![]() ![]() La Bretaña y sus encantos ✏️ Blogs de Francia
8 días recorriendo la Bretaña francesa y descubriendo sus maravillas.Autor: Miriton83 Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.8 (10 Votos) Índice del Diario: La Bretaña y sus encantos
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Etapas 4 a 6, total 8
Nos despertábamos un poco más tarde de lo habitual, pero aún así a las 9:30 ya estábamos en marcha, tras un desayuno bastante completo en hotel, con croissant, crepes, pan... El sol en su sitio, preparado para hacernos pasar un día caluroso (Francia en general estaba en plena ola de calor). El primer destino del día lo teníamos cerquita, así que a las 10 ya estábamos allí: Locronan. Llegamos al parking donde nos hicieron pagar 3 euros y nos dieron un mapita con explicaciones en español en el que te dibujan dos rutas diferentes, una por el pueblo y otra que sube un poco por la colina para ver el pueblo desde arriba. Como era temprano aún no había mucha gente, lo que hacía que el pueblo ganase más magia. También se ha hablado mucho en el foro de Locronan, y bueno, evidentemente es un imprescindible. Preciosa su plaza central, su iglesia, sus pequeñas tiendecitas con productos típicos bretones... Te sientes transportado a otra época. En muchos momentos del viaje me sentía Aliena en Los Pilares de la Tierra, jejeje. Subimos la colina y desde arriba las vistas del pueblo son espectaculares... Tras una hora y pico recorriéndolo (es pequeño, se ve rápido), emprendimos marcha hacia nuestro siguiente destino: el bosque de Huelgoat.
[img][img] ![]() [img] ![]() Como íbamos por carreteras secundarias, íbamos pasando por pueblos pequeños con inmensos conjuntos parroquiales y calvarios del siglo XVI y gran importancia histórica, como por ejemplo, Pleyben. Es alucinante como pueblos tan pequeñitos, con apenas 300 habitantes tienen esas iglesias tan enormes presidiendo sus plazas. [img] ![]() Este día teníamos que elegir entre Crozon o Huelgoat, pero como ya vimos el día anterior la Pointe du Raz y al día siguiente nos tocaba la costa de granito rosa, nos apetecía algo más de naturaleza boscosa, por cambiar. Así que fuimos al bosque de Huelgoat, con sus leyendas sobre el rey Arturo y preciosos paisajes de cuentos de hadas. Pasando el pueblo de Huelgoat, se llega a una especie de merendero en el que hay un mapa con varias rutas a seguir. Comimos allí unos sándwiches y luego nos calzamos las botas y nos adentramos a hacer una ruta. Caminamos durante casi dos horas alucinando con los frondosos bosques, los árboles caídos llenos de musgo, el río con un agua color dorado... Vimos algunas de las rocas famosas (como en la Ciudad Encantada de Cuenca). Fue una bonita excursión. Una vez de vuelta al coche, que por cierto habíamos dejado al sol y estaba a más de 40º, nos encaminamos hacia nuestro hotel de ese día, con la idea de pasar el resto de la tarde en alguna playa, pues el calor era cada vez mayor. [img] ![]() Llegamos a Paimpol sobre las 17:30, al hotel La Marne. Por fuera es precioso y por dentro de los más lujosos de los que estuvimos (y lo valía, creo que fueron 80 euros los dos con desayuno). Nos pusimos el bañador y con la ayuda del GPS buscamos una playa cercana. La teníamos a solo 5 minutos en coche del hotel, llegamos y nos instalamos. Como allí sufren las mareas, muchas playas tienen como una especie de piscina natural, que se llena cuando las mareas están altas y mantienen el agua cuando éstas están bajas (como era el caso). El agua estaba fría, propia del Atlántico, pero el baño era obligado y nos refrescamos la mar de a gusto. Después de un buen rato en la playa, volvimos al hotel, nos duchamos y fuimos a visitar Paimpol. También nos gustó mucho, pero no tiene nada especial, su puerto, su iglesia... Cenamos en el puerto, en una terracita, nuestros primeros Moules frites (el entorno lo pedía a gritos), un plato de marisco variado al centro y un rape en salsa, todo riquísimo, regado de un vino blanco Muscadet. Nos quedamos como reyes, y de vuelta al hotel a descansar. ![]() Etapas 4 a 6, total 8
¡Un nuevo gran día nos espera! Tras un desayuno excelente en el hotel, cargamos el coche rumbo a la costa de granito rosa. Antes, de camino paramos en Tréguier, bonito pueblo medieval con sus casas de vigas de madera, su inmensa catedral y su bonito y tranquilo puerto. Hacemos una visita rápida, pues queremos hacer parte de la Senda de los Aduaneros que dura unas 3 horas.
