailAutor: Gontzo Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.8 (5 Votos) Índice del Diario: Cartas desde el Peru
01: Cartas desde el Peru
02: Lima, Paracas e ICa
03: Ica, Nazca, Arequipa
04: Arequipa
05: De Arequipa a Chivay
06: Cañon del Colca, Condores y Puno
07: Amantaní
08: De Amantani a Puno
09: De Puno a Cuzco en el InkaExpress
10: Cuzco
11: Inka Jungle Trail I
12: Inka Jungle Trail II
13: Inka Jungle Trail III
14: Macchu Picchu
15: Valle Sagrado
16: De Cuzco a Lima
17: Lima
18: + Lima
19: Bonus Track Atlanta
20: Fin de Fiesta
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Etapas 4 a 6, total 20
Llegamos finalmente a Arequipa con dos horas de retraso, tras jugar un bingo en el bus, sufrir 2h de apestosas canciones melosas en español y certificar que dicho de mala manera, esta parte de Perú es un puto desierto. A veces arena, a veces piedra pero seco como solo puede ser un desierto y muy escasas ocasiones una profunda cicatriz verde acompañando a un río.
Arequipa la blanca. La primera impresión es la habitual de caos, miles de coches enfangados en un atasco kilométrico que desafiando toda lógica avanza presto. Un taxista nos lleva al hotel reservado y nos dejamos convencer para que nos lleve a uno mas cercano de mejor precio y así es, esto de romper reservas se esta convirtiendo en una costumbre. Ducha y salimos a caminar, la plaza de armas está a dos cuadras y a mi me empieza a entrar la euforia de quien esta de viaje y acaba de encontrar una gema inesperada. De buenas a primeras Arequipa me encanta y no se porque. Es como una pequeña joya a la sombra de los poderosos volcanes que la rodean, es alegre, vital, infantil, pizpireta, la gente es todavía más agradable de lo habitual y abunda la calidad de vida en forma de pastelerías, dulcerías y toda clase de pequeños vicios relativamente inocentes. Se percibe un ambiente más relajado y seguro que en Lima y los precios son más razonables. Brilla el sol bajo un cielo blanco de puro azul, un cielo inmenso y redondo recortado por los volcanes omnipotentes, un cielo que hace pequeño al del mediterraneo. Hacemos las visitas habituales y comenzamos por el Convento de Santa Catalina que es sencillamente espectacular, sencillo, simple, abrumador por lo hermoso y coqueto que es, colorido, cuidado, revelador, un verdadero paraíso para los amantes de la fotografía que en cada ventana, maceta, esquina, fuente, escalera, celda, cocina, rincón, terraza, huerta, patio podrán hacer una y mil fotos preciosas. Echamos dos horas allí dentro en las que disfruto como un enano espiando la vida oculta de las monjas de clausura que allí habitaban. Y no debían vivir mal a tenor de los lujos que nos muestran... Seguimos deambulando por la Arequipa colonial, con sus muros de canto, sus balcones y sus casas coloniales de piedra, subimos al mirador y de paso nos arreglamos la excursión de los dos días siguientes al cañón del Colca, durmiendo en Chivay y acabando en Puno. Cambiamos dinero, cosa que desde Lima no pudimos hacer y puedo darme una vueltita solo, un vuelo rasante por los alrededores de la plaza de armas, sumergiéndome en la vida local, recibiendo sonrisas gratuitas y pequeños cortejos que me hacen un tipo feliz, muy feliz. Esto es lo que quiero, un destino que se aleja conforme yo avanzo para obligarme a seguir andando, descubriendo las maravillas de la tierra y las gentes que se me pongan por delante. Etapas 4 a 6, total 20
Contratamos una excursión con guía al cañón del Colca y al mirador de la Cruz del Cóndor, (dos días, una noche 55PEN por persona todo incluido), nos despedimos de Arequipa y comenzamos a subir, recto, alto, hacia el cielo, tenemos la primera parada a 3900m, ya empiezo a sentir la carga del mal de altura, pruebo el mate de coca que me quita todos los males y disfruto de lo que queda de día, de las imponentes moles pétreas de los volcanes, de la aridez del erial que me rodea, de los bosques de apachetas, del aire que sopla y me despeina, de las llamas, vicuñas y alpacas que corren alocadas a nuestro alrededor. Doy fe de que Perú sigue siendo un desierto pero tiene sus detalles, pasamos por las termas de La Calera, todo agua caliente y turisteo pero es todo un placer bañarse a 40 grados mirando al río y a las montañas.
