Ruta por los Castillos del Loira ✏️ Blogs of France

El primer día de nuestra ruta salimos de Barcelona a las 7h.



Pasando por el Viaduc de Millau, impresionante puente de una altura de 343 metros, llegamos a Bourges sobre las 17h

Nos alojábamos en el hotel Brit Olympia. Las habitaciones son muy correctas, limpio y reformado, con aire acondicionado. Nos costó 61€ sin desayuno.
El hotel estaba situado un poco a las afueras de la ciudad, y tiene parking propio (aunque no cerrado). Tampoco tuvimos problemas de aparcamiento en el centro de la ciudad, ya que, como en la mayoría de ciudades francesas con zona de pago, a partir de las 19h no se paga.

En Bourges vimos la catedral por fuera. Es enorme y una preciosidad. Por dentro sólo nos dio tiempo de hacer una foto, ya que en verano cierran a las 19.30h

Después de dar un paseo, cenamos en Le Comptoir de Paris, que venía recomendado en la guía que llevábamos. Cogimos un menú de 19€, vino aparte (15€). Todo muy bueno.

Por último, descubrimos que por la noche hacen "Les nuits de lumière", donde iluminan las calles del casco antiguo, y en algunos edificios proyectan imágenes en la pared. Muy recomendable, otra manera de ver la ciudad. Lo hacen todas las noches de julio y agosto. En mayo, junio y septiembre, lo hacen jueves, viernes y sábado.

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Queríamos ir a desayunar a una cafetería que hay en la esquina del Brit Olympia, pasado el Buffalo Grill (buena opción para cenar también, si se cena fuera del horario francés), pero en agosto estaba cerrada por vacaciones. Seguimos con el coche dirección Orléans y había una panadería Pat à pain.

Desde allí fuimos a Sully-sur-Loire. Nos encantó. Era nuestro primer castillo, y quizás por ser uno de los menos nombrados, no nos esperábamos que nos gustase tanto. El foso lleno de agua ofrece una imagen muy bonita del reflejo del castillo. Sólo lo vimos por fuera.



A continuación pusimos rumbo a Orléans.
Aprovecho para recomendar, si se va con GPS, evitar las autopistas en todo momento, ya que, aunque se tarde un poco más, se pasa por unos pueblos y unos caminos preciosos.

De camino a Orléans pasamos por Saint-Benoît-sur-Loire y aprovechamos para entrar a la abadía. Pequeñita pero con encanto.

Una vez en Orléans, pasamos por la Oficina de Turismo y aprovechamos para comprar las entradas de Chenonceau y Cheverny, que, además de ser algo más baratas que en taquilla, el comprarlas de antemano permiten saltarte las colas.
Al lado de la oficina de turismo se encuentra la catedral, enorme y muy bonita. La vista de la catedral desde la calle de enfrente es preciosa. También vale la pena un paseo por el casco antiguo.



Caminando por la calle, nos encontramos con una pareja de turistas que nos regalaron dos entradas para la casa de Juana de Arco. No pensábamos ir por las recomendaciones del foro, pero ya que nos las habían regalado, fuimos. Es un TIMO. No vayáis. La entrada cuesta 4,5€ y lo único que hacen es poner un audiovisual de 15 minutos sobre la vida de Juana de Arco.

Por la tarde fuimos a Chambord. Majestuoso, imponente, que más se puede decir? Sólo lo vimos por fuera, dimos un paseo por el alrededor y, cuando se puso a llover, nos fuimos. El parking vale 4€.



Nos dirigimos hacia el hotel de esa noche, el Hôtel de Cormeray. Un hotel muy sencillo, pero por el precio no se puede pedir más. 50€ la noche más 6€ el desayuno por persona. El propietario es muy amable, y lo tenía todo limpísimo. El entorno es agradable, ya que está a las afueras del pueblo y hay un pequeño estanque al lado.