[img][img] ![]() Así que llegamos a Perros-Guirec en torno a las 11, pero nos cuesta un poco encontrar el punto en el que comienza la senda, porque no está muy bien indicado y yo no había hecho bien los deberes... jejeje. Pero finalmente, tras pasar el pueblo y bajar a la zona de la playa (donde está el Casino y varios Spa) vimos un cartelito que lo indicaba “Sentier des Douaniers” y emprendimos la marcha dirección Ploumanac’h. El sendero es precioso, ya que discurre todo el rato bordeando el mar y vas viendo a lo lejos las enormes piedras con reflejos rosas. Además, hacía un sol precioso que ensalzaba la belleza del lugar. Sin embargo, conforme vamos andando empieza a nublarse y, incautos de nosotros, habíamos dejado los chubasqueros en el coche. En fin, nos cayeron cuatro gotas, no problema. Seguimos caminando otra vez con sol, disfrutando del paisaje, de las vistas, del mar, las rocas gigantescas...Llegamos hasta el faro, que se funde con las rocas y parece tan natural como ellas. Allí hicimos una parada y vimos que las nubes otra vez nos amenazaban, así que decidimos acortar la marcha y no llegar a Ploumanac’h, pues la lluvia era inminente. En nuestro camino de vuelta llegó el chaparrón ¡bendita vegetación frondosa bretona! Nos refugiamos bajo unos setos que formaban arcos naturales y de los que había varios en todo el camino y allí esperamos a que amainase. Una vez que paró la lluvia y con el sol otra vez brillando, compramos una baguette y nos comimos unos bocatas junto al mar antes de partir hacia el siguiente destino: Cap Frehel. [img] ![]() imagen jpg Sobre las 15:30 llegamos a este cabo que me maravilló desde el primer momento. Entre la Pointe du Raz y éste, vamos, lo tengo clarísimo. El parking cuesta 3 euros, aunque puedes aparcar bastante cerca sin tener que pagar e ir andando, pero íbamos un poco justos de tiempo. De hecho hay un bonito paseo desde el cabo hasta Fort La Latte que nos quedamos con las ganas de hacer. Pero bueno, nos dio tiempo a pasear tranquilamente y admirar los inmensos acantilados, la colonia de gaviotas que pulula por allí,... vamos nos encantó. La pena era que el tiempo seguía jugándonosla y nos llovía a ratos, pero aún así disfrutamos muchísimo. Me gustó mucho esta zona en general, las playas eran chulísimas y había muchas zonas para acampar y muchas posibilidades para hacer senderismo o ir en bici. ¡Una pena querer abarcar tanto en tan poco tiempo! Para la próxima, dedicaremos más tiempo a esta zona seguro. Porque el Fort La Latte también lo vimos sólo desde fuera, pues ya era tarde y teníamos que llegar a Dinan, nuestro destino final del día. De hecho, en mi programa inicial tendríamos que haber ido a Cancale también, pero lo tuvimos que suprimir. [img] ![]() [img] ![]() Llegamos a Dinan en torno a las 19:00. Nuestro hotel era el B&B Priory View Dinan, muy cerquita de la puerta de St. Malo. Un Bed & Breakfast regentado por un matrimonio (ella inglesa y el francés) muy agradable y el sitio en general muy bonito y confortable. Nos costó 50 euros con desayuno incluido. Tras acomodarnos y ducharnos, nos fuimos a conocer Dinan con el plano que nos ofreció el dueño del hotel. Primero subimos a las murallas para ver Dinan desde arriba. Nos gustó muchísimo, pero teníamos la sensación de que ya habíamos estado allí (y es porque ya habíamos visto otros pueblos / ciudades similares). Mientras paseábamos vimos una terracita muy agradable en la que paramos a tomar una cervecilla frente a la Torre del reloj. Yo pedí una Leffe Rubí de barril, con toques a frutos rojos, muy rica. Después, seguimos viendo Dinan hasta que nos dieron las 9 y decidimos buscar un sitio para cenar. Había bastante oferta, así que nos decantamos por un italiano que tenía una terracita muy acogedora y desde la que se veía la famosa calle Jerzual. Después de cenar, nos dimos un paseo de vuelta al hotel, bajando por la calle Jerzual... y después teniendo que volver a subir, ¡así bajamos la cena! jajajaja. ![]() [img] ![]() Etapas 4 a 6, total 8
Hoy nos tocaba un día muy concurrido, así que tocó ponerse el despertador a las 7:30 para llegar pronto al Monte. Tras un buen desayuno de palique con la dueña del hotel (quien nos dijo que nuestro plan del día era bastante ambicioso), nos dirigimos a Saint Michel con mucha ilusión. A las 10 ya habíamos aparcado. La verdad es que no me había informado mucho sobre los precios y, de haberlo sabido, habría organizado la ruta de otra forma para llegar allí por la tarde (cuando ya no hay que pagar) y dormir por los alrededores, pues había bastantes alternativas a buen precio. Pero bueno, esto ya se sabe a toro pasado. De todas formas, la ilusión que teníamos hizo que no nos supiera mal pagar los 12 euros de parking y los 9 euros cada uno de entrada a la abadía.