Y a la noche, mas turisteo en forma de restaurante con espectaculo folclórico lo que certifica que me he vuelto gilipollas del todo, hasta las turistadas me gustan, ceno como un glotón que la cocina es ciertamente buena, bailo, me divierto y me voy para cama que ya toca. Etapas 4 a 6, total 20
A las 3 de la mañana tengo un martillo neumático percutiendome, un tornillo atravesado en la cabeza, así que esto es el puto mal de altura, me taladra la cabeza y me llega hasta el estomago, 4 horas de dolorido insomnio hasta que me ducho y me pido un mate de coca doble, mano de santo, toca subirse al bus y recorrer una pista de tierra para ver el cañón, las tumbas colgantes, el tajo del río en el valle y las litomaquetas hasta llegar al mirador de la cruz del Cóndor. La primera en la frente, el mirador es una romería, llena de gentuza berrando como si los cóndores estuvieran sacándoles las tripas, mercadeo, miles de turistas y un cóndor, estático en una roca, parece haber sido puesto por el ayuntamiento, hierático impasible ajeno a las hordas que le echan fotos. Con paciencia y esfuerzo logro encontrar un lejano mirador para mi solo pero allí no se ven cóndores, solo la profundidad abisal del cañón. Con pena pensando en el esfuerzo vano nos vamos al coche y súbitamente, en plena despedida, a mano izquierda se eleva majestuoso un cóndor, lejano, saludando brevemente y desapareciendo de nuestra vista en un efímero instante. Entrego la mochila en el coche y de repente aparece otro, me subo al pretil, suena la música de un artista callejero y conforme pasan los minutos van apareciendo mas cóndores justo delante mio, justos representantes en la mitologia inca de la vida eterna, volando para mí, pura magia, ejecutando su danza como si de un festival aéreo se tratara encima del aparcamiento de coches donde solo quedan dos furgonetas. El artista sigue cantando mientras degusto el momento mágico y cuento 8 cóndores, gráciles, etéreos, livianos, planeando a mi salud y yo me siento asi, como un niño, como si fuera este mismo niño y no se me ocurre otra cosa que gritarlo, eufórico, ebrio de felicidad, porque yo quería volar, ser un Ícaro, yo querría ser cóndor para poder elevarme majestuoso en el aire sin apenas esfuerzo y solo soy un pobre bípedo pero estuve allí y los vi volar para mí. Y me consuela, me hace feliz y como es fácil, me emociona.
El resto del día pasa sin mayores esfuerzos, triplicando la dosis de mate de coca porque parece ser la única solución a este peso que me aplasta, que hace que me taladre la cabeza hasta los pies y me duelan las piernas. A saber que me saldría si hiciera el análisis al volver de este viaje. El trayecto hasta Puno se me hace insufrible cuando no tengo mi dosis de coca. En la estación de buses de Puno esta esperándonos Fredi, es un habitante de la comunidad Sancayuni en la isla Amantaní, ofrece alojamiento en su casa con su familia, nos acoge con cariño y se encarga de todo, nos lleva al hotel Las Margaritas a buen precio (55PEN), nos ofrece una pequeña visita por Puno, festiva y alegre. La empatía con Fredy es instantánea, no he pasado ni una noche en su casa y la que voy a pasar me parece escasa, si fuera posible me iba con el ya esta misma noche. Nos acompaña hasta el hotel, cena con nosotros y al día siguientes a las 6 de la mañana ya esta en el hotel preparado para acompañarnos. Etapas 4 a 6, total 20
📊 Estadísticas de Diario ⭐ 4.8 (5 Votos)
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