Para cenar el propietario del hotel nos recomendó un par de restaurantes cercanos, pero queríamos aprovechar para dar un paseo por Blois y cenar allí.
Cenamos en Le Maryland, en la Place de la Resistance, unas hamburguesas bastantes buenas, un entrante, un postre cada uno y vino, por 46€.

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Segundo despertar en tierras francesas. Este día sí que cogimos el desayuno en el hotel, ya que alrededor no había nada, y la verdad es que no nos arrepentimos. Era un desayuno sencillo, pero completo y abundante: bastante pan, mantequilla y mermelada, un postre casero, café o té y zumo.

Y nos dirigimos a nuestro primer destino del día, muy cercano al hotel: Cheverny. Ya llevábamos la entrada, así que nos ahorramos la cola. Cuando nosotros llegamos, sobre las 9.30h, aún no había mucha, pero cuando salimos sobre las 12h, sí. Así que, si podéis comprar las entradas antes, mucho mejor.
Por consejo del foro, cuando entramos fuimos directos a comprar los tiquets para la excursión en barca y coche eléctrico. De esta forma, reservas la hora y te vas tranquilamente a visitar el castillo hasta la hora escogida.

El castillo a mí me encantó. Todo está cuidadísimo al detalle, tanto los alrededores como el interior. La excursión dura media hora, y no está mal. Te das cuenta que la extensión del bosque del castillo es enorme, en el paseo en barca ves patos y otras especies que viven por allí, y es algo diferente, pero vaya, que si no lo hacéis tampoco os perdéis algo tan importante.


De Cherverny nos dirigimos a Montrésor. Siguiendo el GPS, nos encontramos con una vista preciosa de Saint-Aignan desde la carretera y otros pueblos bonitos de los que no recuerdo el nombre.
Llegados a Montrésor, comimos de picnic (como hicimos cada día) y fuimos a dar un paseo. El pueblo es pequeño y se ve rápido. Lo más bonito es cruzar al otro lado del río (si vais a la oficina de turismo os darán un mapita), para tener una vista como ésta:


A continuación fuimos a Loches. Dejamos el coche abajo y subimos andando, pero los coches pueden llegar hasta arriba, cerca del Donjon, otra cosa es encontrar aparcamiento..
No entramos al castillo y tampoco vimos mucho más porque se nos puso a llover bastante, así que nos fuimos para el hotel de esa noche a descansar un rato.

El hotel estaba en Chisseaux, muy cerca de Chenonceau (primera parada para el día siguiente), y era el Clair Cottage. Un hotel familiar, las habitaciones estaban decoradas con mucho gusto, la cama era muy cómoda, todo estaba limpio. Un detalle a tener en cuenta es que no tiene ascensor, y diría que no hay habitaciones en la planta baja. Nos costó 59€, con el desayuno aparte, que sí que era caro, 8,50€ por persona.

Para cenar nos dirigimos a Amboise, con idea de visitarlo de paso, pero la lluvia nos seguía persiguiendo, así que cruzamos el puente para tener la vista del castillo y callejeamos un poco, y fuimos a buscar sitio para cenar.


Esa noche iba a ser una cena un poco más especial, y por recomendación del foro, queríamos ir a L'epicerie, pero nos dijeron que estaba completo, así que fuimos a otro restaurante que también había visto por aquí: L'amboiserie.
Nos sentamos en la terraza, muy bonita, aunque quizás hay demasiadas mesas, y pierde un poco el encanto, con el consiguiente barullo de tanta gente, pero bueno, en agosto la verdad es que todos los restaurantes estaban llenos en las zonas turísticas.

En este restaurante la verdad es que puedes cenar por todos los precios, tienen desde crepes, hasta menús o platos a la carta más elaborados. Nosotros cogimos el menú de 26€ (había otro más barato, de 21€ si no recuerdo mal), y un "pichet" (una jarra de vino de la casa) de 50cl de vino blanco, 10€. Todo estaba buenísimo, nos gustó mucho, pero los últimos platos, el queso y el postre, tardaron mucho en servirlos, y eso que justamente el restaurante se había ido vaciando.

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