[img]Nada más aparcar, las vistas del monte a lo lejos, con su abadía presidiendo, son alucinantes. Por muchas fotos que hubiera visto, verlo en vivo y en directo es indescriptible. Y conforme te vas acercando y se va haciendo cada vez más grande, es más impactante aún. Cogimos el autobús, porque andando se tardaban como 45 minutos y llevábamos buen tute encima con las caminatas de los días anteriores. La marea estaba bajísima, de hecho, casi ni se veía el agua. Los alrededores parecían un desierto inmenso. Hicimos una visita guiada del Abadía, pero nos metimos en el turno de inglés por no esperar media hora al español. La guía era una mujer super mayor que tenía que sentarse cada dos por tres porque le daban mareos... ¡pensábamos que se iba a caer redonda! Me gustó mucho la abadía y la historia que te van contando sobre las distintas plantas, los siglos de construcción, etc. Y sólo puedo decir que se les fue mucho la pinza al construir eso... pero que gracias a esa ida de pinza podemos disfrutar nosotros Después de la visita, dimos un paseo por la calle principal, pero empezaba a venir muchísima gente y como ya lo habíamos visto todo, nos fuimos yendo hacia el coche. A la vuelta, paramos con el autobús en la primera parada, que es un puente-mirador, y allí nos sentamos un rato con la estampa de Mont Saint Michel al fondo. Preciosísimo. [img] ![]() [img] ![]() [img] ![]() Sobre las 13:00 cogimos carretera rumbo a Saint Malo. Fuimos tranquilamente por la carretera que bordea la bahía de St. Michel y como teníamos hambre, decidimos parar en una especie de merendero que encontramos en un pueblo (creo que era le Vivier sur Mer) y allí comimos unos sándwiches. Estando allí empezaron a llegar muchísimas familias con tuppers a pasar el día en la playa, pero lo curioso es que no había playa propiamente dicha, porque la marea estaba tan baja que para llegar al mar había que andar un buen trecho... Igual luego subía, no sé. Nosotros comimos y sobre las 14:30 llegamos a St. Malo. Aparcamos por una calle paralela a la playa, hacia dentro, donde no había que pagar y sólo a 5 minutos andando de las murallas. Una vez más, alucinamos al ver la ciudad: sus murallas, sus fortalezas perdidas por el mar,... Pudimos acercarnos andando hasta la primera de las fortalezas, pues con la marea baja no había problema (luego cuando nos íbamos, nos fijamos y el mar ya cubría el camino de acceso). Ver St. Malo desde la fortaleza fue una de las vistas más bonitas que recuerdo. Viendo las nubes y con la experiencia de días atrás, predijimos lluvia en 5 minutos así que corrimos a buscar refugio ¡y menos mal! Cayó una buena, que duro poco pero fue intensa. La playa, que estaba llena de gente, se desalojó en cuestión de segundos. Tras la lluvia seguimos visitando la ciudad, por las murallas y por las calles de dentro. Nos compramos en una tienda un dulce típico bretón, kouign amann, mmmmm, rico rico. Tras la visita de St. Malo, rumbo al último destino del día: Rennes. [img] ![]() Llegamos al hotel sobre las 18:00 (hotel Voltaire, 37 euros, desyuno aparte). El hotel está un poco a las afueras, pero en 5 minutos en coche llegas al centro y además hay un autobús casi en la puerta que también te lleva al centro. Descansamos un poco en el hotel, pues habíamos madrugado y sobre las 19:00 nos vamos para el centro. Aparcamos muy cerca del centro, por la Pl. de Bretagne, que como eran más de las 7 no había que pagar. Fuimos caminando hacia el centro (teníamos mapa que venía en la guía) y siguiendo el recorrido recomendado por la guía vimos todas las cosas típicas: sus fortificaciones, casas de madera con entramado, el ayuntamiento, place des Lices... Y nos sentamos en una terracita a tomar un vinito antes de ir a cenar. Había muchísimo ambiente, mucha gente en la calle, muy buen rollo, me gustó. Para cenar, nos salimos un poco del bullicio turístico y fuimos a la calle St. Malo (perpendicular a Sainte Anne) que parecía un poco más alternativa y cenamos en un restaurante de comida típica de Nueva Orleans a muy buen precio. Después de cenar, seguimos viendo un poco lo que nos faltaba y rumbo al hotel a descansar. ![]() [img] ![]() Etapas 4 a 6, total 8
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